Capítulo 45
Todo está hecho un desorden.
La policía japonesa, que se jactaba de tener un sistema ordenado y disciplinado, tiene su lugar de trabajo con muchos papeles esparcidos en el suelo.
Finalmente cayeron en los mismos vicios que juraron atacar: El caos en nuestra sociedad.
Nuestros pasos son más firmes al vagar cuidadosamente por el lugar.
— Parece que todas las puertas están cerradas — Saya nos lo hace saber a todos.
Sonrío disimuladamente al oírla hablar .
Me siento seguro con Takagi, su nivel de preocupación por el detalle me da confianza y tranquilidad. Mientras todos estábamos cegados por encontrar algo, ella fijó como prioridad las entradas en caso de algún ataque.
— ¿Entonces por qué había una abierta? — Pregunta Takashi sin perder el agarre de su arma.
— Hay una mancha de sangre aquí — Rei se inclina de cuclillas al notarlo.
— Existe la posibilidad de que alguien haya entrado después de que los demás se fueran — Saeko empuña su arma con fuerza ante esta posibilidad — Entonces, ¿Cuál será nuestro próximo movimiento?
— Debemos encontrar municiones, y luego buscaremos pistas sobre el padre de Rei — Responde el líder del grupo a Busujima — Es todo lo que tengo en mente, ¿Hay algo más que debamos considerar?
Antes de que pudiera decir algo, me veo rápidamente interrumpido por Saya:
— ¿Me estás pidiendo que piense por tí Komuro? — Takagi muestra su ya conocida soberbia.
— Normalmente un líder tiene a gente que le ayuda en la toma de decisiones — Sonríe Takashi ante la intervención de la chica genio.
Ante aquella respuesta, Takagi voltea avergonzada ante Komuro. Es más que evidente que tiene sentimientos por él, la verdad es que desconozco desde cuando se guarda consigo esos sentimientos, posiblemente desde que eran niños, si me baso en la información que me dio la madre de Saya.
— ¿Puedo sugerir algo más? — Levanto mi mano como lo hace un estudiante a su profesor.
— ¿Qué propones (Y/N)? — Observa Saeko sin despegar la mirada de mí.
— Sé que puede sonar egoista, pero quisiera buscar mi expediente personal.
— ¿Estás seguro que se encuentra en ésta oficina? — Miyamoto me observa como lo hace Saeko, pero con bastante más curiosidad.
— Lo estoy, no tengo dudas de que debe haber una copia aquí. Ya he estado en este lugar antes, por lo que estoy 100% seguro.
— ¡Oh!... — Oigo la extraña reacción de Rei, francamente no esperaba algo así.
Sin embargo no deja de quitarme los ojos de encima. Me siento un tanto incómodo por ello.
— ¡Miyamoto! — Saya la hace entrar en razón — ¿Sabes dónde guardan las armas?
— Probablemente tengan un cuarto o algo — Sostiene su mentón en una actitud pensante — ¡Hey Kohta!, ¿Tú estás relacionado con esas cosas verdad?, ¿Sabes dónde pueden estar?
Hirano, con entusiasmo, demostrando toda su experiencia en armas, no duda en responder:
— Tendría que ser un lugar donde fuera fácil acceder cuando son despachadas. Estoy seguro que deben estar en el primer piso, probablemente etiquetado como arsenal.
— ¡Entonces vamos a buscarlo! — Ordena Saya con impaciencia.
— ¿Por qué simplemente no las buscamos en un mapa o algo por el estilo? — Propone Takashi de manera muy inocente como para ser un líder.
— ¿Realmente piensas que la policía sería tan estúpida como para marcar en donde están sus armas para que cualquier idiota de la calle los pudiera encontrar? — Camina hacía la pared, en donde hay un mapa del cuartel.
— Parece que no hay ninguna descripción del cuarto en la parte trasera y a la izquierda — Sorprendentemente, Busujima realiza un análisis fugaz del mapa.
De inmediato, se mueve en dirección hacía aquella habitación antes mencionada.
— ¡Hirano!, ¡Cúbrenos! — Le pide Komuro mientras va detrás de ella.
Por mi parte, me dedico a proteger a Shizuka, Alice y Zeke.
Nos desplazamos como un pelotón por los amplios pasillos del cuartel de policía a una distancia muy amplia de Saeko y Takashi.
Inesperadamente, vemos como dos cadáveres surgen de una habitación para atacar a Busujima y a Komuro, pero con gran destreza, logran derrotarlos sin problemas.
Aceleramos el paso para no quedarnos atrás.
— Probablemente ellos sean los que entraron después de que el lugar fuera abandonado — Saeko muestra sonrisa poco normal, disfrutando del descanso eterno de aquellas personas que alguna vez fueran humanos.
Camino un poco más con mucha curiosidad. Doy un vistazo a los cuerpos que están en el piso, hasta que algo llama mi atención:
— Parece ser una pareja, posiblemente buscaron ayuda después de ser mordidos...para su tranquilidad, estuvieron juntos en sus últimos segundos de vida.
El romance de aquella pareja me conmueve, una fibra sensible tocó mi alma.
— ¿Qué?, ¿Una pareja? — Busujima se muestra sorprendida ante mi observación.
Señalo un teléfono celular con una pequeña cruz como adorno, junto a una fotografía en el reverso del dispositivo.
No puedo dejar de mirar la fotografía.
Tengo un repentino sentimiento de angustia recorriendo por cada rincón de mi cuerpo. La imagen que vi en mis pesadillas se manifiestan una vez más, la probabilidad de matar a mis amigos me hace sentir tristeza de tan solo considerarlo. Aunque sea una posibilidad no tan lejana, no tendría el valor de cometer tal acción.
Detesto pensar en eso, ya no quiero tener esta idea rondando por mi cabeza
— Oye Takashi — Rei intenta llamar su atención.
— ¿Qué ocurre?
— Me imagino que la armería probablemente debe estar cerrada con algún tipo de llave. De ser así, solamente las personas encargadas pueden entrar.
¡Que bien!, ¿Por qué no pensamos en eso antes?
— De ser así, encontraremos la forma de hacerlo, incluso si debemos derribar la puerta.
Sin perder más tiempo, nos movemos por los pasillos de la oficina de policía hasta que finalmente logramos llegar a la habitación.
— ¡Ahí está! — Exclama Kohta con mucha emoción.
— Está cerrada, parece quw necesita un código para ingresar — Komuro mueve el picaporte de la puerta — Tan solo debo disparar para después abrirla.
— ¡Detente! — Le pide Hirano antes de que pudiera apuntar con su rifle — Tendrías que utilizar muchas balas para eso.
— ¿Debería disparar alrededor de la puerta? — Titubea Takashi — Bueno...no importa, dudo que podamos derribarla, incluso si hacemos algunos orificios.
— Tal parece que la cerradura es a prueba de apagones — Examina Kohta con su gran vista — Pero probablemente el EMP lo haya descompuesto...¡Ya sé!. ¿Alguien sabe cuando fue la última vez que la estación fue reconstruida?
Nos pregunta como si pudiéramos responder facilmente a ello.
Alice gira su cabeza en señal de desconocer aquella información.
— Fue cuando mi Padre se transfirió, supongo que cuando éramos estudiantes de párvulos — Responde la única persona que conoce de aquel dato: Rei.
Kohta observa a Saya de manera sumamente siniestra, como si ella pudiera tener alguna solución.
Takagi se siente un poco intimidada ante su mirada, pero rápidamente reacciona:
— ¿Lo sabes todo acerca de romper y entrar verdad?(...) — Se inclina para sacar algo de la mochila de Kohta.
En ello, noto como Shizuka muerde sus labios conteniendo su risa. En un viaje rápido por mi mente, creo poder comprender a lo que se refiere.
Rayos...desearía no haber malinterpretado eso, parezco un niño que todo le hace gracia.
— Este aparato es bastante útil para operaciones de encubierto — Extrae un taladro de uso manual — Deberías agradecerme por tenerlo.
Trato de saber de dónde logró sacar eso, ¿De la escuela?, ¿Del centro comercial?, ¿O tal vez de su mansión?
Por más que lo intento, lo primero que se me viene a la cabeza es: Deus Ex Machina.
Pero por más que las fuerzas divinas nos ayuden, me siento agradecido por tener esa herramienta con nosotros. Durante mis salidas nocturnas utilicé herramientas similares para robar vehículos, con mi experiencia no nos tomará bastante tiempo.
— ¡Es cierto!, ¡No soy digno! — Hirano realiza una reverencia ante Takagi, humillándose y elevando el ya alto ego de Saya.
De inmediato, arrebato la herramienta de las manos de Kohta y procedo a utlizarlo para romper el marco que rodea la puerta, precisamente cerca del picaporte.
— ¡Eh! — Exclama Hirano desconcertado.
— ¿Crees que puedes hacerlo? — Se inclina Saeko al verme concentrado.
— No lo sé, pero creo que tengo una idea — Posiciono la herramienta e intento romperlo lentamente realizando movimientos circulares — No debe ser más difícil que robar vehículos, las alarmas no sonarán.
— ¿Robaste vehículos? — Oigo decir a Rei con curiosidad.
— Sí, muchas veces fui detenido en esta oficina de policía — No aparto la mirada de mi trabajo, observando como se rompe lentamente.
— ¿Entonces...? — Miyamoto parece estar muy sorprendida, pero su tono de voz denota como si quisiera decir algo más.
Además, presiento como no deja de mirarme a pesar de que no pueda corroborarlo con mis propios ojos.
Luego de varios minutos, en donde mis brazos ya no dan para más, creo que por fín pude aflojar un poco la puerta. Un golpe sería suficiente para derribarlo.
— ¡Guau!, ¡Guau! — Oímos el ladrido de Zeke cerca de las escaleras.
— ¡Oficial Kato! — Grita Miyamoto horrorizada.
Volteo para verlo con mis propios ojos.
Siento escalofríos al ver a ese policía convertido en uno de ellos, pero no precisamente por ser un monstruo, si no por que logré reconocerlo al instante.
Él fue uno de los policías que me llevó a la sala de interrogaciones.
Busujima reacciona rápidamente, y procede a atacarlo:
— Parece que intentó suicidarse luego haber sido mordido — Vemos como en su pecho hay un gran rastro de sangre.
Con su espada, Saeko la clava milimétricamente en su cabeza de aquel oficial de policía.
Sin embargo, atrás de él, hay otro de "Ellos" ahí, esperando como un cazador a su presa.
— ¡Yo me ocuparé de él!, ¡Dense prisa y entren! — Nos ordena Busujima.
Komuro, con iniciativa patea en reiteradas ocasiones la puerta de la habitación hasta aflojar la cerradura.
La puerta se abre lentamente, pero Takashi, con impaciencia toma del picaporte para acelerar el proceso.
Acompañado de Hirano y de Saya, ingresamos a la habitación.
— ¿Pero qué?... — Se pregunta Kohta con una expresión de desilución — Ya no queda nada...
Un fuerte sentimiento de impotencia nos invade por completo al ver que toda la habitación fuera saqueada. Las cajas fuertes y los muebles destinadas para las armas quedaron totalmente vacías.
Me siento frustrado, todo el esfuerzo que hicimos fue en vano.
¡Mierda!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro