Capítulo 55
Doy un breve suspiro antes de hacerlo.
Con mi mano derecha, sosteniendo este bastón que me hace ver como un anciano, y mi mano izquierda sostienendo la moneda, me doy unos segundos antes de continuar.
Observo por los pasillos de la escuela que no haya nadie. Al ser un lugar seguro, es normal que las personas se trasladen de un lugar a otro.
Pero por suerte, pocas personas se animan a subir al cuarto piso.
Contemplo por la ventana como la lluvia cae desde el cielo. Las nubes negras cubren hasta el horizonte, una escena más que idónea para éste apocalípsis.
Suspiro con mucha inseguridad al pensar que mi vida cambiará para siempre con esta decisión.
— Bien...cara o cruz — Posiciono mi dedo pulgar debajo del índice con la moneda arriba de ambos.
Levanto suavemente el dedo haciendo que la moneda de vueltas hasta la altura de mis ojos antes de descender.
Sin problemas logro atrapar la moneda.
Con mi puño cerrado, la abro ligeramente.
Podría dejar todo hasta aquí e ignorar el resultado. Pero este es una decisión que solamente el azar puede hacerlo.
Dejo todo en manos de la Diosa de la Fortuna.
Al extender todos mis dedos, el resultado está ahí.
Como un balde de agua fría, veo el número 10 señalando hacía arriba.
Una fuerte angustia azota por todo mi cuerpo.
— Creo que es hora... — Me digo casi resignado.
Todo me da vueltas, tengo mucho en que pensar.
Como parte de mi terapia de rehabilitación, debo caminar con frecuencia por toda la escuela para reactivar algunos músculos.
Tengo algunas dificultades para movilizarme, pero mis piernas responden mejor de lo que creí, eso fue lo que me dijo Shizuka.
Ella se ha preocupado más que nadie por mi rehabilitación.
Hay un lugar que he querido visitar desde que decidimos venir aquí.
Un lugar que me trae muchos recuerdos, y que podría decir que fue el artífice de todo este cambio que he vivido durante éstos años.
Me refiero a la biblioteca.
Es obvio señalar que jamás estudié aquí, pero me causa bastante curiosidad conocer que clase de libros tendrá ésta escuela.
Con dificultad, trato de desplazarme lo más natural que puedo. Es increíble que no siento gran parte de mis piernas, es como si no fueran una extensión de mi cuerpo y fuera totalmente ajeno a mí, al igual que una prótesis.
Cada paso que doy es una agonía, perp por suerte logro ver el pequeño letrero al final del pasillo que señala la biblioteca.
Ya cuando mis piernas no daban más, abro aquella puerta que tanto deseaba.
Al echar un vistazo, me encuentro inesperadamente a Saya sentada en uno de los asientos con varios libros a su alrededor.
— No creí que te encontraría aquí — Le digo a medida que ingreso.
— Soy una genio, es el único lugar donde puedo encontrar algo más de tranquilidad. De hecho, yo estoy sorprendida al verte aquí — Muestra una mirada curiosa mientras se arregla sus anteojos.
— ¿Crees que eres la única que sabe leer? — Me muevo a la silla que está junto a ella — Yo solía ir a la biblioteca de la escuela, todo lo que sé lo aprendí de los libros.
— No sabia que alguien como tú podría interesarse en los libros — Apoya su codo derecho en el respaldo de la silla como punto de apoyo para llevar su mano a su mejilla — No eras de los más destacados de tu clase.
— Aprendía lo necesario para aprobar, estaba interesado en otras cosas.
— ¿Cómo que cosas? — Muestra interés en el tema.
— Necesitaba encontrarme a mí mismo, conocer el significado de mi existencia y para qué vine a este mundo. ¿Jamás te preguntaste qué hacías en este mundo?.
— La verdad no sé que tipo de pensamientos tienes no tengo tiempo para pensar en esas cosas. Solo quiero ser la mejor.
