〝 desconfianza 〞

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Rhaelys deslizaba las páginas de un libro en silencio, sus dedos acariciaban los bordes de las hojas con una precisión casi mecánica. La noche ya había caído sobre dragónstone, envolviendo la habitación en una calma inquietante. Levantó la vista de repente al escuchar unos pasos rápidos y firmes. Jacaerys cruzaba la estancia con el ceño fruncido y los labios apretados, casi como si contuviera una tormenta interna.

──¿Jacaerys?.──lo llamó, alzando la voz para detenerlo──. ¿Qué sucede?

Su tono era sereno, pero su mirada no lo era. Observaba cada uno de sus movimientos, cómo su hermano apenas se detenía al escuchar su nombre. Parecía dudar por un instante, como si no quisiera hablar. Finalmente, soltó un suspiro pesado, un sonido que llevaba consigo más peso del que debería.

──Nada que deba preocuparte, Rhaelys.──respondió mientras se acercaba lentamente hacia ella. Su paso, antes firme, ahora era vacilante.

Rhaelys dejó el libro a un lado, preocupada. Estudió su rostro con detenimiento, notando sus ojos cansados, el enrojecimiento en ellos como si hubiera pasado horas luchando contra lágrimas que se negaba a derramar.

──Discutiste con madre, ¿verdad?.──su voz salió más suave de lo que pretendía, pero estaba claro que conocía bien a su hermano──. ¿Por qué fue esta vez?

Jacaerys apretó los labios, como si estuviera conteniendo una respuesta llena de veneno. Finalmente, tras unos segundos de tenso silencio, soltó:

──No vale la pena hablar de eso.──dijo con una frialdad que no le pertenecía. Se giró levemente, como si no pudiera sostener su mirada──. Al final, tú y madre siempre me ocultarán cosas.

Esas palabras golpearon a Rhaelys como un puñetazo en el pecho. Su hermano, su confidente en otro tiempo, ahora la miraba con desconfianza. Ella frunció el ceño, su voz temblando un poco mientras se apresuraba a replicar.

──Yo no hago eso, Jace.──respondió, su tono teñido de una súplica silenciosa──. Siempre trato de decirte todo.

Jacaerys rió con amargura, pero no había alegría en su risa, solo un dolor profundo.

──Últimamente evitas mis preguntas. Y cuando respondes, lo haces de manera cortante...──sus palabras se volvieron más afiladas.──Tú no eras así antes. No antes de la muerte de...

Se detuvo abruptamente, su voz quebrada. El nombre de Lucerys flotaba en el aire, no dicho, pero presente en cada rincón de la habitación.

Rhaelys sintió un nudo en la garganta, y su pecho se tensó. Sabía que había cambiado, lo sentía todos los días en cada gesto que hacía, pero nunca había querido enfrentarlo hasta ahora.

──Las personas cambian, Jace.──dijo, finalmente, con una suavidad dolorosa, intentando encontrar las palabras adecuadas. Pero su voz estaba teñida de tristeza──. Supongo que yo también.

Jacaerys apartó la mirada, claramente afectado por lo que ambos evitaban mencionar. El silencio se hizo pesado, cargado de sentimientos que ninguno de los dos estaba dispuesto a verbalizar.

Finalmente, fue él quien rompió el silencio, como quien intenta escapar de una conversación demasiado incómoda.

──¿Qué planeas hacer?.──preguntó, cambiando de tema con torpeza.── Has estado leyendo mucho últimamente.

Rhaelys lo observó durante unos segundos, intentando comprender el repentino cambio de tema. Finalmente, dejó escapar una pequeña sonrisa, aunque no llegó a sus ojos.

──Investigación.

Jacaerys arqueó una ceja, genuinamente confundido.

──¿Para qué?

Rhaelys suspiró, jugando con las páginas del libro que tenía frente a ella. Era como si buscara en ellas una respuesta que no encontraba.

──No quiero ser una mala reina, Jace. Apenas recuerdo nuestros antepasados, nuestras raíces...──admitió, la inseguridad en su voz era palpable.

Jacaerys se inclinó hacia adelante, colocando una mano en su hombro, intentando infundirle ánimos.

──Rhaelys, estoy seguro de que serás una gran reina.──dijo con una sonrisa cálida──. No tienes por qué preocuparte tanto.

Ella agradeció el gesto con un leve asentimiento, pero luego, su rostro cambió, volviéndose más sarcástico.

──Gracias, Jace... Pero no estoy tan segura.──respondió, su tono cambiando a uno más mordaz.──Quizás deba seguir los pasos de madre, ¿no? Poner plebeyos como jinetes de dragones.──añadió con una risa burlona.

Jacaerys se echó a reír también, y por un breve instante, la tensión entre ambos se disipó. Era un alivio, aunque fuera temporal.

──Sí, claro.──contestó, jugando con la idea──. Estoy seguro de que los plebeyos estarán encantados con esa oferta.

──No, en serio.──continuó Rhaelys, su sonrisa volviéndose más amplia.── Deberíamos poner anuncios en cada casa, pidiéndoles que se conviertan en jinetes de dragones. Podría ser divertido.

Ambos rieron nuevamente, disfrutando de la absurdidad de la situación. Pero el momento no duró mucho. El silencio volvió a instalarse entre ellos, y Rhaelys, sintiendo el peso de algo más en su pecho, finalmente habló.

──Jace, ¿qué piensas de las alianzas?.──preguntó en un tono más serio.

Jacaerys frunció el ceño, sorprendido por el cambio repentino.

──¿Una alianza? ¿Con quién?

Rhaelys negó con la cabeza, como si no quisiera entrar en detalles.

──No importa con quién... Pero si tuvieras que formar una, ¿lo harías?.──su mirada se volvió distante, como si ya supiera la respuesta.

Jacaerys se quedó pensativo por un momento antes de responder.

──Rhaelys, hay ocasiones en las que las alianzas son necesarias, pero no todas son dignas de confianza.──su voz se volvió más seria.── A veces, la persona más cercana a ti puede ser la que te traicione.

Las palabras de su hermano la golpearon con una intensidad que no esperaba. Guardó silencio, sus ojos fijos en el suelo, procesando lo que acababa de escuchar.

──¿Incluso alguien a quien ames?.──preguntó en valyrio, con un susurro apenas audible.

Jacaerys la miró fijamente, su voz aún más sombría cuando respondió en el mismo idioma.

──No ames a nadie tanto. Esa persona te llevará a la locura y acabará destruyéndote.

──Él no haría eso... ──murmuró Rhaelys, su voz temblando mientras hablaba.

──¿Quién es él, Rhaelys?.──preguntó Jacaerys, estrechando los ojos.

Ella se dio cuenta de que casi había dicho más de lo que debía. Gwayne. La imagen de él cruzó su mente, pero rápidamente se apresuró a ocultar sus pensamientos.

──Nadie.──respondió con brusquedad mientras se levantaba de su asiento, tratando de evitar la mirada inquisitiva de su hermano.── Me iré a dormir.

Antes de que Jacaerys pudiera decir algo más, Rhaelys salió apresuradamente de la sala. Caminó con pasos rápidos y decididos por los pasillos, pero no tardó en ser detenida por un guardia.

──Mi princesa, una carta.──dijo el hombre, inclinando la cabeza antes de entregarle el pergamino.

Rhaelys tomó la carta sin decir una palabra, y al ver la escritura en el papel, su rostro se tensó.

La letra de Gwayne.

¿Por qué su presencia la afectaba tanto de nuevo? ¿Por qué él le había enviado otra carta? No quería recibir más cartas de él.

Pero esta vez, una vez más, decidió seguir sus impulsos.

Salió en busca de Moonfyre, su dragón, y voló en la oscuridad de la noche, dejando atrás todo pensamiento, dirigiéndose a encontrar a Lord Gwayne.

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ESTEN ATENTOS QUE SE VIENE FANFIC CON JACEARYS.

Lo sé este capítulo fue aburrido,sin momentos de Rhaelys y Gwayne pero aún así valoren este capítulo por que no saben lo que me costó mucho escribirlo.
Estoy en mi época de falta de imaginación y yo no quiero convertir mi Hobbie como si fuera una obligación, yo siempre actualizo cuando deseo o simplemente por que aveces no me gusta dejar mis fanfics así en emisión.

Pero en fin, estoy tratando de volver a motivarme y por suerte anteayer y hoy pude avanzar y acabar este capítulo.

Es muy corto, lo siento pero fue lo único que puede escribir ya que lo demás lo sentía muy aburrido o mejor dicho me sentía aburrido al escribirlo y únicamente lo hacía por que ya hace días que no actualizo.