•「 Descalificar」•
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• Me haces de menos, me dices que soy de lo peor ¿A caso yo soy un error?•
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Eran días complicados, las cosas con Shinobu iban de manera extrañas, nunca pensó que tener una relación fuera un poco conflictivo, pero de cierta forma tenía suerte de que alguien como Kocho se fijara en él.
El cumpleaños de su pequeña cuñada estaba cerca, los padres de su amada novia habían organizado una reunión, aunque seria mas una fiesta de jóvenes adolescentes, los progenitores habían invitado algunos de sus colegas, por lo visto era común entre ellos usar las fechas especiales de sus hijas para tratar temas relacionados con su negocio: la farmacéutica.
Personalmente, la más chica de las hermanas invito a ambos varones, ya que deseaba mucho verlas felices junto con ella.
Era obvio que Kanao invitaría a sus amigos y algunos compañeros de la escuela, estaría ocupada divirtiéndose con sus invitados, mientras sus dos hermanas, estarían atrapadas en las tediosas platicas de los adultos mayores, así que se le ocurrió que sus dos cuñados debían ir a la fiesta para salvar (pero sobre todo salvaguardar) a sus adoradas hermanas.
Para Tomioka, elegir el regalo para la menor, fue una tarea complicada, ya que casi no hablaba mucho con ella, apenas intercabiaban algunas oraciones. Quería darle un lindo obsequio a la chica, por lo que tuvo que pedirle ayuda a sus dos amigas, lamentablemente Makomo no tendría mucho tiempo, ya que tenía algunas tareas y proyectos, para su mala suerte, Yae no sabia que podría regalarle a una joven de 15 años, puesto que los gustos de ella diferían mucho de las chicas promedio.
Tardaron casi todo el día, por lo que al final optaron por darle una caja musical, pero justamente esa idea se vino abajo cuando se encontraron a los hermanos Kamado en la tienda.
– ¡Hola Tomioka! – era Tanjiro que saludaba alegremente a ambos – ¿viene a comprar algo para la señorita Shinobu?
– Venimos a buscar algo para Kanao, por cierto ella es mi mejor amiga Yae Mitagi
– ¡Es un gusto conocerla! – dijo con una sonrisa sincera – Nezuko, Zenitsu y yo tambien venimos a buscar un regalo para ella
Los tres se adentraron un poco más, observando los objetos de cada estante, Tanjiro platicaba muy amenamente con Yae, Giyu parecia observar cada objeto con mucho detalle, había encontrado una caja musical cuando justo en ese momento, la joven Kamado apareció con Agatsuma, ambos iban agarrados de la mano, mientras que el joven rubio, portaba dos bolsas.
– ¡Hola Tomioka! – la voz enérgica y alegre de la chica morena fue audible para los presentes – ¿Vienes de compras?
Él mencionado solo afirmó con la cabeza.
– Hermano, mira lo que le conseguimos a Kanao ¿No son bonitas? le regalaré este bonito broche en forma de flor y tú podrás darle la caja de música ¿Usted que opina Tomioka? ¿Verdad que los regalos son hermosos?
– ¡Bien hecho Nezuko! – contestó bastante alegre el pelirrojo
– Zenitsu me ayudó a buscar el broche, ahora solo nos falta envolverlos... ¿Está todo bien con usted Tomioka?
Ahí estaba la mejor idea que se les habría ocurrido a los dos adultos jóvenes, Giyu trataba de controlarse, sin embargo su desesperacion estaba a flote, Yae se había percatado por lo que trataba de tranquilizarlo, debido a eso, la chica lo tomó del brazo, se despidieron de los dos chicos Kamado y del joven Agatsuma, ambos salieron de la tienda en busca de otra cosa,
Tardaron nuevamente otra hora recorriendo el centro comercial, fue hasta que finalmente observaron una tienda que vendía joyas, Giyu no pensó en alguna pieza de joyería por que no tenía el presupuesto necesario para algo tan fino, tampoco quería tener que regalarle algo de bisutería, se sentiría humillado si le regalaba una baratija, de tan solo pensarlo, ya sentía la mirada desaprobatoría de toda la familia.
Al pasar a dicha tienda, encontraron un bonito brazalete color plateado, tenía pequeñas piedras en forma de mariposa de color rosa palido, de inmediato el joven de cabellera negra pidió el precio.
A pesar de casi sufrir un infarto, Giyu terminó comprando aquella hermosa pieza de joyería, realmente le importaba la opinión de la familia Kocho.
•••
Por fin era el día de la fiesta de Kanao, el muchacho había pasado tiempo en elegir su ropa, entre prendas y prendas, por fin pudo elegir una que lo hacía sentir a gusto consigo mismo, portaba una camisa de vestir color azul oscuro y un pantalón color negro, se veía lo suficientemente formal acorde con los invitados de la fiesta, no dejaba de pensar en la presentación formal, quería pasar desapercibido de las miradas prejuiciosas de aquellos hombres y mujeres. Por lo contado por las mismas Kocho, las amistades de sus progenitores, eran gente con estatus económicos grandes, la mayoría eran doctores de alto rango, algunos químicos farmacéuticos e incluso conocían a los directivos del hospital principal de Tokio, le aterraba la idea de fallar en su atuendo.
Estaba saliendo de su edificio, cuando observó detenidamente que su pareja estaba llegando, Giyu no entendía que estaba ocurriendo ¿Porqué Shinobu estaba ahí? ¿No se supone que ayudaría a su madre y hermana a preparar el evento? Pero ahí estaba ella, llevaba puesto un bonito vestido color blanco de estampado floral lila, al observarla mejor, ella sostenía una bolsa protectora de ropa.
– Buenos días, que bueno que ya bajaste – ella comenzó a analizarlo de pies a cabeza – Uff menos mal que vine
– ¿No deberías estar ayudando a tu mamá?
– ¿No te da vergüenza salir así? ¡Por favor Giyu, te ves patético!
– pero ¿No te gustó cómo me veo?
– Te ves como un patético idiota – contestó ella – ¿Que no te dije que tipo de personas irán a la reunión? Eres un maldito desastre, que suerte me tienes a mi para arreglarlo.
Sus esfuerzos por lucir alguien decente, se esfumaron cuando las palabras de su novia se enfrascaron.
– Que suerte que me tienes a mi, tenemos que hacer un cambio
•••
Giyu no podía creer lo que estaba haciendo, realmente nunca creyó que su largo cabello terminaría siendo cortada, según su novia, su cabello pareciera una maraña asquerosa, era tiempo de darle un poco de clase.
Al principio se resistió un poco, no era que a él no le gustará la idea, pero desde que su querida hermana falleció, Giyu no lo había cortado, solo lo rebajaba dos o tres centímetros al año. Nunca tuvo la necesidad de tenerlo tan corto, como ahora.
— Quiero que le dé una buena forma a su cabello – pidió de forma amable la chica a estilista que tenía en frente
— ¿Que clase de corte le gustaría?
Antes de que tan siquiera emitir un sonido, la voz de la chica se escuchó fuerte y clara ante los presentes.
— corto, a la altura de la barbilla, es tiempo de quitar ese "nido de ratas" ¿No es así mi vida?
Giyu no objetó en lo absoluto, quería complacer a su novia, solo pudo sentir como las tijeras empezaban a cortar los mechones de su cabello. Cómo algo le comenzaba a causar irritación en su interior.
La razón de tener el cabello largo, era por recuerdo de su familia, le recordaba a su querido padre, era un grato recordatorio al verse al espejo, sentir la suavidad en su espalda era como tener de nuevo las palmadas acogedoras que le brindaba su progenitor cuando hacía algo bien en su corta infancia.
Cada corte de cabello podía escucharlo atentamente, era como una pequeña audible tortura que pareciera que no terminaría, un sabor amargo recorría la garganta del muchacho, sentía ganas de quitar a la fuerza las manos (en su parecer) pesadas de la estilista, sin embargo, debía ser fuerte, debía mantenerse sereno y calmado, no quería crear una excusa de enojo con Shinobu.
Mientras Tomioka se sentía abrumado, la joven de mechas moradas veía aquello con gran satisfacción, Giyu se estaba adaptando a sus propios gustos, no tenía la mínima culpa por lo que estaba viviendo en esos instantes su pareja, para ella era lo más adecuado, su pareja debía acoplarse a sus estándares.
Mechón tras mechón, caía de manera sigilosa al suelo, el sentimiento no parecía acabar, no fue hasta que la empleada por fin había terminado. Tomioka no daba crédito a lo que veía, parecía una persona totalmente diferente.
– ¿Que le parece? – preguntó la mujer mostrando con un espejo la parte trasera de su cabeza.
La mirada del joven azabache, se mostró por primera vez triste, sus hermosos ojos azules parecían vidriosos, era como si le hubieran arrebatado algo, luego observó la enorme sonrisa de su novia, quien estaba complacida por aquel cambio.
– me parece bien...
Giyu habló de forma seria, no mostró ni una sola emoción cómo era de costumbre, dejó sus propios sentimientos y pensamientos para él mismo. Por ahora las intenciones de su novia las veía como algo normales. Es bueno que ella le haga ver sus errores y trate de corregirlos por él, eso aprendió con Makomo y Sabito, aunque claro ella siempre le ha gustado la forma en la que él se viste y se arregla, Sabito era mucho más arreglado y mucho más atento a su persona que Giyu, o al menos eso siempre pensó el azabache.
Tras salir del local, la joven mariposa veía contenta al muchacho, como era de esperarse, ella sabía él terminaría aceptando, tenía el control sobre la relación, lo sabía y no tendría el mínimo remordimiento en usarlo, ahora debía jugar muy bien con sus palabras para lograr su siguiente objetivo.
– Sabes cariño, ese corte de cabello te quedó de maravilla, ahora falta ponerte una ropa adecuada
– ¿Que tiene de malo esta combinación? – preguntó perplejo
– ¿Cómo que que tiene de malo? ¡Mírate! Pareces un pordiosero, debo recordarte que mi familia es demasiado importante, ellos piensan que tienes algo de decencia, demuéstrales eso – aquello lo dijo para mostrar finalmente aquellas prendas que llevaba dentro de la bolsa protectora.
Todo consistía en un traje fino color azul marino, junto con una camisa de vestir color blanca.
– Kocho... Yo
– me podrás dar las gracias luego, por ahora tendremos que buscar un lugar para cambiarte
•••
Giyu no parecía estar contento con aquella decisión, realmente no parecía ser él, era como si fuera otra persona, se veía al espejo de aquel cuarto de baño una y otra vez.
Su amada novia lo había obligado a cambiarse en su apartamento, eso les tomo mucho tiempo, por lo que también le reprochó que tardará tanto en arreglarse, realmente él no se sentía cómodo tener que cambiar solo por qué a su pareja no le gustaba como se veía.
Al llegar a la casa de Shinobu, Giyu pudo ver qué todo estaba perfectamente decorado, tal como se lo habían advertido, las amistades de sus padres eran gente bastante respetada y muy sofisticada.
La fiesta estaba dividida en dos, uno era para los amigos y familiares de las Kocho y otras eran para los amigos y socios de sus padres.
Giyu se acercó hasta la cumpleañera, le dió una cajita envuelta en papel rosa con blanco, ella le agradeció por venir, él correspondió asintiendo con la cabeza. Al volver con Shinobu, podía sentir las miradas de todos los invitados.
– ¡Hola Tomioka! – escuchó la alegre voz de Tanjiro
– wow ¿Porque se cortó el cabello? – aquella pregunta de Nezuko fue lo único que lo hizo sentir aún más incómodo
– Ya era hora de un cambio ¿Verdad? – la chica de mechas moradas respondió de manera rápida – el pobre parecía un vago
– que lastima, a mí me gustaba como se veía – dijo ahora Kanae mientras llevaba algunos bocadillos para los invitados de su hermana menor
– ¡Claro que no! Se veía tan mal, parecía un pordiosero, ahora es alguien decente – por cómo había dicho las cosas, Tomioka realmente se sentía que él era alguien desagradable – es una suerte que me tenga para ayudarlo
•••
El resto del día fue una verdadera celebración para los acompañantes de la cumpleañera, excepto para uno, quien solo se sentía que era un simple adorno para su pareja, todos le decían sobre su nuevo corte de cabello, haciendo que el chico sintiera una sensación desagradable.
Cuando llego a casa, no quiso hablar con nadie, no quería inundadar con sus problemas, a sus amigos, simplemente se tiró en la cama, recordando las terribles palabras de su novia ¿Acaso él era un desastre? ¿A caso él era horrible?
Los pensamientos eran dolorosos, lo estaban haciendo sentir molestia consigo mismo, ya que ahora no se sentía bien con su propia apariencia.
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