20. Cheli-Taun
—Bloqueador, repelente de mosquitos, gafas de sol, audífonos, tarjetas de crédito —Seokjin rebusco en su bolso Luis Vuitton asegurándose de tener todas sus cosas dentro de el—... mmmh... si, todo está listo ¿nos vamos? —miró con una sonrisa a los dos chicos frente a él.
—Jin hyung... —Jungkook no lo miraba a él, si no a todas las maletas que llevaba con el—. ¿Acaso te mudarás allá? —le pregunto—. No es necesario que lleves tanto, solo iremos por poco tiempo.
—No es demasiado —el pelimorado miró todo su equipaje—. Es poco en comparación a cuando realmente voy de viaje —sonrió mientras se colocaba sus gafas de sol oscuras—. A eso si se le llama equipaje, pero, siempre debemos de estar prevenidos, no puedo verme mal incluso en un pueblucho, no te ofendas Jimin.
—No lo hago Jin-ssi, esta bien —contesto el rubio, (internamente lloraba)—. Deberíamos irnos ahora, entre más temprano nos vayamos más rápido llegaremos, vamos.
Jimin tomó su propia maleta y se dirigió a la puerta apresurado, los otros dos le miraron confundidos, su actitud parecía como si... estuviera huyendo, como si una cuenta regresiva estuviera apunto de terminar. Él estaba ansioso, no por llegar a su hogar, sino por huir de ese alguien.
—¿El está bien Jungkook? —le pregunto Seokjin enarcando levemente la ceja, confundido.
Jeon estaba preocupado.
—Hablaré con el, dame un minuto —también se apresuró y alcanzó a Jimin en la puerta, tomó su mano antes de que él pudiera salir del departamento y le habló en el marco de la puerta—. ¿Estás bien?.
—S-Si ¿por que no debería estarlo? —su risa nerviosa y temblorosa, y la manera en que sus ojos viajaban por todas partes solo mostraban lo contrario a su contestación.
—Háblame Jimin —suavemente, acuno entre sus manos el rostro del rubio y lo miro a los ojos—. Puedes decirme que es lo que te pasa ¿por que quieres irte? Ni si quiera hemos hablado sobre...
—Terminaré con Yoongi —soltó.
Los ojos de Jungkook se abrieron un poco de más, tomando por sorpresa.
—¿D-De verdad lo terminarás?
Park asintió.
—Si, solo quiero tener la suficiente fuerza para hacerlo, así que volver a mi pueblo junto a mi abuelo y mis amigos me dará la suficiente confianza, aquí todo es extraño y solo te conozco a ti, me siento... desamparado Jungkook —sus pequeños ojos almendrados se nublaron por las lagrimas.
—No tienes por que sentirte de esa manera, me quedare a tu lado, por favor apóyate en mi, úsame, quiero brindarte esa confianza también, aunque —se separó un poco de él—. Si prefieres ir solo y estar con tu familia, lo entenderé completamente, no quiero hostigarte o algo por el estilo.
—¡No! —prontamente Jimin sujetó su muñeca y la apretó intentado aferrarse a él—. Quiero que vengas conmigo, quiero que te quedes a mi lado, de esa manera estaré mejor y sabré tomar más claramente mi decisión.
—¿Estás seguro? No quiero afectar tu decisión por nuestra cercanía, quiero que la tomes por lo que manda tu corazón y también tu pensar —dijo.
—En realidad la decisión ya está tomada, solo necesito la fuerza, o la suficiente confianza para decirla, y por eso... —Jimin lentamente sujetó la mano de Jungkook y entrelazó sus dedos mirándolo a los ojos—... te necesito a mi lado.
—Aquí estaré, lo prometo —apretó levemente el agarre en su mano, para luego acercase más hasta rozar la punta de su nariz y depositar un casto beso en sus pomposos labios.
Al finalizar se miraron directamente a los ojos crearon una burbuja al rededor de ellos, mirándose tan fijamente que sus miradas derramaban devoción el uno por el otro, como si mirasen a la persona que siempre han amado, sus sonrisas lo reflejaban, sus corazones les pedían estar juntos, era como si... se pertenecieran, como si fueran su otra mitad.
—Perdónenme por arruinar su momento romántico, pero es tarde y quiero llegar a la hora de la comida, si no les molesta apresuremos par de tórtolos —Seokjin interrumpió y la burbuja se rompió llamando la atención de los dos individuos.
—¿Listo? —le pregunto Jeon.
—Si —contesto Park.
Casi cinco horas de camino para llegar aquel pueblo mágico y oculto en algún lugar, para algunos parecía una eternidad, pero para otros era un momento reflexivo y, después de todo lo sucedido, también un momento de tranquilidad, pues mirar los campos de trigo y maíz, escuchar el aire soplar y nada más que silencio encontrar era simplemente embelesador. Jimin estaba volviendo a su zona de confort y eso lo llenaba de alegría y emoción.
—¿Ya llegamos? —volvió a preguntar Jin por trigésima vez, todo sudado, cansado y un tanto frustrado—. Hace mucho calor, tengo hambre, me derrito —dramatizo desmoronándose en el sillón de atrás.
—Tranquilo Jin-ssi, cuando lleguemos al pueblo te llevaré a comer algo y luego a las aguas termales que tenemos allí —dijo el copiloto, Jimin.
—¿Agua termales? —Jin pareció a ver revivido—. Ahora estoy más ansioso por llegar ¿cuanto falta Jimin? Realmente tengo tanta hambre que podría comerme una vaca.
—No puedes comerte una vaca, pero ya no debes de esperar, ya llegamos —el rubio sonrio henchido de felicidad al ver la hermosa entrada de su preciado Cheli-Taun, un arco enorme de hermosas flores de muchos colores con el nombre del pueblo en la punta.
Al adentrarse Jungkook y Seokjin ampliaron la mirada sorprendidos, nunca había visto tal hermosura, un pueblo rular sumamente encantador, flores por doquier, colores vibrantes y alegres, y personas viviendo simplemente una vida tranquila, saludándose entre sí, sonriendo, muy diferente a los que estaban acostumbrado en la ciudad, donde los citadinos eran fríos, egocéntricos y apretados.
Jungkook entendió todo, entendió la inocencia, la sencillez y la bondad qué hay en Jimin, nació y creció en un lugar donde no hay malicia, ni mucho menos ambición.
—Namjoon iba a recogernos para que pudiera llevarlos a un lugar donde puedan descansar, estaría encantado de brindarles mi casa pero solo hay dos habitaciones —menciono Jimin un poco apenado.
—No te preocupes, parece que en este lugar cualquier espacio es hermoso —replicó enseguida el pintor pelinegro.
—Yo solo quiero algo de arroz, o carne, o huevo de codorniz —chillo Jin.
Condujeron lentamente apreciando todo, Jimin los guió hasta la cafetería de su abuelo, una vez en él establecimiento y aparcados Seokjin salió disparado hacia el local como un animal hambriento al oler un poco de comida, mientras que Jungkook y Jimin se tomaron un momento para respirar el aire fresco y observar el pintoresco y hogareño establecimiento.
—Henos aquí —suspiro el rubio.
—Henos aquí —repitió Jeon—. ¿Te sientes bien? ¿Estás feliz?.
—Lo estoy, y mucho —sonrió con grandeza haciendo desaparecer sus pequeños ojos—. Ven, te presentaré a mi abuelo.
La puerta de la cafetería tintineo, el hombre adulto le servía varios pasteles a un joven de cabello morado, pero cuando vio a su encantador nieto de dorado cabello dejó el plato en la mesa y se apresuró a abrazarlo lleno de felicidad.
—Jimin hijo, haz vuelto —lo apretó un poco.
—Si abuelo, estoy aquí ¿cómo estás? —Jimin también lo abrazó, pero luego se separaron mirándose sonriendo.
—Mejor ahora que volviste, fueron tres semanas muy largas, llegue a pensar que cumplirías un mes, no llamaste y tampoco recibí una carta, estaba preocupado.
—Lo lamentó, surgieron algunos problemas y se me fue imposible hacer eso, no quise preocuparte pero yo quiero...
—¿Donde está Yoongi? ¿Vinieron juntos? —el abuelo miró detrás de su nieto en busca del pianista, pero encontró a un chico desconocido de ojos grandes y cabello negro—. Oh, al parecer no ¿vienes con este chico Jimin?
—Si a eso iba, quiero presentarte a Jungkook, lo conocí en Seúl, el es un pintor muy famoso y reconocido —dijo nervioso.
Jungkook se quedó por un momento helado, pero sabía que debía moverse antes de que arruinara las cosas.
—Es un placer señor, Jeon Jungkook —el azabache extendió su mano derecha tocando la misma con la izquierda, al tiempo que hacía un pequeño reverencia para estrechar la mano con el mayor.
—Que tal —el hombre estrechó la mano del menor e hizo una corta reverencia también, luego ambos se miraron sonriendo levemente.
—Y también vengo con Jin, ese chico el cual se está comiendo la cafetería entera —voltearon a ver al pelimorado el cual tenía la boca llena de pastel y enormes mejillas llenadas del mismo, el saludo sacudiendo su mano.
—Ya veo, son bienvenidos tú y tus amigos, deben de venir con hambre por lo que veo, les traeré alguna bebida y algo de comer, siéntese donde quieran ya vuelvo —dijo el abuelo Park y luego se retiró.
—Gracias abuelo, no hace fal...
—Encuéntrese su propio lugar, aquí solo cabemos yo y todos mis pasteles —objeto Seokjin refunfuñando.
—Eres un maleducado, ya no te voy a sacar —dijo Jungkook molesto.
—¿Qué haz dicho niño? Más respeto, recuerda que yo soy mayor que tú, lava tu boca antes de dirigirte a mi.
Finalmente, luego de que el abuelo trajera bebidas y algunos sándwiches y pasteles se sentaron a comer, hablaron sobre cosas triviales conociéndose un poco más entre todos, rieron y disfrutaron de la compañía, no hubo ningún tema incómodo, aunque sabía muy bien Jimin que en algún momento le dirá a su abuelo que fue lo que sucedió en Seúl con Yoongi y porque no volvió con el.
Llegó el atardecer, era hora de cerrar la tienda e ir a descasar.
—Fue un verdadero placer conocerlo señor Park —hablo Jungkook.
—Por favor, dime Leehan, hemos hablado sobre tantas cosas que a estas alturas seguir con las formalidades es absurdo —objeto el mayor.
—Está bien, señor Leehan, espero compartir más con usted, gracias por su hospitalidad y la deliciosa comida, mi hyung Seokjin y yo estamos agradecidos —ambos hicieron una reverencia, el hombre respondió de la misma manera.
—No hay nada que agradecer, los amigos de mi nieto son siempre bienvenidos y complacidos —abrazo al rubio por los hombros.
La campana de la puerta tintineo de pronto, el abuelo estaba apunto de decir "está cerrado" pero cuando vio al chico de piel canela, alto y de hombros anchos que le trae hermosas macetas a su cafetería se detuvo.
—Lo siento tanto Jimin —hablo el moreno con la voz agitada, como si hubiera corrido un maratón—. Hoy tuve más trabajo de lo normal, iba a recogerlos pero... —suspiro—. Lo lamento tanto, pero conseguí el lugar, es acogedor y accesible, aunque vienen de la ciudad así que...
—No te preocupes por eso, el lugar no es lo que importa —inquirió Jungkook—. Mi nombre es Jeon Jungkook, seré quien me quedare junto a...
—¡Jin! —salió de pronto Jin empujando a su mejor amigo—. Digo, Kim Seokjin —se acomodó el cabello y sonrió coquetamente—. Soltero, de signo sagitario, chef con un buen sueldo y disponibilidad al cien por ciento, para ti —le guiño el ojo.
El chico sonrió apenado y bajo el rostro tímidamente.
—Mi-Mi nombre es Kim Namjoon, trabajo con las plantas de todo el pueblo y ayudo a cosechar —rascón su nuca mientras sus mejillas se coloreaban de un fuerte carmesí.
—Bueno chico planta, no soy parte de la flora pero también me gustaría que cuides de mi, si no te importa —se insinuó, Namjoon trago saliva y ahora toda su cara parecía un jitomate.
—Por a-aqui, los llevaré —se dio la vuelta casi congelado he impactado, Jin río en voz baja y no lo pensó dos veces en ir detrás de él saliendo del local.
Mientras tanto Jungkook y Jimin se quedaron un momento más para despedirse tranquilamente mientras el abuelo apagaba la cocina y vaciaba la caja fuerte.
—¿Mañana nos veremos? ¿Harás lo que prometiste? ¿Serás mi guía de turistas? —cuestionó el pintor de cabello negro sonriendo.
El rubio asintió llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Si, el pueblo es pequeño, no hay mucho que enseñar pero te mostrare mis lugares favoritos. Y ya conociste a mi abuelo y a Namjoon, mañana te presentaré a Taehyung, seguro ahora ya está dormido luego de la cena, así es el —contesto.
—Se escucha muy divertido, todo es muy hermoso, seguro conocer el lugar lo hará aún más hermoso, estoy ansioso, lamento mucho separarme de ti —suavemente rozó con sus dedos la mano de Jimin, este se sorprendió ante el repentino tacto—. Desearía poder pasar toda la noche contigo.
—Y-Yo... yo también —replicó y bajo el rostro apenado—. Pero estamos cansados, debemos descasar para mañana.
—¿Puedes prometerme que mañana estaremos juntos hasta el anochecer? —metió sus dedos entre los del chico bonito que miraba con devoción.
Este asintió tímidamente, mordiendo su labio inferior.
—Si... —musitó, y luego tomó la valentía para subir el rostro—. Gracias por quedarte a mi lado Jungkook —prontamente se paro de puntitas y le dio un rápido beso en los labios causando que sus rostro se pusiera completamente rojo.
Tomó por sorpresa al pelinegro, pero este no se quedó conforme, así que rápidamente lo tomo de la nuca y lo jalo para volver a juntar sus labios formando un beso, lento un poco apasionado, sus labios se movían en sintonía y parecían encajar perfectamente entre sí. Una vez finalizado el beso se separaron y se miraron directamente a los ojos.
—Me quedaré para siempre a tu lado Jimin...
Y esas palabras de Jungkook hicieron que Jimin en su corazón sintiera una sensación cálida, como si lo hubiera envuelto entre sus manos ¿acaso fue el tono tan suave? ¿Las palabras tan firmes y confiadas? O ¿la manera en que lo miraba mientras se lo decía?. Jimin sentía que su corazón estaba apunto de explotar, así que sin más abrazo el cuerpo del más alto con fuerza y le susurro:
—Te quiero Jungkook...
[...]
—Jimin hijo —el mayor cerró la puerta y llamó a su nieto quien se detuvo antes de subir las escaleras hacia su habitación—. Se que estás cansado, pero ¿podemos hablar sobre algo?.
—Claro abuelo, dime ¿que es? —regreso hacia su abuelo y le sonrió levemente.
—Yo... no quiero que pienses que soy un fisgón o algo así, sabes que no soy ese tipo de persona, respeto mucho tu privacidad hijo pero... —suspiro, Jimin se preocupó y frunció levemente el ceño—. Vi cuando tú y ese chico...
—Abuelo yo puedo explicártelo —enseguida dijo nervioso.
—No hace falta, solo quiero que me tengas la confianza para decirme que fue lo que sucedió con Yoongi en Seúl como para que ahora ames a otra hombre.
El rubio soltó un prologando suspiro y comenzó hablar del tema que quería alargar su discusión.
—Abuelo, ese chico soñador, amable y bondadoso al que conocías se esfumó por completo, ahora el es ambicioso, cruel... —un nudo se formó en su garganta pero lo tragó para continuar—. Yoongi me hizo cosas horribles por celos, por ambición, por furia y yo... yo deje de amarlo gradualmente, por que él me demostró que no me ama.
—Hijo ¿que fue lo que te hizo? ¿Qué acto fue tan atroz como para terminar con su hermosa relación? —frunció el ceño preocupado.
—El... —le costó decir, pero finalmente lo hizo con los ojos cristalinos—. Él me vendió, le ofrecieron un puesto en la academia de música donde él deseaba entrar a cambio de una noche conmigo y él...
—¿Lo hizo?.
Jimin asintió y una lágrima se derramó por su mejilla. Su abuelo de inmediato lo abrazó dándole consuelo.
—Jungkook fue el único que cuidó de mi, me hizo sentir bien durante todo el dolor por el que me hizo pasar Yoongi, él me amo, me comprendió, me apoyó, me hizo sonreír en los peores momentos y además... —miró a su abuelo a los ojos—. Siento algo muy raro por el, como si ya lo conociera, como si lleváramos una vida juntos, incluso durante mucho tiempo soñé con él y no lo creía real hasta que lo encontré en Seúl.
El mayor amplio la mirada sorprendido.
—Terminaré con Yoongi, el no es el hombre al que quiero, tal vez en algún momento creí amarlo pero me di cuenta que todo este tiempo viví un amor incierto, y me siento diferente con Jungkook, el... él simplemente siento que es la persona a quien siempre estuve esperando —confeso—. A él es al que realmente quiero Abuelo.
—Lo entiendo hijo, sigue a tu corazón, si eso es lo que quieres y si estar con ese chico te hace feliz, yo con eso estaré complacido, te amo y lo único que quiero es tu felicidad —le sonrió con dulzura, y luego lo volví abrazar.
—Gracias abuelo, escucharte decir eso es tan alivianante —sollozo en su hombro—. Te amo, realmente gracias.
—No hay por que agradecer. ¿Mañana llevaras a ese chico Jungkook a conocer el pueblo, no? —le pregunto cuando se separaron.
—Así es —Jimin quito las lágrimas de su mejilla con su muñeca.
—Bien, llévense las bicicletas y deberías pasar con la bruja Yangsoo, solo para entretenimiento.
—Claro, lo haré —el rubio sonrió, su corazón estaba un poco aliviado, volver a su hogar gradualmente lo estaba volviendo cada vez más valiente para ese momento.
Por mala suerte aun no he muerto y sigo aquí, una disculpa por la tardanza pero siempre intentaré seguir y darles episodios largos!!
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