Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 56

El ambiente en esta escuela está más tenso que nunca.

Hoy debía ser el día en que la evacuación se llevaría a cabo. Sin embargo, lo inevitable sucedió:La policía entregó la mala noticia que fue pospuesto hasta nuevo aviso.

Así, un grupo grande de personas desesperadas comenzaron a armar un intento de motín en contra de la autoridad al enterarse que seguirían confinados por un tiempo más. Como una especie de rebelión que crecía másy más, la policía tuvo que intervenir y encerrarnos a la mayoría en las aulas de clases para mantener el orden y localizar a los culpables de poner a todo el mundo en riesgo.

Para mi mala suerte, y gracias a mi movilidad reducida, quedé atrapado junto a un grupo de sobrevivientes que se vuelven loco con cada segundo que pasa, alcanzando niveles elevados de paranoia colectiva.

Tan solo puedo sentarme y observar todo esto desde el rincón.

—(...)¡No nos mientan!, ¡Esa herida obviamente es una mordida! — Veo como un sujeto le grita a un tipo con que tiene el brazo lleno de vendas — ¡Te vas a convertir en uno de esos monstruos también!

— Ignorantes... — Digo en voz baja en un rincón con los brazos cruzados sentado en una silla.

Si hubiera sido mordido ya se habría convertido en uno ahora mismo.

— ¡Eso quiere decir que ya eres uno de ellos! — Le recrimina otro hombre.

— No...no, ¡Simplemente me hice un rasguño en el brazo mientras intentaba escapar! — El acusado trata de defenderse —  ¡La policía me revisó, dijeron que estaría bien!

— ¡La policía no sabe nada!, ¡Ni siquiera saben como curar el "Síndrome Asesino"!

— ¡Están mintiéndonos! — Exclama otra persona uniéndose a la muchedumbre.

Esto no pinta para nada bien...

— ¡Lo han hecho todo este tiempo!

—¡Te infectaron a través de esas heridas!, ¡Lo sabemos!

Por la actitud muy agresiva que están tomando, no parece que nada bueno vaya a salir de todo esto. Ya nos hemos topado con fanáticos así antes: En la mansión de Takagi, El Centro Comercial y el estúpido culto de Shido.

Creo que no me queda más alternativa que utilizar la violencia en ese caso...

— No hay evidencia para probar eso(...)— Un sujeto Interviene antes de que yo lo hiciera.

Su parecido me recuerda bastante a ese bastardo de Shido.

—(...)El "Síndrome Asesino" fue llamado así por el Gobierno, fuera de alguna necesidad real...es un nombramiento arbitrario(...)

Veo que este sujeto es el más cuerdo de todo el salón. Por su vestimenta, parece ser algún Maestro de esta escuela.

—(...)Ellos lo llamaron una enfermedad infecciosa, aunque es una epidemia ahora, clasificándolo como un organismo patógenico, pueden ser tomadas medidas más drásticas. Ellos solo le pusieron la etiqueta de este tipo de enfermedad para tomar medidas más forzadas.

La mirada de todos los presentes es de confusión, definitivamente no entendieron nada.

— No es que haya ayudado mucho  — El Maestro toma sus lentes al percatarse de la ignorancia de los demás.

—¡Qué demonios! — Grita una mujer robusta muy enfurecida — ¡Eso no cambia el hecho que sea una enfermedad!

— No realmente — Interviene nuevamente el hombre de anteojos — Hasta que la verdadera causa sea determinada, el Gobierno y las instituciones oficiales legalmente no pueden hacer nada. En otras palabras, no es que nos estén engañando, pero tenían que ponerle nombre para tomar acciones.

—¡ASI QUE NOS ESTÁN MINTIENDO! —Grita desesperado uno de los sujetos —  ¡Están engañando a su propia gente!, ¡Metiéndose con nosotros!(...)

Llevo la palma de mi mano con indignación hacía mi rostro. Es increíble que ese imbécil no haya entendido nada.

—(...)¡Aún así, el "Síndrome del Asesino" tiene que ser una enfermedad con la que te infectas a través de tus heridas abiertas!

—¡Todo es siempre una conspiración del Gobierno! — Nuevamente la muchedumbre escucha lo que solamente quiere oír.

—¿Así que qué tipo de infección?, ¿Una infección oral?, ¿O una infección a través del aire? — Señalan al Maestro que no luce muy cómodo.

— Hay muchas formas de propagar una enfermedad, ¿Ves?. Y, ¿Puede realmente un virus o bacteria convertir  gente en cadáveres vivientes?, aunque la mordida y la agresión parecen semejarse a los Rhabdovirus.

—¡Ajá!, ¡Es un virus!, ¡Lo acabas de decir! — Le apunta la mujer pretendiendo ser la jueza de esta especie de inquisición.

— No quise decirlo de esa forma —Una vez más el hombre intenta defenderse.

Solo tengo vergüenza por la ignorancia y falta de tolerancia de esas personas.

¿Cómo es posible que hayan sobrevivido?, no puedo imaginar que esta especie de patanes deambulen en este mundo.

— ¡Hay niños aquí! — Grita exasperada una mujer que tiene en brazos a su pequeño bebé — ¡Estoy tan asustada...!

La mujer no puede evitar caer en llanto al sentirse totalmente frustrada e incompetente.

— ¡Antes de que fallara la electricidad, el profesor Takeda de la Universidad Nagoya lo dijo! — Se une a la discusión una mujer joven y de cabello corto, y seguramente universitaria — ¡Dijo que podrías infectarte sin importar lo que hagas!

— Pero...ni siquiera sabemos si es verderamente contagiosa o no... — Al pobre hombre de anteojos ya no le quedan argumentos, y luce cada vez más nervioso y temeroso.

—¡Es una infección! — Le insiste agresivamente el sujeto — ¡Tiene que serlo!, ¡Alguien que diga que no es una enfermedad obviamente es un perro del gobierno!. Te lo digo...¡Él va a convertirse en uno de esos monstruos también!

— Pero...no tienes bases para decir eso — El pobre Maestro se ve sobrepasado al intentar controlar la irracional cólera que los invade.

— ¡Matenlo! — Gritan al unísono.

— ¡YA DEJEN DE ACTUAR COMO UNOS IMBÉCILES! — Me pongo de pie para gritarles y llamarles la atención sin miedo alguno.

Antes de que pudieran actuar voltean a verme con indignación.

— ¿Qué te crees mocoso a tratarnos así? — Se me acerca uno de los hombres de manera muy amenazante.

— ¡No pretendas acercarte! — Extiendo  mi bastón hacía él, creando una separación entre ambos. Mis piernas tiemblan, pero de todas formas puedo mantener el equilibrio, lo que es una mejora — Creo sin duda alguna que ustedes son unos imbéciles, no aceptan nada más que su propia verdad, y evitando utlizar algo de su raciocinio.

— Te crees muy valiente muchacho a pesar de ser un discapacitado — La mujer robusta me mira con odio.

— Solo es temporal — Evito mirarla a los ojos para no quitarle la vista a esos sujetos que pueden atacarme — Pero si estoy en este estado, es por que he sobrevivido allá afuera, y podría aseverar que lo que dice ese sujeto es cierto. Yo he visto con mis propios ojos como los humanos se han convertidos en cadáveres vivientes, y créame que este tipo ya estaría devorando sus cuerpos su hubiese sido mordido.

— ¡Mientes! — La joven estudiante me regaña como si fuese su hermano menor o algo así — ¡El Gobierno está involucrado en todo esto!, ¡Ellos lo hicieron!

A pesar de ser una estudiante universitaria, es más ignorante de lo podría imaginar.

