"¡No saben nada de mí!, ¡NADA!. ¡Los detesto, son los peores padres del mundo!"

Una vez más, los recuerdos de aquella discusión resuenan en mi cabeza.

Creo que fui muy duro con ellos, pero eso es algo que jamás admitiré.

Siento que tenía que decirlo tarde o temprano.

Pero por ahora...

Tengo la mirada fija en el camino, con mis manos puestas en el volante.

— Gracias por salvarme — Oigo decir al Maestro Shido — ¿Eres la líder, Busujima?

Miro de disimuladamente por el espejo retrovisor hacia atrás y me percato que el Profesor está al lado de Saeko, que limpia su arma.

— No hay líder, la supervivencia se basa en el trabajo en equipo — Contesta la chica de cabello morado.

— Esa no es una buena estrategia — Comenta el profesor con cierta ambición de poder —- Es imprescindible tener un líder alguien que decida por todos.

— ¡La ciudad! — Hirano interrumpe para mostramos lo que ocurre afuera a través de la ventana.

Todo es caos y devastación.

Se divisan algunas llamas en algunos puntos.

Una triste postal para recordar.

Pero no tengo tiempo para seguir observando, debo seguir conduciendo.

¿Hasta dónde?

No lo sé.

¿Por cuánto tiempo?

Ni idea.

Sólo tengo en mente la intención de sobrevivir, ya nada me importa. Sin saber hasta donde llegaré, sé que la muerte es una posibilidad no tan lejana.

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Ha pasado ya casi una hora desde que logramos salir con vida de la escuela.

Siguiendo por la ruta

— ¡Escucha! — Grita Tsunoda, un chico alto de mi clase — Si avanzamos no sobreviviremos, no sé por qué tenemos que hacer lo que ustedes quieran(...)

—(...)Deciden ir a la cuidad sin habernos preguntado antes, ¿No hubiera sido mejor escondernos en un lugar seguro en el Instituto?

— ¿Crees que puedas manejar por mí? — Le susurro a la señorita Marikawa quien es mi copiloto y ha estado muy callada.

— Cla...claro.

Rápidamente ella cambia de lugar y yo estoy de pie.

— Tienes razón, deberíamos escondernos en algún lugar — Veo al imbécil de Kurokami también.

En un vistazo rápido, veo como a todos de nuestro grupo les desagrada la presencia de éstos dos.

Veo que tenemos algo en común...

— Deberían cerrar la boca — Los miro a ambos con molestia — No están en condiciones para exigirnos algo, si no fueran por nosotros no estarían aquí(...)

De pronto, el vehículo frena de golpe, haciendo que pierda un poco el equilibrio.

— ¡Ya basta!, ¡Así no puedo conducir! — La Enfermera nos dirige la palabra a los tres.

— ¿Qué dices? — Le pregunta Tsunoda.

— ¿Qué propones que hagamos? — Contrapregunta Saeko.

— ¡No puedo soportarlo!, ¡No puedo soportar a éstos dos! — Nos apunta Tsunoda a Takashi y a mí.

— Es recíproco, nunca me agradaste Tsunoda y lo entiendo — Lo miro con indiferencia — ¿Pero que te desagrade Komuro?, ¿Un estudiante de segundo año que ni siquiera conoces?, eres realmente un idiota...

— ¡Te mataré! — Toma velocidad el chico de contextura robusta para atacarme.

Su expresión de locura e ira lo dicen todo.

Pero antes de que pudiera reaccionar, Rei me defiende con su vara, golpeando en el estómago de Tsunoda.

No puedo creer que esta chica me haya defendido:

— ¿Por qué? — Fueron las unicas palabras que pude pronunciar al verla.

¿Por qué lo hizo?, ¿Qué la motivó a hacerlo?. Perfectamente podía encargarme de él.

— Bravo, bravo, bravo, excelente trabajo en equipo — Aplaude el Maestro Shido — ¿No es así?, ¿Miyamoto?, ¿(Y/N)?, pero el hecho de que surjan conflictos, no hace más que comprobar mi teoría. Esta claro que necesitamos un líder, ¿No están de acuerdo?.

— ¿Y quién es el indicado? — Takagi se arregla sus anteojos.

— Bueno Takagi, yo soy el único profesor, y el resto son alumnos. Esto demuestra que yo soy el más indicado.

— ¡Protesto! — Hago notar mi presencia — Tus credenciales de maestro no son útiles aquí. Estarás de acuerdo conmigo que en este nuevo mundo, nuestros valores y nuestros títulos no son útiles, ¿Verdad?.

Intento atacarlo con su misma retórica y lógica.

— Eres astuto (Y/N), no me sorprende que hayas podido sobrevivir. Pero el conocimiento adquirido no me lo han arrebato, y te aseguro que tengo más experiencia que tú...un delincuente juvenil(...)

Sonrió al escucharlo decir eso acerca de mí.

Pero esa sonrisa no es más que un disfraz para ocultar mis verdaderos sentimientos.

¡ODIO!...¡ODIO QUE ME TRATEN COMO UN DELINCUENTE!, ¡COMO UN CHICO PROBLEMÁTICO!, ¡COMO UN LASTRE PARA LA SOCIEDAD!

Sé que yo mismo forjé mi propio camino, pero aún así lo detesto, detesto que me miren de esa forma.

¡Tan sólo déjenme en paz!

— (...)Si yo fuera su líder, jamás habría problemas entre nosotros. ¿Qué me dicen chicos?(...)

Hay un breve segundo de reflexión en el grupo.

Para nuestra sorpresa, Tsunoda, Kurokami, y todos quienes fueron rescatados del 3-A, aplauden con cierto fervor ante las palabras del Maestro Shido.

Son un montón de idiotas, es increíble que compartiera el mismo salón con ellos.

Malditos imbéciles débiles de cerebro.

— Bien, ya lo vieron — El Profesor realiza una reverencia como agradecimiento a sus alumnos  — Parece que acabo de ser elegido como líder.

— El líder de los imbéciles — Digo entre dientes.

De un segundo a otro, Rei , con bastante enojo, abre la puerta y sale del vehículo sin dudarlo con su arma.

La elección de Shido como líder, claramente no fue de su agrado.

— ¡Rei! — Takashi se pone de pie.

— ¡No!, ¡Jamás! — Le responde afuera de la camioneta  — ¡No me quedo cerca de ese tipo!

— Aunque si no puede llevarse bien con nosotros...podemos separarnos — Propone nuestro querido y estúpido líder con bastante sarcasmo.

— ¿Qué dices? — Takashi lo observa con furia.

En un acto de solidaridad, éste último sale del vehículo en busca de Rei que ya parece alejarse levemente en medio de la carretera.

— ¡Komuro! — Takagi exclama el apellido de su compañero un tanto exaltada.

— ¡Espera! — Se oye al chico decir afuera. Veo a través del vidrio que tomó la muñeca de Miyamoto para retenerla — Solo tienes que aguantarlo hasta que lleguemos a la ciudad, es peligroso andar...

— ¡Te arrepentirás por haberlo salvado! — Le interrumpe con furia.

— Ahora no es momento de...

"BEEP", "BEEP"

Oímos el sonido de un claxon, cerca de nosotros.

— ¡Enfermera Marikawa! — Grita Saeko que observa por la ventana como algo se acerca.

La Enfermera de cabello rubio reacciona de golpe al ser mencionada.

De inmediato, logra acelerar hasta  unos metros, lo que nos permite ver como un autobús se ha volcado violentamente cerca de Rei y Takashi.

Bajo de la camioneta con preocupación para ver que ha ocurrido.

Espero que sigan con vida.

Al descender, mis ojos no pueden creerlo, el autobús se esta incendiando en la entrada de un tunel, en donde al parecer se encuentran Komuro y Miyamoto.

— Komuro, ¿Estás bien? — Veo las llamas crecer más todavía.

— ¿Qué es eso? — Saeko está detrás de mí, en el asfalto.

Del autobús incendiándose, surgen algunos muertos vivientes.

Al parecer, son resistentes al fuego también.

Esas cosas, me producen más temor todavia a medida que se acercan a nosotros.

— ¡En la estación de policía, nos reuniremos allí! — Oigo la voz de Takashi desde el interior del túnel.

— ¿A qué hora? — Pregunta Saeko sin perder de vista a los zombies que se nos acercan.

— A las siete — Es la hora fijada por Takashi  — Si no llegamos hoy, mañana a la misma hora.

— Esta bien, confió en tí — Hace muchos años que no pronunciaba tales palabras.

Como un telón que cae, la construcción exterior del túnel se derrumba, cubriendo la entrada por donde ambos estudiantes ingresaron.

— Saeko, tenemos que irnos de aquí — Miro hacía atrás a mi acompañante.

— Bien — Me responde con calma.

Los zombies que intentaban acercarse a nosotros caen producto del desequilibrio y la incomodidad de las llamas, permitiéndonos escapar sin problema alguno a nuestro vehículo.

Ingreso a la camioneta y me siento en el puesto de copiloto a la espera de Busujima.

— El camino está cerrado — Comenta Busujima al entrar, haciendo referencia al túnel recientemente obstruido.

Finalmente, cierra la puerta de nuestra camioneta.

— Entendido — Afirma la enfermera Marikawa — Buscaré otro camino.

Se abrocha su cinturón de seguridad y pisa el pedal para partir.

En tanto, yo estoy a su lado como su acompañante, observando como todo nuestro alrededor se quema en frente de nuestros ojos.

No puedo evitar notar también que el atardecer permite sin prisa alguna el paso de la noche que será un tanto estrellado.

Sin embargo...

En las sombras de la noche, lo peor del ser humano sumerge de lo más profundo de su interior.

Espero que Takashi y Rei puedan sobrevivir tanto a sus instintos como a la de los demás.

Para algunos, ellos serán una presa fácil.