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Capítulo 10

Guau!, ¡Guau!, ¡Guau!"

— ¿Un perro?, ¿Afuera? — Exclamo sorprendido al escuchar un perro ladrar.

Vuelvo lentamente al mundo real.

Veo que Shisuka está dormida en mis piernas, luce bastante cómoda allí.

Guau!, ¡Guau!, ¡Guau!"


— Ese estúpido perro continúa ladrando, iré a ver que sucede.

Muevo a la Señorita Marikawa con lentitud y delicadeza para no despetarla.

Me sorprende que sea capaz de conciliar el sueño en un momento como éste.

Envidio su torpeza y despreocupación.

En tanto, veo que Takagi sigue dormida en el sofá.

Sin perder más tiempo, subo por las escaleras.

Ingreso a la habitación, pero para mi sorpresa, veo como Takashi y Hirano están en el balcón observando lo que ocurre afuera.

Voy hacía ellos.

— Llegas a tiempo — Me recibe Hirano con mi ballesta.

Es extraño, pero me siento contento al saber que Kohta si me prestó atención con la elección de mi arma.

— Tenemos problemas — Apunta Komuro hacia abajo.

Mis ojos se abren al ver una gran cantidad de zombies en la entrada de nuestro improvisado cuartel.

Inmediatamente, veo que en la calle, hay un chico armado con una escopeta.

Carga y dispara con sus municiones para defenderse de "Ellos".

Pero, desafortunadamente deja caer una de sus balas, y en vez de dejarla, la recoge.

Su descuido hizo que una orda de zombies lo devoraran con facilidad al rodearlo.

Esto es una escena que ya no me sorprende en lo absoluto.

Sus gritos ya no me estremecen, mi sensibilidad ante éstos hechos me afectan cada vez menos.

— Está claro que están empeorando las cosas — Siento a Saeko detrás de mí.

— ¡Rayos! — Exclama Takashi con enfado, dirigiéndose hacía la habitación.

— ¡Komuro! — Hirano llama su atención.

— ¿Qué pasa? — Voltea para escucharlo.

— ¿Les dispararemos o no?

— ¡Claro que sí!

— Bien, entonces estrenaré está maravilla — Posiciono mi ballesta en los barrotes de la terraza.

— Les dispararemos hasta que...

— ¿Se les ha olvidado algo? — Saeko interrumpe a Takashi — Los zombies reaccionan al sonido.

Camina con su ligero atuendo hasta el interior de la habitación, apagando las luces en su totalidad.

Todos vamos detrás de ella con curiosidad y al sentirnos atados de manos con su inesperada decisión.

— Los sobrevivientes se dirigirán hasta acá cuando vean la luz. Y es evidente que no tenemos suficiente suministros — Los ojos de Busujima adoptan una actitud seria.

Es duro, pero está en lo cierto. Ya no pensaremos ni en la sociedad, ni en el bien común: Ahora, nuestra individualidad y nuestro egoísmo van primero.

— Debes darte cuenta Komuro — Saeko insiste a Takashi, que no está muy convencido de su actuar — En este nuevo mundo, no hay lugar para la generosidad, solo para la supervivencia.

Mis ojos se abren al escucharla hablar así, no creí que tuviéramos la misma visión de la situación.

Tenemos más en común de lo que imaginaba.

— Pensaba que eras diferente — Komuro la mira con enojo mientras ella voltea para marcharse — Estaba equivocado contigo Busujima.

— No te confundas Komuro — Se detiene para mirarlo a los ojos — Te guste o no, les estoy diciendo la verdad.

Regresa al primer piso, dejándonos en silencio a los tres.

Me hubiera gustado intervenir, pero eso habría desencadenado en una pelea interna innecesaria.

Pues, como dice Kierkegaard: "Solo la persona que es capaz de permanecer en silencio, es capaz de hablar de manera importante"

Y así es como debo actuar ahora.

Takashi, ya aceptando la realidad regresa al balcón junto a Komuro, y  con los binoculares observa todo a nuestro alrededor.

Yo voy detrás de ellos.

Veo a Hirano observando lo que ocurre con la mira de su rifle.

— No puede ser — Komuro gruñe entre dientes sin despejar la mirada de los binoculares.

— ¡Allá voy! — Hirano dispara a una distancia muy cerca de nosotros.

"BANG"

Sin entender nada, trato de sumarme a la situación:

— ¿Qué está pasando?.

— Nunca había usado un rifle así, y aún así le di en la cabeza — Soy ignorado por Hirano, cuando sus ojos adoptan esa mirada confiada — No quería decirlo, pero soy una máquina,  aunque ni siquiera sean 100 metros de distancia

— ¿Podrían decirme que ocurr...

— Míralo por ti mismo — Takashi me entrega los binoculares.

Al observar con mayor aumento, finalmente lo entiendo todo.

Una niña, de cabello rosado oscuro está siendo atacado por unos zombies al interior del jardín de una casa.

Pero algo llama mi atención, y es que hay un hombre ensangrentado con una vara clavada en su pecho.

A simple vista no puedo deducir nada, pero algo me dice que es su padre.

Un extraño nudo se forma en mi garganta.

Hirano con entusiasmo dispara un par de veces a los zombies, permtiendo que la niña pueda correr

—¿Hirano? — Pregunta Takashi.

— ¿Qué ocurre? — Contrapregunta Kohta sin despejar la mirada del objetivo.

— ¿Qué paso con lo de no disparar? , ¿Y lo de abandonar el mundo para salvar nuestra propia vida?

— ¡Es una niña!, ¿La vas a rescatar verdad?, yo te cubro desde aquí — Kohta le induce a hacerlo como si Takashi fuera el héroe o algo por el estilo.

Komuro sin decir nada, voltea para marcharse y salvar a la niña.

— ¡Espera! — Trato de detenerlo — Permíteme acompañarte, no podrás tu solo.

— No, cúbreme junto con Hirano — Se marcha a la habitación.

— Está bien, pero si creo que tu vida está en peligro correré para salvarte.

¿Salvarlo?, ¿A él?, ¿A un tipo que no conozco?.

Si mis padres me vieran, de seguro que tendrían que tragarse sus palabras sobre mi egoísmo.

— Gracias (Y/N), eres un gran tipo — Sonríe de manera confiada, como dos soldados de un mismo pelotón en medio de una guerra.

Luego de esto, corre para bajar por las escaleras.

Por mi parte, posiciono mi ballesta en los barrotes de la terraza, ahora sí estoy listo para disparar.

Abajo, en la calle, observamos como Takashi maneja la motocicleta en busca de la niña.

En tanto, Hirano con su gran precisión, despeja el camino de zombies para que Komuro pueda transitar sin inconvenientes y llegar más rápido.

No pienso quedarme atrás, y también pienso sumarme para ayudarlo.

Tomo una flecha, y la posiciono sobre las cuerdas del arma.

Observo fijamente con la mira a mi objetivo.

Con tan solo apretar el gatillo, la flecha vuela a una velocidad extraordinaria, impactando en la cabeza a uno de los cadáveres vivientes que se aproximaba a la derecha de Takashi.

— Eres bueno — Recibo el halago de Hirano.

— Gracias, tengo algo de experiencia.

Y no miento, en mis frecuentes visitas a las tiendas de armas, compré una ballesta de tamaño pequeño. Al ver la película Van Helsing me decidí por tener una mía también.

Luego de disparar una vez más, Takashi logra llegar a la casa en donde se encuentra la niña.

Con la mira, vemos como una orda intenta ingresar al jardín en donde se encuentra Komuro. Pero además, ya hay algunos adentro del lugar que se acercan lentamente a la niña.

Por lo que tendrá que tomar una decisión rápida.

— ¡Hirano ayúdame! — Recargo la flecha y disparo a uno de los zombies que intenta acercarse a Takashi.

— ¡Entendido! — Con una mayor cantidad de municiones disponibles, Kohta logra disparar y acabar con algunos.

— Será mejor que cambie mi ballesta por un arma de fuego — Comento impresionado al ver tal destreza.

— Puedes tener algunas pistolas contigo si deseas — Me sonríe el chico de lentes — Puedes complementar tu equipo muy bien.

— Me sería de bastante  utilidad, gracias  — Observo con la mira lo que está sucediendo allá afuera.

Para nuestra tranquilidad, Takashi ha logrado proteger a la niña, y además a un perro pequeño consigo.

¿Será  acaso el mismo que ladraba hace un rato?

— ¿Hirano?, ¿(Y/N)? — Escuchamos a Takagi detrás de nosotros.

Ambos miramos y nos avergonzamos ligeramente al ver a Takagi con su nueva ropa, y a la Enfermera Marikawa somnolienta y con su maletín de primeros auxilios consigo.

— ¡Por favor Shisuka, cúbrete! — Miro hacía otro lado con pudor.

— Eres muy tierno al preocuparte por mí, ¿Nunca habías visto a una mujer desnuda antes? — Sigue somnolienta al parecer.

— Por...por favor, no...no diga esas cosas — Mis mejillas se vuelven rojas.

— Tenemos que irnos, no podemos quedarnos aquí  — Interrumpe Takagi posiblemente uno de los momentos más vergonzosos de mi vida — ¡Hemos hecho demasiado ruido!, ¡Tomen lo que necesiten, tenemos que irnos!

Kohta, un tanto embobado al ver a las chicas ha perdido totalmente la compostura.

— ¡Hirano!, ¡Vamos!, ¡Reacciona! — Le doy un puñetazo en su hombro para sacarlo de su estado.

— ¡Sí! — Reacciona con susto producto del golpe.

Las chicas sin decirnos nada ingresan a la habitación, seguramente en busca de Saeko y de Miyamoto.

Mientras guardamos municiones, armas y alimentos dentro de algunas mochilas militares, observo a Hirano con disimulo.

Este podría ser el momento perfecto para preguntarle acerca de la relación que tiene con sus padres.

Luego de guardar el libro que tomé "prestado" al interior de la mochila, me doy valor para iniciar la conversación.

— ¿Hirano?

— ¿Ocurre algo (Y/N)? — Detiene lo que está haciendo.

— ¿Cómo era tu relación con tus padres?

— Pues, normal, como todo el mundo, ¿No?, ¿Por qué lo dices?

— Dijiste que tus padres estaban en Ámsterdam y en Paris. ¿Nunca te sentiste solo?

— Jamás — Me responde con una sonrisa — Siempre que volvían a casa, pasábamos tiempo de calidad.

— Ya veo... — Miro a las estrellas para disimular esta pequeña sensación de tristeza en mi pecho.

— Pero... — Retoma su idea — Admito que los extraño, me gustaría ir por ellos , pero sé que es algo casi imposible,  estamos separados a más de nueve mil kilómetros de distancia.

Baja su mirada con melancolía.

Ahora que oigo a Kohta, la idea de ir a China e intentar ver a mis padres no me parece una locura.

Pero, ¿Quiero hacerlo realmente?

Suspiro y me pongo de pie para ver lo que está sucediendo en la calle.

— Debemos darnos prisa, seguramente  las chicas necesitarán de nuestra ayuda.

 — Ve (Y/N), yo vigilaré desde aquí — Me da una palmada en el hombro.

— Gracias Hirano, me has ayudado mucho — Sonrío genuinamente.

— ¿Qué?, ¿Qué fue lo que hice...?

Tomo mi mochila y mi ballesta y me voy a la habitación contigua.

Bajo por las escaleras, mientras miro con detalle lo que será mi última vez aquí.

Al salir hasta las escaleras principales de esta casa, veo a Rei junto a Shisuka reuniendo armas y suministros, mientras que Takagi y Saeko cubren la entrada

— Hemos tomado muchas cosas, ¿Creen que podremos llevarnos todo? — Pregunta la Enfermera Marikawa, y esta vez lleva algo de ropa encima.

— El problema será como lo vamos a cargar — Responde Rei.

 — Si vienen mientras cargamos tenemos que ser ágiles como un ladrón en un robo — Comenta Takagi con energía.

Doy un respiro antes de entrometerme: 

— No será tan difícil, por lo que veo, casi todos los zombies están cerca de Takashi.  Saeko y yo cubriremos la entrada, mientras que una de ustedes recibirá todas las cosas en el Humvee, las restantes llevarán las cosas de forma intercalada para ahorrar tiempo.

Las cuatro chicas me observan en silencio.

Por la reacción de ellas, asumo que resolví un problema.

— Vamos, lo haremos así — Takagi apoya mi propuesta con una sonrisa.

Ambos salimos a la calle, protegiendo el Humvee.

Saeko con su katana, mientras yo apunto con mi ballesta.

— Linda ballesta — Observa con detención mi arma — Tienes buen gusto.

— Lo sé, yo mismo lo escogí — Dejo ver una sonrisa orgullosa.

— ¿Esto qué es? — Oímos a Shisuka estar en problemas al subirse al Humvee — El volante está del otro lado...veamos...

— ¿Dónde está Hirano? — Pregunta Takagi.

—  Debe estar arriba — Comenta Rei.

— Cielos, es muy astuto o es muy tonto... ¡AH! 

Grita la chica de lentes al ver a Kohta de improviso.

Saeko y yo volteamos con cursiodad.

— ¿Pasa algo? — Hirano la mira con duda.

— Parece que te has estado divirtiendo — Apunta Takagi a Kohta.

No puedo evitar soltar algunas risas por su extraño atuendo.

Si que se lo toma muy enserio.

— Sí, pero no tanto como Komuro — Apunta a mi derecha.

Mis ojos se ensanchan al ver a Komuro cargando a la niña y al perro mientras intenta moverse por sobre los muros de las casas.

— ¡Debemos apresurarnos! — Grito asustado — ¿Están listas?

— Estamos listas — Me responde Rei.

— Bien, entonces, yo conduciré.

Corro hacía el Humvee.

— ¿Puedes manejarlo? — Shisuka me cede su lugar de piloto y se mueve hacía el asiento contiguo.

— Francamente, tengo dudas, pero si yo no lo hago, nadie más lo hará.

¡Dios!, estoy repitiendo lo que mis padres solían decir cuando los llamaban del trabajo en medio de la cena.

De las pocas comidas que tuvimos, la mayoría terminaba en que Papá y Mamá iban a la oficina sin importar la hora que era.

Siempre me quedaba solo en la mesa, comiendo las sobras que dejaban, como si fuera un animal necesitado.

— Ya estamos todos adentro — Hirano cierra la puerta de atrás.

Vuelvo a la realidad. No quiero recordar el pasado en un momento así.

Miro a través del espejo retrovisor, y confirmo que efectivamente todos están aquí.

Sin perder más tiempo, enciendo el vehículo y piso el acelerador.

Mientras el vehículo está en marcha, Saeko abre la compuerta de arriba del vehículo para subir arriba de éste.

En tanto Kohta, toma su arma y expone la mitad de su cuerpo por esa compuerta.

Yo los observo por el retrovisor tal arriesgado actuar.

— ¡Hay muchos! — Marikawa me mira con bastante temor al acercarnos a la estampida de muertos vivientes.

— No tenemos más opción — Respiro profundamente y piso el acelerador.

Uno por uno, son lanzados fuera del camino.

Nunca antes me había sentido tan bien en mi vida al acabar con la vida de alguien.

Aunque técnicamente ellos están muertos.

A toda velocidad, realizo un sobreviraje y me detengo a unos metros de Komuro.

Saeko salta de la parte superior del Humvee para acabar con algunos zombies que se nos acercan. 

— ¡Takashi, rápido! — Grita Rei exponiendo su cabeza por la compuerta.

— ¡No es tan fácil! — Le oigo responder a Komuro que cada vez está más cerca de nosotros.

— Hirano, necesitamos tiempo — Ordena Takagi también exponiendo su cuerpo al exterior.

— ¡A la orden! — Hirano dispara, sin separarse de Rei y Takagi de la compuerta.

"BANG"

El sonido de la escopeta es música para mis oídos.

— ¡Toma esto! — Hirano vuelve a disparar  un par de veces.

Por su parte, Saeko derriba a algunos zombies.

— Eres la mejor, Saeko — La halago desde mi ventana.

— Lo sé — Se acerca al Humvee al despejar el área lo más posible, para posteriormente subir a la parte superior.

— Este es el último ferri que cruzará el rio, ¿Subes a bordo? — Busujima invita a Takashi que está a unos pasos de lograrlo.

— ¡Claro que sí! — Komuro realiza un salto desde la corniza de la pared hacía el vehículo.

— ¡Todos seguros! — Me grita Kohta desde arriba 

— ¡(Y/N)!, ¡Ya es hora! — Baja Takagi para ordenarme partir.

— ¡Entendido! — Piso el acelerador con entusiasmo.

Es un alivio, alejarnos de aquí me hace valorar mi vida mucho más.

Hemos dado otro gran paso en nuestra sobrevivencia, y ahora con una nueva integrante en el equipo.

Bueno, dos con el cachorro.

Sonrío mientras conduzco.

Me alegra saber que todos estamos a salvo.

Hemos sobrevivido una vez más.

Pero por ahora, quiero disfrutar al conducir y evitar pelear por un buen rato.

Tan solo quiero algo de paz en mi vida.

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