—¡¿Qué?!.

Kim Seokjin puso los ojos en blanco y soltó un prologando suspiro.

—¿Por qué reaccionas así? Mira el lado bueno, ya no tendrás que trabajar porque tienes los suficientes cuadros para realizar la exhibición —dijo encorvando en sus carnosos labios una pequeña sonrisa.

—Joder, ese no era el plan —protestó el pelinegro lleno de frustración—. Esas pinturas no son para el público ¿cuantas veces debo repetírtelo? Esas pinturas son...

—Personales —terminó la oración el chico de cabellos púrpuras mientras dejaba su asiento y se acercaba a su amigo—. Lo se, pero vamos Jungkook ¿acaso tienes algo mejor? Anda, muéstramelo y en este momento se los llevaré para hacerlos cambiar de opinión, pero espero y sea excelente —colocó sus manos en su cintura mirándole seriamente.

Jeon resopló—. No tengo nada más —replicó y recargo por completo su cuerpo en la silla donde estaba sentando y miró hacia el techo—. Simplemente no puedo pintar otra cosa, es como si él me bloqueara, no lo se... pero ¿qué tal si aparece? Eso sería realmente vergonzoso y puedo ver la demanda tocando la puerta de mi casa.

—Relájate señor estrés, ya te lo dije —tomó el hombro del azabache y le brindó una sonrisa para tranquilizarle—. Ese chico es una creación de tú imaginación, ya que como lo pintas es alguien realmente hermoso, casi irreal, y no hay personas así a diferencia de mi, claro —como toda una diva lanzó hacia atrás cabello inexistente.

Jungkook soltó una risita. Tal vez si, él no existía y solo estaba sintiendo preocupación innecesaria, ahora se encontraba más tranquilo

—Tienes razón ¿entonces está listo todo para el sábado?.

—Si, luego mandaré por los demás cuadros, escoge los que más te gustan y déjalos listos ¿bien? Por hoy terminamos, tengo que ir hacer un banquete para una boda vete a buscar una cita vamos —lo empujo hasta la puerta de su oficina.

—Mira quien lo... —le cerró la puerta en la cara dejándole la última palabra en la lengua—. Idiota, viti i bisquir uni citi —le arrendó de manera infantil mientras se dirigía al ascensor del edificio—. Él ni siquiera tiene citas ¿o si? Aún así, él no tiene el derecho de...

—¿Jeon Jungkook? —una voz femenina resonó en el pasillo vacío y hueco, junto al sonido del tacón de unas zapatillas, la voz era reconocida y por eso el nombrado volteó los ojos—. Que alergia verte de nuevo, tanto tiempo Kookie —la chica de cabello corto y flequillo coloco si mano sobre el hombro del pelinegro con una sonrisa.

—No me toques por favor, aléjate me incomodas —de manera brusca hablo—. Y no me vuelvas a llamar Kookie, Lalisa.

—¿Por qué? ¿Acaso te hace recordar a nosotros hace...?.

Jungkook volteó a mirarle de manera mortífera.

—No vuelvas a decir nosotros, de tan solo escucharlo se me revuelve el estómago —espetó observando el rostro confundió y dolido de la chica—. Pareces una acosadora, solo supérame —el elevador había llegado y las puertas se había abierto, Jeon rápidamente se adentró con las manos dentro de sus bolsillos.

Lalisa se interpuso entre las puerta impidiendo que estas se cerrarán, se presentó frente al chico completamente ofendida, este simplemente le pidió a dios en voz baja que desapareciera a esa loca de su vista.

—¿Por qué me tratas de esta manera? ¡No me merezco este trato Jungkook! ¿Acaso olvidaste lo mucho que nos amábamos? —su voz se quebró y sus ojos se cristalizaron.

—Corrección —replicó el alzando su mano con el dedo índice en alto—. Lo mucho que tú me amabas, yo jamás sentí nada por ti, estuvimos juntos porque me drogaste y me besaste frente a los camarógrafos y me obligaste decir que estábamos juntos ¿como iba a amarte? Eres una bruja, y me das asco, ahora apártate quiero irme —presiono el botón del piso donde quería ir.

—¡Solo ámame! ¡Yo te sigo amando! ¡Podemos hacer funcionar esto! ¡Seré alguien mejor por ti Jungkook! —exclamó como toda una dramática con lágrimas derramándose por sus mejillas arruinando su máscara de pestañas que comenzó a caerse debajo de sus ojos.

—No quiero, además —sonrió—. Soy gay, adiós —confeso y el rostro de la chica fue como de película, aprovecho su estado anonadado y la aparato de las puertas del ascensor y finalmente se cerraron, este comenzó a reír de satisfacción—. Dios ella de verdad pensó que era heterosexual ¿por que las personas son tan estúpidas?.

—¿Como llegarán allá? ¿Cuantos días se quedarán? ¿Donde se hospedarán? ¿Tienen dinero suficiente? ¿Llevan la ropa indicada? —el abuelo cuestionaba a ambos jóvenes, pregunta tras pregunta sin dejarlos contestar—. ¿Cuando regresarán? ¿Qué es lo que comerán? ¿Con quien estarán? ¿Donde estarán?.

—¡Abuelo! —lo interrumpió Jimin—. Entiendo que un viaje como este es algo importante, pero somos adultos, sabemos cuidarnos, estaremos bien, te llamaremos cuando lleguemos al hotel ¿bien? Te mantendré informado —le sonrió con dulzura para tranquilizarlo.

El viejo miro a Yoongi fijamente asustándolo un poco.

—¿Puedo confiar en ti? ¿Puedo dejar en tus manos a la cosa más preciada que tengo en este mundo? —entorno sus ojos.

—A-Amm —Yoongi tartamudeó pero luego carraspeó para hablar con más claridad aunque los nervios lo tragaban—. Por supuesto, cuidare bien de él, palabra de hombre —extendió su mano hacia el hombre, este por un momento se quedó quieto mirando la extremidad, pero luego estrecharon sus manos.

—Está bien, cuéntenme ¿como será su viaje?.

—Viajaremos hasta la estación de trenes en auto, y de allí tomaremos los trenes indicados hasta llegar a Seúl, y de allí tomaremos un taxi hacia nuestro hotel —explico el chico pálido—. Nos alimentaremos bien y tendremos cuidado con el clima, partimos mañana en la mañana.

—Mmm, esta bien, pero Taehyung vendrá ayudarme en la cafetería, no puedo hacer todo yo solo —agregó el viejo levantándose del sofá para dirigirse a las escaleras en busca de su habitación.

—¡Bien abuelo! —Jimin y Yoongi felices se miraron y se fundieron en un casto beso—. Finalmente Gigi, ambos iremos a Seúl —aplaudió emocionado mientras hacía desaparecer sus ojitos en una sonrisa de oreja a oreja.

—Claro amor, y me hace muy feliz que esté cumpliendo mis sueño junto a ti, gracias por existir Park Jimin ¿qué hice yo para merecer a un novio tan lindo? —Yoongi le dio un beso en la frente, luego en la punta de su pequeña nariz y por último en sus pomposos labios.

Lo beso lentamente tomándolo de la mejilla, pero luego, introdujo sin previo aviso su lengua dentro de la cavidad del rubio, sorprendiéndolo, intentó seguirlo ya que aún era un poco inexperto en esto, se dejó llevar, sintió sus mejillas arder y un cosquilleo en lo más bajo de su estómago. Era una sensación rara ¿acaso estaba exitado? No, debía terminar.

—Yoongi —Jimin rompió el beso y miró a su novio con las mejillas muy coloradas—. ¿Qué haces? Mí abuelo está arriba, debo ir hacer mi maleta —se levanto completamente apenado.

—Yo te ayudo —Min tomó su mano deteniéndolo—. Lo siento si fue incómodo, no quiero hacerte sentir mal, prometo no volverlo hacerlo.

—Está bien —el rubio sonrió y entrelazado sus dedos—. Vamos ayúdame a escoger lo que me pondré.

[...]

El viaje más esperado de su vida estaba comenzando, y se sentía realmente nervioso, le atemorizaba conocer un lugar nuevo y tan imponente como una ciudad llena de personas desconocidas. Pero debía activar su lado aventurero y ser valeroso ante todo lo que se presentará.

—Te quiero, por favor tráeme algo ¿si? —Taehyung le pidió junto un puchero, su mejor amigo asintió y le dio un fuerte abrazo.

—No lo olvidaré, por favor ayuda a mi abuelo en la cafetería y no lo hagas enloquecer ¿entendido?.

—Prometido —el castaño alzó su dedo meñique y lo entrelazó con el de Jimin haciendo la pincky promise—. Anda ya vete o se te hará tarde, divierte y conoce muchos lugares por los dos, no te olvides de tomar muchas fotos.

—Claro, adiós Tae, te llamaré ¿bien? —lo volvió abrazar con fuerza, para luego finalmente entrar a la camioneta junto a Yoongi.

—¿Están listos? —el chico de cabello castaño y piel morena les hablo a ambos chicos mirándolos desde el retrovisor.

—Claro, hay que irnos Nam —contesto Yoongi. Se dio cuenta de como su novio miraba hacia atrás con angustia, enseguida le tomó la mano para tranquilizarlo—. Calma, todo estará bien.

Park le sonrió.

—Lo se, solo tengo un poco de nervios, estoy muy emocionado. Gracias por llevarnos Namjoon, disculpa las molestias.

—No es nada, de todas maneras iba a pasar al mercado por fertilizante, la primavera se acerca y quiero plantar algunas árboles de cerezo —contesto el chico con una sonrisa mientras se concentraba en el camino.

—Es lindo que te preocupes por la naturaleza, sin ti nuestro pueblo no se verían tan lindo —replicó el rubio.

—No hay de que, después de todo las plantas también son seres vivos y debemos aprender a vivir sin lastimarlas.

—Claro...

Y luego de un suspiro Jimin miró su ventana mientras seguía sosteniendo la mano de su novio. Pensó en el sueño que tuvo esa noche, fue uno peculiar, en ese sueño se encontraban en un lugar con grandes edificios y rodeados de muchas personas y autos, era como una cuidad, pero lo más peculiar fue lo que le dijo el chico de cabello negro, por primera vez le dijo algo diferente:

—Pronto, solo espera un poco más.

Incluso recordarlo le ponía la piel de gallina. Pero prefirió solo olvidarlo y concentrase en el viaje, aquel viaje tan esperando que le brindaría experiencia nuevas.