Capítulo 13
Corremos a toda velocidad por la despejada calle.
Me escondo detrás de una pared y con sigilo, noto que hay más zombies al otro lado.
No será una buena idea enfrentarnos a ellos.
Además, me siento algo cansado y estoy bastante débil.
— Maldición, aquí también hay más.
— Al parecer no podremos llegar a la segunda cuadra — Comenta Busujima detrás de mí.
— Regresemos por ahora, no vimos a ninguno de ellos en el camino — Propongo mientras nos devolvemos por donde vinimos.
— Creo que aquella es la casa de Takagi — Apunto a la gran mansión.
— ¿Por qué estás seguro de ello (Y/N)?
— Ella comentó que vivía a dos calles en donde estábamos, y a juzgar por el trabajo de su madre, no me sorprende que pueda costearse una casa así.
— Si que eres bastante analítico — Recibo lo que parece ser un cumplido de su parte.
— No perdemos nada en intentarlo.
Continuamos con nuestra marcha.
Mis piernas se sienten pesadas, y mis manos me tiemblan.
Siento algo de náuseas...creo que...voy a vomitar.
Me hago a un lado del camino y vomito en el tronco de un frondoso árbol.
— ¡(Y/N)! — Oigo el grito de Saeko con preocupación — ¿Te encuentras bien?
Sostiene de mis hombros con sus suaves manos.
Esa sensación...
Recuerdo haberla sentido antes...
Claro
Cuando tenía 14 años, una vez vomité por comer comida descompuesta.
Aquella vez estuve una hora vomitando, sentía frío y mi estómago hacía ruidos molestos.
De forma inesperada, Mamá tomó de mi hombro y no me dijo nada, sentí su calor y su manera tan peculiar de decir: "Todo estará bien".
No sé por qué recordé eso ahora.
— Estoy bien, tan solo estoy un poco agotado — Adopto mi posición natural, pero aún así mi cuerpo tiembla— Si tan solo tuvieramos una motocicleta, podríamos llegar más rápido con los demás.
— Creo que vi una tienda de motocicletas cuando manejabas el Humvee
— Creo que también la vi, debemos irnos ahora.
Corremos entre las calles para llegar a la tienda, conozco bien ésta área, así que no nos tomará mucho eb encontrarla.
Pero mi estado de salud me preocupa bastante.
Mis náuseas se deben a que no he consumido mis narcóticos como todas las mañanas. Si tan solo las hubiera traído conmigo cuando salí de casa, tal vez me sentiría mejor.
Luego de varios minutos, logramos encontrar la tienda sin dificultad.
Tal como la recordaba, está llena de motocicletas.
— Encontraré una adecuada — Camino por los pasillos de la gran tienda en donde hay muchos vehículos de dos ruedas — Saeko, por favor toma solo lo necesario.
— Una moto está bien, pero sería muy peligroso ir juntos en una sola — Propone la chica de cabello morado — Esto no es una cita ¿Verdad?
Sorprendido por sus palabras, volteo hacía atrás con algo de vergüenza.
Pero a mis espaldas, noto que hay un afiche publicitario con una pareja en una moto.
Por un momento creí que estaba coqueteando conmigo.
Sí que tiene un gran sentido del humor.
Busujima ingresa a la otra habitación de la tienda, prende las luces y para nuestra suerte encuentra lo que parece ser un buggy de gran potencia.
— ¿Qué tal esto?
— Me parece bien —Observo un folleto — También puede usarse en el agua.
Tomo una mochila que había cerca de mí y me subo sin dudar en el asiento del piloto de nuestro nuevo vehículo.
— Me alegra que te haya gustado — Comenta Saeko.
— ¿Quieres subir? — Estrecho mi mano.
— Eres todo un caballero — Toma de mi mano e ingresa al asiento del acompañante.
Francamente nunca había hecho esto antes. Jamás creí que lo haría de forma tan natural.
Pero aún así, estoy algo nervioso.
Enciendo el vehículo y salimos por la puerta automática que nos permite salir al exterior de la tienda.
Manejo tranquilamente por unos cuantos kilómetros hasta divisar a unos zombies delante de nosotros.
Impactaremos con ellos en pocos minutos.
— Esto está interesante, ¿Verdad? — Oigo la voz de Busujima.
— Sí, seguro que sí.
— ¿Qué es lo que haremos ahora?. De seguro que tienes un plan
— No tengo ninguno, pero si queremos comprender el valor de la vida, tendremos que arriesgarnos.
— Vaya, creo que contigo no me aburriré.
— ¡Sujetate!
De un segundo a otro, colisionamos contra aquellos cadáveres que nos impedían el paso.
Al ver el río a la izquierda de Saeko, se me ocurre una idea.
Otros zombies nos asechan el paso, así que descendemos por el camino del caudal.
Ellos, al tratar de seguirnos caen estrepitosamente sin la posibilidad de ponerse de pie.
— Veo que no pueden bajar, ¿Eh? — Comento con un tono triunfal.
— Pero aún asi, no cantes victoria tan pronto (Y/N).
Para mi mala suerte, veo que efectivamente si pueden ponerse de pie.
Con bastante rapidez, me doy cuenta de que estamos rodeados.
— No es un inconveniente para ellos — Comenta Busujima en un tono bastante serio.
— En ese caso... — Enciendo el motor y manejo a toda prisa.
— ¿Qué haces? — Me pregunta sorprendida al dirigirnos hacía el río.
— Probaremos si ésta maravilla puede moverse en el agua.
Con mucho movimiento, nuestro buggy impacta en el río. El agua salpica por todos lados.
— Saeko, ¿Te encuentras bie...?
Antes de que pudiera terminar la frase, veo que Busujima está totalmente empapada.
Mis ojos se posan en ella como si nada.
— Sabes...soy una chica — Comenta con vergüenza mientras cubre su cuerpo.
— Tienes razón...lo siento mucho — Me disculpo torpemente
Para evitar este bochornoso momento, observo como los zombies se marchan al no poder alcanzarnos aquí.
Libero un sutil suspiro.
— No me gusta ver a un hombre suspirar — Siento la mano de Saeko en ml hombro y con su boca al lado de mi oreja.
— ¡Lo...lo siento! — Me disculpo sin saber por qué.
— Debemos guardar el secreto — Lleva su dedo índice a su boca en señal de silencio.
No la comprendo, pero decidí seguirle el juego.
Mis fuerzas se agotan, y mis manos tiemblan producto del síndrome de abstinencia por los narcóticos.
Manejo el vehículo por el agua.
Quien diría que éste vehículo podría hacer lo mismo que un Humvee.
A lo lejos veo que hay un pequeño banco de arena en medio del agua.
Nos servirá para descansar.
Al llegar, Saeko me dirige la palabra:
— Es una buena idea, podremos refugiarnos aquí, tendremos que descansar en este lugar.
Ambos descendemos a tierra firme.
Por mi parte observo hacía el horizonte y contemplo el color anaranjado del cielo al atardecer.
— Sí, nos turnaremos para vigilar, Saeko tu descansarás primero, luego yo...
— "Achissss"
Siento el estornudo de Busujima.
— Lo siento, tengo frío — La veo que su ropa está toda empapada.
— Buscaré algo dentro de esta mochila, tal vez algo te sea de utilidad — Abro la mochila y encuentro unas telas negras que podrían servirle — Puedes ponerte esto.
Extiendo mi mano y le entrego las prendas.
— Gracias (Y/N), eres muy amable — La recibe con una gran sonrisa.
Volteo para observar de nuevo el horizonte mientras que Saeko se cambia de vestimenta.
Si un pervertido estuviera aquí, de seguro miraría sin pensarlo.
No sé si Hirano y Takashi podrían soportar tal tentación.
— Estoy lista — Me da la señal para que pueda voltearme y mirar.
Me detengo a observar su escultural cuerpo vestido con la ropa que encontré.
— ¿Sucede algo malo? — Me pregunta al mirarla sin decir nada.
— ¡No, no!, no pasa nada, de hecho te ves muy bien vestida así, combina con tu personalidad — Digo sin ser consciente de lo que digo.
¿Pero que carajos fue eso?. ¿Desde cuando halagos de ese tipo a las personas?, eso es muy impropio de mí.
Busujima suelta una suave risa antes de hablar:
— (Y/N), tu siempre me has visto como una mujer.
No sé si eso fue en tono de afirmación o de pregunta.
Desconozco el motivo, pero luego de sus palabras mis ojos se posaron en sus pechos en contra de mi voluntad.
— ¡¿Qué?!, ¡¿Por qué lo dices?! — Intento mirarla a los ojos otra vez.
— ¡Esta bien!, después de todo soy una chica — Sus palabras transmiten una calma que no sé como describirla.
Cubro mis mejillas con mi mano para evitar mostrar el rubor en ellos.
No quiero que esto se vuelva incómodo, así que lanzaré una pregunta que he tenido en mente desde hace días:
— Saeko, preguntaré ésto por única vez, pero, ¿Te has enamorado? — Trato de sonar lo más tranquilo posible.
— Que pregunta tan repentina — Muestra una sonrisa
Sonrió de forma bastante sería:
— Creo que eres una chica bastante hermosa, no me sorprendería que los chicos de la escuela se fijaran en tí...claro, cuando todo era normal...
Mi ritmo cardíaco se acelera levemente ante mis comentarios improvisados.
— Sí...se puede decir que hay un chico que me gusta...
El silencio, y el frío viento se dejan caer entre los dos.
— Bueno — Retoma la palabra — Es hora de irnos, la mayoría de ellos se han ido.
Señala la orilla del río.
— Bien, nos marcharemos.
Nos subimos al vehículo y hago encender el motor.
Sin problemas logramos cruzar del otro lado.
Retomamos el camino normal por las calles de la ciudad antes de que anochezca.
Al adentrarnos a las zonas residenciales, muchos zombies se sienten atraídas por el motor, pero no pretendemos pelear con ellos, así que los evitamos a toda velocidad.
— Veo a varios por aquí — Comenta Saeko con la mirada fija en el camino — A este ritmo será como antes de llegar al banco de arena.
— Encontraremos alguna solución a nuestro problema — Acelero un poco más y giro a la izquierda.
Inesperadamente, al virar, impactamos contra algunos de ellos y seguir nuestro rumbo.
En frente y a lo lejos divisamos un parque con una gran pileta en medio.
— ¿Un parque? — Pregunta mi acompañante sin entender la situación.
— No te preocupes, no dormiremos aquí — Miro fijamente el camino
Al acercarnos, llamamos la atención de los zombies.
Acelero al estar cerca de unos peldaños que conectan a la gran pileta.
Impactamos en el agua, el golpe del vehículo hace salpicar el agua por todos lados.
— ¡¿Te gustan que las mujeres se mojen, verdad?! — Comenta con fastidio al estar empapada una vez más.
— La verdad, es que no lo estoy disfrutando como quisiera, pero cambiando de tema, ¿Puedes pasarme la cinta de la mochila por favor?
Confundida, me entrega la cinta adhesiva que le pedí.
— Eres un idiota — Me insulta de forma gratuita.
Ignorando sus palabras, enciendo el motor lentamente mientras cubro el acelerador con la cinta.
Al estar a tan poca velocidad, damos vuelta por la pileta como un juego para niños en un parque de diversiones.
Busujima al entender mi plan no puede evitar comentar lo que es obvio.
— Mientras los atraes con el sonido...
— Así es — Interrumpo — Si vamos por la salida del Este, llegaremos a la parte trasera de la gran mansión(...)
Observo el cielo antes de volver a hablar
—(...)En estos momentos preferiría no usar el arma ya que causaría mucho eco pero.
— Entiendo — Saeko toma su katana.
Con gran habilidad, Busujima salta del vehículo y se dispone a atacar a los que nos rodean.
Desciendo del vehículo con la mochila que tomé de la tienda.
Con gran admiración contemplo sus movimientos, no me sorprende que haya sido campeona nacional el año pasado.
Su gran fuerza le permite hacer volar a uno por los cielos y tumbarlo en la pileta.
— ¡Ahora no hay necesidad de contenerse! — Le veo con mucho más confianza y seguridad.
No puedo imaginar cuál será su punto máximo de destreza.
Corre fugazmente a atacar a los otros que se le acercan.
Antes de que pudiera perderme en mi cabeza, me veo rodeado por cuatro zombies que se acercan lentamente hacía mí.
— Bien, es hora de actuar — Muevo mis dedos y arreglo mis nudilleras.
Uno por uno los golpeo en el cráneo.
El sonido de sus huesos romperse me hace sentir vivo.
Al terminar con ellos, veo a Saeko acabar con unos cuantos con bastante velocidad.
Pero...
De un segundo a otro, se detiene.
No parece moverse.
Esto está mal.
Corro hacía ella y saco de mis bolsillos una de las pistolas que utilicé hace horas atrás.
Creo que tiene una bala cargada.
— ¡¿Qué estás haciendo?! — Trato de
reavivarla — ¡SAEKO REACCIONA!
Al acercarme y al ver que Busujima está paralizada, deja caer su arma ante unos niños convertidos en "Ellos".
Ante esto, no me queda más que intervenir y disparar.
"BANG"
Por suerte logré llegar a tiempo, y actuar antes de que fuera mordida.
La sangre salpica por todo el piso del parque.
La mirada de Busujima es de total pavor.
Tomo de su brazo para alejarnos de aquí:
— ¡Vámonos!
Pero al correr, las náuseas regresan a mí.
Debo aguantar, debo luchar contra el deseo de los narcóticos.
Si caigo aquí de seguro que moriré.
Debo ser fuerte y no rendirme.
Luego de correr por largos metros, la noche finalmente cayó.
Llegamos a un templo aparentemente abandonado.
Creo que si pasaremos la noche aquí. No lograremos llegar donde se encuentran los demás en esta jornada.
Con mis energías al límite abro la puerta del templo.
Al ingresar, la única fuente de luz que ingresa es el de la luna por las ventanas.
Bloqueo la puerta con un trozo de madera.
Luego de asegurarme de que ambos estamos a salvo, le dirijo la palabra a Busujima en medio de la oscuridad:
— Saeko, ¿Qué fue lo que ocurrió allá afuera?
Puedo vislumbrar su silueta y ver como toma de su brazo para posteriormente inclinarse en el piso.
Libero un breve suspiro.
— Es demasiado peligroso estar afuera equipado con estas armas, esperaremos aquí hasta mañana.
Ella no parece responderme, continúa en la misma posición que antes.
En medio de la oscuridad busco una vela para iluminar el lugar.
Afortunadamente logro encontrar una y encenderla.
Busujima no parece moverse.
Dejo la vela en el piso y exploro un poco más el templo.
Rápidamente, veo que hay una espada estilo samurái aquí:
— Esta parece ser de verdad — La desenfundo para comprobar su filo — Te será de utilidad, ten Saeko...
Camino hasta detenerme a unos pasos de ella.
— Pondré esto por aquí — Dejo la espada que encontré en el piso — Además, tu uniforme ya está seco.
Saco de la mochila su ropa y la dejo cerca de ella también.
Voltea su rostro para mirarme, pero no me dice ni una sola palabra.
Ya entendí su mensaje.
Con mímica, apunto a la habitación contigua que está separada por unas telas delgadas.
Al estar en la otra habitación llevo mi trasero al suelo para descansar.
Mis piernas tiemblan y mi cuerpo suda de forma bastante acelerada.
Cierro los ojos para ignorar los efectos de la abstinencia.
— Debo resistir, vamos (Y/N), debes resistir... — Susurro con la voz temblorosa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro