Capítulo 32
Es increíble que salgamos a arriesgar nuestras vidas.
Muevo mis pies junto con el peso de mi ballesta en mi espalda, mis manos equipadas con nudilleras de acero y mi pierna sosteniendo el cuchillo que llevo conmigo desde hace muchos años.
Exponernos de esta manera, podría costarnos muy caro...
Pero este no es el momento para lamentarme, tan solo debo estar preparado para atacar ante aquellos cuerpos sin alma que deambulan por las calles soleadas de la ciudad.
Para esta misión, conformamos un grupo de exploración con: Asami, Takashi, Kohta, el tipo calvo con lentes y yo.
Como es obvio, tuvimos que sacar nuestras armas que estaban ocultas en nuestro escondite y mostrarlas ante el otro grupo y utilizarlas para nuestra expedición.
Sus expresiones eran de horror al saber que unos adolescentes tenían armas de fuego a su disposición. Ante sus ojos, éramos unos niños que jugaban a ser adultos.
Expresión similar que tenían los subordinados de la Familia Takagi...
Concentrado en el camino, marchamos con sigilo y precaución por las estrechas calles en busca de la clínica más cercana. Observamos por todo el perímetro ante una posible amenaza y así cubrirnos las espaldas en esta zona que alguna vez fuera destinada a ser residencial.
Komuro, y el otro sujeto van a la delantera, sin alejarse demasiado de nosotros.
En tanto Kohta y Asami van a mi retaguardia.
En lo que a mí respecta, estoy en medio de ambos grupos.
Al pisar, notamos que hay rastros de sangre por doquier, había olvidado la sensación de inseguridad al caminar, junto con la adrenalina fluyendo por cada extremidad de mi cuerpo.
— ¿(Y/N)?, ¿No es así? — Siento la voz de la chica policial tocando mi hombro, a pesar de estar armada con una pistola y un garrote policial.
Volteo pero sin dejar de caminar.
— ¿Ocurre algo? — La miro directamente a sus ojos azules.
— Este...no...la cosa es que... — Veo que evita hacer contacto visual conmigo, tal como suele hacerlo Alice — Asami está muy agradecida por acompañarla en esta misión...
Una vez más, se refiere a sí misma en tercera persona...
Sin ánimo de juzgar, pero este debe ser su mecanismo de defensa para comunicarse con los demás. No me sorprendería al ser ella una chica bastante tímida y un tanto retraída.
— No fue nada, eres una buena chica, mereces mis respetos.
Me siento incómodo halagando a la policía, en el fondo los detesto, detesto su incompetencia y su falsa autoridad en la sociedad japonesa; pero en cambio Asami, ella es diferente, puedo hacer la excepción ante la bondad que hay dentro de ella.
— ¡Gracias!, ¡Asami siempre está para servir! — Sonríe de forma bastante genuina.
Su rostro expresa bastante alegría que suelo olvidar que es parte del status quo. Al verla, lo primero que se me viene a la cabeza es la de una chica frágil e introvertida, pero con un gran sentido de autosuperación y complaciente ante la comunidad.
Lentamente, retrocede algunos pasos detrás de mí, para estar al ritmo de Hirano.
¿Tan solo se acercó para decirme eso?, es algo sumamente inusual e inesperado.
— Aquí es — Takashi realiza una señal para detenernos y acercamos a la esquina de la calle en donde podemos ver nuestro objetivo.
Nos reagrupamos en una distancia corta entre cada uno.
— De niño venía a este lugar para realizar mis chequeos médicos — Komuro libera una anécdota de su infancia.
— ¿Tú también? — Le pregunta con sorpresa el tipo calvo.
— ¿Qué?, ¿Tú también? — Takashi lo mira con sorpresa al enterarse.
— Me encantaba leer sus historietas — Responde el otro sujeto — Su sala de espera era mucho mejor que ir a un Manga Café.
— Uh...perdón por interrumpir, pero Asam...digo Kohai cree que deberíamos mantenernos concentrados.
Los regaña Asami de manera muy infantil delante de ambos.
— Está bien, está bien — El sujeto mueve su mano para bajar los ánimos — Debo decir que fue muy astuto de ustedes esconder las armas.
Cambia de tema rápidamente.
— Fue idea de (Y/N) esconderlas — Me señala Komuro.
Me avergüenzo ligeramente, no quiero continuar con el tema, ni hacer mención a nuestro escondite.
Es bastante vergonzoso hablar de ese lugar, y más en frente de dos completos extraños.
— ¿Quieres probarla? — Kohta lo desafía a ocupar su escopeta con una expresión éxtasis al sostenerla — Aunque si "Ellos" nos escuchan nos rodearán.
— ¡No me hagas reír!, me gustan las armas de fuego. La única automática que me interesa es la glock 19, y en cuanto a los revólveres, la mejor es la "Colt Detective"...aunque a decir verdad, nunca he ocupado un arma.
El tipo calvo se vanaglora de su expertiz en el conocimiento de las armas, a pesar de jamás haber sostenido una.
Al parecer, Hirano ha encontrado a un amigo con quien charlar acerca de armamentos militares.
Takashi nos mira a todos, y sin decirnos nada, realiza una nueva señal con sus dedos para acercarnos a la clínica al igual como lo haría un pelotón militar.
Antes de ingresar, recuerdo las órdenes que nos dio Shizuka antes de salir al exterior:
"El plasma debe estar almacenada en un refrigerador(...)tan solo deben tomarlo, y si es factible, tomen todo que pueda ser de utilidad"
"¿Qué?, ¿Un refrigerador?, pero los artefactos eléctricos no funcionan"
Pregunté de forma un tanto ingenua.
"Es hermético, pero debería funcionar al pasar un día. Incluso el plasma podría estar en buen estado al estar congelada en comparación con otro tipo de sangre(...)No olviden tomar el kit de transfusión"
En pocas palabras, parece ser una tarea sencilla, sin embargo hay un largo trecho entre la palabra y el hecho.
Tan solo espero terminar con esto y regresar con vida.
En tanto, nos acercamos con sigilo a la entrada principal de la clínica. Al asomarnos, notamos que hay rastros de sangre en el piso, lo que nos hace estar en alerta a partir de este momento.
— ¿Puedo preguntarte algo? — Takashi se dirige al sujeto.
— Hazlo rápido — Le pide con seriedad.
— ¿Por qué decidiste acompañarnos?.
— No lo sé — Deja ver una sonrisa con gran despreocupación.
Todos nos reímos sin levantar la voz para no causar tanto bullicio.
— Bien, es momento de entrar — Odio ser aguafiestas, pero quiero terminar lo más rápido posible.
— Tienes razón, hagámoslo — Takashi se concentra y es el primero en tomar la delantera.
Todos siguen a Komuro, en tanto lo que a mí respecta soy el último en ingresar y cuidar la retaguardia.
Al dar nuestros primeros pasos, notamos que hay un gran desorden en todo el lugar: Sangre por doquier e historietas desparramadas por todo el piso, con hojas arrancadas y en un estado inservible para su lectura.
No quiero imaginar todo lo que ocurrió en este lugar.
Nos movemos con el mayor sigilo posible, logrando percibir el jadeo de nuestros cuerpos y la tensión recorriendo de pies a cabeza.
Mis manos palpitan con cada segundo que pasa.
De pronto...
Nos detenemos de golpe al escuchar un ruido provenir de una de las salas.
Todos estamos en estado de alerta ante lo inminente.
Sin embargo....
Luego de unos segundos, parece que todo fue una falsa alarma.
— Ufff — Suspira Asami, liberando toda la tensión contenida.
"¡GROOOAAAAAAR!"
Una avalancha de zombies aparecen de un segundo a otro de aquella puerta y de todos los lugares, como si fuese una mala broma o una película de terror.
Con rapidez y nerviosismo comienzo a disparar mi primera flecha, a la vez que recargo otra.
Mis dedos tiemblan con cada movimiento que realizo, todo me toma por sorpresa que tengo poco margen de error.
Mientras tanto, los demás intentan defenderse y acabarlos lo más rápido posible.
— ¡Yo los detendré! — Grita Komuro al percatarse de que algunos de "Ellos" ingresan por la puerta principal.
— ¡Nosotros los cubriremos!, ¡Hirano!, ¡Asami!, ¡Vayan por el plasma ahora! — Les ordeno mientras me preparo para defender la entrada.
— ¡Iré con ellos! — El tipo calvo los acompaña a los dos a un cuarto de muestras médicas, dejándonos a Takashi y a mí solos para pelear.
"¡BANG!" "¡BANG!", "¡BANG!"
Se oyen los disparos de Komuro.
Nuestra coordinación es perfecta, yo les disparo a sus cabezas, mientras que Takashi les da el toque final.
Tal vez no parezca la gran cosa, pero con mis flechas logro hacerlos retroceder algunos pasos, dándonos preciados segundos para liquidarlos lo más lejos posible de nosotros.
— ¡Tenemos el plasma! — Se le oye decir a Hirano desde el otro lado.
— ¡Komuro!, ¡Son demasiados!, debemos retirarnos — Propongo mientras lentamente comienzan a llegar muchos más de esas cosas.
— Estoy de acuerdo — Retrocede hasta la puerta en donde se encuentran los demás.
Al llegar hasta allí, cerramos la puerta y la bloqueamos con una mesa disponible.
— La entrada está repleta, no podremos salir por allí — Takashi les da a conocer nuestra situación actual.
— ¿Qué me dices del jardín?, podemos salir por la ventana... — Propone nuestro nuevo compañero.
"¡CRASH!"
Como si todo fuera una pesadilla, las ventanas se rompen y más muertos deambulantes tratan de ingresar. Lamentablemente tan solo es cosa de tiempo de que lo logren.
Estamos acorralados...
No quiero pensar en ello...
Pero...
Este podría ser nuestro final...
La angustia y la ansiedad gobiernan cada movimiento y cada pensamiento dentro de mí.
— ¡Mierda!, ¿Qué haremos?, no hay forma de salir de aquí — El sujeto calvo deja ver demasiado nerviosismo salir de su boca.
— ¡El techo! — Apunta Asami — ¡Podemos alcanzar el segundo piso y escapar!
Sin dudar en ningún segundo, Takashi, con la mira hacia arriba logra disparar y realizar un gran agujero.
Al parecer la estructura de este lugar es de madera, puedo notarlo fácilmente en el material.
— ¡Listo!, ¡Vamos Hirano! — Ordena Takashi a su amigo para mover una mesa que nos podrá servir para subir.
Antes de que "Ellos" puedan derribar la puerta y romper la ventana por completo, Kohta es el primero en subir y revisar el lugar:
— ¡Es seguro!, aquí tan solo hay medicamentos, parece ser una bodega.
— Nakaoka, debes subir — Le ordeno a la chica policía.
Ella sube lo más rápido que pueda, a pesar de su evidente torpeza.
— Asami...ahora llama a Asami por su nombre — Se le oye decir a la torpe chica a Kohta desde el segundo piso.
—¡Vamos!, ¡Suban! — Nos ordena el nuevo integrante del grupo con evidentes muestras de desesperación.
Con rapidez, junto a Takashi logramos llegar al segundo piso.
— ¡Mierda! — Le oímos decir desde el primer piso a medida que esos seres intentan llegar hasta él.
— Toma mi mano — Komuro le ofrece su extremidad para salvarlo.
Como era de esperar, "Ellos" logran romper la puerta y las ventanas.
El sujeto calvo, toma de las manos de Takashi y la mía para subir hasta aquí.
Cuando faltaba poco para su ascenso exitoso, su expresión denota desesperación y comienza a gritar como si tuviera un fuerte dolor.
Al percatarnos mejor, vemos que su pierna está siendo mordida y destajada por esos monstruos.
Lamentablemente, vemos como la sangre sale de su boca, por lo que su esperanza de vida es igual a cero.
— Estoy....muerto — Nos mira con sus manos sostenidas en el suelo, sin la posibilidad de subir totalmente al segundo piso — Hazlo...
Takashi sostiene su arma y lo apunta con precaución.
— ¡Por favor hazlo! — Le suplica con lagrimas en sus ojos.
Las manos de Komuro tiemblan al apuntar con su rifle, no tiene el valor para hacerlo, y francamente yo tampoco.
No lo sé, pero tal vez el breve vínculo que hemos forjado me ha hecho tener cierta empatía con él que no soy capaz de apuntar y disparar en su rostro.
— Dinos tu nombre — Asami se acerca y toma su pistola — Por que así...jamás serás olvidado.
¿Es esto cierto?, ¿Asami tendrá el valor para hacerlo?. Creí que era una cobarde y una torpe, pero ha demostrado tener mucho valor y vocación por su trabajo.
— Tamaru...Tamaru Hido — Su rostro deja ver paz en su interior, el alivio de ser recordado más allá de su existencia física, será rememorado como un ser humano, y no como un monstruo que es incapaz de reconocerse a sí mismo.
— Adiós Tamaru — Asami libera algunas lágrimas antes de dar el tiro de gracia.
"¡BANG!"
Su cuerpo cae con liviandad hacía las bestias que ignoran su cadáver y como animales se empecinan en alcanzarnos.
Nadie es capaz de romper el manto de angustia y tristeza que nos cubre. Tan solo miramos al suelo con rabia e impotencia al perder a otro ser humano.
¿Realmente podremos considerar esto como una misión exitosa?, claro, conseguimos el plasma...
¿Pero a que costo?...
Perdimos una vida para salvar a otra, a otra que su vida será tortuosa a partir de ahora.
¿Valió la pena arriesgar nuestras vidas por esto?
Mi respuesta es no, sigo creyendo que fue totalmente inútil.
Tengo rabia, rabia por haber tomado esta decisión, una decisión aceptada por mis impulsos.
En parte, me siento culpable por la muerte de Tamaru.
Una vez más, arrastré a alguien conmigo y fallé...
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