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Capítulo 22

Luego de una noche fuera de lo común, desperté en los brazos de Shisuka que me abrazaba como si fuera un peluche o una almohada de gran tamaño.

Cuando abrí los ojos, me di cuenta que seguíamos completamente desnudos, lo que me causó un ligero pudor al vernos con la claridad por los primeros rayos de luz que ingresaban por mi ventana.

Posteriormente, tuve pequeñas dificultades para despertar a la mujer con quien había pasado la velada, ella se comportaba como una niña que no quiere ser despertaba para ir a clases, pero luego despertó abruptamente al recordarle que Alice estaba sola en su habitación.

Sin dudar, y con un aire de responsabilidad maternal se puso de pie y se vistió con su provocativa lencería para abrir la puerta y marcharse, pero no sin antes robarme un beso fugaz que disfruté como si fuera  el último.

Sonreí ante su atractiva y encantadora torpeza, una cualidad muy apreciada por muchos hombres japoneses y extranjeros de las mujeres de esta nación.

Ni idea de donde obtuve tal información, tal vez lo leí en alguna revistala. Eso si no deja de sorprenderme la mente humana, que es capaz de recuperar datos irrelevantes y curiosos en el momento adecuado.

Luego de esto, me vestí para iniciar mi día, ya no podía volver a conciliar el sueño.

El día transcurrió con total normalidad, con deliciosos platos y bocadillos en el desayuno, pasando por cortes de carnes exclusivos de Wagyū a la hora de almuerzo. Un corte de carne que puede ser considerado como un lujo por que son pocas las personas que pueden costearlas, y en un momento como éste lleno de caos y devastación se vuelve imposible.

En aquel momento, me sentí un poco incómodo, una metáfora para explicar aquel sentimiento era equiparable a ser un noble del palacio previo a la Revolución Francesa, que vivía con lujos mientras que el pueblo moría de hambre.

Claro, son contextos históricos distintos, pero de todos modos no sentía que era merecedor de tanta atención a pesar de que sería algo temporal.

Sobre esto último, es algo que hemos conversado como equipo. Luego de nuestro fallido intento por buscar a los padres de Takashi y de Rei, producto de la sorpresiva aparición de Shido y de sus estudiantes, hemos postergado esta misión de rescate para el día de hoy al atardecer.

Nos organizamos y nos equipamos con nuestras armas y municiones bajo el liderazgo de Komuro que ha sido nuestro líder natural y a la vez proclamado por la mayoría del grupo.

Aún así, percibí una expresión de duda en sus palabras al liderarnos, no parece estar 100% convencido con este rol que se le ha otorgado.

Tendrá que buscar la forma de hacerlo sí o sí, y enfrentarse a nuevos desafíos.

Con todo el día puesta mi energía en mi equipaje y en mi ballesta no he tenido suficiente tiempo como para leer o entablar conversaciones con los demás del equipo.

Ya cuando estamos todos listos para partir, y el atardecer se dejaba ver, Shisuka salta con alegría:

— ¡Sí, sí, sí!, lo recordé, sí, sí, estoy segura, ¡No hay duda!

— ¿Qué ocurre Sensei? — Pregunta Alice a la Enfermera.

Al parecer nuestra salida se ha retrasado un poco, por lo que la familia  de Komuro tendrá que esperar un poco.  Aunque específicamente el rescate será con la madre de Takashi que trabaja en una escuela primaria.

Komuro no ha sido muy receptivo al responderme por el paradero  de su padre, más bien su respuesta fue "Él está lejos ahora".

Prefiero no insistir.

— ¡Acabo de recordar el número telefónico de mi amiga! —  Shisuka abraza a Alice con bastante fuerza.

— ¿Te refieres a tu amiga de las armas y el Humvee? — Miyamoto tiene curiosidad por saber.

— Así es, ella es miembro del Equipo Especial de Asalto, o SAT. Estoy segura de que ella sigue con vida.

Sin percatarse, Shisuka acaba de revelar el trabajo de Rika a los demás.

Pero a juzgar por el rostro de los demás, ninguno parece estar sorprendido de ello.

Al fín y al cabo era algo sumamente obvio.

— ¡Bien, que alguien me preste un celular! — Marikawa nos los pide con apuro.

No quisiera preguntar por el suyo, pero estoy casi seguro de que ha olvidado recargarlo o se la ha perdido.

Su torpeza llega a límites insospechados.

— Toma... — Takashi le entrega el suyo.

Shisuka toma el aparato y comienza a digitar los números:

— Veamos, aquí está el uno...aquí está el dos...aquí está el tres...

— ¿Quieres que lo haga por ti? — Hirano se ofrece con una expresión de impaciencia.

—No me interrumpas o me equivocaré.

Luego de este proceso, finalmente logra marcar el número.

Lleva el teléfono a su oreja.

Estamos expectantes ante este momento.

— ¡Rika!(...)

Para nuestra sorpresa, logró marcar el número correcto.

Ante ello, se me ocurre una idea.

—(...)¡Que alegría!, ¡Estás viva!(...)

— Felicidades Sensei — Alice se alegra por ella.

—(...)Ya sabes, he estado caminando mucho(...)

Saco de mi bolsillo, mi teléfono celular con la esperanza de que pueda comunicarme también.

Pero bajo todo pronóstico, hay una sola barra de señal.

La señal no es lo suficientemente potente como para recibir mensajes o llamadas, pero podría intentar marcar de lo más bien.

O tal vez pueda pedirle el teléfono a Takashi en cuando Shisuka termine de llamar...

No, mejor lo intentaré ahora.

Busco entre mis contactos el número de Mamá. Ella siempre estaba con su teléfono celular en mano, y respondía a todas las llamadas que se le presentaban sin importar la hora que fuera.

Aprieto su número y marco.

Me alejo un poco del grupo para tener un poco de privacidad mientras observo el mensaje de "Marcando..." en la pantalla.

¡Perfecto!, la llamada está entrando.

Posiciono el aparato en mi oreja y logro esuchar el tono de llamado.

"Beep...Beep...Beep"

Trago un poco de saliva ante la ansiedad de lo que dirá Mamá al responder.

¿Qué debería decirle?, ¿Tal vez un "Estoy bien, gracias"?, aunque la verdad no sé que decir después de esto, nunca tuve una conversación fluida con ella. Nuestra relación entró a un punto muerto luego de nuestra discusión antes de que se fueran a China, nunca la llamé ni mucho menos ella menos a mí, presiento que seré nuevamente un estorbo al llamarla y que recuerde de mi existencia...

Pero...

El tono de marcar se silencia por completo de un segundo a otro.

— ¿Hola?, ¿Rika? — Shisuka sigue con el teléfono en su oreja, elevando su tono de voz.

—¿Qué demonios está pasando? — Exclama Komuro.

Levanto la cabeza y veo que hay una fuerte luz en el cielo que me impide ver por unos segundos.

— Esta luz — Oigo susurrar a Saya — No puede ser.

La luz se desvanece lentamente hasta apagarse en su totalidad.

¿Qué habrá sido eso?, ¿Acaso una estrella fugaz?

— Miyamoto, mira por la vista láser de tu arma — Le ordena Takagi.

— Uh...¿Por qué? — Rei no comprende el motivo de la petición.

— Solo hazlo — Insiste — Tu arma debería tener un sistema integrado.

Miyamoto apunta con la mira de su arma hacía Takagi.

Por supuesto que Saya evita estar en su radio a toda costa:

— ¿Y bien?, ¿Puedes ver el láser?

— Um...no puedo — Le señala Rei con evidente confusión.

Sinceramente, yo también lo estoy.

— Justo como pensé — Saya baja la vista en una actitud pensativa.

— ¿Oye Takagi?, ¿Qué  ocurre? — Le pregunta Takashi con insistencia.

— Es un ataque EMP, también conocido como Explosión Nuclear de Gran Altura, si un explosivo nuclear detona en la atmósfera, los rayos gamma descargan electrones en la atmósfera y crean el llamado "Efecto Compton". Los electrones se esparcen aceleradamente alrededor del campo magnético de la Tierra, entonces se genera un pulso electromagnético que cubre un gran rango, eso es fatal para los sistemas electrónicos — Toma un breve respiro antes de continuar — El pulso electromagnético atraviesa las antenas y corta los circuitos internos.

— Entonces eso significa que ahora... — Saeko intenta aportar.

— Así es — Interrumpe Takagi — Ya no podemos usar aparatos electrónicos.

— ¿Eh?, ¿Osea que no podemos utilizar celulares? — Shisuka se sorprende al entender la explicación de Saya.

— No solo los celulares, sino también computadores, los vehículos que usen electricidad  tampoco se moverán(...)

Al oír eso, miro mi teléfono y me percato de que está totalmente apagado.

Trato de encenderlo con desesperación pero es completamente inútil.

¡Mierda!, ¡Estaba tan cerca!

Sostengo el dispositivo con fuerza, como si quisiera canalizar toda mi frustración en ella.

Miro a Shisuka en una compostura sumamente afligida y teniendo como su único consuelo a Alice que trata de calmarla.

—(...)Probablemente las plantas de energía también hayan sido afectadas, a menos que sean a prueba de EMP, pero solo las Fuerzas de Auto Defensas y algunas agencias del gobierno tienen ese beneficio.

— ¿Hay alguna forma de solucionarlo? 

De pronto, hace ingreso el líder de la Familia Takagi junto a su mujer y algunos hombres que colocan velas de gran tamaño en el piso para iluminar el lugar antes de que anochezca.

— ¿Padre? — Voltea Saya con sorpresa.

Unos breves segundos de silencio se formaron entre nosotros antes de que Takagi respondiera con introversiónen en sus palabras:

— Algunos autos pueden funcionar si se cambian algunas partes, quizás encontraremos algún auto que no haya sido afectado por el EMP...los que no utilizan chips computacionales deberían moverse.

— Averigüen eso de inmediato — Ordena el líder a uno de sus hombres.

— ¡Sí  señor!

— ¡Saya! — El padre trata de llamar la atención de su hija.

— Uh...¿Q...Qué? — La expresión de su rostro lo dice todo.

— Eres capaz de mantener la calma a pesar del caos. Te admiro.

Saya, evidentemente emocionada, trata de responder al inesperado halago de su padre.

— Pa..

Pero es interrumpida por uno de los trabajadores del exterior:

— ¡La barricada!

Todos volteamos asombrados hacía la puerta eléctrica que está a medio cerrar.

Claro, al no haber una fuente de electricidad no pudo ser cerrada con normalidad.

— ¡Aléjense!, ¡Váyanse! — Se escucha decir al hombre con bastante pavor mientras dispara.

Pero para su mala suerte, es atrapado por uno de ellos antes de que pudiera ponerse a salvo.

Su cuerpo es devorado con suma facilidad.

— ¡Cierren la puerta!, ¡Rápido! — Ordena el padre de Saya — ¡No dejen que los muertos entren!

— ¡Señor, si hacemos eso abandonaremos a nuestros compañeros que están afuera! — El que parece ser su segundo al mando cuestiona la orden.

— Si no cerramos ahora, lo perderemos todo — Comenta el líder de la familia — ¡Háganlo!

Con velocidad, el subordinado acató la orden y junto con otro de sus camaradas la cerraron de forma manual.

— ¡Uno logró pasar! — Grita uno de los empleados.

Mientras este intruso camina libremente, Hirano apunta con su rifle:

— Tengo a uno... — Efectúa un disparo certero en su cabeza hasta derribarlo— ...En mi bolsillo.

Su mirada es sumamente sombría.

— Señor, Señora, les traje sus armas — Um hombre se acerca con un maletín con pistolas en su interior.

La madre de Saya, rompe ligeramente su impecable vestido rojo para tomar el arma en su pierna como si fuera un agente policial de una película norteamericana.

Takagi trata de cubrir los ojos de Hirano ante tal sensual desplante

— Saya, toma esto — Su madre le ofrece un arma de buen diseño.

Por supuesto que Hirano no dudó en lucir su conocimiento en pistolas:

— ¡Un modelo Luger P08 Holland!(...)

— No sé como usarla  — Saya luce insegura al ofrecerle el arma de fuego — Además, ¿Por qué tienes armas Mamá?

— Cuando trabajé en Wall Street tomé un curso de auto defensa ejecutiva, quizas sea mejor disparando que tu  padre(...)

Komuro, Saeko, Rei y yo intentamos imaginarla durante aquellos tiempos en Norteamérica.

—(...)¿Le enseñarás a usarla Hirano? — Le pide la mujer con amabilidad.

— ¡Sí mamá! — Grita Kohta con emoción — ¡Sí señora!

Rectifica sus palabras.

Los zombies tratan de ingresar por la valla principal.

Verlos todos juntos, me hacen preguntarme si esas cosas tendrán una especie de razonamiento colectivo que les permita reunirse y actuar con un propósito común.

Pero sé que este no es el momento para eso y aún así me surgen demasiadas dudas.

Los trabajadores de la mansión no podrán resistir por más tiempo.

Finalmente...

Lo que era inevitable se volvió una realidad demasiado rápido.

La valla ha caído... 

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