— Lo he visto con mis propios ojos — Respondo — Pero no puedo asegurar que el Gobierno de Japón no esté involucrado, sin embargo esa es una salida fácil y no soluciona nada, ¿De verdad piensan que nuestras autoridades tienen el cerebro para crear una epidemia y expandirla por todo el mundo?

—¿Entonces de donde proviene cerebrito? — La estúpida universitaria me mira con cara de pocos amigos.

—¿Importa saberlo en este momento? — Comento — Esa debería ser la última de tus prioridades, afuera, hay personas dispuestas a  hacer un motín, atacarán lo que sea y todo lo que hemos construido se irá al tacho de la basura. La desesperación no los deja razonar, y ustedes están adoptando ese camino también.

Fácilmente podría ocupar la violencia para detenerlos de una vez. Sin embargo, en mi estado actual yo sería el más perjudicado.

Tan solo estoy matando el tiempo con la esperanza de que alguien nos haya oído discutir y que pueda intervenir cuanto antes.

— ¡ERES UN PERRO DEL GOBIERNO! — Grita con energía uno de esos hombres — ¡NADIE PODRÍA ESTAR TAN TRANQUILO!, ¡SOLAMENTE ALGUIEN QUE TRABAJA CON LA POLICÍA PODRÍA DECIR ALGO ASÍ!

No me cansaré de repetir que han perdido el razonamiento por completo. No sé como creen realmente que un estudiante de secundaria sea parte de una conspiración paranoica.

Solo espero ganar algo de tiempo, no es seguro estar aquí.

Sin embargo...tengo una idea:

— Tienen razón, me descubrieron, creo que es imposible ocultarlo más — Me muestro tranquilo y relajdo — Yo...soy miembro de la operación "Tenpyō"

— ¿Tenpyō?, ¿Qué es eso? — El sujeto más agresivo me observa detenidamente.

Ahora toda la atención está puesta sobre mí, tanto el Maestro como el hombre del brazo cubierto de vendas están a salvo.

— La organización secreta del Gobierno que originó todo esto, claro está.

— ¡Lo sabíamos!, ¡Nuestras sospechas eran ciertas! — La mujer robusta me apunta con el dedo.

— ¡¿Cómo te atreves infelíz a venir aquí y reirte de nosotros?! — La chica universitaria está a solo dos metros de mí.

— ¿Cómo puedes dormir por las noches con todo esto? — La mujer que sostiene a su bebé en brazos me mira desde el suelo desconsolada y con lágrimas en sus ojos.

De verdad que son idiotas...

— Solo fue por diversión — Es hora de arriesgarme un poco. Lentamente retrocedo hasta la puerta — Solo son un estorbo, sus miserables vidas no valen tanto como ustedes creen.

— ¡¿QUÉ ESTÁS DICIENDO DESGRACIADO?! — Grita enfurecido delante de los demás — ¡TE MATARÉ!

Corre con su arma en mano hacia mí, con la intención de acabar con mi vida.

Me preparo para repeler su ataque con mi bastón.

Antes de que pudiese defenderme, la puerta del salón se abrió, y dos militares jóvenes ven con sus propios ojos como ese desquiciado intenta apuñalarme.

Decidí caer de espaldas al suelo y fingir que no sabía pelear para que los militares hicieran su trabajo.

— ¡ALTO! — Gritaron al unísono. De inmediato lograron repeler su ataque arrojándolo al suelo.

La presencia de los militares hizo que los demás integrantes evitasen actuar.

Son demasiados cobardes como para encararlos, y más cuando la policía dispone de más armamento notablemente visible.

— ¡(Y/N)!...¡(Y/N)!...¡(Y/N)!— Oigo a Shizuka ingresar al salón — ¡Me alegro encontrarte!

— ¿Qué ocurre? — Me levanto con cierta dificultad.

— ¡¿Te encuentras bien?! — Mira sorprendida ante la situación, sin poder entender nada.

— Me encuentro bien, solo ignoralo — Ahora si puedo mirarla a los ojos — ¿Por qué vienes tan alterada?

— ¡Alice está perdida!

— ¿De qué estás hablando? — Me cuesta creer que de verdad se encuentre perdida, y dudo mucho que sea una broma.

Su expresión de preocupación es genuina.

— Como lo oyes, después de que los policías nos pidieran refugiarnos... hubo una gran avalancha y...me separé de ella.

— Alice es inteligente, de seguro que debe estar con los demás — Tomo uno de sus hombros al verla con tal angustia.

— No he podido encontrar a los demás, seguramente están en una de las habitaciones. Solo espero que esté con alguno de ellos.

Mientras el alboroto continuaba en aquel salón, miro a Shizuka que luce totalmente desesperada.

— Buscaré aquí, en el segundo piso y los pisos superiores, ve al primero y a los alrededores, estoy seguro que la policía comprenderá.

— Pe...pero tu pierna...¿Estás seguro?

— ¡Lo estoy!, ¡Sólo hazlo!

En ello, la bella Enfermera sigue mis órdenes y baja hacía el primer piso por las escaleras.

Mientras que por mi parte, camino con una leve incomodidad por los pasillos.

Sé que hubiera sido mucho más fácil estar con ella, pero tengo el temor de que pueda suceder algo similar a lo ocurrido en el Centro Comercial. Estoy seguro que estará mucho más protegida junto a los policías.

Además si alguien tuviera secuestrada a Alice, le sería más difícil escapar y estaría acorralado.

¡Mierda!,no quiero pensar en eso...no lo soportaría, no soportaría ver sufrir a Alice.

Al fín y al cabo, le he tomado algo de cariño a esa pequeña.

Mientras subía lentamente por las escaleras, un militar, de unos 18 o 19 años me detiene:

— ¡Alto!, ¡Se le pidió que estuviera en uno de los salones! — Decide apuntarme con su metralleta.

— ¿Crees realmente que yo podría organizar un motín en mi estado actual? — Le recalco y le muestro mi bastón — Además, mi pequeña hermana está perdida, solo quiero encontrarla.

Si tan solo supiera que guardo un cuchillo y unas nudilleras, sospecharía de mí de inmediato.

Con su mirada dudosa, esperó algunos segundos para contestarme.

— Está bien...pero no tarde...no es seguro salir — Titubea, pero de todas formas me permite continuar.

Con el presentimiento de sentirme observado por aquel militar, subí las escaleras lo más natural posible.

Sé que no estoy haciendo nada malo, pero he cometido tantos delitos en mi vida que estoy siempre alerta en caso de recibir algún golpe.

De este modo, recorrí salón por salón desde el tercero hasta el cuarto piso en busca de Alice ante las miradas de los policías y militares que dudaban de mis intenciones. Sus pistolas y ametralladoras me apuntaban a donde fuese, a pesar de explicarles una y otra vez la pérdida de mi supuesta hermana menor.

Lamentablemente no encontré a ninguno de mis amigos, y con ello a Alice. La idea de que estuviera en el primer piso junto a los demás era la opción más probable que estar junto a un secuestrador.

Pero aún así mi corazonada me indicaba que debía buscar en la azotea solo para estar 100% seguro. ¿El problema?, lo más probable es que esté custodiada por personal del ejército aún con la lluvia cayendo con gran intensidad.

Tomé valor y quise arriesgarme a ir hacía allá arriba sin importar las consecuencias.

Con pasos torpes pero firmes, camino por las escaleras que llevan hacía arriba.

— Que extraño, no hay nadie por aquí — Tomo un pequeño descanso antes de proseguir — ¿Será posible que realmente hayan descuidado vigilar este lugar?, la verdad no me sorprendería tal ineficiencia.

Con más curiosidad que temor, camino por los últimos escalones hasta llegar a la puerta que da hacía la azotea.

Un ligero viento impacta en mi rostro al abrirse la puerta. Lo primero que veo es un lugar vacío y ninguna señal de vida.

— No debe estar en este lugar — Me digo resignado mientras veo las gotas de lluvia caer contra el suelo.

Ya cuando estaba a punto de retirarme, oigo una voz aguda bastante familiar:

— ¡Vamos Zeke!, ¡Muerde!

Esa voz...¡Es de Alice!

Apoyando la mano en mi bastón, camino hacía la voz.

Camino unos cuantos pasos, hasta divisar a Alice junto a Zeke al fondo, específicamente en el borde de la azotea.

— ¡Alice!

— ¡Onii Chan! —Exclama de forma temerosa al verme.

Me sonrojo ligeramente, nadie me ha llamado así, por lo que es bastante extraño escucharlo.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Inclino ligeramente mi cuerpo en la protección anti caídas de la azotea para descansar un poco — Shizuka te ha estado buscando por todos lados.

— Yo...este...estaba... — Titubea bastante con mi pregunta, lo que hace inclinar su cabeza un poco.

En tanto, veo a Zeke intentar morder el brazo de Alice.

— ¡Ya baste Zeke! — Regaño a nuestro amigo canino.

— ¡No lo regañes! — Se antepone ante él para defenderlo— Estaba ayudándome.

— ¿Qué clase de ayuda le estás pidiendo? — Por más que lo intento, no puedo entender nada.

— Yo...¡Estaba entrenando!...le pedí a Zeke que mordiera mi brazo para defenderme — Alice aprieta sus puños con todas sus fuerzas para decírmelo.

— ¿No me digas que golpeaste a Zeke? — Tal idea se me cruzó por mi cabeza, y se volvió escalofriante de tan solo considerarlo.

— ¡No, no, no! — Solo quería esquivarlo.

— ¿Ésta es tu forma entrenar? — Tengo curiosidad por entenderlo todo.

— Soy muy débil para pelear... — Vuelve a inclinar su rostro — Ustedes siempre me salvan, y no quiero ser un estorbo.

— No eres ningún estorbo Alice — Me inclino ante ella a pesar de las dificultades en mi pierna — Eres parte del equipo.

— Pero no sé cómo defenderme...y no puedo tener un arma...Takashi y Kohta ya me lo dijeron.

Aunque puedo entender los motivos de Hirano y de Komuro para evitar que Alice tenga un arma, una parte dentro de mi me obliga a ignorar tales prejuicios.

Siempre fui de la idea de que ella recibiera un pequeño entrenamiento, ya estuvo al borde de la muerte allá afuera. Si no fuera por la intervención de Takagi, otra sería su suerte.

— Yo te enseñaré — Le digo con firmeza. Mi ropa está completamente empapada y necesito moverme un poco.

— ¿Lo dices en serio? — Sus ojos brillan ante mis palabras.

— Sí, pero recuerda, tu prioridad será mantenerte al margen de la pelea. Komuro y los demás te defenderán, y si no pueden hacerlo, deberás correr, solo utilizarás éstas técnicas como último recurso, ¿Entendido?.

— ¡De acuerdo!

— Bien, utilizarás esto — Extraigo de mis bolsillos mis nudilleras y se las entrego a Alice — Las tendrás contigo en todo momento, sin ellas no podrás pelear.

— ¿Me los estás regalando? — Pregunta de forma sorpendida.

— Así es, ahora son tuyos.

— ¡Gracias! — Se abalanza sobre mí e intenta abrazarme.

Creo que es hora de darles un nuevo uso. Me deja mucho más tranquilo saber que estarán en buenas manos, y que Alice podrá defenderse alguna vez.

— Bien — La aparto un poco de mí y me posiciono de manera firme — Debes ponertelos.

A pesar de la clara diferencia entre nuestras manos, sus dedos encajan con las nudilleras.

Al comprobar que están firmes, prosigo con la instrucción.

— Te enseñaré a golpear Alice, pero recuerda, "Ellos" son más fuertes  que tú, siempre estarás en desventaja, así que en cuanto des un golpe debes correr, ¿Entendido?

— Sí — Responde con la mirada atenta.

Ella al igual que Zeke ponen atención a cada una de mis palabras.

— Bien, lo primero que debes hacer es tener los puños bien firmes, así, ¿Lo ves? — Aprieto mis puños y adopto una postura como si fuera un boxeador — Mantén tus manos entre la altura de tu cuello y tus ojos. Vamos, inténtalo.

Alice imita a la perfección cada uno de mis movimientos, realmente creí que le sería difícil, pero es una niña bastante inteligente.

No me sorprendería que haya sido la primera en su clase.

— Ahora debes flexionar ligeramente tus piernas como yo — Flecto un poco mi rodilla a pesar de la incomodidad que eso significa, pero debo ser fuerte y dar lo mejor de mí — Cuando estés en esta posición, gira tu cuerpo con tu mano más hábil y golpea con los nudillos.

— ¿Así? — Da un puñetazo a algunas gotas que caen, haciendo que se divida en gotas más pequeñas casi imperceptibles al ojo humano.

— Es un buen comienzo, debes mejorar la posiciónde tu cuerpo.

De esta manera, luego de diez minutos logramos mejorar su postura. Insisto en decir que es una chica bastante inteligente, su entusiasmo por aprender la hace esforzarse al máximo.

Entiendo que todavía sea una niña, y que en condiciones normales ella no debería aprender técnicas de combate para poder sobrevivir. Dudo mucho que Hirano, Kohta o incluso Saeko tengan el valor de corromper a una inocente pequeña con el mundo de las armas, a su edad ella debería jugar con muñecas o leer libros, y por supuesto, disfrutar de su niñez.

— ¿Lo estoy haciendo bien? — Me pregunta mientras practica sus golpes con ambas manos.

— Nada mal, te esfuerzas bastante — Extiendo mis manos hacía ella — Ahora golpea justo aquí.

— Yo...no puedo...no estoy lista...¡No puedo hacerlo! — Titubea al borde de las lágrimas. De verdad no entiendo por completo su frustración, pero asumo que muchas cosas deben pasar por su cabeza en este minuto.

— ¡Debes hacerlo Alice! — Me inclino con mucho esfuerzo — Si no puedes golpearme a mí, no podrás golpearlos a ellos, ni podrás defender a Shizuka y a Zeke, ¡¿Es eso lo que quieres?!.

— No...quiero defenderlos...quiero ser fuerte — Seca sus lágrimas.

— Entonces hazlo — Posiciono mis manos extendidas con fuerza — Golpea  como si tu vida dependiera de ello.

Adopta la postura que le enseñé ante la atenta mirada de Zeke para luego respirar profundamente.

— ¡Kya!, ¡Kya!, ¡Kya! — Golpea con bastante fuerza, haciendo que mis manos sufran producto del impacto con mis nudilleras.

Con los primeros golpes no sentía nada, pero el entusiasmo y la desesperación que transmite Alice hacen que surjan heridas en las palmas de mis manos  la sangre comienza a brotar con mucha rapidez.

— ¿Estás bien? — Se detiene rápidamente al notar el estado de mis manos.

— ¡Continúa Alice!, ¡No te detengas! — Insisto en que me golpee — ¡Tu vida corre peligro!

Con las lágrimas nuevamente en sus ojos, ella continúa con todas sus fuerzas, perdiendo la postura y golpeando de manera torpe a mis manos.

De todas formas, el dolor es insoportable, la subestimé demasiado, jamás creí que me causaría tanto daño.

Probaré su fuerza de la peor forma posible.

Rápidamente, bajo mis manos y expongo totalmente mi rostro ante ella.

Antes de que pudiera detenerse, Alice da un golpe certero en mi nariz.

Por mi baja estabilidad, caigo estrepitosamente de espaldas al mojado suelo.

— ¡Onii Chan!  — Grita con miedo ante lo ocurrido.

Llevo mis manos a mi nariz, y tal como imaginé, tengo una ligera hemorragia en la zona impactada.

— Estoy bien Alice — Intento ponerme de pie — Fue un golpe certero, creo que te enseñé bien.

Antes de que ella pudiera acercarse a mí, detiene su andar al oír mis palabras.

— ¿Lo dices en serio? — Sus ojos se abren de asombro al notar mis manos. De inmediato, ella se acerca rápidamente hacía mí y sostiene una de mi extremidad, pudiendo ver de más cerca el horrible estado de ésta.

— No mentiría en algo como esto — Logro ponerme de pie  — Recuerda que después de golpear debes correr lo más rápido que puedas, nunca tengas piedad por tu rival, ni siquiera conmigo(...)

Seco sus lágrimas que caen por sus mejillas.

—(...)Cuando seas más grande podrás pelear como Busujima, pero vas bien, estoy seguro que podrás hacerlo...estoy muy orgulloso de tí.

— ¡Muchas gracias! — Rodea sus brazos por todo mi cuello.

Fue difícil devolver tal acto de afecto, pero de todas maneras logré hacerlo.

Jamás tuve hermanos, o parientes de menor edad con que relacionarme. A pesar de conocerla muy poco, pudimos ir a una tienda de mascotas y sobrevivir como camaradas, con el pasar de los días le he tomado bastante cariño, inclusive, podría llamarla como mi "hermana".

Imaginar que la primera vez que me vio, me evitaba como fuera.

Me encantaría haberla conocido en otros ámbitos de su vida, verla crecer, jugar en el parque  y enseñarle más cosas del mundo.

Pienso en lo diferente que habría sido nuestras vidas sin todo lo que está ocurriendo: En pocas palabras, Alice y yo no nos habríamos encontrado, seríamos unos desconocidos.

Abrazo a Alice con más fuerza.

Ha sido una niña muy valiente, pudo sobrellevar la muerte de su padre y la angustia de no saber dónde está su madre.

¿Espera?...

...¿Su madre?

Aparto a Alice de mí tomándola de los hombros.

— ¿Qué ocurre? — Pregunta confundida la pequeña niña.

Analizo cada una de sus facciones, es increíble que haya ignorado tal detalle. Estoy seguro que ni Takashi ni Hirano lo notaron, de haberlo sabido antes lo más probable es que hayamos podido hacer algo al respecto.

La madre de Alice...¡Es la reportera que vimos en televisión!

No puedo negar que el parecido es más que suficiente para comprobarlo...si tan solo...si...hubiéramos reaccionado...Alice y su madre estarían...juntas.

— Tengo miedo... — La pequeña niña me mira con incomodidad — De nuevo tienes esa mirada...

— Lo siento — Trato de volver en sí — Fue solo una idea que se me cruzó por la cabeza.

— Quiero volver adentro, tengo frío — Ella sostiene a Zeke.

— Esta bien, la lluvia está empeorando.

Me preparo con mi bastón para retirarnos.

—¡Ustedes dos!, ¡Salgan de este lugar!

Volteamos al ver como en la puerta de entrada, un militar de unos 30 años nos apunta con su ametralladora.

— Estamos bien gracias por preguntar — Nos acercamos directamente hacía él.

— ¡No pretendas de hacerte el gracioso conmigo mocoso! — Está bastante irritado por mi comentario.

— Me gustaría escuchar algo de amabilidad en un momento como éste — Estamos mucho más cerca ahora — Pero agradezco su preocupación de todas maneras.

El militar me mira con una expresión de pocos amigos cuando paso a su lado. Si fuera por él, estoy seguro que me golpearía.

Si no fuera por la cercanía con el Oficial Miyamoto sería hombre muerto.

Lo mejor será descender y reunirme con Shizuka.

Debe estar muy preocupada por Alice.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro