Capítulo 15 | Hannah
-Hannah-
La noticia de que Logan Lerman está saliendo con alguien se ha corrido como pólvora, por todo el campus.
Me tocó entablar conversación con una chica de mi curso la mañana del lunes. Estaba muy decepcionada y molesta por no ser ella quien estuviese saliendo con él.
Su sorpresa fue grande cuando Logan pasó al salón de clases sólo para darme un beso. A partir de ese día, soy intocable. No hay hombre alguno que se me acerque. El miedo que le tienen es absurdo, tomando en cuenta lo dulce que es cuando está conmigo.
—Eres como un repelente de hombres —se burla Steph—. Es como si todos fuesen perros y Logan hubiese orinado sobre ti, reclamándote como parte de su territorio.
— ¡Eso es asqueroso! —me quejo, haciendo una mueca, pero una sonrisa idiota se desliza por mis labios. Salimos desde hace más de una semana, y los rumores aún no han cesado.
— ¿Cómo se ha comportado contigo? —pregunta y noto un destello de preocupación en su mirada.
Una risa me asalta y niego con la cabeza. No puedo creer que piense que Logan es capaz de hacerme alguna clase de daño.
—Es el hombre más dulce que he conocido en mi vida —admito.
—No me lo tomes a mal, pero no imagino a Logan siendo dulce. Siempre lo he imaginado salvaje, apasionado, posesivo, sensual…
— ¡Oye, detente!, ¡estás hablando del chico con el que salgo! —bromeo, pero una ridícula punzada de celos me golpea.
Una risa ronca brota de su garganta y la gente comienza a vernos. Estamos en la cafetería del campus, desayunando. — ¿Lo has visto éstos días?, fuera del campus, quiero decir —dice tras su ataque de risa.
Yo suspiro con pesadez. —No. Tiene pelea el fin de semana; se la vive entrenando —digo. No puedo evitar hacer una mueca de decepción.
Steph rueda los ojos al cielo. —Colton también tiene pelea, pero dentro de dos semanas. No ha dejado de hablar sobre eso. ¿Irás a verlo pelear, cierto?
—Logan quiere que vaya, pero yo no quiero. Sólo recordar cómo lo golpeaban en la pelea de clasificación, me pone la carne de gallina —un escalofrío me recorre la espina dorsal.
—Pero Logan es de los favoritos. Colton dice que siempre regala un round, para que la pelea dure un poco de tiempo.
Soy consciente de que Logan es uno de los mejores. Soy consciente de lo fuerte que es, pero aún así, estoy renuente a verlo pelear. —Sólo le ruego a Dios que termine pronto —gimo y Steph ríe un poco.
—Hablando del rey de Roma —masculla y mi vista se vuelca a mis espaldas.
Logan camina en mi dirección con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Una sonrisa perezosa se desliza por sus labios y mi corazón da un vuelco mientras le sonrío de vuelta.
Sus labios encuentran los míos en un beso profundo. Su lengua invade mi boca sin pedir permiso y yo correspondo su caricia enredando mis dedos en su cabello.
—Consigan una habitación —dice Steph y Logan gruñe, medio sonriendo, contra mis labios.
Le hago un espacio a mi lado y se sienta descuidadamente. Su brazo se envuelve en mi cintura y besa mi mejilla. —Hola —sonríe radiante hacia Steph, quien rueda los ojos al cielo.
—Tú y tus gestos territoriales, Lerman —dice mi amiga, con gesto burlón.
Logan se encoje de hombros. —Soy territorial, ¿para qué negarlo?
— ¿Entrenas hoy? —pregunto, captando su atención.
—Si —hace una mueca de disculpa—. Sólo será hasta el fin de semana. Lo prometo. Después de la pelea soy todo tuyo.
—Eres mío todo el tiempo —digo, encogiéndome de hombros—. Después de la pelea tendré todo tu tiempo y atención, que es muy diferente.
—Me encanta cuando eres así de posesiva —su voz se enronquece varios tonos antes de besarme.
— ¡Dios mío!, ¡Esas demostraciones de afecto, señores!, ¡no es bueno comer pan enfrente del necesitado! —se queja Steph y una risita idiota brota de mi garganta.
— ¿Te veré ahí, verdad? —pregunta Logan, mirándome a los ojos.
— ¿En la pelea?
—Sí.
—No me lo perderé —le guiño un ojo y él sonríe radiante.
—Bien. Ahora tengo que irme o el entrenador va a matarme —dice, poniéndose de pie.
— ¡Pero si apenas son las diez de la mañana! —chillo, asombrada.
—Me saltaré el resto de las clases —me guiña un ojo—. Te veo el sábado.
~*~
El resto de la semana pasa a una velocidad impresionante.
No he tenido mucho tiempo de ver a Logan, pero me he repetido una y mil veces que lo veré después de la pelea, y que pasaré el fin de semana pegada a sus labios.
Steph está alisando su cabello minuciosamente. Ella y Colton van a acompañarme a la pelea. Ya me siento nerviosa. He sentido un agujero en el estómago todo el día.
Mis manos tiemblan mientras intento subir el cierre de mi vestido. Me obligo a tomar una inspiración profunda y cerrar los ojos.
“No seas ridícula, Hannah. No tienes por qué estar nerviosa. Logan va a hacerlo bien.” Me digo por milésima vez.
— ¿Necesitas ayuda? —pregunta Steph, mirándome con diversión.
Yo niego con la cabeza y vuelvo a intentarlo. Finalmente, lo logro. No es un vestido muy revelador, pero se ciñe a mi cuerpo. Quiero lucir bien. Ésta vez no me importa si Logan cree que me estoy vistiendo así para impresionarlo, porque de verdad quiero impresionarlo.
Me toma alrededor de veinte minutos maquillarme y alisar mi cabello. Steph sonríe mirando la pantalla del móvil mientras me pongo unas cómodas balerinas.
— ¿Estás lista?, Colton está esperándonos abajo —dice Steph enfundándose una chaqueta de piel.
—Dame un momento —digo, echándome una ojeada final en el espejo.
— ¡Por Dios, mujer!, ¡Estás preciosa!, ¡ahora saca tu culo de aquí o llegaremos tarde! —Steph rueda los ojos al cielo y yo me ruborizo.
Tomo mi chaqueta de mezclilla y mi bolso, encaminándome hasta la puerta. Me miro de nuevo, intentando ver si el vestido deja ver algo de mi espalda, y me relajo al ver que todo está en orden. Steph cierra la puerta detrás de nosotras y me guiña un ojo, sonriéndome con complicidad. —Tu chico no va a poder concentrarse en la pelea contigo vestida así —me dice y siento el corazón en la garganta.
— ¿Crees que deba cambiarme? —pregunto, nerviosa.
— ¡Dios, no!, ¡estás perfecta!, sólo bromeaba un poco. Relájate. Todo saldrá bien.
Un suspiro entrecortado brota de mi garganta y me obligo mantenerme tranquila. Sé que estoy siendo ridícula.
Colton conduce por las calles, tarareando una canción que suena por la radio. Está sumamente relajado y eso me da un poco de seguridad y confianza. Steph tararea con él, y al cabo de unos minutos mordiéndome las uñas en el asiento trasero, me relajo un poco.
La pelea es en el mismo lugar de la última vez, en la enorme arena llamada “WARRIORS”.
Esta vez, Colton nos guía por una de las puertas traseras. Los pasillos vacíos resuenan con el taconeo de los zapatos altos que lleva Steph. Huele a humedad y a jabón limpia pisos.
Andamos por el laberinto de pasillos poco iluminados, hasta que damos de frente con una serie de puertas. Sobre una de ellas, hay un cartel improvisado en el cual se lee “Lerman”.
Mi corazón late con furia contra mis costillas y me quedo parada, mirando como idiota hacia la puerta.
—Sorpresa —dice Colton y vuelco mí vista en su dirección.
Una sonrisa cargada de complicidad se desliza en sus labios y me guiña un ojo. —Se supone que no está permitido, pero te veo tan ansiosa que creo que estar unos minutos con él, te hará bien.
Abro mi boca para responder, pero ningún sonido sale de ella. Steph me da un suave empujón y me guiña un ojo. —Ve. Te esperamos.
Una sonrisa estúpida se desliza en mis labios y asiento. Mi corazón no ha dejado de latir a gran velocidad, mis manos están sudorosas y temblorosas y, de pronto, se me ha secado la garganta. ¿Por qué estoy tan nerviosa? , ¡Es Logan!, ¡Por Dios!...
Tomo una inspiración profunda y avanzo hasta que mis dedos se enredan en la perilla. La giro lentamente, dudosa de estar haciendo lo correcto, pero al final, termino abriendo la puerta, sólo un poco.
Empujo un poco más y soy capaz de meter la cabeza por la rendija. Me siento insegura. Siento que estoy invadiendo su espacio, y que va a reaccionar como la noche en la que me aparecí en el gimnasio donde entrena, sin avisar.
Está de espaldas a mí, pero se vuelve al escuchar la puerta. Su boca se abre un poco por la impresión de verme, e intento sonreír.
— Hola… —su voz es un susurro ronco y cálido. Una oleada de alivio me golpea cuando me sonríe con aquella sonrisa infantil que tanto me gusta—, ¿Qué haces aquí?
—C-Colton me trajo —me encojo de hombros, pero mi voz suena temblorosa y débil.
Me doy cuenta entonces, de que su torso está completamente desnudo, dejando a la vista toda su gloriosa y esculpida anatomía. No puedo apartar la vista de sus hombros anchos y sus estrechas caderas. Un pantaloncillo corto, de satín negro, cae bajo en sus caderas, y luce impresionante. Logan Lerman es impresionante.
—Ven aquí —dice y entro, vacilando un poco. Cerrando la puerta detrás de mí.
Su mirada me recorre de pies a cabeza, y una extraña oleada de calor me golpea el cuerpo, haciéndome sentir acalorada y torpe. — ¡Que me jodan! —murmura y camina en mi dirección, sin apartar su vida de mi cuerpo.
Siento el rubor extendiéndose por mi rostro, pero me las arreglo para dar una vuelta sobre mí misma y sonreír diciendo—: ¿Te gusta?
Sin decir una sola palabra, sus manos se anclan a mis caderas, alzándome del suelo. Automáticamente, mis piernas se envuelven en sus caderas y mis brazos se aferran a la piel caliente de sus hombros. —Me encanta —murmura. Su voz es tan baja, que apenas puedo escuchar lo que dice.
Entonces, sus labios encuentran los míos en un beso cargado de ferocidad y urgencia. Todo mi cuerpo se estremece ante la intensidad de su caricia, y gimo contra su boca cuando sus manos se deslizan hacia abajo, ahuecando mi trasero.
Las mías se deslizan por la piel de su pecho, acariciando las ondulaciones de sus pectorales. Mi caricia se desliza hasta sus brazos fuertes y firmes, permitiéndome sentir sus tríceps y bíceps marcados. Gruñe contra mi boca cuando pego mi cuerpo al suyo con más ímpetu.
Y siento sus manos callosas deslizándose hasta la parte trasera de mis muslos, justo donde mi vestido se ha enroscado.
La calidez de sus dedos contra la piel desnuda de mis piernas, dispara un escalofrío en mi columna. Sus labios abandonan los míos, sólo para depositar un camino de besos hasta el punto donde mi mandíbula se une a mi cuello. Es entonces, cuando sus manos se deslizan debajo del material de mi vestido, levantándolo hasta que ahueca mi trasero por encima de mis bragas de algodón.
“Debiste haber usado algo más sexy.” Me reprocho, internamente.
Un par de bruscos golpes en la puerta nos hacen separarnos. Lucho para bajar, pero él se niega a dejarme ir. Besa mis labios con urgencia y trato de murmurar algo, pero su lengua invade mi boca, impidiéndome hablar.
— ¡Logan, el entrenador! —urge la voz de Colton y Logan gruñe una maldición, dejándome bajar.
Tomo una inspiración profunda, intentando relajarme, pero es imposible. La respiración de Logan también es superficial, y reprimo mis ganas de saltar de la felicidad por provocar esas cosas en él.
— ¡Hannah, tienes que salir de ahí, ahora! —dice Colton y me las arreglo para devolver mi vestido a su lugar.
— ¿Suerte? —digo, avergonzada y ruborizada.
Logan me mira y una emoción llamea en sus pupilas oscurecidas. —No he terminado contigo —dice y noto la promesa en el tono de su voz.
Mi corazón ruge dentro de mi pecho ante la intensidad de sus palabras, pero me obligo a salir de la habitación.
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