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Capítulo 18

Saeko, Komuro, Saya, Hirano, Alice y yo, corremos hacía el mirador del segundo piso y así apreciar mejor lo que está sucediendo afuera.

Saya, al ver lo que está ocurriendo, comprende mejor la situación:

— El antiguo señor de Tokonosu y actual cabeza de la familia Takagi, el hombre que decide lo que está bien y lo que está mal...¡Mi Padre!

Miro también hacía abajo, y contemplo como un hombre de gran altura y de cuerpo imponente desciende de su vehículo.

La madre de Takagi, lo recibe acompañada de tres hombres más en frente de una pileta de agua.

Es como una escena de una película de mafiosos, o de una trama Yakuza.

Todos los empleados de la gran mansión se reúnen para recibir a su líder.

Hay una gran aglomeración para un acto tan mundano como lo es llegar a una casa.

En tanto y para nuestra sorpresa, un equipo logístico trae a un zombie encerrado en una jaula cargado en un vehículo montacargas bajo la presencia de todos.

Inclusive hay niños que miran esto con asombro, como si fuera lamentablemente su única fuente de entretenimiento.

— El nombre de este hombre es Doitetsu Tarou — Comienza a hablar el hombre de la casa en una improvisado escenario — Es un antiguo empleado de la familia Takagi y mi mejor amigo(...)

El montacargas se detiene en frente de él.

— (...)Y hoy... mientras intentaba rescatar a sus compañeros ¡Fue mordido!, ¡Fue un acto de auto-sacrificio!, ¡Es lo más noble que una persona puede hacer!. Sin embargo, ya no es humano, se ha convertido en una cosa peligrosa(...)

Como si aquel zombie tuviera conciencia, y pudiera entender cada una de sus palabras, golpea la jaula para intentar salir con demasiada agresividad.

El nerviosismo de todos los presentes me pone un tanto inquieto también.

Jamás habría imaginado que pudieran traer a uno de esos muertos hasta aquí con vida.

Se me vienen a la cabeza bastantes pensamientos sobre el futuro y de como la humanidad tendrá que convivir con esas cosas.

Y una de ellas, es utilizarlos para nuestro entretenimiento, al igual que en un circo.

Ideas bastantes ridículas para un momento como este.

— (...)Es por eso que... — Veo que desenfunda una espada de estilo samurai, similar a la que le di a Saeko.

En eso, me percato de que Takagi está un poco inquieta y que Busujima observa con bastante interés.

—(...) Aquí y ahora mismo, ¡Como un hombre de la familia Takagi, cumpliré con nuestro deber con nuestro empleado.

Mientras tanto, un empleado, abre la jaula con algo de temor en sus movimientos.

Esa cosa, al ver la oportunidad de atacar, se dirige hacía su antiguo empleador.

"CRAC"

En ese mismo instante, el ruido de un vidrio quebrarse nos llama la atención a la mayoría de los presentes.

— Lo siento, mi hijo está... — Una madre se disculpa por la torpeza de su pequeño hijo al dejar caer su biberón.

Pero...

Todos estamos atónitos al ver la cabeza del antiguo empleador en la pileta.

Su sangre fluye por todo el agua.

Doy gracias de no haber visto tal escena.

Pero al parecer, Saeko si tuvo el placer de verlo, sus pupilas están dilatadas e intenta contener su expresión de sadismo.

— ¡Esta es nuestra situación actual! — Vuelve a hablar el líder de la familia — Grandes amigos, queridos familiares y amantes se están convirtiendo en éstas cosas que debemos derrotar(...)

— Eso es horrible...

Siento la voz de Shisuka detrás de mí.

Al voltear veo que cubre su boca con una de sus manos y trae a Rei consigo.

Me pregunto si habrá visto la "ejecución" de aquel hombre.

—(...)Si quieren vivir...¡Luchen!

El silencio y su gran oratoria nos ha dejado a todos sin palabras.

El hombre se marcha junto a su esposa del lugar.

Miro hacía el lado y veo que Takagi los observa con su aguda mirada.

— ¿Qué ocurre Hirano?, no te ves bien — Pregunta Komuro al ver a Kohta en una extraña actitud de odio y miedo.

— Las espadas no son suficientemente buenas... — Responde casi en susurro.

— ¿Qué dijiste? — Takashi contrapregunta.

— ¡Dije que no son lo suficientemente buenas! — Exclama en voz alta — ¡Una espada japonesa no puede romper todos los huesos que golpee!, ¡Pierde el filo luego de haber cortado 3 o 4 personas!

— Estás exagerando, Hirano — Busujima comenta con su serena voz — Para utilizar una espada, hay ciertas cosas que determinan tu fuerza: Las habilidades del espadachín, la calidad de su espada, y la firmeza de la mente. Si esos tres elementos están en un alto nivel, puedes cortar a toda las personas que desees sin perder fuerza para luchar.

— P...pero, una vez que hay sangre en ella... — Kohta trata de contradecirla, pero no encuentra los argumentos para hacerlo.

— Oye Hirano, es suficiente — Interrumpe Takashi para no tener que oír una absurda discusión que no nos llevará a ninguna parte.

Amablemente se acerca para calmarlo.

— ¡No me toques! — Kohta reacciona de forma bastante agresiva — ¡No te metas!, ¡Ni siquiera sabes disparar un arma!

Un insulto digno de un niño de primaria debo decir.

Que idiota.

— ¡Detente de una vez Hirano! — Saya interviene también pero de forma poco amistosa.

Kohta al ver que Takagi le ha gritado, sale del lugar notablemente herido.

— ¡Oye Hirano! — Takashi intenta llamar su atención, pero al no recibir respuesta alguna va detrás de él.

Alice por su parte decide hacer lo mismo, al fin y al cabo han creado un fuerte lazo con esos dos.

— Supongo que son los lados opuestos de una misma moneda — Saeko libera un bufido de hastío.

— Iré  por ellos — Takagi suspira y camina hacía la puerta para alcanzarlos.

Solo quedamos Rei, Saeko, Shisuka y yo.

Pero inesperadamente y de muy mal gusto en mi opinión, Shisuka libera una suave carcajada:

— Estaba pensando, que estoy muy contenta de estar con ustedes(...)

Sonríe con bastante naturalidad a pesar del tenso momento.

—(...)Incluso cuando el mundo está siendo arrasado por "Ellos", la juventud sigue siendo maravillosa.

— ¿Pero qué está diciendo? — Miyamoto frunce el seño al escuchar tales palabras.

— Tal vez no lo sepan, pero estoy recibiendo mi entrenamiento clínico en la Facultad de Medicina. Siendo solo una enfermera temporal en la escuela, pero...cuando me reciba, tendré que tomar muchas decisiones.

— Esto es muy repentino — Comenta Saeko.

— Por favor díganme, ¿Qué es lo que harían ustedes para que todo vuelva a ser como antes?

Sus palabras dejan entrever un fuerte anhelo de volver a la normalidad.

A lo que me pregunto: ¿Podremos retomar nuestras vidas tal como la dejamos?. Desconozco si Rei y Saeko querrán eso para sus vidas...

Pero por mi parte, francamente no estoy seguro. Tal como diría  Sartre: "Para saber lo que vale nuestra vida, no está de más arriesgarla de vez en cuando".

Y yo he arriesgado mi vida en éstos días, y no sé si quisiera volver a lo que fui antes: Un adicto y un delincuente marginal.

Sin embargo, una parte de mí no deja de preguntarse: Si todo volviese a la normalidad, ¿Cómo sería mi relación con Papá y Mamá después de todo lo vivido?

—¿(Y/N)?... ¿(Y/N)?

— ¿Uh? — Respondo al oír a Busujima.

— Siempre estás en las nubes — Libera una sonrisa.

Al igual que Rei y Shisuka que no dejan de mirarme.

— Lo siento, creo que iré a tomar algo de aire afuera.

Salgo de la habitación con tranquilidad y camino los pasillos de la mansión.

He recorrido tantas veces éstos lugares que ya conozco el camino como si este fuera mi hogar.

Algo dentro de mí me dice que salga y busque a Hirano, pero no me interesa hacerlo en absoluto.

¿Ir tras él?, ¿Por qué haría eso?, ¿Qué podría decirle para calmarlo?. De todos modos, siento que me guarda algo de rencor.

Salgo al gran patio para respirar aire puro.

El sol golpea mi rostro con amabilidad, en unos cuantos minutos más comenzará el lento proceso del atardecer.

Debería buscar a Hirano, pero no estoy interesado en hacerlo, tan solo es una pataleta de un niño malhumorado.

Deambulo por un pequeño bosque ubicado en la gran mansión, no me interesa buscar a Hirano, solo quiero algo de soledad y tranquilidad.

Sin embargo algo interrumpe mi aparente calma:

— ¡¿Por qué tanta conmoción?! — Oigo la voz del padre de Takagi a lo lejos, desde mi posición entre los arbustos puedo ver que está acompañado de su esposa.

— ¡Comandante! — Exclama uno de los hombres al ver acercarse a su empleador.

— Este niño cree que esas armas son jueguetes señor — Noto que otro de los empleados apunta a Hirano que está en el suelo y protegiendo sus amadas armas.

Lo dije, parece un niño.

— Soy Takagi Souchirou — El hombre está frente a Kohta — Antiguo señor de Tokonosu, maestro del estilo Tendo Sogon, joven, dime tu nombre.

— ¡Hi, Hi, Hirano Kohta! — Sus nervios son evidentes — ¡Clase 2-B del Instituto Fujimi!, ¡Número 32 de mi salón!

— Tu voz tiene entusiasmo Hirano, debes haber sufrido bastante en tu camino hasta aquí — Lo mira casi con rechazo — ¿Así que no entregarás esas armas sin importar lo que pase?

— ¡No, no quiero hacerlo! — Mientras sigo aquí, veo a Hirano responder casi con emotividad — Sin un arma, yo volvería a ser como antes, ¡Volveré a ser la persona que era antes!, ¡Finalmente encontré algo en lo que soy bueno!

— ¿Y en qué eres bueno? — Le pregunta el hombre con su profunda voz — Contéstame

— En...en...en — La expresión de Kohta es deprimente.

— ¡En proteger a su hija! — Veo como Takashi interviene.

Bien, creo que tengo la obligación de sumarme también. Esto se podrá muy feo.

Salgo de mi escondite, pero tan solo doy unos cuantos pasos. Me quedo a un costado para ver que ocurre.

— ¿Komuro? — El padre de Takagi se asombra al escucharlo — Ya veo, ya recuerdo tu nombre, conoces a mi hija desde hace mucho tiempo.

— Sí, pero desde que comenzó este infierno, Saya...su hija ha estado bajo la protección de Hirano todo este tiempo.

— ¡Kohta! — Llega Alice junto a Zeke a socorrer a Hirano. Tan solo puede abrazarla en este momento.

— He visto su valentía con mis propios ojos, Comandante Takagi — Busujima hace su ingreso.

Veo que Rei y Shisuka llegan al lugar también.

— ¡Yo también Padre! — Saya ingresa por detrás del tumulto y se sitúa junto a los demás — Quizás sea un loco interesado en cosas militares. Pero si no fuera por él , yo sería uno de esos muertos vivientes Padre. ¡Así  es!, ¡El me ha estado protegiendo!, ¡No como tú que eres mi Padre!

Sonrío al escucharla decir eso.

Quiere decir que ya ha aceptado a Hirano por sobre mí.

Las miradas entre el Padre y su hija es de una tensión brutal.

Para el colmo, el cielo se nubla rápidamente, y algunas gotas caen del cielo sin previo aviso.

Esto parece ser un mal presagio...

Pero antes de que esto se vuelva una discusión de grandes proporciones, oímos como una mujer lidera lo que parece ser una especie de motín dentro de una tienda de campaña que los protege de la lluvia:

— ¡Solo somos ciudadanos, no nacionalistas extremistas!, ¡Mostrarnos esa cosa junto con ese asesino fue totalmente indecente!

Todos vemos como esa mujer calienta los ánimos junto a los demás que la acompañan.

El padre de Saya mira a su hija con una mirada penetrante:

— Si hablas con ellos hija mía, sabré que eres digna de llevar el apellido Takagi.


— ¡¿Por qué debería hacer algo como eso?! — Saya sobrereacciona al escuchar la extraña petición de su padre.

— Saya, como tu madre también te lo pido, esas personas serian muy cuidadosas al responder si fuéramos tu padre o yo — Su madre se le acerca para convencerla también.

La hija de los Takagi al parecer no tiene más opción que aceptar.

— ¡Iré con ella! — Kohta muestra su total disposición a acompañarla.

— ¡Yo también! — Su suma Komuro.

— ¡Y yo tambi...! — Rei es interrumpida por Shisuka.

— No podrás ir Miyamoto, tengo que aplicarte más ungüento para tu recuperación.

Mientras que la Enfermera lleva consigo a la joven de cabello castaño en su tratamiento, veo que que Saeko es detenida por el líder de la familia Takagi

— Me gustaría hablar contigo un momento, hija de Busujima Sensei.

— Si hay algo que quiera decirme, entonces iré con usted — Saeko acepta sin inconvenientes.

— ¡Yo iré con ellos! — Exclama Alice al ver a Saya y los demás alejarse.

— Alice, en lugar de eso, ¿Por que no vienes conmigo? — La madre de Saya evita que la pequeña niña los acompañe — Tengo un regalo para Zeke que de seguro le gustará.

— ¿Para Zeke? — Se pregunta Alice — ¡Que bien!

Toma a su pequeño amigo peludo y acompaña a la atractiva mujer al interior de la mansión.

Sin darme cuenta, de un segundo a otro estoy solo bajo la lluvia.

No dije ni una sola palabra, sinceramente no tenía ánimos de intervenir, ya que nada habría sido de utilidad.

Además, Kohta me parece un idiota...

— Creo que iré adentro, hay algo que debo hacer — Me digo a mí mismo.

Siento como las suaves gotas impactan en mi cabeza y en todo mi cuerpo.

Doy un último vistazo a la tienda de campaña en donde están Saya, Komuro y Hirano.

— Espero que puedan solucionarlo — Comento antes de marcharme de aquí y evitar las lluvias.

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