six.             confrontación

────¿Yo soy el atroz criminal?──── cuestión soltando una risa sarcástica. ────Debo hacerte recordar que fuiste tú quién asesino de un balazo a su media hermana──── habló con una sonrisa maliciosa.

────¿Media hermana...?

────Ah, no lo sabías....──── dijo dejando el arma en su escritorio, la cuál anteriormente apuntaba a la cabeza de Kai──── Una pena, recuerda como rogó por piedad, y recordemos que no la tuviste, la mataste de un balazo entre ceja y ceja después de haberla torturado, de haber cortado sus tendones de los pies, haber cortado seis de sus dedos, justo después de haber ordenado que la violasen hasta estar satisfechos──── susurró en su oído, queriendo apresuradamente tomar de nuevo el control sobre él.

────Tú lo sabías...──── afirmó para él, Kai seguía negándose a eso, aceptar eso le era difícil──── Solo confirmas lo idiota que fui, Mikey──── soltó de la nada, la voz calmada con la que hablo sorprendió al Sano.

────¿Idiota?, Idiota es muy poco para ti, Kaicchin──── dijo molesto──── Eres más que eso, solo mírate, viniste hasta acá para rogar una explicación. No te quejes por tomar decisiones en tu vida Kaicchin, después de todo, aceptaste ser mi marioneta desde el día que te metiste en mi cama.

────Dime algo, ¿Por qué lo hiciste?  Tomaste decisiones por mí, no quería quedarme a tu lado pero terminaste decidiendo por mí e hiciste que me quedase contigo, para cometer crímenes por ti──── observó sus manos, como si tuviesen sangre en ellas, aplanó los labios y cerró los ojos.

────Porque tú me diste el poder de hacerlo. Me diste el control y aceptaste ser mi marioneta desde que te metiste en mi cama, aceptando mi toque, mis besos por cada parte de tu cuerpo y cada que te embestía pedías más──── enumeró sonriendo de lado──── Tuve que hacerte perder todo control sobre tu mente, tuve que hacer un colapso en ti para poder controlarte y que te quedarás conmigo, entraste en un estado mental terrible, depresión, ansiedad, y recuerdo tus diversos intentos de suicidios antes de ir a terapia y después de destruir tu mente.

Kai no dijo nada, su silencio hizo pensar a Mikey que se había rendido y que todo sería como antes──── Vamos, Kaicchin.

────¿A dónde?

────A nuestra habitación, por supuesto.

────Nuestra──── repitió incrédulo por sus palabras, antes hubiera aceptado con gusto, ahora ya no era así──── Lo siento, Mikey. Ahora será solo tu habitación──── habló con el arma en mano, sin el seguro y apuntando a su cráneo.

────¿Qué diablos haces, Kai?

────¿Yo? Acabar con esta obsesión hacía mí, mi dependencia hacía ti, acabar con el infierno que me hace pasar cada vez que pienso en lo imbécil que soy, en lo ingenuo que soy 

Y en no poder odiarte por más que lo desee por el simple hecho de que él aceptó eso, aceptó──── Baja el arma, Kai──── demandó.

────Me hiciste tu marioneta, pero dime algo, tan solo por un momento pensaste en como me iba a sentir. Si el presente se pudiera cambiar ¿Lo harías?────preguntó, aun con el arma sin el seguro en su cabeza, apunto de disparar. Cualquier respuesta, la aceptaría.
Su vida era tan miserable que cuando Manjiro Sano estuvo con el, sintió que podia dejar de pensar en su vida como miserable y solitaria. Nunca se dio cuenta de cuan dependiente era de el, no hasta que Mtsuya le dijo, hasta que Mitsuya Takashi se atrevió a enfrentarlo para hacerle ver su realidad, la verdad de todo.

────No, no lo haría──── respondió.

────Gracias por todo, Mikey──── sonrió antes de apretar el gatillo y las gotas de sangre mancharán el rostro del Sano por la cercanía que había entre el cuerpo de Kai y Mikey.

────Sanzu.

────¿Sí?

────Limpia este desastre y deshazte de él──── ordenó sin expresión alguna, siquiera una emoción al decirlo.

────Sí, Mikey──── respondió──── Hay un inconveniente.

────Habla.

────Hay alguien que desesperadamente esta preguntando sobre Bonten, y por ser esa persona, te busca a ti──── habló viendo como el cuerpo de Kai era levantado y llevado a otro lugar──── Me retiró, me haré cargó de deshacerme de él.

Sanzu salió del lugar, buscando al cuerpo de su compañero, al encontrarlo revisó en sus bolsillos para hallar su móvil, haciendo caso a su última petición──── Lo tenías todo planeado... Escoria, aún me debías un trago de whisky antes de irnos al infierno──── susurró destruyendo el dispositivo. ──── Espero no le hayas dado la clave de tu cuenta a nadie, K, será en vano destruir esto si alguien más lo sabe──── se quejó viendo su cuerpo con sangre escurriendo y manchando su atuendo.