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Capítulo 23

— Señor... ¡Huya!. ¡Huya por favor!...¡Rápido! — Suplica uno de los sirvientes al ser devorado por "Ellos".

Shisuka observa esto con pavor.

De pronto, una de las velas que estaban en el suelo es volteada por esas cosas, incendiando todo el lugar con extrema rapidez al igual que en un incendio forestal.

— ¡Retrocedan! —  Nos pide Komuro ante la inminente llegada de todos los muertos hasta aquí.

Lamentablemnte no tenemos más opción que correr.

Todos nos movemos lo más rápido que podemos en una situación como está.

La sangre fluye libremente por mis venas para que pueda correr sin problemas.

Takashi al guiarnos, dispara en uno de ellos que trataba de atacar a un hombre hasta dejarlo acorralarlo. 

Por su parte, los demás se dispersan para luchar por sus vidas y proteger este lugar lo más posible.

Kohta, recarga y dispara con gran rapidez gracias a la ayuda de Alice que le facilita las balas.

Miyamoto y Busujima pelean codo a codo con sus armas.

Mientras lo que me respecta a mí, me muevo con mi ballesta recargando mis flechas para proteger a Shisuka y a Saya que están a mis espaldas.

— No se acaban — Reclama Takashi.

— Exacto — Replica Saeko.

— ¡Cada vez empeora más! — Aporta Rei a la conversación.

— ¡Nos estamos quedando sin balas! — Hirano nos lo hace saber a medida que aprieta el gatillo.

— ¡Mis flechas no serán suficientes! — También entrego mi comentario.

Al observar todo el lugar, advierto que el fuego se ha expandido y que el manto de la noche ya ha tapado todo el cielo.

Corremos hasta la entrada de la edificación en donde hay un grupo de personas reunidas junto al padre y la madre de Saya para refugiarnos.

El líder de la familia, observa como todo su feudo está siendo destrozado como si fuera una invasión de tipo medieval.

Con su voz imponente, intenta motivar a sus subordinados para actuar:

— ¡Atravesaremos el territorio enemigo desde aquí y nos dirigiremos hacía las casas vecinas!. Hombres, y aquellos con la voluntad de pelear, son bienvenidos, aquellos que quieran sobrevivir...mujeres y niños, quédense atrás.

— ¡Padre! — Exclama Saya con preocupación — ¿Por qué no ingresan a la mansión y...?

— ¿Existe alguna razón para protegerla? — Su padre la observa con determinación — ¡Esas cosas lograron pasar por la puerta de acero!, aunque nos escondamos en ella, ellos solo entrarán y nos comerán a todos.

Un grupo de hombres se ponen de pie y están dispuestos a morir por su señor.

— ¿No ibas a buscar a tus padres, Komuro? — Le pregunta el líder al acercarnos a él — No dudes y ve por tu propio camino.

— ¡Sí señor! — Responde Takashi con firmeza.

"Ve por tu propio camino"

Esa última frase me hace mucho sentido.

Había olvidado que en algún momento tendré que sobrevivir en plena soledad. Pues bien, tan solo estoy con ellos por conveniencia natural.

Aunque...

Hay muchas cosas que me atan a ellos todavía...

— Hirano — El hombre llama la atención del chico — Dejo a mi hija bajo tu cuidado.

— ¿Padre?. ¿A qué te refieres con...? — Interviene la chica de cabello rosado.

Pero de forma inexplicable, su madre, que está detrás de ella, la retiene con el brazo y abofetea a su hija sin titubear en ningún segundo.

— ¿Madre? — Takagi se toca la mejilla con consternación.

— Tu padre y yo tenemos un deber que cumplir Saya — Su madre la observa fijamente, con una mirada similar a la de ella —Dejarte  bajo el cuidado de Hirano y de Komuro, es lo mejor que podemos hacer por ti. Además, recuerda que a nosotros también nos duele hacer esto...por favor...no nos hagas sufrir más...

Sus voz se quiebra ligeramente al ser esto una despedida.

— Madre... — La observa la niña genio con bastante tristeza.

— Alice... — La segunda al mando de la Familia Takagi se inclina ante la pequeña que lleva a Zeke en sus brazos — Mi hija también es una buena niña, hazle caso a tus hermanos y hermanas, ¿De acuerdo?

— Sí — Le responde con bastante calma a pesar del momento.

Ambas se abrazan como si fueran madre e hija, de alguna forma, posiblemente Alice haya encontrado una figura materna ante la angustia de no saber nada del paradero de su madre.

Claro, sin desmerecer el gran esfuerzo que ha hecho Shisuka para protegerla.

— Ahora — La mujer se pone de pie — ¡Váyanse! 

Apunta hacia una salida.

— Padre...Madre...¡Los amo! — Fueron las ultimas palabras de Saya antes de marcharnos.

— ¡Lancen la dinamita! — Escuchamos ordenar al padre de Saya a medida que nos alejamos.

"BOOOM"

Una gran explosión retumba por todo el lugar y se levanta bastante polvo en el aire.

El ruido de las balas se dejan sentir a donde quiera que nos movamos.

— ¡Matt! — Llama Saya a uno de sus empleados mientras que entra al garage — ¿No está aquí?

— ¡Señorita! — El hombre aparece debajo de nuestro Humvee, permitiendo mirar las bragas a la chica.

— ¡Fíjate por donde sales! —  Cubre su ropa interior.

— Tiene mucha suerte señorita — Se levanta el hombre — Esto esta reforzado con un metal anti EMP, incluso tiene una triple capa de cobre, es como si el dueño fuese un militar loco.

— ¿Entonces éste auto podrá andar? — Shisuka y Alice se emocionan al escucharlo decir eso.

— Sufrió algunos daños, así que me tomará un poco para arreglarlo.

Nuestra expresión es de ligera desilución.

— Eso signfica...que tendremos que proteger este lugar — Observa Busujima el caos que está ocurriendo detrás de nosotros.

Los cadáveres vivientes se nos acercan en conjunto a pasos agigantados.

Bueno.

Es hora de pelear.

— ¡Aquí vienen! — Apunta Takashi con su rifle.

"BAANG"

Derriba a uno con facilidad.

Se está convirtiendo en un experto en el manejo de armas.

Nos posicionamos como un escuadrón de asalto con el propósito de defender lo que será nuestra única via de escape.

No pienso quedarme atrás y saco una de mis flechas y disparo también.

— Le di en la cabeza — Me siento orgulloso con mi precisión.

El ruido de las balas resuenan cada vez más.

Con todo este bullicio de seguro que atraeremos más de "Ellos" hasta aquí.

— ¡Vamos!, ¡Suban al auto! — Nos ordena Saya.

— ¡Sí! — Reacciona Shisuka ante ella.

Junto a Alice, ingresan al vehículo para estar a salvo.

— ¡Aaaah! — De pronto oigo los gritos de Miyamoto.

Sorpresivamente, Rei es retenida por una de esas cosas, sosteniendo su arma con una fuerza sobrehumana.

Con iniciativa corro hacía ella para rescatarla.

— ¡Cuidado! — La alerto para posteriormente golpear los dedos del cadáver viviente y así liberarse.

— Gracias (Y/N) — Rei me agradece por salvarla.

— ¿Estás bien?, debemos irnos — Observo de pies a cabeza en busca de heridas en su cuerpo.

— Oh...sí — Responde con confusión.

— ¡Chicos regresen! — Shisuka enciende el motor del vehículo.

Todos retrocedemos y entramos uno por uno a nuestra camioneta.

Me ubico en el asiento del copiloto como siempre.

— ¡Matt, entra! — Komuro le ofrece un lugar al mecánico de la familia Takagi.

Takashi lo mira desde la abertura superior del Humvee.

— La mujer que amo, está aquí con todos los demás —Con una sonrisa, sostiene una llave mecánica que de seguro la utilizará como arma — Señorita Saya, cuidese.

Realiza una reverencia, digna de un empleado servicial de la familia Takagi.

— ¡Aquí vamos! — Shisuka acelera el Humvee sin titubear en lo absoluto.

Ya se ha acostumbrado a manejarlo.

Mientras conduce, atropella a todo lo que encuentra a su paso.

En cosa de segundos y con las llamas por todos lados, logramos cruzar la salida de la mansión sin daño alguno.

— Está será la última vez que estaremos allí — Susurro mientras veo por el retrovisor la mansión como si fuera un campo de batalla — Viví muy buenos momentos en ese lugar.

Nos movemos por  la vía pública en una calle residencial a gran velocidad. Sin embargo no estamos a salvo todavía, debemos movernos lo más lejos posible.

— ¿Cómo saldremos? — Pregunta Busujima ahora desde la parte superior del vehículo.

— ¡Es muy estrecho! — Observa Rei que hay un autobús junto a una barricada obstaculizando gran parte de la vía.

Creo que ese autobús me es familiar...

— ¡Tengo una idea! — Exclama Shisuka con convicción.

En un movimiento temerario, sobrevira el Humvee y logra inclinarlo con sus dos ruedas del lado derecho.

Nos sostenemos de donde podemos para evitar caernos.

Con velocidad logramos pasar e impactar ligeramente el autobús.

Ahora, la atractiva enfermera gira el volante a su posición original.

A través del retrovisor veo que están todos adentro del vehículo sin daños ni heridas.

Ahora nos movemos por un camino mucho menos agitado y ya alejados de todo peligro.

— Me sorprendes — Miro a Shisuka que tiene la mirada fija en el camino — No creí que fueras a sobrevirar así, por poco nos matas.

— ¡Eso fue extremo! — Exclama Alice con energía.

— Fue muy peligroso Sensei — La regaña Rei.

— ¡Lo siento!, ¡Lo siento! — Se disculpa con nerviosismo — Entré en pánico, prometo no hacer nada arriesgado de nuevo...

— Al contrario — Interrumpe Takashi — Nos salvaste.

Como si estuviera sincronizado, todos se ríen del extraño momento.

Por mi parte, muestro una sonrisa confiada.

Los segundos pasaron y todo volvió a nuestra calma grupal.

— Parece que de alguna forma logramos salir — Comenta Miyamoto con despreocupación al mirar por la ventana.

— Te lo ruego, no digas nada más — Takagi no está muy felíz por ello. Su expresión denota tristeza — Por favor...

— Takagi — Hirano llama su atención.

— ¿Qué quieres? — Ella lo observa con molestia.

— Debes superarlo — Le comenta con mucha frialdad.

— ¿Hirano como puedes...? — Rei no puede creerlo.

— Está bien... — Saya interviene — Kohta...digo, Hirano es excepcional.

Son las únicas palabras que pueden salir de su boca: Un halago sincero con un tono de voz melancólica.

— Por cierto... — Reanuda Takagi — ¿El motor no está sonando raro?

— El vehículo no aguantará mucho — Shisuka sostiene con firmeza el volante — No sé que tan lejos podremos llegar.

— Lo siento — Se suma Takashi — Pero tendrán que acompañarnos hasta que Rei y yo encontremos a nuestros padres.

— Está bien, estamos juntos en esto — Comento.

— Después de eso, podremos buscar a su amiga, Sensei — Finaliza Komuro.

— ¡Está bien! — Shisuka sonríe al considerar la idea sin despejar la vista del camino.

Ahora debemos pensar que haremos para sobrevivir un día más, al igual que los nómadas hace cientos de años atrás.

Un estilo de vida que no estamos acostumbrados a vivir, pero que el mundo nos está arrastrando hacía ella.

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