Capítulo 17
—(...)Y luego, Takashi y yo abandonamos a ese depravado en la estación de servicio, solo quería matarlo pero creo que fue lo mejor(...)
He escuchado esa historia como tres veces desde que nos reencontramos con Rei y Takashi.
Decidí hacer algo de compañía a Miyamoto en su habitación, ya que se encuentra postrada y no puede moverse con facilidad.
Todo fue gracias a Komuro cuando decidió utilizar a Rei como punto de apoyo para disparar con su rifle.
Sus pechos sufrieron la peor parte al estar tan cerca del arma.
Por suerte, Shisuka ha estado con ella en su tratamiento para que se recupere.
— ¡(Y/N)!...¡(Y/N)!...¡(Y/N)!
— Disculpa, ¿Decías? — Vuelvo a la normalidad.
— No me has respondido a mi pregunta — Muestra un adorable puchero que logra llamar mi atención.
— Lo siento, me ocurre muy a menudo, ¿Podrías repetirla?
— ¡No lo haré! — Mira hacía otro lado con indignación — No volveré a hacerlo, estoy muy molesta contigo.
Deja ver un leve sonrojo.
"Toc Toc"
— ¡Adelante! — Grita Rei.
— ¿Cómo te encuentras? — Komuro ingresa a la habitación.
— Me siento mucho mejor, gracias Takashi — Responde Miyamoto con una gran sonrisa, olvidando su enojo pasajero contra mí.
— Disculpa (Y/N), ¿Podrías dejarnos a solas un momento? — Takashi me lo pide con amabilidad.
— Como tu quieras.
Me levanto de la cama en donde estaba sentado y camino en dirección a la salida.
— Gracias por tu compañía (Y/N), significa mucho para mí — Rei muestra una gran sonrisa en su rostro.
— No fue nada — Dejo ver una agradable mueca.
Esto de sonreír con tanta no se me da muy bien.
Cierro la puerta al salir.
Ya en el pasillo de la mansión, no dejo de pensar en Rei. Desde que llegamos aquí con Busujima hace dos días atrás, me he vuelto mucho más cercano con ella, claro, no le he hablado sobre mi vida, pero ella si lo ha hecho con la suya.
Aunque sus historias casi siempre son acerca de la escuela y de su relación con Takashi de cuando eran niños, y por supuesto de su antiguo novio Hisashi.
Mientras camino, desciendo por las escaleras con bastante serenidad. Se siente bien no estar preocupado ni en alerta por posibles ataques zombies.
Estoy consciente de que esto no deberá durar para siempre, por el momento estamos en un buen refugio como lo es la mansión de la Familia Takagi, pero de continuar en este estado, nos yuxtapondríamos ante ellos, y perderíamos todo lo que hemos logrado como equipo.
Eso es algo que debemos tener en mente y que tarde o temprano tendremos que hablar.
Al bajar al primer piso, veo a dos con dificultades para cargar una caja:
— ¡Idiota!, ¡Vas muy rápido! — Uno de los hombres regaña a su compañero.
— Aquí vamos — Retoma la posición el segundo hombre y vuelven a levantarla.
— Déjenme ayudarles — Me ofrezco con la mejor de las voluntades.
— Esta bien, este trabajo es para adultos — Uno de ellos rechaza mi ayuda al poder sostenerla sin inconvenientes.
— ¿Qué?, ¿Adultos? — Me incomoda su peculiar respuesta.
— Ustedes los niños deberían descansar — Comenta el primer hombre.
Se marchan de aquí con evidentes signos de cansancio y de sobreesfuerzo.
— Imbéciles — Gruño entre dientes.
No son más que idiotas orgullosos, si tan solo supieran lo que he vivido, seguramente no me tratarían como a un niño.
Como los detesto.
— No quieren que nos preocupemos — Oigo la voz de Busujima a mis espaldas.
Al voltear me doy cuenta de que viste con un yukata de color azul oscuro y de diseños celestes y morado.
— ¿Qué ocurre? — Me pregunta al percatarse de que la observo por demasiado tiempo.
— Pues, es que...umm... — No puedo controlar mis nervios al verla vestida de esa forma, admito que luce muy hermosa — Te queda muy bien.
Sus mejillas muestran un suave rubor en ellos.
Esto se vuelve un momento sumamente incómodo.
Trataré de resolver esto a como de lugar.
— No, uhh...no quise decir nada raro.
¡Idiota!, ¿Eso es lo mejor que puedes hacer?
— Oh, no no pensé en eso — Al parecer Saeko capta el mensaje.
Luego de breves segundos de silencio, ambos nos reímos para superar este bochornoso momento.
No sé como describirlo, pero nuestra relación ha sido de las mejores desde aquella noche en el parque. Siento que Saeko y yo nos podemos entender cada vez más.
Todavía no he explorado su lado más oscuro e intenso, pero aún así me gusta este lado de ella.
— ¿Eh?, ¿Qué?, ¿Qué? — Ingresan Alice y Zeke por la puerta principal — ¿Ocurrió algo bueno?
Sigilosamente, me observa con distancia.
— Estábamos hablando de lo felices que estamos por tu gran ánimo Alice — Saeko le comenta a la pequeña niña.
Prefiere halagarla en vez de narrar una situación difícil de explicar.
— ¡Sí, estoy muy animada! — Comenta con bastante energía, tal como lo hacen los niños a su edad.
Un fuerte nudo apreta mi garganta.
Sé que no es de mi incumbencia, pero siento que debería intentar ser más cercana a ella, a pesar de que es una niña y que me tiene miedo.
Esto, luego de oírla llorar la otra noche en la habitación de Shisuka, ambas duermen juntas, y esuchar el suave llanto de la pequeña Alice me destrozó por dentro que tuve dificultades para conciliar el sueño.
Por fuera luce alegre y animada, sin embargo, en su interior sé que está sufriendo y acumula mucho dolor por la pérdida de su padre y la ansiedad de no saber en donde está su madre.
— Sigue así — Saeko, se inclina para acariciar su cabello — Eres una niña muy fuerte y muy importante para nosotros, no lo olvides.
Alice le muestra una cálida sonrisa.
En parte estoy asombrado por ese nivel de empatía que tiene Busujima con los niños.
— ¡ENTIENDO! — Un fuerte grito de Takagi se oye inesperadamente desde el segundo piso — ¡Siempre tienes razón Mamá!
— Esto de nuevo — Comenta Saeko comprendiendo un poco la situación.
Y no la culpo, la relación entre Takagi y su madre ha sido un poco difícil.
Aunque confieso que su actitud me molesta un poco.
Sin embargo, tengo algo de curiosidad y estoy un tanto preocupado por ella.
Sin pensarlo dos veces, asciendo por las escaleras al escuchar algunos pasos provenir del segundo piso.
Para mi sorpresa, veo que la chica de lentes y de cabello rosado se acerca por el pasillo hacía mi dirección.
— ¿Qué sucede Takagi? — Estamos frente a frente.
Su expresión no es de las mejores:
— ¡Te dije que me llamaras por mi nombre! — Esto confirma no está de muy buen humor.
— Uh...bueno... lo siento — Evito mirarla a los ojos, me tomó por sopresa que me haya regañado por no llamarla por su nombre.
— ¡Eres un hombre!, ¡Debes mirarme a los ojos cuando te hable!
— Esta bien, lo siento — Levanto mis manos en señal de paz y por supuesto trato de mirarla a los ojos como me lo ordenó.
Por más que lo intento, tengo dificultades para hacerlo.
Jamás una chica me había dominado de esa forma.
— Ya está bien, solo eres tú — Parece ya más calmada.
Me ignora por completo y se dirige a las escaleras, dejándome solo en este corredor.
— ¿Sa...ya?
— ¡Olvídalo! — Recibo gritos de su parte.
Al parecer su mal humor ya regresó.
Libero un suspiro para tratar de relajarme y no caer en provocaciones innecesarias.
— Veo que te está dando problemas — Escucho la voz de una mujer a mi lado.
Al notarlo, puedo observarla mejor, es la madre de Saya, no había tenido la oportunidad de conocerla formalmente.
Al parecer, es una mujer muy ocupada.
— La verdad es que no — Bajo el perfil sobre Takagi, no quisiera ser descortés y hablar mal de ella con su madre.
— ¿Ya estás acostumbrado? — Me pregunta con gentileza.
— No lo diría de esa forma, pero estoy en un proceso de comprenderla mejor.
— Eres muy amable (Y/N), ¿Tienes tiempo?, me gustaría que pudiéramos caminar un poco.
— Eh...Um...sí claro... — Admito que su invitación fue totalmente inesperada.
— Excelente, pues acompáñame — Camina por el otro lado del pasillo.
Voy detrás de ella con introversión.
Al caminar, no puedo evitar ver su escultural figura en ese vestido.
— Este lugar es sorprendente, al verla desde afuera jamás imaginé que fuera tan grande — Inicio un tema de conversación para romper el hielo — Pienso que Saya era muy popular en la escuela ¿No?
— Saya no era de traer a sus amigos, ni siquiera Komuro vino a jugar cuando estaban en el jardín escolar.
— Ya veo... — Francamente no tengo una respuesta decente para esto, pero debo seguir con el hilo de esta conversación — Si me permite preguntar, ¿Cómo pudieron enfrentar todo este caos?
— Cuando los muertos empezaron a atacar, mi esposo envío a las fuerzas de autodefensas a proteger las plantas de energía — Se detiene en una ventana del corredor — Supongo que no pudo esperar a las órdenes del idiota del Primer Ministro.
No sé que clase de familia es esta, pero de lo que estoy seguro es que mueven bastante dinero y tienen muchas influencias como para tener una suerte de ejército propio.
— ¿Entonces de no ser así, el mantenimiento de esta casa no habría sido posible?
— Exactamente, pero, ¿Cuánto tiempo crees que la gente puede mantenerlo?. Ellos también tienen familias, ¿Verdad?, y no están juntos.
— Entonces, ¿Aquel autobús? — Señalo por la ventana al vehículo que está estacionado en frente de la mansión.
— Sí, nos haremos responsables por sus vidas, de hecho, solo llevaremos con nosotros a aquellos que tengan la voluntad de hacer lo que sea para seguir con vida.
Estoy impresionado ante la gestión de los padres de Saya, están dispuestos a arriesgar sus vidas con tal de proteger a sus empleados.
Un gesto bastante noble debo decir.
— Pero no es por eso por lo que te he llamado — Adopta una posición firme — Me gustaría que hablaras con mi hija, quiero que ella entienda todo lo que te he contado, pero nunca está de acuerdo con lo que digo, ¿Podría pedirte este favor?
Atado de pies y manos, y claramente por cortesía decidí aceptar:
— Lo intentaré, intentaré persuadirla, pero no sé mucho sobre ella, tan solo la conocí hace menos de una semana.
— Lo entiendo y lo comprendo totalmente, pero creo que eres la persona idónea para esto, eres una persona nueva en su vida, tal vez tenga una mejor disposición de escucharte.
— Haré mi mayor esfuerzo, se lo prometo.
— Muchas gracias, eres un buen chico, ha sido un gusto haberte conocido. Si me disculpas tengo que irme y encargarme de algunos asuntos de gran importancia.
Se marcha por el pasillo en dirección contraria a nuestro camino.
— Tendré que reunirme con los demás — Me digo a mí mismo.
Me muevo por los pasillos de la mansión hasta dar con la habitación en donde se encuentra reposando Rei.
Golpeo la puerta
'Toc, Toc, Toc"
Para mi sorpresa, Komuro abre la puerta:
— Llegas justo a tiempo — Me recibe de buen ánimo.
Ingreso, y al entrar veo que está todo nuestro equipo aquí.
— Genial... ¿De verdad tienen que reunirse aquí? — Veo a Miyamoto recostada.
— Apenas puedes moverte — Le dice Takashi — Por eso estamos aquí.
— ¿De qué quieren hablar? — Shisuka pregunta mientras retira la cáscara de una banana.
— Los he reunido a todos aquí — Saya comienza a hablar — Para preguntarles si deberíamos seguir siendo compañeros de equipo.
Todos estamos impactados ante su peculiar pregunta.
— ¿Compañeros? — Rei comenta desde su lugar.
— Claro que sí — Responde Saeko — Ahora somos un grupo más grande y más fuerte, en otras palabras...
— Es cierto — Interrumpe Takagi sin despegar la mirada en la ventana — Solo tenemos dos opciones. Nos unimos a ellos...
— ...O nos separamos de ellos — Complementa Takashi — ¿Pero hay algún motivo como para separarnos de ellos?. Las cosas se vuelve cada vez peor en la ciudad y tu Padre es bueno en lo que hace, tiene un sistema bueno y bastante ordenado, tu Madre también es asombrosa.
— Cierto, lo es — Saya responde ligeramente enfadada — Siempre estuve orgullosa de ella. Incluso ahora sigue siendo igual, en solo dos días han hecho mucho(...)
La voz de Takagi es un tanto temblorosa.
Involuntariamente, y casi como por costumbre, tomo mi teléfono de mi bolsillo con disimulo.
"SIN SEÑAL"
—(...)Pero si ella puede hacer eso, entonces...
— Takagi... — Komuro trata de tranquilizarla.
— ¡Llámame por mi nombre! — Pierde poco a poco los estribos.
Mi cabeza reflexiona acerca de las palabras de la madre de Saya, pero al verla en este estado de evidente cólera, pienso en lo afortunada que es en comparación a todos nosotros.
—(...)No deberías ser tan dura con tus padres, considerando como están las cosas ahora, debe ser duro para todos — Nuevamente el chico de segundo grado le pide entrar en razón.
— ¡Hablas como si fueras mi madre! — No puede controlar toda la ira acumulada — ¡Lo sé!, ¡Lo sé!, ¡Mis padres son los mejores!, ¡Tan pronto como algo inesperado sucede, actuan rapidos y protegen esta casa, a sus empleadoss y a todos sus familiares!, ¡ES SORPRENDENTE!, ¡SON REALMENTE SORPRENDENTES!(...)
Aprieto mis dientes con cada palabra que sale de su boca.
Esto me está fastidiando bastante.
— (...)¡Claro, no es que se hayan olvidado de su hija!, ¡Ella fue la primera persona por la que se preocuparon!
— Es suficiente — Takashi ntenta tranquilizarla, pero sin éxito alguno.
— ¡Así es!, ¡Son realmente soprendentes!, ¡No esperaba menos de mi madre y de mi padre!, ¡Se olvidaron de mí, por que pensaron que no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir!
— ¡¿Puedes cerrar tu maldita boca de una buena vez?! — Me acerco con furia hacia ella.
Como un criminal, o un matón, sostengo a Takagi de su ropa y con todas mis fuerzas impido que sus pies puedan tocar el suelo.
Oigo el sonido de sus lentes impactar contra el suelo.
— ¡(Y/N)! — Grita Saeko consternada con mi actuar.
— ¿Qué haces?. Esto es tan repentino... — Escucho la débil voz de Saya — (Y/N)...
— ¡ERES UNA MALDITA PERRA PRIVILEGIADA SAYA!, ¡DEBERÍAS ESTAR AGRADECIDA POR TENER A TUS PADRES CON VIDA! — Inhalo y Exhalo para calmar mi voz — Míranos, debemos lidiar con la incertidumbre de todos los días preguntarnos si nuestras familias están con vida o no. Tienes la fortuna de que ellos estén en este país, los míos, los de Hirano y el padre de Saeko están en el extranjero, en otro país. ¡Tú maldito orgullo no te deja ver más allá!, ¡No eres más que una imbécil!
Mi voz está temblorosa, y mis extremidades tiemblan. Fue un acto impulsivo de mi parte.
Me percato de que las miradas de todos es de evidente tristeza, tal vez no lo reconozcan, pero saben que tengo razón.
— Entiendo — Saya suelta pequeñas lagrimas en sus ojos — Por favor suéltame.
Con este sentimiento de aparente tranquilidad, desciendo su cuerpo con delicadeza.
— Lo siento — Me disculpo con ella y con todos los demás por este incómodo momento.
— Sí, deberías estarlo — Recoge sus anteojos — Pero está bien, así que enfoquémonos en el problema principal(...)
Con disimulo, noto que Hirano me observa con una mirada penetrante.
— (...)Vamos a...
De pronto, un fuerte ruido se escucha por todo el lugar, interrumpiendo a Saya antes de que pudiera hablar.
Es el sonido de una caravana de vehículos acercarse.
Logramos verlo todo a través de la ventana.
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