— ¡NO! — Grita la mujer con una especie de lanza en su mano bajo la inmesa lluvia que nos golpea — ¡Me obligan a salir para conseguir las cosas que ustedes necesitan!, ¡¿Y ahora resulta que no puedo entrar?!. ¡Lamentarán el día que se cruzaron con Kiriko Miyamoto!

Aprieto mi puño con fuerza al escucharla decir eso.

Conozco perfectamente ese sentimiento  de no ser recompensado por tus acciones. Pero a diferencia mía, todas las acciones que realizó lo hizo bajo la mirada de todos; mientras que a mí, yo tuve que actuar en las sombras sabiendo que eso no cambiaría nada.

De todos modos, tanto el resultado de esa mujer y el mío terminaron igual: Con el rechazo de los demás.

— ¡Takashi — Oigo a Saeko susurrar — ¿Es esa la persona que estamos buscando?

— Estoy feliz de que al menos...parece que se encuentra bien — Komuro responde con una endeble respuesta al no entender lo que está sucediendo en frente de sus ojos.

De pronto, un pequeño espacio se abre entre la pila de muebles.

Para nuestra sorpresa, una escopeta sobresale de la abertura:

— ¡No nos interesa!, ¡Vete de aquí!, ¡Juro que dispararé! — Se le oye decir a un hombre de nos más de 50 años gritar.

— ¡MALDITOS COBARDES! — Grita la mujer con ira al acatar sus órdenes.

Realizo una mueca de disgusto por lo que acabo de ver, sintiendo incomodidad ante aquellas personas que la arrojaron a la calle como a un animal.

— ¡Mamá! — Se abalanza sorpresivamente Rei a su madre con mucha alegría y lágrimas en sus ojos.

— ¿Re...Rei?...¡Rei! — Se sorprende la madre al reconocer inesperadamente a su hija — ¡Oh Takashi!, ¡Tú también estás aquí!

Realiza una reverencia rápida al vernos a todos.

— ¿Sabes que gritar los atraerá verdad? — Rei se acerca de frente a su madre — ¿Pero que haces sola aquí afuera?

— Me sentía mal por no poder ayudarlos — Comenta observándo hacía la pila de muebles — Fui para conseguir comida y algunas otras cosas para nuestros vecinos y ahora ellos no me permiten entrar. Al principio todo era perfecto, pero todo cambió cuando le permitieron a un extraño que les lavara el cerebro contra mí.

— ¿Aquel hombre del arma? — Pregunto con bastante atención su historia.

— Así es.

— ¿Por qué están en su contra? — Realizo una nueva pregunta con interés.

— Debe ser por mi experiencia en las fuerzas policiales. Dudo mucho que qusieran aceptar a una mujer policía dirigirlos. En otras circunstancias habría sido muy factible, pero ahora la desconfianza es mayor.

Tiene lógica, es algo similar a lo ocurrido en el Centro Comercial con Asami, pero en este caso, ellos prefirieron tomar la iniciativa y expulsarla totalmente.

A pesar de su entrega, aún así decidieron dejarla de lado. Algo que para mí es imperdonable.

— Si vienes podemos salir de aquí juntos — Takashi le propone unirse a nuestro grupo.

— Suena casi como si me pidieras escaparme contigo.

La mujer toma su mejilla coquetamente ante la incomodidad de Komuro.

— Pero, ¿A dónde van? — Cambia su rostro a un más serio — Si no tienes una clara idea hacía donde nos llevas no vale la pena. Tenemos otras cosas de que preocuparnos a parte de sobrevivir. ¿Tienes alguna idea?.

— La tarde de pasado mañana las fuerzas de autodefensa iniciarán algún tipo de evacuación en el Centro Shintoko — Responde Takagi por Takashi — Vimos en la estación de policía una "Alarma J" que está funcionando ahora mismo. Creo que será nuestra primera y única oportunidad de evacuación.

Al oír nuestro plan, la madre de Rei, voltea hacía la pila de muebles:

— ¡En dos días más, las fuerzas de autodefensa evacuarán a las personas que se encuentren en en Shintoko!, ¡Nosotros iremos hacía alla!, ¡Si alguien quiere es libre de venir con nosotros!

Su nobleza me cautiva por completo, su  voluntad para ayudar a los demás continúa a pesar del trato recibido por quienes alguna vez fueran sus vecinos.

Luego de un largo silencio, se oye a alguien gritar:

— ¡Estas mintiendo!, ¡No te creo!

— Disculpen — Interviene nuestro líder  — Soy hijo de la familia Komuro y es verdad. No hay demasiado tiempo, así que nos iremos ahora, si quieren venir es la oportunidad.

El ruido de las gotas caer son la única respuesta que recibe Takashi.

— ¿De verdad creíste que te escucharían? — Pregunto con un tono de sarcasmo.

— Había que intentarlo(...) — Responde con indignación.

Rápidamente, Kohta, que está en nuestra retaguardia se posiciona con su ojo en la mira apuntando al final de la calle:

— ¡Hay unos cuantos de "Ellos" detrás de nosotros!, ¡Estimo que están a unos 60 metros!

— Reconozco esas ropas — Observa Saeko detenidamente — Es el mismo grupo que antes. Si no nos apresurarnos estaremos en el mismo punto de donde estábamos antes. Hay demasiados y no creo que ésta barrera los pueda detener.

— Ya nos hemos dado cuenta de que están aquí. Ya no les debemos nada — Komuro se refiere a sus antiguos vecinos — ¿No te importa verdad?

— No, ya no puedo considerar este lugar como mi hogar — La madre de Rei mira a Takashi con completa seguridad e indiferencia a sus vecinos.

— Esa ropa...¿Es el uniforme de un policía motorizado? — Pregunta Kohta al mirar su vestimenta de color azul y blanco.

— ¡Pero que cosas! — Sonríe la mujer genuinamente — Deberías estar al tanto de esto. Lo usé cuando trabajé en la unidad de tráfico  y lo saqué del armario cuando todo empezó. Me alegra que mi talla no haya cambiado mucho.

Libero un bufido de hastío, por que este no es el momento de hablar de moda.

Miro a Shizuka, y junto a Alice y Zeke parecen estar interesadas en el tema, ignorando totalmente la lluvia y los zombies que se acercan.

— Cuando fui asignada a trabajar en la estación — Retoma su conversación — Estaba asustada por todos quienes causaban problemas en los alrededores del distrito Kiriko, claro que eso fue hasta que conocí al padre de Rei.

Ante esto, Rei no duda en lanzar una pregunta:

— ¿Haz sabido algo de Papá?, creo que él también está en Shintoko.

— Conozco a Tadashi mejor que él, si no está muerto, seguramente...

— Lo habría hecho para salvar a alguien más — Complementa Miyamoto con bastante naturalidad.

Aprieto mis manos con enojo, pensar en ese hombre hace que una serie de emociones fluyan por todo mi cuerpo,

¿Estoy enojado?, sí lo estoy.

¿Quiero llorar?, sí quiero.

¿Estoy angustiado?, también lo estoy.

Quiero encontrarme luego con él, quiero librarme de esta horrible mezcla
de sentimientos entrelazados, que la verdad no sé como reaccionaré si llegase a encontrarme con él.

— Estaba preocupada por todos ustedes cuando vi esas armas, por un momento creí que se habían vuelto locos — Sonríe la madre de Rei — Pero veo que les ha sido muy útil.

— ¡No...no es lo que parece! — La hija de los Miyamoto no puede evitar sentirse nerviosa al percatarse de que lleva un arma delante de su madre.

— No te preocupes, ¿Les ha sido útil para sobrevivir no es así?, eso es suficiente para mí. Por cierto, tomé la lanza de tu padre sin consultárselo — Exhibe con orgullo la gran lanza que carga consigo.

— No parece ser alguien sin experiencia con esa lanza — Comenta Busujima siendo bastante observadora en el movimiento del arma.

— No, diría que no — Le responde Komuro.

— Parece tener mucha más habilidad que un policía promedio — Saeko continúa intrigada por el manejo de aquella lanza.

Una habilidad que fue heredada por Rei debo decir.

— Probablemente ella tenía una cuando era más joven — Takashi se muestra intrigado también al igual que Busujima.

— Mi madre fue la líder de una pandilla antes de unirse a la policía, eso lo explica todo — Rei pone fin al misterio de esos dos con bastante vergüenza al mencionarlo.

Lo más probable es que su madre haya pertenecido a algún grupo de carácter Bōsōzoku en su juventud, me es difícil de creer que alguien que haya luchado para evitar la jerarquización de la sociedad y levatando banderas ultra nacionalistas se haya convertido en policía.

— Bueno, ¿Nos vamos? — Propone nuestro líder.

— ¡Oh!, ¡Espera!, ¡Espera! — Exclama Kohta evidentemente emocionado — ¿Sabe como usar una pistola automática verdad?

Le entrega un arma de fuego a la madre de Rei.

— Sí, un poco.

— La encontramos en una caja de  evidencias de la estación de policía, no tenemos munición extra y el cargador está vacío.

— Oh...¿Tú nombre es Hirano, no es así?. Muchas gracias.

Ante esto evidentemente Kohta se sonroja al recibir tal halago de una mujer tan atractiva como ella.

— Parece que estamos listos — Menciona Saeko ante la inminente llegada de "Ellos".

Todos nos posicionamos con nuestras armas listos para disparar.

— No tenemos buena visibilidad si los atacamos de frente, así que no corran — Busujima toma el mando de esta batalla — No disparen hasta que les diga.

Levanta su brazo como un general de guerra.

Poco a poco comienzan a acercarse, ya  se oye  el sonido de sus pasos impactando en los charcos de agua y sus molestos gruñidos como animales salvajes que no pasan desapercibidos.

— ¡Ataquen! — Desciende su brazo para darnos la orden de disparar.