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Capítulo 53

Si tuviera que hablar sobre mi mismo, ¿Por dónde empezaría?. Posiblemente todos comenzarían a narrar su vida desde su nacimiento.

La mayoría al nacer, son recibidos por los especialistas médicos y entregados finalmente a sus madres, quienes los reciben con mucho amor y cansancio después de un largo y doloroso parto.

Claro, ninguno de nosotros recuerda ese hecho con claridad, nadie, me atrevería a decir que tiene ni siquiera conciencia de ésto.

Pero por lo que se solía decir entre los empleados de nuestra casa,mi madre no quería que yo me recostara sobre su pecho, que fue obligada a darme a luz, por que habría sido poco honorable y poco creíble perderlo por causas "naturales".

Siempre crecí con la idea de que mi llegada a este mundo fue un verdadero problema más que una bendición para mis padres, y cada cierto tiempo, la vida me lo recordaba las veces que fuese necesario.

"(...)Hay días en los cuales no sé por que decidí darte a luz"

Esa fue la última vez que oí la voz de mi madre antes de marcharse a China...

En el reino animal, es común que los padres guíen a sus hijos, los lobos por ejemplo, protegen y se convierten en modelos a seguir para que el cachorro pueda desenvolverse mejor en una manada; En cambio, yo fui criado de forma similar a una lagartija: Abandonado por su madre al ser una molestia dentro de su ser, y dejarlo libre sin culpa alguna.

No recuerdo haber tenido momentos de crianza con Mamá y Papá, siempre me sentí como un parásito, una molestia que debía valerse por si solo.

¿Quitarme la vida?, ¡Jamás!, eso sería darle el gusto a ambos.

Mi padre, era un ser de lo más detestable, no sé si ha sido así desde siempre, o desde que obtuvo el puesto de Gerente en una empresa exportadora de alimentos.

Francamente no quiero conocer la respuesta.

¿Qué puedo decir acerca de él?, ¿Hay algo bueno que pueda rescatar?, definitivamente no. Es un tipo bastante serio e intransigente, él tenía siempre la última palabra en todo, las decisiones más mínimas debían tener su aprobación, su vida era ser el gerente de nuestras vidas y yo lo destestaba por ello.

Desconozco bastante sobre la vida personal de mi padre, jamás conocí a mis abuelos o tíos, no sé de dónde proviene ni dónde estudió. Su vida es un total misterio, una muestra clara de que nunca tuvimos una relación Padre-Hijo como todos los demás.

Sin embargo, a pesar de lo evidente, se jactaba de conocerme, como si hubiera dedicado un minuto de su vida en conocerme:

"¡No eres más que un cobarde (Y/N)!, eres incapaz de afrontar tus responsabilidades como un hombre"

"¿Te dices ser inteligente y me lo preguntas?"

Pero hay algo que si conozco de aquel hombre que dice ser mi Padre: Él es una persona bastante influyente, sé que tiene contactos por todo Japón. Para Papá, con el dinero podías arreglar tu vida, por eso no era de extrañarse verlo con camisas refinadas o automóviles de lujo.

"Si está disponible, puedes pagarlo"

Ese era su mantra.

No era de sorprender que para mi cumpleaños solo dejara encima de la mesa un sobre con dinero. Una cantidad no menor para un chico de 6 años que no tenía consciencia sobre el mundo capitalista que lo rodeaba. Jamás tuve una fiesta como todos los niños, jamás recibí un regalo envuelto en papel, solamente tenía billetes de alta denominación para gastarlo en lo que yo quisiera.

"Si está disponible, puedes pagarlo"

¡Vaya mentira!, ese estúpido mantra solo se aplicaba para si mismo.

Maldito perro egoísta.

¿Y qué hay de Mamá?, aquella mujer, quien según todos los estándares de crianza, debía ser mi protectora, mi guía, la mujer a la cual yo debía entregarle mi total obediencia, jamás me entregó por si misma alguno de esos valores tan preciados por los seres humanos. A pesar de los sentimientos encontrados que suelo tener, por que alguna vez mostró algo de piedad al acariciar mi espalda cuando estaba vomitando producto de la comida descompuesta.

Ese pequeño gesto fue el único momento en que pude conectarme con ella, pero a pesar de ese acto de socorro tan maternal, yo ya era consciente de que ella nunca quiso ser madre, jamás quiso parir a una criatura y hacerse cargo de él.

En los pasillos de nuestra gran casa, los sirvientes comentaban muy a menudo que Mamá era una mujer de clase media-baja y que pese a ser socia de la empresa de mi padre, ella tan solo se acostó con Papá para salir de su miserable vida sumida en la pobreza.

La verdad es que no sé que tan cierto era ese rumor, pero al no conocer la versión de mis padres me incliné por esa historia y la adopté como verdadera.

Pero a pesar de la vida ostentosa que podía jactarse de vivir, llena de joyas y vehículos último modelo, ella insistía demasiado en inscribirme en una escuela pública, jamás comprendí por qué. Tal vez por su origen miserable ella quería que yo viviera el mismo infierno por el que vivió.

Posiblemente haya sido como una suerte de castigo por venir a este horrible mundo...

...Aún recuerdo aquella vez, cuando iba en párvulos, debía tener unos 4 años en aquel entonces, recuerdo que volvimos de un viaje que hicimos por eso de las 8 de la noche de un día viernes. Como era lógico, los padres debían recoger a sus hijos a las afueras del establecimiento. Pasó una hora, y todos los niños e inclusive los maestros se fueron, tuve miedo, sabía que anochecería y ni siquiera los empleados de mi casa tuvieron la decencia de recogerme, así, con sollozos tuve que emprender un largo viaje hacía mi casa con la oscuridad acechando tras mis pasos.

Después de ese crudo momento, puedo decir que me volví alguien con mucha desconfianza y recelo. Algunos dirían que los empleados y sirvientes cubren aquella función, pero no es así. Los empleados solían ser esporádicos, cada tres meses solía venir otra niñera a cuidarme, que jamás quise crear un vínculo con ellas.

Ni siquiera puedes demostrar afecto por alguien que no seas tú!, ¡Nunca haz valorado lo que otros hacen por tí! ¡Eres un maldito egocéntrico (Y/N)!

¿Cómo quería mi madre que sintiera afecto por otro ser humano?, ¿Si a las únicas personas con quienes intenté crear un lazo afectivo se esfumaban de mi vida?

No quería volver a sentir ese horrible sentimiento de soledad nunca más. A mi temprana edad estaba consciente de que solamente estaban allí por el dinero y nada más.

Ellas jamás me amaron en realidad...solo era un trabajo más.

¿Y qué hay de la escuela?, ¿Qué hay de mis compañeros y de los maestros?, pues, jamás pude encajar. Siempre fui catalogado como un chico problemático, en todas las escuelas públicas a las que iba, solucionaba mis diferencias con golpes. Como era de esperarse, los padres de aquellos niños levantaban reclamos en mi contra para que fuera expulsado, ¡Claro!, era más fácil culparme a mí que culparse a ellos como padres.

¿Por qué?

Pues...sus hijos me provocaron, se burlaron de mí e inclusive robaban objetos de mi mochila, ¿Mi pecado?, provenir de una familia más acomodada que la de ellos, la endivia salía de sus poros por ver los privilegios que yo tenía. Sin embargo, toda esa riqueza era un espejismo que no era real, solo era un manto que cubría mi triste soledad con opulencia.

Jamás pude reconciliarme con alguno de mis compañeros, luego de las brutales palizas que les propinaba producto de la ira y de la frustración, todos los del salón me aislaban. Nunca tuve amigos, nunca fui a una fiesta de cumpleaños, ni siquiera estudié con alguien para los exámenes finales, y ni mucho menos fui de viaje la playa para las vacaciones.

La soledad era mi única compañía...

Definitivamente nunca entendí por qué Mamá y Papá insistían en inscribirme en aquellas escuelas, en todas ocurrían exactamente lo mismo, en todas era catalogado como un bravucón. ¿Por qué nunca fui a una de esas escuelas destinadas para la élite?, ¿No debería reunirme con aquellos de mi misma clase social?, ¿O un profesor personal para evitar tal sufrimiento y malos momentos?.

No los entiendo, jamás los entendí y dudo que pueda entenderlos alguna vez. Pasé poco tiempo con ellos que soy incapaz de encontrar buenos momentos, sólo puedo recordar discusiones, indiferencias y desinterés.

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Inhalo y exhalo en reiteradas ocasiones sin perder el ritmo al caminar.

Las gotas vuelven a golpearnos, haciéndonos recordar que la lluvia todavía no ha cesado.

Inclino mi cabeza al suelo y camino cada vez más a la retaguardia.

Siento vergüenza, es increíble que les haya contado esa historia.

Qué patético...

Lejos de sentirme mejor, me siento indefenso y descubierto. Puedo verlo en sus miradas, ellos intentan comprender mis distintas acciones y encontrar cierto vínculo con la historia que les acabo de narrar, tal como lo haría un psicólogo.

— Grrr... — Gruñe Zeke de manera imprevista.

A lo lejos se divisan algunos de "Ellos".

La Diosa de la fortuna está conmigo nuevamente, ésto será un distractor.

— ¡Rayos!, estamos tan cerca de la escuela — Se lamenta Komuro.

— Eso explica por que hay tantos de "Ellos", hay personas custodiando la escuela — Saeko realiza una deducción totalmente lógica

— Cuento 20 de ellos aproximadamente  — Comenta Takashi — Y no tenemos escapatoria.

Vemos como lentamente se acercan.

Estamos ansiosos, sabemos que las únicas salidas son vivir o morir.

— Nosotros acataremos tu decisión Takashi — Busujima le entrega su respaldo.

— ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? — Pregunta la señora Miyamoto con inquietud.

—  No necesitas preocuparte Mamá, Takashi es asombroso — Rei intenta tranquilizar a su madre.

— (Y/N), ¿Cómo se ve atrás? — La madre de Rei voltea a dirigirme la palabra.

Observo detenidamente a nuestro alrededor, y lo que veo no luce para nada prometedor.

— Tengo un mal presentimiento, suena extraño decirlo, pero...ellos están encima de nosotros.

Apunto hacía las ventanas de las casas, viendo con mis propios ojos como algunos de esas bestias nos observan.

Tal vez sea mi paranoia, pero me siento bastante observado, a pesar de que ellos no tienen desarrollado el sentido de la vista...

— No nos queda otra opción, yo haré el primer disparo — Komuro recarga su arma.

Inmediatamente, apunta hacía el grupo de muertos vivientes que se nos aproximan.

— Disparen sin misericordia — Recalca Takashi.

"BANG!"

El certero disparo, hizo que el cuerpo cayera estrepitosamente hacía atrás

Como un grupo de guerrilleros, atacamos sin misericordia a los demás cuerpos estupefacto que se mantenían de pie.

Rei y su madre fueron las primeras en abalanzarse, con una coordinación espectacular lograron derrivar a dos de "Ellos".

Por su parte Busujima, con su ágil habilidad con la espada decapitó por sí misma a dos más.

En tanto, Saya y Kohta disparaban con sus rifles a todo aquel que se moviera. Hirano, extrae de su bolsillo una pistola más pequeña y la utiliza como si fuera un juguete.

Komuro, quien está a un costado de todo este caos, dispara con su arma a más de uno, para regresar junto a Kohta:

— Veo que te estás divirtiendo.

— Es divertido — Responde Hirano sin despegar la mirada de sus objetivos — Tienes que decirte eso a tí mismo, de otro modo eso te destrozará.

Algo hizo "click" en mí al escucharlo decir eso.

Contemplo a Saeko  que lucha cambiando su mirada, por su expresión más maniática.

Al verla luchar de esa forma, con total libertad sin importar nada, me hace desear lo mismo. Sus elegantes movimientos, y la energía que transmite, me hace recordar el por qué la considero como mi alma gemela.

Tengo muchos sentimientos encontrados dentro de mí, que necesito canalizarla de alguna que otra manera.

Había olvidado tan bella sensación, sentirme libre mediante la violencia es el bálsamo de mi alma que busca una salida a ésta tormentosa vida.

— Ahora es mi turno — Me hago espacio entre mis camaradas al mismo tiempo que exhibo mis pistolas.

Corro con toda velocidad hacía la multitud de cadáveres digno de una estrategia kamikaze. Con bastante precisión logro disparar a mis objetivos al mismo tiempo que tengo cuidado con mis compañeros de batalla.

Ésto parece una guerra campal, el ruido de la sangre derramada, la lluvia y el sonido de las balas me produce un sentimiento fuerte de adrenalina que ignoro completamente el miedo a la muerte.

Disparo tras disparo, no me contengo y ni tengo piedad contra mis rivales. Si tengo que disparar a quemarropa en sus cabezas o a alguna extremidad, no me importa, sé que con cada movimiento que haga nos dará la ventaja que necesitamos para salir adelante.

Si caigo, tengo la confianza plena en que mis amigos me vengarán y harán que mi caida no haya sido en vano.

A medida que nos hacemos paso entre los cadáveres, la idea de utilizar mi cuchillo me emociona más.

— ¡Rei!, ¡Cúbreme! — Grito a la chica de segundo año.

— ¡Yo lo haré! — La madre de Miyamoto me ofrece su ayuda, evitando que las sucias manos de esos seres toquen mi cuerpo.

Con un par de movimientos rápidos, me permito extraer mi arma blanca listo para atacar.

Como un asesino, ataco sin misericordia a mis potenciales víctimas. Corte tras corte, derramo la sangre de quienes alguna vez fueran personas de bien.

"La vida es injusta"

No dejo de repetir eso en mi cabeza, los primeros en ser convertidos deberían haber sido los delincuentes y las parias, pero al contrario, no ha sido así, la gente de buen corazón fueron los primeros en ser convertidos.

¿Por qué lo creo?

Por que son incapaces de matar y de luchar por sus vidas con tal de practicar la bondad.

Y eso me genera rechazo, las personas bondadosas no tienen la capacidad de sobrevivir si no se entregan a sus instintos más salvajes. Estoy seguro que el mundo lentamente será dominado por personas deshonestas y violentas.

Y yo pretendo estar ahí cuando eso ocurra.

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