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Capítulo 39

— ¡Aquí es! — Jadea la chica policía luego de algunos metros recorridos.

Nos detenemos en una tienda en donde venden muchas chucherías.

— ¿Qué estás buscando? — Le pregunta Rei.

Asami revisa todo lo que encuentra a su paso:

— Veamos...fuegos artificiales comunes no...Asami necesita de esos que explotan al lanzarlos...¿Cómo se llaman?

— ¿Te refieres a estos? — Rei sostiene una bolsa con unos fuegos artíficiales en forma de bolas pequeñas.

— ¡Sí!, ¡Ésos! — Exclama Asami con felicidad.

En tanto, toma un pequeño canasto y coge todos los fuegos artíficiales que encuentra a su paso.

— ¿Por qué necesitas tantos...? — La mira Miyamoto sin comprender el extraño actuar de Asami.

— Bastante astuta debo decir — Interrumpo a Rei al notarlo fácilmente — No dejas de sorprenderme, no es una mala idea.

— ¿A qué te refieres con que no es una mala idea....¡Oh!, ¡Ahora comprendo!

— Gracias (Y/N), por halagar a Asami. Ten, dale esto a Alice-Chan.

Me entrega una bolsa de papel con muchos fuegos artíficiales en su interior.

—¿No deberíamos probarlos primero? — Nos lo hace saber Rei.

— ¡Oh!, ¡Es verdad! — Asami entiende perfectamente las inquietudes de Miyamoto — ¿Tienes encendedor?

— ¡Piensa a quien le estás preguntando!, ¡Estoy en secundaria!—  La chica con gran habilidad en la lanza se indigna ante la torpe pregunta de quien se supone es la autoridad aquí.

— Usa el mío — Extraigo de mi bolsillo un encendedor que tenía junto a mí.

— ¡¿Cómo es que tienes uno?! — Me regaña Rei con mayor indignación.

— No lo recuerdo, tal vez lo robé por ahí. Pero eso no es lo importante ahora.

— ¡Gracias (Y/N)!, ¡Eres el mejor! — En cambio, Asami me felicita, ignorando todos los protocolos que tal vez aprendió en la Academia de policía sobre detección en el consumo de drogas entre la población más joven.

Sonrío por dentro al saber lo torpe que puede llegar a ser.

A toda prisa, Asami retorna a la posición en donde se encuentran los demás, obviamente, vamos detrás de ella para custodiarla.

En ello, enciende uno de los fuegos artíficiales que es arrojado por encima de Saeko y Takashi hacia uno de "Ellos" que se acercan lentamente.

El inesperado explosivo cae en la cabeza de una mujer que en su vida como humana debió ser bastante hermosa.

De todos modos, el explosivo realiza su cometido y estalla en todo su cuerpo, llamando la atención de los otros que se ven atraídos por el sonido producido.

La sangre y algunas extremidades de su cuerpo están desparramados por el pasillo.

Por un segundo había olvidado que esas cosas solamente poseen el sentido del oído.

— ¡Muy bien! — Exclama Asami de felicidad.

En tanto, todos le agradecemos por su acción tan audaz.

— ¡Claro!, ¡¿Por qué no pensé en eso antes?! — Saya hace una rabieta por no ser el centro de atención en esto.

— Creo que en esta ocasión no tengo nada importante que hacer — Shizuka acepta su nulo aporte en la pelea.

Me agrada, no lo sé, pero me gusta su extraño conformismo que tiene sobre si misma, me es algo...adorable.

— ¿Por qué estás enojada Takagi? — Alice le pregunta a la chica genio.

— ¡Por qué así soy yo! — Takagi no puede evitar regañarla.

— Ten Alice — Le entrego la bolsa de papel que preparó Asami anteriormente.

— ¿Qué es? — La pequeña niña mira confundida y con desconfianza lo que tengo en mi mano.

— Solo cállate, yo te explicaré — Saya le da la orden a su "Hermanita" menor.

— ¡Todos! — Busujima nos llama la atención, interrumpiendo así el momento — Ellos todavía están aquí.

Nos percatamos de que esas cosas han regresado por nosotros.

— ¡Debemos irnos por la salida de emergencias! — Les hago saber a todos una idea ya obvia y acatada por todos.

— ¡Vamos! — Komuro nos da la orden para alejarnos.

Todos corremos hacía la salida de emergencias, hasta que oímos a la mujer de cabello morado gritarnos:

— ¡¿Como pueden irse así como si nada?!

— ¡Je!, ¡Je!, todos van a morir...todos vamos a morir — Se logra oír a lo lejos el delirio del chico al cual Shizuka curó sus heridas.

¡Lo sabía!, !Era una maniático!, estoy seguro que no vivirá por mucho tiempo.

A medida que corremos, noto que tan solo dos personas del otro grupo vienen con nosotros: La detestable mujer de cabello morado, el hombre que impactó contra los pechos de Shizuka y el depravado de sombrero negro que casi abusa de mi amada Enfermera.

— Oye niño — El hombre de cabello rubio trata de hablarle a Komuro — Si de casualidad encuentran a alguien, ¿Podrían...?

— Claro que lo haremos, pero primero debemos salir de este lugar — Takashi, con su bondad que lo caracteriza no duda en prestar su ayuda a un completo desconocido.

Respeto ese lado de él, ya lo hizo al rescatar a Alice aquella vez. Komuro, más que nadie, merece ser nuestro líder, reúne todos los valores que necesita para guiarnos hacía nuestra libertad.

Mientras tanto, logramos divisar a unos cuantos metros las escaleras de emergencias.

Uno por uno nos permitimos salir, hasta finalmente cerrar la puerta para que "Ellos" no se nos acerquen y nos dejen en paz.

Para nuestra suerte, Kohta nos espera con su arma en mano.

El hombre rubio y la mujer, sin pensarlo dos veces suben por las escaleras hacía la azotea del centro comercial.

— Deberíamos manternos juntos — Komuro los invita a unirse con nosotros.

— Las aventuras y los riesgos no son lo mío — El hombre muestra una sonrisa genuina.

— Nos vemos — Se despide la mujer con una inesperada amabilidad.

— Bien, entonces buena suerte — Nuestro líder se despide por su parte.

Asami no puede evitar mirarlos con preocupación, sé que en el fondo le preocupa la seguridad de los civiles ña cual juró defender.

— No los estamos abandonando, ellos decidieron subir por su cuenta — Kohta intenta tranquilizar su conciencia.

— ¿Ahora que haremos Saya? — Le hago la pregunta a la chica de lentes. Estoy seguro que desea sentirse útil y ser un aporte.

— Nuestra prioridad debe ser escapar — Muestra una actitud seria y confiada — Takashi y Busujima tomen la delantera. Mientras que Kohta y la chica policía protegen la retaguardia. En tanto, Rei y yo iremos a los costados derecho e izquierdo. Finalmente, dejaremos a Shizuka y Alice al medio, junto con (Y/N) que será nuestro apoyo por todos los flancos.

— Tengo una duda(...)— Interviene el sujeto de vestimenta negra.

Había olvidado de su existencia al estar en silencio y sin decirnos nada por un buen rato.

Me siento incómodo por su presencia, después de lo ocurrido lo vigilaré por si intenta propasarse con algunas de las chicas.

Los pervertidos no tienen cabida aquí, si fuera por mí, atravesaría una flecha en su cabeza y usarlo como alimento para los animales salvajes.

Aprieto mis dientes de tan solo verlo.

—(...)¿Qué haremos si nos rodean?

— Usaremos los fuegos artíficiales de Alice para alejarnos de ellos y escapar — Takagi parece ya haber considerado tal escenario.

— ¡Bien!, ¡Manos a la obra! — Sonríe Takashi al ver que ya tenemos una estrategia clara para salir de este lugar.

Toman la delantera para bajar las escaleras, a excepción de Shizuka que tiene en sus manos la bicicleta de Alice que tomó "prestada" del Centro Comercial.

— Permíteme ayudarte — Sostengo el otro extremo del  pequeño vehículo mientras vemos como los demás se alejan con cada peldaño al descender.

— Adoro cuando te preocupas por mí — La bella mujer muestra una hermosa sonrisa que hace latir mi corazón.

— Vamos... — Volteo hacía el otro lado con las mejillas sonrojadas — No iba a dejar que cargaras con esto tu sola.

— Gracias por estar conmigo (Y/N), me siento segura cuando estoy a tu lado — Sin que me percatara, me da un breve y suave beso en mi mejilla derecha.

El contacto de sus labios en mi piel, hace que mi cuerpo se erice con este tierno momento de intimidad.

— Bien...debemos irnos antes que nos dejen atrás — Tomo la iniciativa para descender por las escaleras, sosteniendo la bicicleta de Alice además del peso de mi arma y de mi mochila.

— ¡Oye!, ¡Todavía no estoy lista! — Exclama Shizuka al ser arrastrada por mí.

Finalmente podremos salir de aquí, no pudimos asentuarnos por mucho tiempo, pero se sintió casi como una eternidad.

Hubieron muchos sucesos en tan poco tiempo que me es difícil enumerarlas todas.

Al descender, siento como un pequeño golpe azota mi pecho. Claro, es el collar con cadenas y una barra de oro que robé de la joyería.

Se siente tan natural portarlo que me había olvidado por completo.

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