Capítulo 26
— Esto aún sigue en buen estado, ¿No es así Saya? — Sostiene Hirano la carne embasada.
— La falla fue ayer, deberías ver la fecha de vencimiento y también el olor de éste.
— Es lo mejor que podemos hacer — Comento.
Suspiro al ver este supermercado abandonado en el Centro Comercial.
Ayer fue un día muy complicado para todos, pero ya está todo solucionado.
Hice las pases con Hirano, Busujima y Saya por el incidente con el Humvee, Rei y Takashi me hicieron entender que estamos agotados y muy irritables, todo es distinto, por lo que la idea de controlar nuestras emociones es un desafío a considerar.
Más que nunca, necesitamos apoyarnos mutuamente para no caer en la desesperación. No puedo acabar con mi vida, todavía tengo asuntos que atender, y si pongo fín a esto, no sería más que un cobarde.
— ¡HEY ALTO AHÍ! — Nos grita un hombre de vestimenta negra y de mal aspecto — Necesitamos secar esa carne y el pescado, ya decidimos que vamos a ahumarlos, ¿Qué?, ¿Piensas comerte todo eso tú solo?, sabes como son las reglas, así que síguelas.
Claro...
Ya los olvidaba...
Luego de reconciliarnos, nos dimos cuenta de que no estábamos solos en aquel centro comercial, hay un grupo de personas que están refugiados desde el día del incidente y han adoptado este lugar como propio.
— Espera un momento Shimada — Vemos que interviene la única autoridad aquí, una joven policia novata y de actitud muy...torpe — Esos chicos llegaron ayer, ellos no conocen las reglas. Además, debemos reunir toda la comida posible, ya que será mucho más difícil sin luz.
La chica se altera un poco ante el hombre de muy mal aspecto.
Sin embargo, éste se retira sin decir ni una sola palabra.
— Uuh, gracias — Hirano se toma la parte posterior de su cabeza.
— Departamento de tránsito de la estación de policía de Tokonosu Higashi — Lleva su mano a su frente en una especie de saludo militar — Agente de tránsito Nakaoka Asami a su servicio.
— Gracias por su ayuda — Intento agradecer por su intervención, aunque francamente yo me habría encargado de él sin problemas.
— Con todo lo que pasó ayer, me olvidé de preguntarle, ¿Fue usted quién organizó a todos aquí? — Pregunta Saya a la oficial.
— ¡No!, ¡ No! — La chica se pone un tanto nerviosa — No fue Asami...fue Matsushima Senpai quien guió a todos aquí.
Me sorprende que la chica se refiera a sí misma en tercera persona.
— Mmm...¿Y dónde está ahora? — Saya se toma el mentón.
— ¡Cierto!, como aquí era seguro, Senpai volvió al cuartel general a buscar refuerzos...eso fue ayer en la tarde.
Miro a Saya y a Hirano, los tres sin decirnos nada, ya sabemos muy bien como debio terminar eso si es que la oficial no ha vuelto todavía.
— ¡Pero no se preocupen!, Matsushima Senpai es muy diferente a Asami, quiero decir que es muy diferente a mí, una "Kohai", yo todavía estoy en entrenamiento, pero Senpai tiene honores y mucha experiencia. Definitivamente volverá con refuerzos.
— ¡Hey!, ¡Chica policía! — Un hombre llama a Asami — Vamos a empezar la reunión del día.
— ¡Es verdad!, ya voy, ya voy — Corre hacía el hombre, dejándonos solos en medio de este supermercado abandonado.
— Será mejor reunirnos con los demás — Propongo.
— Tienes razón — Saya continúa en una actitud pensativa con las palabras de aquella policía.
Nos retiramos del supermercado y nos dirigimos a un espacio que anteriormente era utilizado como plaza de comidas por sus mesas, sus sillas y las tiendas de comida ya abandonadas.
A lo lejos vemos a Takashi junto a Alice y Zeke esperándonos.
— Las entradas fueron bloquedas — Nos comenta Komuro.
— Al haber un oficial con experiencia, es lógico que haya una buena barricada.
