Capítulo 54
Con la lluvia cayendo con cada vez más fuerza, aniquilamos a las últimas escorias putrefactas que nos impiden el paso.
— Ese fue el último — Recalca Saeko con la mirada seria hacía el suelo.
— No debemos perder más tiempo, estamos a unos metros de llegar a la escuela — Insiste Komuro en apuros.
— Tengo frío y estoy empapada — Se lamenta Alice.
— Estoy segura que Papá estará allí — Sonríe Miyamoto emocionada.
Es cierto, lo había olvidado, es momento de encarar a ese bastardo y de su complicidad con mis padres.
Aprieto el puño con fuerza de tan solo pensar en ese momento.
— ¿Pues que estamos esperando?, ¡Debemos apurar el paso! — Takagi nos motiva a continuar.
Nos desplazamos entre las estrechas calles, con los sentidos en alerta para evitar una emboscada.
No pasó mucho tiempo hasta que pudimos ver la escuela a lo lejos.
— Allí está — Apunta Komuro a la gran estructura.
Corremos a gran velocidad, con la sensación de estar ya en una zona segura.
Si embargo, antes de que pudiéramos llegar a ese lugar, un grupo de más o menos 10 policías y militares nos impiden el paso como si se tratase de una trampa.
— ¡Manos arriba! — Nos grita uno de los jóvenes militares — ¡Bajen sus armas!, ¡Ahora!
Su pulso tiembla de forma evidente al sostener el arma. El joven no debe tener más de 20 años, prácticamente podría ser mi amigo o mi hermano mayor.
Al inspeccionar rápidamente a los demás soldados, la edad promedio no debe superar los 22 años, al igual que de los policías. Es el mismo caso que Asami, los jóvenes reclutas deben salir a las calles para custodiar a la civiles a pesar de su inexperiencia.
— Todos estamos bien, soy enfermera y no hay nadie que haya sido mordido— Surge Shizuka con bastante iniciativa al darse cuenta que la palabra de un experto bastará con tranquilizarlos.
— ¡Bajen sus armas!, ¡Ahora! — Reitera el muchacho con su rifle en mano ignorando completamente a Shizuka.
— Mi esposo está en ésta escuela, se los pido, déjenos ingres...
"¡BANG!"
El militar da un disparo al aire antes de que la señora Miyamoto pudiera terminar de hablar. Tal como dicta el protocolo deben dar un disparo al cielo como advertencia.
— ¡Suelten sus armas o no responderé por mis actos! — Su voz denota nerviosismo, al mismo tiempo que el sudor cae por su rostro.
En tanto, los demás militares y policías nos apuntan con sus armas.
Pondríamos fácilmente acabar con ellos si quisiéramos, pero lamentablemente hay varios factores que nos juegan en contra: Tales como el cansancio, la falta de coordinación y que posiblemente terminen hiriendo a Alice o Shizuka o Zeke como blancos fáciles por nuestra negligencia.
Prácticamente estamos acabados, debemos entregar nuestras armas para sobrevivir, o si no...
— ¡Paren todo! — Se oye una voz masculina detrás de los jóvenes militares.
— ¡Señor Miyamoto! — Exclama uno de los policías sorprendidos.
Aquel hombre, de cabello negro, arrugas en su frente y lentes oscuros se hace paso entre los jóvenes subordinados.
La expresión de Rei y de su Madre no se dejan de esperar.
— ¡Papá!
— ¡Tadashi!
— Me alegro de verlas ambas — Sonríe el hombre con disimulo, tratando de ocultar su emoción enfrente de los jóvenes reclutas.
Es él...
Ese imbécil cómplice de mis padres. Aquel que se vendió al dinero y dejó de lado su deber como oficial de policía.
Está aquí...justo en frente de mí.
Aprieto mis puños con ira.
Mi respiración es agitada, mi sangre hierve cada vez más rápido.
Este es el momento, ahora que está desarmado y con órdenes de no atacar, podré vengarme de todo lo que me hizo.
Con mis instintos animales al máximo, corro a toda prisa hacía él con la intención de golpearlo.
Está distraído, su mirada solamente está puesta en su hija y su esposa.
— ¡Señor Miyamoto! — Grita uno de los militares.
Siento como todo trascurre en cámara lenta. Él voltea, y cuando ya estaba a segundos de golpear su rostro, logra esquivar mi ataque dejándome con el brazo extendido. De inmediato recibo un duro golpe en mi mejilla izquierda, sin que pudiera reaccionar, siento algunos disparos impactar contra mis piernas.
El dolor es insoportable que no me permite ponerme de pie, y caigo estrepitosamente hacía el suelo húmedo. El impacto al caer es total, antes de que pudiera tan solo intentar levantarme, siento como golpean mis costillas en par de veces, el dolor hace que pierda el aire a la vez que oigo el crujido de mis costillas.
Esta sensación es una tortura, pero no puedo gritar, no tengo las fuerzas para hacerlo, solamente puedo toser como única forma de expresión.
La sangre que sale de mi boca se mezcla con el agua de la lluvia.
— ¡(Y/N)! — La voz de Shizuka se oye a lo lejos, a pesar de que no estamos tan separados.
Esto solo puede significar una cosa, y es que pronto me desmayaré.
Cierro los ojos suavemente.
Las gotas de las lluvias golpean por toda mi espalda, estoy empapado y con mis costillas rotas y balas que penetran mi carne.
Si hubiera actuado con más precisión, tal vez habría podido golpear a ese desgraciado...
——————————————————————————————————————————————————————
Somnoliento, abro mis ojos ligeramente. Creo que tendré que levantarme para ir a esa estúpida escuela.
Me percato a mi alrededor que no estoy en mi cuarto, sino en una habitación similar a una enfermería, pero mucho más estrecha y siendo yo la única persona aquí.
Veo mi atuendo que es solamente una polera negra y mi ropa interior.
Es cierto, ya lo recuerdo todo.
Siento el dolor que hay en mis costillas y el entumecimiento de ambas piernas.
— Debí haberlo golpeado más rápido.
Por sorpresa, oigo la puerta abrirse.
— Aún en tu condición, sigues siendo bastante obstinado, ¿Eh? — Ingresa el padre de Rei con bastante autoridad.
No me siento intimidado a pesar de que me escuchó balbucear. Sin importar mi estado actual, sigo siendo el mismo.
El hombre toma una silla y la coloca justo a mi lado, con el respaldo hacía adelante en señal de dominio.
— Tuviste mucha suerte al sobrevivir, en tu estado cualquier persona habría muerto y no despertaría en tan poco tiempo.
— ¿Cuánto tiempo estuve dormido? — Siento curiosidad por saberlo.
— Unas 15 horas — Responde sin titubear — Todos están preocupados por tí, estuviste acompañado la mayor parte del tiempo por tus amigos.
Libero una sutil risa incómoda.
Con dudas de que esto tratase de una broma, desconfíe de su respuesta, pero por su expresiones faciales, no era un hombre que debía realizar aquel tipo de juegos.
Así que debo creer en ello.
— Debería sentirme afortunado — Bajo la mirada con la intención de mirar mi abdomen.
— Y por muchas cosas más deberías estarlo.
Levanto la vista ante tales palabras.
— ¿Qué quiere decir? — Con mayor uso de razón, me pregunto de por qué ha ingresado primero.
— Mi hija me contó todo, me dijo que ingresaron a la oficina de policía y que revisaste tu expediente(...)
— ¡Bah!, eso... — Lo digo casi como si no me importara, pero la verdad es que estoy muy débil como para sobrereaccionar, todo mi cuerpo está adolorido y tengo mucha fatiga que no puedo ni siquiera moverme.
Solo me queda escuchar lo que ese desgraciado tiene que decir.
— ¿Quieres saber por qué lo hice verdad? — Inclina su cuerpo hacía mí.
— No tengo nada más que hacer — Suelto un bufido, trato de no mostrarme demasiado expectante. En mi cabeza, éste es el momento que he estado esperando.
— Recuerdo aquella noche, era invierno y llovía bastante. Recibí a tus padres por que insistieron en hablar conmigo, por lo que tuve que recibirlos en mi oficina — Saca de su camisa un cigarro y juega con él pasándolo de un dedo a otro — Eran muy serios, bastante frios que hasta yo me estremecí, recuerdo también que tu madre sacó de su cartera una fotografía tuya, con tus datos personales escritos a mano(...)
Con más misterio en su relato, extrae de su bolsillo un encendedor, y procede a prender el cigarrillo, ignorando completamente mi estado de salud.
—(...)Esa mujer me pidió casi como si fuera una orden que no cayeras en prisión. Estuve confundido, no recordaba haberte detenido, así que le pregunté(...)
Procede a llevar el cigarro a su boca y fumar por alrededor de 3 segundos antes de volver a narrar su historia:
— ¿Cuándo fue detenido?
— Todavía no lo está, pero vendrá aquí muy pronto y en varias ocasiones — Mencionó tu madre muy segura de si misma.
— Sabemos que está oficina está un poco deteriorada — Interrumpió tu padre antes de que pudiera seguir preguntando — Sus murallas están opacas, y tanto el equipamiento como los uniformes están obsoletas.
Sin decirme nada, sacó de su traje un cheque que ya había sido rellenado antes de venir.
Con inseguridad, tomé aquel papel y quedé sorprendido con el monto, era impactante, una cifra que definitivamente solucionaría todos nuestros problemas financieros.
— Confíamos en su criterio oficial — Esa mujer se puso de pie, y volteó para marcharse sin siquiera despedirse.
Por otro lado tu padre hizo lo mismo, se marchó sin decirme nada.
Estaba confundido, tu fotografía seguía en mi mesa junto a ese cheque. Fue en ese entonces que investigué todo acerca de tí, nadie dentro de la oficina conocía el motivo de esa extraña reunión.
— ¿No pensó en destruir ese cheque? — Pregunto al contemplar su rostro confundido al rememorar esa historia.
En ese minuto, el Señor Miyamoto volvió a fumar un poco más antes de responderme:
— Quería hacerlo, solamente quería destruir ese papel, pero fui cobarde de no intentarlo y no estar arrepentido de ello después. Investigué sobre tí, y tus múltiples problemas en primaria para conocerte mejor, por eso que decidí guardar el cheque en tu expediente y ser la única persona en manipular ese papel, fue la única solución que me permitiría dormir por las noches.
—¿Jamás lo comentó con alguien?, ¿Su familia o superiores tal vez?
—La única que sabía de esto era mi esposa, mi confidente. Sin embargo muchas veces hablé de tí sin revelar tu nombre cuando eras detenido, no creas que fue fácil para mí hacer esto, verte cada vez ingresar a la sala de interrogatorio me producía una angustia tortuosa — Fuma una vez más — Mi vida pendía de un hilo, debía esforzarme por encontrar alguna excusa para no llevarte a la cárcel.
— ¿Qué hay de lo que le dijo a Rei sobre mis padres? — Lo miro fijamente.
— ¿A qué te refieres?
— "Que son unos padres maravillosos", que clase de eufemismo es ese — Le recalco ese punto con modestia. Todavía recuerdo ese comentario que lanzó Miyamoto cuando estábamos en la oficina de policía.
De pronto, como si estuviera todo preparado de antemano, la señora Miyamoto abre la puerta e ingresa a esta improvisada sala de recuperación.
— Creo que llegué en el momento oportuno — Comenta con una gran sonrisa — Cariño, es hora que te vayas, han preguntado mucho sobre tí.
— Está bien — Se levanta de su silla — Lo dejo en tus manos.
Se retira sin problemas de la habitación, dejándonos a la señora Miyamoto y a mí solos.
— ¿Cómo te sientes? — Pregunta con una ligera sonrisa.
— Nada mal.
— ¿Quieres saber lo de tus padres verdad? — Va directo al grano.
— Sí.
Se acerca a mi lado para sentarse en la silla que fue utilizada por su marido.
— Tal vez no lo entiendas ahora, pero créeme que tiene todo el sentido del mundo. Nadie nace sabiendo como criar a nuestros hijos, es un desafío muy arduo y que no es fácil de afrontar — Detiene su relato para mirarme a los ojos — Con tu historia, pude confirmar ciertas ideas que tenía alojadas en mi cabeza, créeme que no fue sencillo para mi marido afrontar esta situación, es algo fuera de lo común, sin embargo, todo tiene sentido al conocer el trasfondo de sus acciones.
— ¿Qué quiere decir? — Me muestro intrigado al escucharla.
— Solo querían protegerte, sé que es poco convencional, pero todo tiene sentido si te detienes a analizarlo.
— ¿Por qué está tan segura de ello? — Adopto una expresión de indignación que me es difícil de disimular.
— Consideralo de esta forma, te formaron desde pequeño para que fueras independiente, tal como lo hacen las madres lobos con sus crías. Entiendo tu situación (Y/N), sé como te sientes, pero ser padre no es fácil y ellos te forzaron a vivir experiencias que te harían más fuerte a futuro, como: Estar en una escuela diferente, conocer el camino de regreso a casa, cambiar a tus niñeras cada cierto tiempo — Toma un breve respiro antes de continuar — Sin embargo a pesar de todo, ellos no querían que fueras a parar en la cárcel, estoy segura que no deseaban verte sufrir en ese horrible lugar, si tuviera todos los medios disponibles, créeme que habriamos hecho lo mismo por Rei.
Sigo sin entenderlo del todo. Pero, tal vez sea la debilidad de mi cuerpo que puedo receptar con mayor atención a sus palabras.
Tiene algo de sentido, es bastante lógico, considerar que esa sea la única manera que ellos sabían de como criar a sus hijos a través del dolor y el sufrimiento, por que así fue como ellos vivieron su niñez: Mamá siendo de clase media debió sobrellevar con muchas cosas para vivir el día a día; Mientras que Papá seguramente fue presionado por su familia para convertirse en alguien influyente en la Sociedad.
Que hayan gastado sumas importante de dinero en mí, me hace considerar que ellos me amaban a su manera. Sin tener las herramientas afectivas para cuidar de mí, ellos intentaron inculcarme la responsabilidad financiera desde muy pequeño.
Estoy confundido, con cada pensamiento que se me viene a la cabeza creo que puedo entenderlos más y eso no me gusta en lo absoluto.
"(...)¿Acaso no lo ves? , ¡Lo tienes todo y aún así decides vivir como un idiota!(...)"
— Necesito un tiempo a solas — Le digo mientras cierro mis ojos al recordar la última discusión que tuve con Mamá.
— Lo entiendo — Muestra una sonrisa a la vez que acaricia mi cabello — Por cierto, eres el primero que debe escuchar esto, pero el rescate se ha atrasado por tiempo indefinido, no sabemos cuanto tiempo la gente podrá mantener la cordura dentro de la escuela...en fin, deseo que te recuperes pronto.
Se levanta de su asiento para posteriormente marcharse, con su último mensaje un tanto escalofriante.
Me siento abatido y confundido con esta nueva información acerca de mis padres. No sé qué debería hacer ahora.
Todo tiene sentido para mí ahora, todas esas dudas que parecían no tener respuestas ahora las tienen.
Cierro los ojos por un instante, quiero desparecer e ignorar todo a mi alrededor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro