•「Bromas hirientes」•
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• Te creí cada una de tus palabras, por qué había algo de verdad en tus mentiras •
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Era un buen día para quedarse en casa, las lluvias comenzaban a azotar la región por la cual era un buen momento para estar en el resguardo del hogar.
Desde que Giyu y Shinobu comenzaron a ser pareja, la chica lo invitaba seguido a su morada, los padres de la chica estaban de acuerdo con que ella y Tomioka pasaran el tiempo en su casa, no es que fueran padres liberales, al contrario, estando en casa se aseguraban de que no harían nada indebido.
Ese día ambos verían películas en la sala de la chica, Tomioka había llevado algunos bocadillos que su novia le había pedido, a él no le pareció mala idea comprar también algunos dulces y panes extras, después de todo apreciaba a los padres y hermanas de la joven Kocho, él no quería llegar a la casa de sus anfitriones con las manos vacías ¿Qué clase de visita seria?
Sin embargo, a cierta chica no le pareció gran cosa lo que llevo el muchacho a su casa.
– ¿Por qué trajiste Korone? Y peor aún estas galletas tienen nuez...
– ¿hice algo mal? – Giyu pregunto preocupado – Pensé que les gustarían a tus padres... o a tus hermanas
– Eres un idiota... pero no importa tú no sabias que mi madre no le gusta la nuez – dijo ella mostrando una sonrisa
Giyu se sintió mal por un momento realmente quería llevar algo que disfrutaran todos, los padres de la chica lo trataban bien, a pesar de ser alguien de pocas palabras, él era bien recibido por los señores Kocho, ni hablar de la amabilidad de Kanae: la hermana mayor de su novia y de la pequeña Kanao, quien de poco en poco le iba ganando cariño. Debido a que quería lo mejor para ellos, tardo más de una hora escogiendo aquellos panes en la panadería de los Kamado, incluso Tanjiro le ayudo a escoger piezas recientes, las galletas fueron idea de Nezuko ya que ella las había horneado para sus amigas, pero le pareció buena idea dárselas al azabache, después de todo la familia Kocho eran fieles clientes de ellos, además de que la madre de los chicos le tenía aprecio al joven azabache ¿Por qué estaba mal entonces?
Giyu no dejaba de sentirse apenado, realmente pensó que traer aquellos bocadillos sería buena idea, pero para Shinobu, eso era una pequeñez, algo que no debió ni pensarlo.
Fuera de aquel mal rato, pasaron la tarde viendo películas en la sala, Kanae había salido con sus amigos, los adultos mayores estaban en su habitación viendo un documental, mientras que la más chica del hogar estaba en el estudio haciendo tarea. Ambos jóvenes estaban comiendo rosetas de maíz, la película era un poco melosa, no era muy del agrado del azabache, pero si a ella le gustaba no habría ninguna objeción.
– Giyu... eres un idiota – la voz cantarina de la chica hizo eco en sus oídos
– ¿Eso es por lo del pan? – dijo con un tono dolido
– No, lo digo porque no puedes ser como el de la película, al menos él es atento, amoroso y meloso, tú en cambio eres alguien sin "expresiones"
– ¿Quieres que sea como él? – La voz de Tomioka se escuchaba algo desanimada, lo cual provoco que la fémina se sintiera mejor consigo misma
– No, la verdad no quiero que cambies y aunque lo hicieras para mi seguirás siendo un idiota, pero a pesar de que eres uno muy grande, eres mi idiota y soy la única que te ama así – contesto ella con una pequeña sonrisa
No eran las mejores palabras, a Tomioka no le resultaron divertidas, se sentía herido ¿realmente ella pensaba eso de él?
– Perdona cariño, pero tengo que ir al baño – Con cuidado se levantó del asiento, realmente necesitaba un momento a solas
– ¿Acaso te dolieron unas simples bromas?
– No, de verdad necesito ir...
Era obvio que no lo admitiría, pero a veces Shinobu soltaba palabras que lograban hacerle daño, sin embargo, ella tenía razón, ella era la única persona que lo toleraba como ella.
Llego al baño se vio en el espejo, no era alguien de demostrar sus emociones, pero a veces sin querer, podía llegar a mostrar tristeza ¿Estaba bien llorar un poco? Se dijo mentalmente al verse en el espejo, suspiro un poco, debía mostrar que las palabras de Shinobu no le dolieron en lo más mínimo, después de todo, no quería parecer débil ante la familia de aquella chica.
Abrió el grifo, se hecho agua en la cara, debía mantenerse calmado, quería mucho a Shinobu, pero a veces ella lograba hacer que esos extraños y molestos sentimientos se apoderaran de su organismo.
Tomó la toalla que tenían para las manos, la paso por su rostro para secarlo, no quería dejar rastro de agua, volvió a respirar. Una vez calmado volvió a la sala, donde la chica ahora ocupaba todo el sillón, no dijo ni una sola palabra, solo se sentó en otro, sin mirarlo la joven volvió a hablar.
– Espero que eso no te haya dejado lloriqueando como un bebé
– Tranquila, estoy bien
– Más te vale, si quisiera a alguien tan llorón me habría conseguido una niña como novia y no un novio
Ahí estaban de nuevo, el sentimiento de culpa y sin embargo no demostró nada, solo veía la pantalla con la película romántica que ella había elegido, Shinobu se sentía complacida, aunque el rostro de Giyu mostraba serenidad, sabía que en el fondo eso lo estaba haciendo sufrir o por lo menos un poco.
– Tomioka ¿Por qué no vienes aquí conmigo? Oh lo siento, recordé que eres un idiota – después de eso se levantó del sillón y se acercó hasta él – pero eres el idiota que más amo.
Coloco sus manos en su rostro para después besarlo ¿Estaba bien corresponder? Para él lo estaba, después de todo, ella era única que lo amaba por como era...
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