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•「 Ridiculizar/Ofender 」•

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• Tú sólo quieres compartir lo que otros han hecho de tí  •
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Giyu observaba por la ventana de la sala de su apartamento, la noche hacia que la ciudad se viera bastante viva, en sus pensamientos no dejaba de pensar en aquellas palabras que horas antes le dijo su novia. El sentimiento de no ser algo mejor para ella lo estaba carcomiendo, comprendió que las palabras tambien pueden doler y afectar más que las heridas fisicas.

•••

Aun no se acostumbraba a tener el cabello corto, por más que se viera al espejo no terminaba de convencerse que realmente aquello fue una buena idea. Suspiró, termino de alistarse, hoy tendría muchas cosas por hacer en la universidad, por lo que debía salir corriendo, ironicamente ahora tardó más en alistarse.

Observaba detenidamente a los mensajes recibidos por parte de su amiga, verdaderamente no queria decirle a Yae sobre el corte de cabello, pero se había enterado por Sabito, quien tampoco reaccionó tan bien con aquel cambio tan radical. Eso tambien comenzó a crearle conflictos, ya que realmente amaba mucho a su pareja, pero ahora sus amigos comenzaban a cuestionar su relación.

Llegó a la primera hora en tiempo record, por lo que debía dejar todas esos pensamientos de lado, ahora debía estar concentrado en sus estudios.

Una vez acabadas sus clases, el azabache recibió un mensaje de su pareja pidiendo un favor, sin dudarlo le dijo que sí.

Camino rumbo a la biblioteca de su facultad, desgraciadamente no contaban con algun ejemplar, salió rumbo a las demás para buscarle aquel tomo, hasta que finalmente lo encontró en la facultad de Quimica, debido a la saturacion de estudiantes por los examenes finales y los ultimos trabajos él azabache tardó más de dos horas en que alguien le prestará aquel libro.

Mientras esperaba su turno, bien pudo comer algo, ya que todas sus horas fueron de corridas, apenas tenía tiempo para ir y venir de clases, muchos de sus profesores aún estaban explicando los ultimas temas antes de su evaluacion final, por lo que Giyu no se podia dar el lujo de perder un solo minuto de las clases.

Aquellos minutos esperando valieron la pena, ya que obtuvo aquel libro, para despues ir a la facultad de la chica de mechas moradas, en el camino compró un pequeño bocadillo, realmente no queria demorar mucho.

Mientras caminaba, llamó a la chica para avisarle que por fin tenía el libro.

– ¿Hola?

– Shinobu, tengo el libro - contestó un poco alegre el muchacho - voy en camino para entregartelo

– ¡Muchas gracias mi vida! Estare en mi salon de la ultima clase ¿Tardarás en traerlo?

– Estoy en unos minutos

– ¡Date prisa cariño! Te veo aqui cariño

Despues de eso, Shinobu dejó de hablar, Tomioka iba a colgar pero antes de hacerlo, siguió escuchando voces provenientes de la llamada.

Se los dije, sin esforzarme encontraría el libro

¿Como lo hiciste? - preguntó una voz femenina - Fui a varias facultades y no lo tenian disponible

Oh es simple, mi novio hace lo que sea por mi, es como mi "perro faldero", todo lo que le pida lo hace sin negarlo

Al escuchar la platica Giyu se sintió lastimado ¿asi lo veía Shinobu?

¿Tú novio no se molesta contigo?

¿Molestarse? ¡soy yo quien se molesta con él! Debería estar agradecido de que siga siendo su novia de lo contrario sabe que me iré

Tomioka no soporto más, colgó el teléfono, aquello realmente le había dolido, se sentía como un gran menosprecio por parte de Shinobu.

Sin más fue hasta la facultad de la chica, aunque su mente le pedía a gritos que no fuera hasta aquel lugar a dejarle el libro, el jóven hizo caso omiso, hizo el largo recorrido.

En cuanto llegó, observó a la chica, quien al verlo le dió una tierna sonrisa, aquello le revolvió su estomago, se quedó un momento en la puerta, por primera vez, Giyu sintió una enorme presión en el pecho, era como si alguien le estuviera estrujando el pecho.

– ¿Vas a quedarte ahi parado? – preguntó de forma amable la chica de mechas moradas.

El muchacho entró a pasos lentos, incluso sintió como el libro pesaba en su  mano, aunque no demostró señales de indignación, la actitud de Tomioka no paso desapercibida para la mediana de las Kocho.

– Debo irme – soltó algo apenado aquel chico, en cuanto salió del salon se apresuró a caminar rapidamente.

En cuanto llegó a la estación del tren, trato de calmarse un poco, quizas llamarle a Yae podría animarlo, pero había un problema, quizas al contarla a ella lo sucedido, sin dudarlo la chica atacaría a su novia por lo sucedido, lo que menos quería era tener era una terrible discusión por parte de ambas, pero no teniendo alternativas, le marcó a su amiga.

– Hola Yae, me dirijo a casa ¿estas ocupada? – preguntó algo tranquilo para no despertar sospechas – ¿Crees que podamos vernos?

Hola Giyu, no, estare libre toda la tarde, si no tienes tarea por hacer puedes venir a mi ahora mismo, supongo que aun no comes algo ¿verdad?... ¿verdad?

El chico solo se encorvo en el asiento, seguia dudando en ir a verla

– ¿Giyu? ¿sigues ahi?

Estare en tu casa en media hora ¿Quieres comer algo? Podemos pedir comida...

Tras algunos minutos el muchacho colgó la llamada, pensaba en todo lo que habia escuchado, no era algo facil de hacerlo aun lado, eso verdaderamente le estaba afectando.

En cuanto llego al departamento de las tías de Yae, Giyu espero a que la chica bajara, ella al instante de que lo vió cambio su semblante serio a uno muy preocupado.

– ¿Que fue lo que te pasó? – preguntó la chica para tratar de averiguar que aquel cambio tan radical – Me cuesta trabajo creer que tu te cortaras tu cabello por tu propia cuenta

– Creí que ya era tiempo de un cambio – contestó el muchacho evitando que ella siguiera cuestionando sobre el asunto del cabello.

Tras algunos momentos, los dos entraron al departamento, la chica habia preparado un poco de sopa miso, junto con algunos bocadillos para pasar la tarde.

Todo hubiese estado bien, de no ser por el mensaje de Shinobu quien volvió a pedirle algunas cosas al joven, quien se debatía en tan siquiera responderle cada llamada.

– ¡Muy bien Giyu! ¿que esta pasando aqui? – insistió la chica – ¿porque desde que llegaste parece que algo te preocupa

– Lo siento Yae, es solo que es la carrera, tienes razón en molestarte, disculpa pero debo irme

Tras unos minutos, Tomioka salio del apartamento, debatiendo consigo mismo si debería ir por las cosas que le pidió Shinobu, realmente no sabía que hacer con ese dilema que tenía

"es como mi perro faldero, él lo hara sin negarse" – seguia repitiendo aquellas palabras en su mente, realmente debía hablarlo con Kocho cuanto antes.

En sus ultimos mensajes la chica le contó que ya estaba en su casa, por lo que fue hasta su hogar.

Pensaba en como lo afrontaría con ella, él no era un objeto, ella debía saber como se sentía al respecto, pero toda aquella valentía se esfumo cuando estuvo frente a la puerta de la casa de la familia Kocho.
Tocó el timbre de aquella casa, para su sorpresa fue Shinobu las que abrió.

– ¿Y mis cosas?

– Lo siento Shinobu, tengo que hablar contigo al respecto yo...

– ¿Que no entiendes que las necesito? ¿Acaso no te das cuenta de que lo que va a pasar si no me las entregas?

– Shinobu... ¿De verdad me consideras como un perro faldero? ¿Crees que solo estoy para servirte? – aquello lo dijo con suma tristeza

– ¿Entonces todo esto es por eso? ¿No trajiste mis cosas por eso? De verdad que a veces no se por que sigo contigo... ¡Ah ya se! ¡Quizás es por qué te amo! – soltó la chica algo irritada – solo piensa en eso, soy la única que te ama y la única que lo está haciendo

Tras aquellas palabras la chica cerró la puerta en la cara del chico, quien realmente no entendía que estaba sucediendo, volvió aquella horrible sensación recorrer cada centímetro de su ser, era como sentir como miles de agujas clavándose en su cuerpo.

Con el corazón herido y el alma siendo arañada con aquellas palabras, salió rumbo a su hogar.

•••

– Hey – la voz de su compañero sacó al azabache de aquella maraña que pensamientos – Yae me comentó algo ¿Estás bien?

Él joven de ojos azules solo asintió con su cabeza.

– ¿Estás seguro de que todo está bien? – insistió Sabito nuevamente

– Solo, estoy preocupado por las tareas, es todo

Dicho eso, el jóven fue directo a su habitación, no tenía intenciones de hablar sus problemas con los demás, no quería discutir con alguien.

•-•-•

Notas de autor:

Buenas mi querida audiencia, bueno antes de continuar, quiero agradecer por su paciencia, la verdad es que han pasado días algo pesadas, pero pronto subiré el otro capítulo.

Otra cosita que quiero recalcar es que de poco en poco voy a ir subiendo la intensidad, no solo serán palabras, ya en algunos capítulos comienza a subir la intensidad de las acciones.

Quiero aclarar algo, ya que por ahí ví algunos mensajes (en privado) de personitas, desde un inicio deje una advertencia (que se lo pasen por el arco del triunfo ya no es mi problema).

Está historia no es para romantizar la violencia, es para crear conciencia de que no solo a mujeres les pasa esto, desgraciadamente la violencia no discrimina, a todos les puede pasar, realmente espero de todo corazón que tú lector o lectora no estés en una situación similar y si lo llegas a estar, corre, pide ayuda, esas relaciones no son sanas.

Agradezco mucho por aquellas lindas personitas que me ayudan con sus críticas constructivas, ya que eso me ayuda a ser una mejor escritora.

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