— No lo había considerado antes, pero supuse que al ser tus padres millonarios como los míos, tenías problemas para formar tu propia identidad — Libero un bufido.
— No es mi caso, tenía otra clase de problemas. No todos los hijos de padres ricos sufren lo mismo.
De pronto, baja su mirada al recordar a sus padres.
Creo que he tocado una fibra sensible, debí ser más precavido y suponer que todavía no estaba lista para una conversación de este estilo.
Recordar a sus padres debe ser muy duro para Takagi. La incertidumbre de no saber si están vivos o no debe consumirla por completo.
— ¿Qué opinas de "Ellos"? — Cambio drásticamente el sentido de la conversación — ¿Crees que exista alguna cura?
— No lo sé, pero creo que son más complejos de lo que parecen.
— ¿En serio lo crees? — No esperaba una respuesta como ésta.
— Sí, después de que ingresaron a la mansión de mis padres, vi algo en ellos que me ha estado intrigado desde entonces.
— ¿Qué cosa? — Pregunto con curiosidad.
— Creo que "Ellos" siguen siendo humanos en su interior — Mueve su cabellera rosa con su otra mano — ¡Olvídalo!...es estúpido.
— ¡De ninguna manera lo es! — Me exaspero un poco al oírla decir eso — He pensado lo mismo desde ese día. Como aquella vez en la mansión, o inclusive antes de llegar hasta acá, creo que ellos pueden coordinarse entre sí de algún modo. Pienso que en este punto han desarrollado cierto tipo de inteligencia.
— ¿Qué crees que sucederá a futuro?, digo, si realmente existirá una cura para ellos que nos haga volver a la normalidad en cuanto antes.
— Tengo serias dudas que pueda ser a corto plazo. El mundo se ha desestabilizado por completo, y la cadena de producción se corta con cada día que pasa.
— Eres bastante pesimista (Y/N), pero debo admitir que también yo lo soy. De verdad, creo que viviremos en un mundo similar a lo ocurrido con la peste bubonica, sufriremos a causa de la desnutrición, nuestra higiene será paupérrima y además de que las fosas comunes serán muy habituales.
Noto un evidente halo de desesperanza en la voz de Takagi. Jamás la había visto de esa forma, suele mostrarse muy fuerte, e incluso indefensa, pero conmigo puede abrirse a éstos temas de carácter Intelectual-Filosófico, al mismo tiempo que deja ver sus verdaderos sentimientos.
Pero su mirada melancólica llena de confusión y angustia por el porvenir, me hace sentir mal.
— La humanidad deberá volver a vivir como en sus orígenes — Trato de no detener esta interesante conversación — Dejar la cómoda vida sedentaria para moverse de un lugar a otro en busca de comida y refugio, tal vez suene desalentador adaptarse a un estilode vida que no estamos acostumbrados. Pero a diferencia de nuestros antepasados, nosotros tenemos mayores niveles conocimiento, comprendemos el mundo de una mejor manera, y estoy seguro que las mentes más brilantes de la ciencia están trabajando en encontrar una cura.
Sorpendida con mi análisis, Saya me observa con los ojos puestos fijamente sobre mí, su expresión de angustia ha desaparecido por completo.
Al verla, ella no realiza ningún movimiento con su mirada perdida.
— Saya... — Muevo mi mano delante de sus ojos
— ¡Oh!...¿Que?...eh...mmmm...creo que juzgué mal, de verdad eres más listo de lo que imaginé — Se levanta de su asiento con algo de apuro.
— Eres tan superficial Takagi, no debes precipitarte en tus análisis. Yo cometí el mismo error y eso creo que me ha afectado más de lo que imaginé al largo de éstos años— Trato de ponerme de pie con mi bastón.
Takagi al observar como me levanto con dificultades no puede evitar preguntar:
— A todo esto, ¿Cómo está tu pierna?, veo que estás mejorando.
— Otra vez te haz precipitado — Luego de breves segundos, no puedo evitar soltar una suave carcajada — Estoy mucho mejor, gracias por preguntar.
Su rostro no luce del todo contento por la estúpida broma que le acabo de realizar.
— Si que puedes ser molesto a veces — Realiza un tierno puchero.
Desde esta posición, veo de mejor manera la pila de libros que tiene Saya en su mesa.
Mis ojos se abren con asombro al reconocer un libro que ha llamado notoriamente mi atención.
Solía leerlo en mis estancias en la biblioteca de la escuela. Puedo decir que es una especie de gusto culposo.
Sin pensarlo, tomo ese libro con total libertad.
Leo con curiosidad algunas palabras de este interesante ejemplar.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?! — Quita de forma bastante agitada el libro que tenía en mis manos — ¡No puedes hacer eso!
Sonrío con complicidad al verla tan exasperada.
— No sabía que te gustaban las novelas románticas Takagi, no conocía ese lado de tí...
— ¡Ya cállate! — Sus mejillas se tornan rojas producto de la vergüenza.
— Es un buen libro, "La historia de Genji", es un clásico japonés.
— ¡Cierra la boca o...o...te golpearé! — Comenta bastante disparates que pierde todo el sentido del mundo.
— ¿Qué quieres ocultar Saya?
— ¡No es de tu incumbencia!
—Vamos, es evidente, ambos sabemos que lees secretamente historias de romance — Trato de sonar lo más sincero posible — Todos en el fondo anhelamos vivir una historia de amor verdadero, pero en Japón eso es algo difícil de experimentar, somos una sociedad tan estructurada, tan deficiente en muchos aspectos.
Sin decirme nada, aparta la mirada de mí, al mismo tiempo que lleva el libro a la altura de su pecho.
—¿Crees en el amor (Y/N)? — Su pregunta me resulta de lo más extraño. Pues, nadie antes me lo había preguntado.
Todo me hace recordar a mis padres, y su extraña forma de criarme, la verdad es que evito ahondar en ello. Pero por otro lado, pienso también en Shizuka, y el cariño de los demás hacía mí.
— Tengo dudas de si creer en el amor o no. Mi vida no estaba preparada para aceptar el romance, pero al estar con ustedes, y especialmente con Shizuka, me hace replantearme todo.
— Vaya...estás muy enamorada de ella — Claramente está molesta por mencionarla — ¿Que tiene ella...que no tenga yo?
Un fuerte escalofrío sacude todo mi cuerpo. La idea de comparar a ambas mujeres me hace sentir fatal.
Con dificultad camino hacía ella, hasta quedar frente a su rostro.
—Ambas son perfectas — Tomo un mechón de su cabello que cae por su mejilla derecha— ¿Recuerdas que te dije que eras de mi tipo?, pues, todavía lo mantengo.
— ¿Entonces por qué decidiste elegir a ella por sobre las demás? — Se frustra notoriamente.
— No lo he hecho— Digo con franqueza.
Sus ojos se abren ante la confusión:
— ¿Qué quieres decir?
— Creo que las amo a todas por igual — Dejo caer mi bastón, lo que hace caer mi peso sobre Takagi, ella me recibe con sorpresa, lo que hace caer el libro que tenía en sus manos. Así, decido abrazarla y cubrir su espalda con mis manos — No sé como describirlo, pero detesto la idea de no estar junto a ustedes, han sido lo más increíble que me ha sucedido desde hace bastante tiempo, que no puedo imaginar un mundo sin ustedes.
La abrazo con más fuerza.
— (Y/N)... — Oigo los suspiros de Saya mientras decide abrazarme también — Jamás imaginé ver ese lado de tí...has madurado, dejaste de ser un chico malo y te has convertido en un hombre más centrado.
— He reflexionado...quiero ser la mejor versión de mi mismo — Cierro los ojos al disfrutar este momento.
Antes de que pudiera reaccionar, Takagi lleva sus manos a mi mejilla.
— Creo que este es el mejor momento para hacerlo, cumpliré mi promesa.
Y así, sin nada más, nuestros labios se tocaron intensamente que no pude resistirme. A pesar de que Saya no supiera la mecánica de todo, trato de ayudarla para que estuviese más cómoda en todo momento.
Una y otra vez nuestros labios se encontraron, y cada vez la lujuria inundaba nuestros cuerpos.
De este modo, logré apoyar a la bella chica Tsundere a la pared.
Antes de que nos diéramos cuenta, ya habíamos cruzado el límite y nuestras manos frotaban la ropa interior del otro sin despegar nuestros labios ardientes.
— (Y/N)...yo...no estoy lista...— Detiene su actuar, y toma distancia con sus manos — Lo siento, debes creer que soy una novata...
— No me importa — Retomo nuevamente nuestro abrazo al ver su hermosa expresión de vergüenza — Estoy halagado de que hayas podido cumplir con tu promesa. No debes apresurarte, todo a su tiempo.
Sonrío ligeramente.
— Ahora me siento mucho más tranquila, sé que en tu corazón aún tienes un espacio para mí...pero...¿Todavía crees que Kohta es la mejor opción?
— Lo es, no me cabe duda, es el hombre que complementa enormemente tus virtudes como tus defectos. Insistiré por él ya que es el hombre que ha cuidado de tí y te ha protegido todo este tiempo.
— Pero aún así me siento confundida — Se abalanza sobre mí.
Pero gracias a mi lesión, mi equilibrio es inestable y caigo de espaldas al suelo con mucha violencia.
— Auch... — Solo puedo decir.
— ¡(Y/N)!, ¿Te encuentras bien? — Takagi está apoyada en mi cuerpo.
— Lo estoy — Rodeo su espalda con mis brazos, mientras que sus manos tocan mis pectorales — Dime Saya, ¿Por qué te sientes confundida?
— Tengo sentimientos encontrados dentro de mí...cuando era niña estaba enamorada de Komuro, pero...sabía que ese amor nunca sería correspondido, él estaba enamorado de Miyamoto, pero de todas formas creo que siento cosas por él — Suspira con cansancio — Y ahora, estás tú y Kohta, tengo dudas sobre elegir a alguien y arrepentirme de mi decisión.
— Entiendo completamente tu punto, ambos tenemos el mismo dilema. Pero créeme que nuestros valores cambiarán, y por razones de supervivencia será difícil tener solo una pareja, nuestra sociedad no está preparada para eso, pero tendrás que elegir a quien amas y luego decantarte por las otras opciones — Suspiro al sentirme mucho más cómodo con Saya el tocar éstos temas — No me molestaré si decides relegarme a ser tu segunda o tercera opción, lo entendería sin lugar a dudas.
— Eres bastante comprensivo — Takagi se recuesta cómodamente ahora, como si no quisiera levantarse por un buen rato — Pero seguiré tu consejo...creo que debería darle una oportunidad a Kohta...
Su voz suena tan delicado, que he olvidado que ella no suele comportarse así. Es un lado que no muestra ante los demás y me hace sentir afortunado de contemplarla.
Mi espalda está fría producto del frío de este suelo, pero aún así quiero quedarme todo el tiempo que sea necesario, afuera hace frío y el ambiente es perfecto para estar en abrazados. Llevo mi mano izquierda a su cabellera rosa, y procedo a acariciar sus finos cabellos con mis dedos que no dudan en recorrer cada extensión de su ser.
— Haz elegido bien Saya...
Cierro los ojos suavemente, no quiero moverme de aquí, estoy seguro de que nadie vendrá a interrumpirnos.
Me llevaré éstos últimos momentos con Takagi cuando la soledad me atormente.
No sabes cuanto te extrañaré...
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