— A propósito, escondimos las armas — Nos lo menciona Takashi.
— Es increíble que realmente hayas decidido guardarlas en ese lugar— Le comento a nuestro líder con resignación, y sin ánimo de contradecirlo.
— Las personas de aquí, no son tan ordenados como los subordinados de mi padre — Takagi mira por todos lados.
— No esperaría menos de unos civiles, dudo mucho que hayan manejado un arma alguna vez — Les digo con la mirada puesta en ellos.
— Por ello es que quiero que no nos roben las armas — Insiste Takashi.
— Cierto, todos van a querer usarlas, y si eso ocurre no estoy segura que tengamos municiones para todos — Susurra Saya.
No me gusta la idea de estar desarmado sin mi ballesta, pero es lo más razonable por el momento. Igualmente, traigo conmigo mis nudilleras y mi cuchillo escondido entre mi ropa, espero no tener que usarlas aquí.
En eso, notamos que Alice se mueve demasiado, inclusive huele su ropa con una expresión de desagrado.
— ¿Quieres cambiarte de ropa? — La mira Kohta atentamente.
— Sí, estuve mucho tiempo sentada en el auto, así que estoy realmente sucia...y ni siquiera me pude bañar.
Pero antes de que Kohta pudiera tan siquiera decir una sola palabra, Saya tira de su oreja como si fuera un niño pequeño.
— ¡Ouch!, ¡Ouch!, ¡Ouch!, ¿Hi...hice algo malo?...duele...pero me gusta — Siente una extraña fascinación con el dolor que le proporciona Saya.
— No dejes que una pequeña niña te distraiga — Le susurra con fuerza al chico de lentes.
Nos reunimos en una especie de círculo entre Saya, Takashi y Hirano, como si fuéramos un equipo de fútbol americano en una arenga antes de disputar el partido.
— Como sea, este lugar no va a resistir mucho, en serio — Takagi toma la palabra.
— Pero tienen agua y comida — Insiste Takashi.
— Pero las bases que mantienen unido a este grupo se están desmoronando — Reitera Saya — Este buen ambiente se acabará muy pronto, su comida fresca se está descomponiendo.
Inesperadamente Alice se entromete en nuestra conversación como toda una metiche:
— Y si movemos los inodoros al techo y vamos al baño como si estuvieramos acampando, tal vez usando sábanas o algo así, podamos juntar agua de lluvia. Pero hay mucha gente aquí ¿No?, yo sé por experiencia de que si el agua no está fluyendo, no podemos bañarnos...estaríamos sucios y nos enfermaríamos.
Finaliza con una expresión de felicidad y confianza al creer ingenuamente que ha sido un aporte.
— ¡Los niños no deberían escuchar estas conversaciones! — La regaña Takagi.
— Pero Saya, tu voz es tan alta que de todas formas podía escuchar todo — Sonríe con alegría.
— ¡No me llames Saya! — La chica de anteojos la hace entender sostienendo sus mejillas con ambas manos — ¡Para tí, soy Takagi!
Luego de esto, Saya retoma la compostura:
— De cualquier forma, ustedes vayan a buscar cosas que nos sean de utilidad. Solo tomen lo que realmente necesitemos, por que no queremos que nadie de ese grupo se irriten con nosotros.
Esto último fue prácticamente una advertencia para mí, por mi robo de joyería el día de ayer, que por suerte pasó desapercibido entre los integrantes del otro grupo y que nos habría traído problemas a todos.
De todas formas, juego con mi collar de oro, que fue lo único que conservé de la tienda de joyería fina.
— ¿De verdad lo crees Saya? — Le pregunta Hirano.
— Ese grupo ya se adueñó de casi todo y si tomamos demasiado entonces no seríamos más que ladrones.
— ¿Qué harás tú? — Miro a Takagi fijamente.
— Iré a cambiarme de ropa junto a Alice, ya no puedo seguir usando esta ropa sucia. Hagan lo que quieran.
— Bien, subiremos al segundo piso — Nos guía Takashi para comenzar nuestra marcha.
Ambos grupos se han separado por motivos distintos.
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