Capítulo 40
Junto con Shizuka, somos los últimos en descender hasta el cemento de lo que alguna vez fue un aparcadero de vehículos.
Ahora...
Es una zona repleta de cadáveres vivientes que deambulan sin un propósito claro ante nuestros ojos.
— Son demasiados — Comento sin hacer mucho ruido — Debemos ser silenciosos...
— ¡Sensei!, ¡Deme la bicicleta! — Alice le pide a la mujer que ha cuidado de ella en este tiempo.
— ¡Niña tonta!, ¡Vienen por nosotros! — Le hago saber mi molestia por sus gritos.
Alice se dirige en su bicicleta junto a Zeke hacía "Ellos" que han notado su presencia. Sin embargo, nos percatamos que sostiene de la bolsa que le entregó Asami y les arroja algunos explosivos en forma de canicas que se deslizan por toda la superficie.
Éstos estallan y nos deja el paso libre para permitirnos continuar con nuestra marcha.
— ¡Eso fue asombroso! — Shizuka da unos rápidos aplausos sin que sus manos se toquen entre sí.
Todos nos alegramos por su valentía y determinación, sin lugar a dudas ha encontrado una utilidad en el campo de batalla.
— ¿De qué sirvo si no soy soy el cerebro de esta operación? — Se lamenta Saya con enojo por no ser el artífice de esta idea una vez más.
— Vamos Saya, no te lamentes, para mí continuas siendo la mejor estratega entre nosotros — Intento subir su moral con un tono ligeramente sarcástico.
Ante mi cumplido, Takagi se sonroja y me responde de la única forma que saber hacer:
— Eres un idiota — Voltea como ya es de costumbre, liberando toda su belleza "Tsundere" que la caracteriza.
Poco a poco, nos desplazamos por esta zona, con nuestra formación ya establecida.
Mi misión es cubrir a Shizuka, Alice y Zeke, a la vez, ser un apoyo para los demás.
A medida que nos desplazamos bajo el sol de Japón, la pequeña niña de cabello rosa, arroja los explosivos para mantener la vía despejada.
Pero a pesar de todo, el número de zombies aumenta, y nos están dejando cada vez más sin vías de escape.
— Mierda — Takashi se muestra molesto ante la situación.
— De verdad nos vendría bien cualquier tipo de ayuda — Señala Busujima.
— ¡¡Ayúdenme!! — Se oye un grito venir desde los vehículos aparcados a lo lejos.
— ¡Ayúdenme!, ¡Por favor ayúdenme! — Logramos divisar a un chico arriba de un automóvil pidiendo clemencia al ser rodeado por una horda de cuerpos putrefactos — ¡Lo siento!, ¡Lo siento!.
— Él debe ser quien abrio la puerta — Nuestro líder deduce la respuesta más lógica sobre como "Ellos" ingresaron al Centro Comercial.
— No creo que otra persona pudiera hacerlo — Saeko apoya la moción
— Bien, eso resuelve el misterio de quien dejo entrar a esas cosas — Comento ofuscado.
— Supongo que esto depende de mí — Se abre paso el hombre de vestimenta negra con un bate de béisbol que encontró del suelo — Haré lo que esté en mis manos para salvarlo.
Todos lo miramos con asombro.
— ¿Qué?, ¿Por qué me miran así? — Nos pregunta el musculoso sujeto de gorra oscura.
— No pareces ser ese tipo de persona — Responde Rei por todos nosotros.
En tanto, el hombre deja ver una sonrisa que me deja impactado al ser un contraste radical en su expresión.
— Además del hecho de haberme dejado llevar con esa sexy enfermera, ¿Acaso hice algo para hacerles saber que era un mal tipo?
Algo dentro de mí hace "click" al escucharlo decir eso.
Pues efectivamente tiene algo de razón.
A pesar de que en su minuto me hizo hervir la sangre, puedo verme reflejado en él. Solemos juzgar con la primera impresión que entregamos, y lamentablemente sólo hay una primera impresión que podemos entregar.
Generalmente no somos conscientes que a pesar de este horrible mundo en el que nos desenvolvemos, seguimos siendo humanos, y como tal: somos impredecibles, instintivos y tenemos una forma peculiar de pensar y de razonar. Nuestra humanidad es lo único lo que nos queda, pues seguimos construyéndonos a nosotros mismos.
Detesto cambiar de opinión, pero prefiero equivocarme en mis pensamientos por sobre mis palabras.
— ¡No lo haga señor! — Le pide Alice al verlo dirigirse hacia el chico en apuros.
— Que me llamen "Señor" me hace sentir un poco viejo...¡No necesito que me digan Señor!
Corre con la fuerza de mil bueyes hacía la horda de zombies que detectan su presencia.
Con su bate de béisbol, logra derribarlos con suma facilidad.
— ¡¿Qué hacemos?! — Grita Busujima al ver que más de "Ellos" vienen por nosotros.
— ¡Rayos!, ¡Hay unos 200 o más acercándose a las 5 en punto! — Nos alerta Kohta con los ojos puestos en la mira de su rifle.
— ¿Puedo usar el resto de los fuegos artíficiales? — Nos pregunta Alice con la voz temblorosa.
— ¡Asami irá a ayudarlo! — Para nuestra sorpresa, la chica policía rompe con la formación y se dirige a ayudar al hombre que parece tener dificultades para alcanzar al solitario chico en problemas.
— ¡¡¡ASAMI NO!!! — Grita Hirano al verla correr.
— Asami...quiero decir "Kohai", tiene un deber como oficial de policía, eso es lo que aprendí en la Academia, no puedo rendirme así nada más.
Nakaoka nos muestra una sonrisa genuina, una sonrisa que solamente puede ser entendida por su gran nivel de responsabilidad y de ética.
Tal vez no sepa mucho sobre Asami, pero me atrevo a decir que lo que más anhela hacer en este mundo es ayudar a los demás, citando a Sartre puedo reafirmar que para ella, "El compromiso no es una palabra y si no un acto", y como tal, tiene que hacerla valer.
Por Dios Asami...eres fantástica.
— ¡Komuro! — La voz de Hirano se vuelve ligeramente aguda al pedirle a Takashi acompañarla.
— Pero...no podemos — Duda un poco en su respuesta.
— ¡¡KOMURO!! — Lo observa con desesperación, sin importarle llamar la atención de esos monstruos.
— ¡Cuando digo que no podemos, lo digo en serio! — Takashi inclina un poco su cabeza al no estando convencido de su decisión, puedo notarlo en la vibración de su voz— ¡Ya abandonamos a las personas de adentro!, ¡Debemos irnos!...¡ESTO NO ES DIFERENTE!
Volteo rápidamente para ver lo que está ocurriendo a lo lejos.
Lamentablemente, el hombre de vestimenta negra está siendo devorado por los zombies ante la mirada temerosa de Asami. Todo por culpa de ese chico, que para su suerte, logra escapar de allí.
Asami está rodeada, ya no tiene escapatoria alguna, no tiene el suficiente espacio para correr y tan solo le queda utilizar sus últimas balas para hacer algo de tiempo.
— (...)¡¿CUÁNTAS VECES LO TENGO QUE DECIR?!, ¡NO HAY NADA QUE PODAMOS HACER! — Komuro intenta con molestia hacer entrar en razón a Hirano.
—¡NO PODEMOS DEJAR A ASAMI MORIR AQUÍ! — Por su parte, Kohta le entrega sus argumentos en este agitado momento.
— ¡Kooohtaaaaaa!(...)— Grita Asami desde el otro lado.
Como un espectáculo, toda nuestra atención recae sobre ella.
— (...)¡TE ODIO!, ¡ME DESAGRADAS!, ¡NUNCA ME GUSTASTE!, ¡ODIO TU FEO Y TONTO TRASERO!
Nos sorprendemos al escucharla insultar a Kohta de esa forma,
— ¡A...Asami!, ¡Ya utilizaste todas tus balas!, ¡Gritar de esa forma solo empeorarán las cosas! — Hirano intenta de advertirle a Nakaoka de sus acciones, ignorando por completo el mensaje de éste.
— Ella ya lo sabe — Takashi aprieta sus puños con impotencia — Lo está haciendo a propósito, ella quiere que escapemos.
— ¡¿Pero por qué?! — El chico de lentes no comprende bien el motivo de Asami para actuar de esa manera.
— Nosotros somos estudiantes y ella en cambio es un adulto — Nuestro líder le entrega el argumento más obvio y evidente que hasta un idiota sabría como decifrarlo.
— ¡¿Un adulto?! — Las lágrimas de Kohta comienzan a acumularse en sus ojos — ¡Ella es solo dos años mayor que nosotros!
Los gritos de Asami atraen a una gran cantidad de "Ellos" que antes nos rodeaban, dejándonos la vía despejada para escapar.
— Lo digo en serio... — Asami muestra una sonrisa forzada que llega a apretar mi pecho — ¡POR FAVOR, SOLO UNA COSA!...¡NO DEJES QUE ASAMI SE CONVIERTA EN UNO DE ESOS MONSTRUOS!
Me retuerce el estómago al escuchar su última petición.
Miro a Kohta que está posicionando con su rifle listo para disparar.
— No...no puedo hacerlo.
Sus manos tiemblan, duda en apretar...
Estoy seguro que miles de cosas deben pasar por su cabeza, junto con los bellos y breves momentos junto a la torpe y adorable chica policía.
Sé...
Que no tendrá el valor para hacerlo...
Me muevo rápidamente hacía Takashi, y en un movimiento rápido, digno de un ratero callejero, logro arrebatarle su rifle que está sostenida en su hombro derecho.
— ¡¿Qué estás...?! — Tomo por sorpresa a Komuro con mis movimientos delictuales.
Tengo mi ojo puesto en la mira del rifle.
Logro ver a Asami con sus lágrimas descendiendo por sus mejillas, a la vez que lleva su mano hacía su frente en señal de despedida.
Por el rabillo de mi ojo, me percato de que Kohta está congelado, en shock que ha olvidado como disparar.
Ahora...
Toda la responsabilidad recae sobre mí...
Respetaré tu último deseo Asami, tendrás una muerte digna y con honores. Te lo mereces por haber servido desintersadamente en este duro momento para la humanidad.
Desearía haberte conocido mejor...
Tal vez habríamos sido amigos...
O algo más...
Hasta pronto...
Asami...
!BANG!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro