Capítulo 42
¡BANG!, ¡BANG!, ¡BANG!
La insistencia de Hirano con "Ellos" nos deja atónitos a todos.
Kohta no duda en rematar las veces que sean necesarias contra un solo oponente que es incapaz de pedir clemencia por su existencia.
— ¡Vamos Hirano!, ¡¿Qué estás haciendo?! — Le grita Takashi al solitario muchacho — ¡Deja de disparar!
— ¡Los guiarás directo a nosotros! — Insiste Saya con preocupación.
— Me aseguraré de acabar con todos ellos — Nos responde sin importarle nada, con la mirada perdida y fuera de si mismo.
Ha estado así desde la mañana, no es él mismo de antes. La muerte de Asami le afectó notoriamente, estoy seguro que busca alguna válvula de escape para soportarlo.
Increíblemente, Hirano logra acabar con cada uno de ellos con su ya conocida destreza.
— Todo está bien — Deja ver una mirada confiada en su rostro.
Saya, lo observa con inquietud:
— ¿Por qué tú...?
Pero sorpresivamente, Kohta apunta a Takagi y a Takashi con su arma.
No creo que sea capaz de hacerlo...
Tendré que evitarlo.
Sigilosamente, me equipo con mis nudilleras para un ataque sorpresa.
Sin embargo, antes de que pudiera actuar, Hirano desvía su rifle y dispara a uno de "Ellos" que estaba detrás de Alice y de Shizuka.
Nos sorprendió mucho su abrupto movimiento.
— Pan comido — Sonríe el chico de lentes como si todo estuviera bien.
— ¡Demonios!, ¡Cierra la boca! — La paciencia de Saya se está agotando — Veremos si con esto aprendes de una vez por todas.
Extrañamente, apoya su mano derecha en la mejilla de Hirano con bastante presión.
— Pero...esto es pan comido... — Susurra Kohta casi como si pudiera pronunciar solamente aquellas palabras.
Con fuerza, Saya canaliza todas sus energías para desestabilizar a Hirano.
Sus lentes caen producto del golpe, impactando fuertemente contra el suelo.
— ¡¿ACASO NO PIENSAS QUE NO QUIERO QUE LO HAGAS?!
La exclamación de Takagi me hace recordar a una pareja y los cotidianos problemas del matrimonio.
— Pero...yo...yo...— Kohta, con lágrimas en sus ojos, trata de aliviar el dolor de su mejilla — Yo...debí disparar...¡Era mi deber!(...)
Verlo de esa forma, a un camarada de equipo, me hace sentir culpable sin razón alguna. Hice lo correcto, Hirano está sufriendo en este momento, pero si hubiera apretado el gatillo, seguramente se habría quitado la vida en ese preciso instante.
Tú no cargas con el peso de la muerte amigo, espero que nunca debas hacerlo.
Es una horrible sensación que te consume con cada segundo que pasa.
Los muertos no encuentran el descanso eterno, ellos reclamarán por sus vidas incluso en tus sueños.
—(...)Era...era...mi deber...A...Asami...¡ASAMI ME LO PIDIÓ!...!ME PIDIO DISPARAR Y NO PUDE HACERLO!
Se toma la cabeza con desesperación al recordarla.
No podemos evitar mirarlo con misericordia.
Tengo un fuerte nudo en la garganta, al igual que Hirano, me duele la partida de Asami.
Debo manterme firme, y mostrar templanza para no desmoronarme.
— ¡Kohta! — Grita Alice, a medida que se posiciona en frente de éste para consolarlo.
— ¡¿Ah?!
— No grites o "Ellos" vendrán — Susurra la pequeña niña — Te entiendo...mi padre también está muerto.
Ambos se miran fijamente con mucha melancolía.
Admito que ver a Alice tan madura y asimilando la pérdida de un ser querido me produce mucha admiración, al igual que un hermano mayor. Me animo a decir que ella ha crecido exponencialmente con cada día que pasa a nuestro lado.
De pronto, Zeke gruñe detrás de nosotros, como si algo se acercase.
Efectivamente, dos de esos monstruos vienen hacía nosotros.
Rápidamente, Saeko y Rei no dudan en abalanzarse en un movimiento coordinado y atacarlos sin misericordia alguna.
— ¡Debes poner más atención Takashi! — Miyamoto lo regaña con enojo — Si no fuera por Zeke "Ellos" nos habrían atacado por sorpresa.
— A este paso nos quedaremos sin municiones — Comenta Komuro para si mismo mientras revisa su rifle, ignorando totalmente a Miyamoto.
En tanto, Alice y Shizuka intentan animar a Hirano que continúa en el pavimento.
Me acerco a Komuro para estar junto a él:
— ¿Estás pensando lo mismo que yo? — Le pregunto a la vez que señalo mi ballesta.
— Sí, en este punto debemos disparar...pero si no lo hacemos...podríamos morir.
— Es un riesgo que no podemos tomar, sin mencionar el estado mental de Hirano y el poco espacio que disponemos en esta calle — Comento con la mirada puesta al frente en caso de algún ataque.
— Tienes razón, debemos desistir de ir a casa — Takashi está muy seguro de ello.
— ¡¿Aaah?! — Miyamoto no puede creer lo que está escuchando — ¿Pe..pero por qué?
— Todo indica que debemos enfrentarnos a un ejército de "Ellos", y las municiones se nos acaban.
— Pe...pero...¿Y mis padres? — Rei trata de argumentar pero es inútil, Takashi ya tomó una decisión.
En tanto, intento llamar la atención de Shizuka de forma muy sutil:
— Psss...Shizuka...la necesito...
— ¡Oh (Y/N)!, este no es el momento, ni el lugar apropiado — Me observa con una mirada muy lasciva que me avergüenzo de tan solo imaginar las perversiones que fluyen por su mente.
— Creo que hay un malentendido — Susurro a su oreja para evitar un escándalo — ¿Qué puedes decirme sobre Hirano?, ¿Cree que estará bien?
— La verdad, es que no tocamos ese tema en las clases de psicología, pero en mi opinión, Kohta debe estar sufriendo por un estrés abrumador.
— ¿Podría ser más específica? — Irrumpe Miyamoto en la conversación.
— En pocas palabras, su mente está siendo atacado por el shock de la situación.
— No podemos arriesgarnos y dejar que Kohta siga de esa manera — Komuro toma el hilo de la conversación, al mismo tiempo que le ofrece una goma de mascar a Rei — Seguramente podremos continuar si nos esforzamos, pero...
— Lo más probable es que Hirano muera en el camino — Le quito las palabras de su boca con frialdad — Y si eso ocurriese, Saya perdería los estribos y estaríamos acabados. Sería un efecto dominó que nos haría perder la cordura y tendríamos nulas chances de sobrevivir.
Siento una horrible presión en mi pecho, la idea de verlos morir a todos al igual que en mis pesadillas, hace que sufra una horrible y aguda ansiedad de tan solo pensarlo.
No había tomado el peso a ello, nuestras frágiles vidas penden de un hilo.
— Hirano ya ha enloquecido, ¿No es así? — Miyamoto lo observa con desconfianza.
— Culparlo no hará que "Ellos" se vayan, ni que Asami vuelva a la vida — Takashi mira a Rei por sus palabras.
— Me temo que ellos nos están rodeando — Saeko llama nuestra atención metros de nosotros, en un estado expectante ante aquellos cadáveres que se desplazan torpemente — ¿Ya terminaron?, ¿O pretenden morir como una pareja felíz?
Sin pensarlo dos veces, Takashi y Rei se mueven para luchar contra ellos una vez más.
En tanto, Alice trata de animar a Hirano para que reaccione y mueva su trasero del piso.
Shizuka, Takagi y yo seguimos a los demás para combatir y sobrevivir a este infierno.
— ¿Qué hay de Papá? — Pregunta Rei a nuestro líder.
— Lo estuve pensando — Puedo oír sus palabras — ¿Quién mejor para ayudarnos que la policía?
Busujima toma la delantera al ver como dos de esos monstruos tratan de obstaculizar nuestro camino.
Con elegancia, digna de una campeona de kendo, Saeko logra cortar sus extremidades con el filo de la espada.
Al terminar, mira con detención a Takashi:
—¿Hacía dónde debemos dirigirnos?
— Primero iremos hacía la carretera, allí no podrán rodearnos. Después, caminaremos hacía la estación de la policía del Este.
¿La estación de policía del Este?, un fuerte escalofrió sacude por todo mi cuerpo.
En ese lugar fui llevado en reiteradas oportunidades cuando era atrapado por los oficiales de policía.
Algo me dice que en esa estación encontraré las respuestas a uno de los enigmas que me ha atormentado hasta el día de hoy. Al fín podré demostrar que mis padres tenían vínculos con la policía, demostraré que Papá y Mamá sobornaban a esos bastardos para que me liberaran.
"Te dices ser inteligente, ¿Y me lo preguntas?"
Finalmente, sabré la verdad y resolveré el enigma de todo esto.
No pienso irme al otro mundo sin conocer el propósito de sus acciones.
Aprieto mi puño con fuerza de tan solo imaginar todas las respuestas que obtendré.
Elevo mi mirada para ver como a lo lejos más de esos putrefactos monstruos caminan hacía nosotros.
Sonrío nerviosamente.
Ansío conocer la verdad y demostrar que si tenía razón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro