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23. Respuestas.


—¡Enfermera páseme el desfribilador rápido entro en paro!.

Con el bullicio en la habitación y el sonido agudo constante abrió mis ojos lentamente, sentía mi corazón latir sin mucha fuerza, mi respiración esta inestable y cuando me di cuenta me encontraba en una sala de hospital, con enfermeros moviéndose de un lado al otro, todos... asustados.

—Uno, dos... tres —mire a mi costado donde había un montón de enfermeros y un doctor el cual estaba realizando una reanimación.

Estaba completamente confundido ¿que había sucedido? ¿Por qué me encontraba en un hospital?. Mire más a mi alrededor, mire mis manos todas llenas de raspaduras y sentí un fuerte dolor en la costilla, volví a mirar a mi costado buscando una respuesta, pero cuando regrese la mirada pude ver al paciente que estaba siendo reanimado.

—¿Ji-Jimin?.

Era el, con los ojos abiertos... pero cuando me di cuenta, todos bajaron la cabeza y negaron, el... Jimin... había muero.

—¡No! ¡No! ¡Jimin escúchame! ¡Regresa conmigo! ¡Ven a mi!.

Una fuerte explosión retumbó en mis oídos, la tierra salpicó en todo mi cuerpo, un fuerte aroma a quemado entro por mis fosas nasales, mi respiración estaba sumamente agitada y mi corazón latía vertiginosamente, en mis manos traía un arma de fuego y vestía una traje militar.

—¡Jimin ven conmigo! —escuche su voz y enseguida voltee donde provenía.

—¿Jungkook? —rápidamente me levante—. Estás aquí —sonreí.

—No es hora para hablar debemos...

En mi rostro salpicó su sangre, sus ojos se quedaron atrapados en los míos y de pronto su cuerpo cayó al suelo sin vida gracias a una bala, me hinqué y lo tomé desesperadamente entre mis brazos.

—Espera espera espera, estarás bien aguanta un poco más amor, continúa conmigo anda...

Desperté, no había bullicio, tampoco ruido de disparos, simplemente el sonido de una máquina de signos vitales, estaba de nuevo en una habitación de un hospital, todo estaba cayado, tenía sujeta una mano... su mano, Jimin descansaba en la camilla con respiradores y un tubo en la garganta.

—Aquí estas, sabía que te quedarías conmigo —volví a sonreír, pero de pronto doctores y algunas personas mayores entraron a la habitación.

—Jungkook lamentamos decirte esto —hablo el doctor junto un suspiro, fruncí el ceño confundido—. Debemos desconectar a Jimin —la mujer a su lado lloro en el hombro de un hombre—. Lleva casi un año en coma, no podemos seguir, su cuerpo no puede hacerlo...

—¿Qué?.

—Lo lamentamos mucho, enfermeras procedan —dijo y mi corazón se rompió, las mujeres comenzaron a apagar todo y pronto su corazón dejó de latir.

—¡No! ¡No! ¡Basta! ¡Por favor vuelvan a poner todo en su lugar! ¡No puedo perderlo! —mi cuerpo completo temblaban y las lágrimas no cesaban.

Sangre, eso es lo que había en mis manos junto un cuchillo, mi corazón latió hasta que pude sentir que se detuvo cuando vi debajo mío el cuerpo de Jungkook sin vida, había múltiples puñaladas en su estómago y sus ojos estaban clavados en mi.

Tire de inmediato el cuchillo y retrocedí en el suelo asustado.

—No no no no yo no puedo haber hecho esto, esto no está pasando, por favor ya basta —agarre mi cabello y lo jale mientras encogía mis piernas—. ¡Ya basta por favor! ¡Ya basta!.

El brillo del sol golpeó mis ojos, mi cuerpo estaba siendo jalado, es decir arrastrado... Jimin sostenía mi mano mientras corríamos juntos.

—¡Vamos Jungkook apúrate el arcade abrirá en poco! —su sonrisa me tranquilizó, estaba conmigo, todo había sido un sueño, sonreí tranquilo.

Aunque... ¿que lleva puesto? ¿Acaso estamos en 1954?.

—Jimin detente —estábamos apunto de llegar al cruce de calle, pero él seguía corriendo emocionado—. Por favor fíjate —le advertí. El siguió corriendo—. ¡Jimin! —lo solté él siguió—. ¡Jimin detente ahora! ¡Oye fija...!.

Un auto empujó su cuerpo, él había cruzado aún con el semáforo en verde, su cuerpo estaba tirado en la cera de rayas amarillas, sentí mi garganta seca y una vez más mi corazón se quebró al verlo sin vida.

—¡No, no, no! ¡Ya no quiero esto! ¿Por qué? ¡Basta! ¡Por favor detente! ¡Haz que se detenga! ¡Haz que se detenga! —grite.

Desperté una vez más, mi cuerpo se encontraba cálido, la luz era tenue y pude sentir unos brazos rodear mi cuerpo. Ambos recostados en el césped bajo un árbol, con el aire golpeado nuestros rostros y nada al rededor que fuera peligroso.

Solo él y yo.

—¿Jungkook? —le mire, él me sonrió con serenidad—. Estás aquí conmigo, realmente lo estás —también sonreí.

—Así es y lo estaré para siempre, no importa cuantas vidas pasen —acarició mi rostro suavemente—. Estaré contigo en todas ellas... te encontré Jimin.

—Me encontrarse Jungkook.

Me acerqué para besarlo, pero de pronto volví a mi realidad, desperté por última vez mi corazón latió con fuerza, mire a mi alrededor asustado la habitación estaba oscura, me levante y me di cuenta que estaba en la habitación de la hostelería donde Jungkook se estaba quedando en Cheli-Taun y donde hace unas horas habíamos hecho el amor, todo había sido una sueño, mejor dicho una pesadilla.

¿Qué es lo que había visto? ¿Qué es lo que estos nuevos sueños me había mostrado? Fueron muchos escenarios y todos horribles, él moría y yo lo veía una y otra vez, fue realmente horrible.

—¿Jungkook? —murmure cuando vi su siluetea parada frente a la ventana—. ¿Estás bien?.

—Soñé... soñé que morías una y otra vez, fue espantoso yo...

Me levante rápidamente y me acerque a él.

—Yo también acabó de soñar lo mismo —dije—. Jungkook algo estaba sucediendo aquí, la bruja nos dijo que hoy tendríamos respuestas y tal vez estas son, todos nuestros sueños, la manera en que simplemente nos atraemos y amamos y... nos sentimos tan propios, como si nos conociéramos de toda la vida, él como nos tocamos, como nos miramos, como sentimos esta vibra atrayente entre mis otros ¿no te das cuenta?.

—Debemos ir con la bruja de nuevo —dijo, yo enseguida asentí.

Era de madrugada, nos apresuramos a vestirnos y luego fuimos lo más rápido que pudimos a donde Yangsoo. Tocamos muchas veces su puerta con desesperación, ella tardo un poco pero finalmente abrió desconcertada.

—Yangsoo creo que... ya sabemos que significa todo esto —dije.

—Bien, pasen.

Jungkook y yo nos miramos, para luego tomarnos de las manos temerosos de lo que pudiera suceder, aunque teniendo el apoyo del uno al otro.

—Ustedes están destinados, llevan algo que se le llama el hilo rojo del destino, su destino es estar juntos en todas sus vidas —dijo la bruja con seriedad, mirándonos fijamente—. Aunque eventualmente siempre terminara de alguna manera, es incierto el momento tal vez antes, después o incluso nunca pueden llegar a conocerse, pero aún así, en la siguiente vida lo volverán a intentar...

Las palabras de la mujer se escucharon como un eco en la cabeza de Jimin, se mareó al tiempo que flashback le llegaban de repente. Era como si estuviera armando un rompe cabezas; desde los sueños, lo que sintieron cuando se conocieron, los nuevos sentimientos que se sentían tan personales, la necedad de estar juntos, el sueño que habían tenido la noche anterior, todo era una pieza y cuando finalmente el rompecabezas estuvo finalizado Jimin se levantó de su asiento y sin decir nada de inmediato salió del lugar.

—Jimin ¿a donde vas? Espérame —Jungkook se levantó y fue detrás de él.

El rubio respiro profundamente mirando el cielo, mirando la luna llena que continuaba allí.  Lo que había descubierto lo había impactado demasiado, no podía creerlo, tal vez era verdad, tal vez era mentira, pero si lo era entonces ¿por que siente sentimientos tan fuertes con Jungkook? Sentimientos que nunca sintió por Yoongi.

—Jimin...

—Ahora todo tiene sentido —murmuro el rubio—. Por eso mi corazón se aceleró la primera vez que te vi, por eso solo contigo me siento bien, por eso te quiero siempre a mi lado, por eso... el amarte, el entregarme a ti de cuerpo y alma... fue tan... tan fácil, tan maravilloso, tan genuino, porque... —volteó a verlo—. Por que mi destino siempre fuiste tú  —una lagrima se deslizó por la mejilla de Jimin—. Jungkook tú eres...

—Si Jimin —rápidamente Jungkook lo tomó entre sus brazos y lo miró con sus ojos cristalinos—. También siento lo mismo, enamorarme de ti fue instantáneo, si existe el amor a primera vista, el amarte fue tan fácil porque ese era mi destino, tú eres mi destino y... agradezco haberte podido conocer en esta vida —también una lagrima se escurrió por su mejilla—. Yo soy tu...

—Y tú eres yo...

Se besaron, juntaron sus labios en un choque mágico abrazados, sus alamas se juntaron y se hicieron una como siempre debió ser. Ahora todo estaba completo, sus sentimientos y todos lo que estaba sucediendo estaban justificado.

—Te amo Park Jimin, y te juro que te encontrare en todas mis vidas para volver a decírtelo, cueste lo que me cueste porque eres el amor de todas mis vidas —afirmó Jungkook—. Te encontré, Jimin.

—Jeon Jungkook... mi amor, yo también te amo, te amo, siempre te he amado —contesto Jimin y entonces se abrazaron, llenos de sentimientos encontrados—. Me encontraste Jungkook.

[...]

—Entonces déjame entenderlo ¿ustedes están destinados? Es decir, ¿sus almas son una sola y por eso deben estar juntos? —Ni Taehyung, ni Seokjin, ni Namjoon podían creerlo, todos pensaban que les estaban jugando una broma.

—Estamos diciendo la verdad —afirmó Jungkook—. Porque ¿que ganaríamos diciendo estas estupideces? Absolutamente nada, es igual de raro para nosotros.

—Yo si les creo —dijo Seokjin—. Existe todo eso del hilo rojo del destino, jamás había conocido un caso y era porque tal vez lo tenía cerca, ahora tienen sentidos todos tus sueños con el jk.

—¿El también tenía sueños contigo? —preguntó Taehyung, Jimin asintió—. Santa mierda, Jimin también tenía sueños contigo, entonces si están destinados, increíble.

—Lo es —murmuro el rubio—. Es muy increíble, incluso yo aún no termino de creerlo, pero es eso y ahora realmente no sabes qué hacer con toda esta información.

—¿Pues que pueden hacer? —habló Namjoon—. Disfruten esta vida, ámense, conózcanse una vez más, después de todo ustedes dijeron que no saben si en la otra vida se pueda conocer ¿no es así?.

—Namjoon tiene razón —dijo Jimin—. Debemos disfrutar, ahora que sabemos esto simplemente hay que vivir esta vida y en la otra el destino dirá.

Jeon sonrió.

—Eso me encantaría.

—Ups —Seokjin interrumpió de pronto—. Maldición no quiero ser una patada en el trasero, pero justo ahora acabo de recibir un mensaje de la agencia Jungkook... te quieren devuelta en Seúl para una nueva explosión y platicar sobre tus nuevos proyectos.

—¿Ahora?.

—Ahora.

El pelinegro suspiro—. Joder. Jimin —le miró—. ¿Vendrías conmigo? Podemos volver en cuanto termine, o si quieres puedes quedarte y te prometo volver lo más pronto que pueda.

—No —Park sujetó su mano aferrándose a él—. Quiero ir contigo, ahora que sabemos esto y por los sueños lo único que quiero es permanecer a tu lado, así que iré contigo —le sonrió cálidamente.

—¿Jin?.

—Jungkook, eres como el hermano menor que nunca tuve, pero... ahora encontré a una persona que me interesa —miro de reojo al chico castaño de hombros anchos y piel canela—. Así que seré yo quien vuelva cuando mi corazón lo dicte.

—Está bien, no hay problema, de todas manera volveremos en algún momento... aunque, amor ¿qué hay sobre Yoongi? —preguntó Jungkook.

—Yoongi...

[...]

—Joven min me complace anunciarle que ha pasado la prueba perfectamente, es usted oficialmente uno de los alumnos de la academia de artes de la música de Seúl —menciono el hombre de edad mayor con una sonrisa.

El chico pálido y de semblante afligido sonrió pequeñamente, su pecho se presionó, sintió un horrible vacío en su estómago y también en su corazón.

Yoongi finalmente había cumplido uno de sus más grandes sueños, aunque, a decir verdad... no estaba feliz del todo. Muchas veces había imaginado ese momento, y en todas esas veces Jimin se encontraba allí, festejando a su lado, como siempre lo habían planeado, pero lamentablemente y por culpa suya el no se encontraba ahí, ni en ninguna parte; se había enterado que después del baile el se había ido de Seúl, tal como le había dicho el mismo día, y lo más extraño era que Jungkook tampoco se encontraba en la ciudad.

Y todo eso fueron las razones suficientes para hundirse más en el alcohol, su estado emocional estaba empeorando progresivamente, él pensó que podía soportar estar sin Jimin, pero no fue así, lo necesitaba tanto como el oxígeno y sin él su vida iban en picada.

Ahora Yoongi se había convertido en un gran músico ebrio y deprimido, descuidaba su imagen, llegaba tarde y con resaca a las prácticas, su humor era el peor y simplemente... había tocado fondo.

—Vamos Yoongi debemos volver a casa, anda te lleváramos —le dijo un chico de cabellos castaños—. Haz bebido lo suficiente, mañana tenemos que presentar el avance de las piezas y tú tienes un solo ¿lo recuerdas?.

—Blayance ushtedes, yo me quedarhre a tomarr un poco masshh —hablo Min completamente mareado y casi inconsciente, aunque aún así no dudo en volverse a empinar la botella.

—Déjalo Chris, así es Yoongi siempre se la pasa bebiendo como un completo ebrio, no gastes tus energías, vayamos a descasar —le dijo otro tomando su hombro.

El chico miró al pálido angustiado y con lastima, él en lo personal lo admiraba mucho, por las letras que componía y el sentimiento que ponía al tocar el piano, pero verlo de esa forma nada más lo hacía preguntarse «¿quien le hizo tanto daño?» pero lo que él no sabía era que Yoongi ahogaba todas sus culpas en el maldito alcohol.

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