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2. El chico lindo tiene sueños raros.

—Aquí tiene su café, disfrútelo —el encantador joven de cabellera dorada dejó una taza con café negro al frente del hombre brindándole una dulce sonrisa y una reverencia antes de retirase con su bandeja.

—Jimin hijo, por qué no ayudas a traer a tu abuelo las bolsas de café que están atrás —le llamo el hombre de cabello blanco desde la caja.

—Claro abuelo, ahora vuelvo. —el nombrado dejó su bandeja sobre la barra de la caja y se dirigió a la parte de atrás del establecimiento, en la bodega.

Había una pequeña campana arriba de la puerta del establecimiento, la cual era encargada de avisar la llegada de un nuevo cliente, está tintineo cuando la puerta se abrió dejando ver a un chico de piel pálida y cabellera oscura.

—Buenos días abuelo Park —Min Yoongi se aproximó hacia el anciano con una leve sonrisa dibujada en su rostro—. ¿Está yendo todo bien?.

—Claro ¿vienes a tomar algo? ¿O buscas a Jimin? —le preguntó sabiendo muy bien respuesta, el pelinegro no tuvo que responder y simplemente encogió los hombros cómplice—. Está atrás trayendo unas bolsas de café.

—Bien, iré ayudarlo entonces, luego me tomaré un café lo prometo. —hizo una pequeña reverencia con su cabeza y se dirigió a buscar al chico de cabellos rubios.

Jimin sujeto con fuerza las bolsas de grano de café entre sus dos brazos, tambaleándose un poco por el peso, camino hacia la salida de la bodega hacia la cafetería, pero entonces la aparición de la figura repentina de Yoongi lo asustó causando que diera un pequeño brinco y soltara un grito.

—¿Yoongi? Me asustaste, por dios ¿cuando llegaste? —tranquilizó su respiración la cual se había agitado un poco por el susto.

—Lo siento, llegue hace muy poco —respondió sonriéndole—. Eso se ve pesado, deja que te ayude anda —le quito una bolsa de las manos y ambos caminaron devuelta afuera.

Dejaron las bolsas detrás de la barra, justo abajo de las máquinas de café.

—Es muy temprano para que estés aquí ¿me extrañabas tanto? —inquirió el chico de rubios cabellos con una bonita sonrisa haciendo desaparecer sus ojos debajo de sus mejillas sonrojadas.

El de piel pálida dio un paso hacia él acortando sus distancias. Y asintió.

—Te extraño a cada segundo —Yoongi estaba apunto de colocar su mano sobre la mejilla del chico frente a él para poder besarlo, pero su acción fue interrumpida por una voz.

—¡Oigan! —era el abuelo Park con el ceño fruncido—. Salgan de aquí, vayan hablar a una mesa de afuera, les llevaré un café pero ustedes pagarán.

Jimin soltó una risita apenada.

—Claro abuelo, vamos Gigi salgamos.

La campana de la puerta se volvió a escuchar pero esta vez por la salida del Jimin y Yoongi. Ambos se sentaron en una de las mesas de afuera, bajo una sombrilla que los cubría del ardiente sol mañanero.

—Quiero hablarte sobre algo importante, amor —dijo el de piel pálida mirando al contrario con una sonrisa—. ¿Recuerdas que mi mayor sueño es entrar a la academia de música de Seúl? —Jimin asintió—. Bueno mi solicitud fue respondida, dijeron que viajará allá para hacer la prueba.

—¿De verdad? ¡Woah eso es asombroso Gigi! Felicidades —lo abrazo fuertemente, para luego darle un casto beso en los labios—. Me hace muy feliz que cumplas tus sueños, así sea hace.

—Gracias amor —lo tomo de la mano y entrelazaron sus dedos—. Pero, yo no sería feliz sin ti, tú eres mi motor, así que ¿quisieras acompañarme a Seúl? Serán algunos días hasta que haga la prueba y me den el resultado.

—Claro, me encantaría, pero Yoongi... ¿luego de eso, tú te quedarás allí? —sus ojos se llenaron de angustia, y sintió un extraño cosquilleo recorrer su cuerpo.

Su amante hizo una mueca y bajo la mirada.

—La respuesta entonces es sí —suspiro Jimin—. ¿Qué será de nosotros Yoongi? ¿Nososotros vamos a ter...?

—¡No! No eso no —hablo él de inmediato frunciendo levemente las cejas—. Yo jamás te dejaría, eres mi razón de vida Park Jimin. Vayamos juntos y vivamos allí, se que es algo precipitado pero...

—Podemos lograrlo —Park sonrió serenamente—. Ambos podemos trabajar, tener una vida simple pero feliz, en Seúl hay muchas oportunidades y además —sus miradas conectaron con esplendor—. Cumpliremos nuestro sueño de salir de este pueblo Gigi.

—Así es, amor mío.

Ambos dibujaron una sonrisa en sus rostros y luego volvieron a unir sus labios en un dulce beso por un par de segundos. Al finalizar, unieron sus frentes con los ojos cerrados, regresando la misma sonrisa del principio a sus labios.

—Cuídare bien de ti, por favor dile eso a tu abuelo cuando le hables sobre esto —murmuro y solo un suspiro levemente sintiendo como Jimin asentía—. Y realmente lo haré, te lo prometo.

—Te creo, siempre lo haz hecho.

Escondido entre las montañas, un lugar rodeado por hermosos prados de flores, enriquecido con un bello manantial y donde el clima siempre es cálido, Cheli-Taun es uno de esos pequeños pueblos mágicos, tan pequeño que incluso su nombre no aparece en los mapas, y solo pocas personas en el exterior conocían su ubicación y nombre. Con habitantes cordiales y colectivista, que viven en un ambiente lleno de paz lejos de las ambiciones maliciosas, y entre ellos se encuentra un hermoso joven de cabellos dorados, sonrisa encantadora y pequeños ojos color almendra.

Todos en el pueblo sabían quien era Park Jimin, aquel muchacho de encanto singular, naturaleza gentil y cautivadora sonrisa que servía el café cada mañana en la cafetería del señor Park Haesoo. Describían a Jimin como un chico dulce, apuesto, bondadoso, simplemente un regalo para el mundo, pero incluso chicos como él tienen sus secretos.

—¿Ya te vas Jimin? —el abuelo detuvo a su nieto cuando este iba de salida mientras revisaba el interior de su mochila.

—Sip, le prometí a Taehyung que iríamos al mirador para ver el atardecer —contesto el muchacho con una pequeña sonrisa. El hombre mayor asintió—. Estaré de regreso a las ocho, si estás cansado no me esperes y duerme ¿bien? —se devolvió hacia él y le dio un pequeño beso en la mejilla—. Nos vemos abuelo.

—Adiós hijo, ve con cuidado.

Jimin llevaba un vida feliz como la de cualquier otra persona de aquel pequeño poblado. Trabaja junto a su abuelo en su cafetería, había terminado sus estudios hace un año atrás, tenía un mejor amigo llamado Kim Taehyung, e incluso había encontrado el amor con un joven músico incomprendido llamado Min Yoongi.

Todos en el pueblo los veían como dos polos apuestos, pero eso era lo mejor, ya que estos naturalmente se atraían.

—¡Hola Jimin! ¿Terminaste tu turno? —una mujer le hablo con una sonrisa, mientras el rubio subía a su bicicleta roja.

—Hola señora Lee, si acabo de terminar mi turno, tenga una linda noche. —le devolvió la sonrisa y comenzó a pedalear.

Pero algo lo había estado perturbando durante algunos meses, sueños recurrentes con un chico que nunca había visto. Fue un día común donde repentinamente un chico de cabellera oscura, grandes ojos azabache y sonrisa parecida a la de una conejo se presentó por primera vez en sus sueños, y desde ese día... nunca se fue. Sucedía siempre lo mismo, lo único que cambiaba era el lugar y la ropa que ambos usaban, pero lo que más lo atormentaba es lo que él le decían en aquel sueño:

—Vas a encontrarme Jimin.

Muchas veces intento preguntar ¿quien era? ¿De donde venía? ¿Que quería?. Pero el sueño no se lo permitía, este terminaba antes de que él pudiera hablar, y cuando despertaba sentía un dolor en el pecho y unas ganas enormes de llorar. Nadie lo sabe a excepción de su mejor amigo, porque ¿que pensaría Yoongi de que su novio soñara con un chico que no es él? Y su abuelo simplemente le diría que es algo de su imaginación.

Solo podía confiar en Kim Taehyung, su mejor amigo.

—Oye llegaste tarde, dijimos que a las cinco —protestó el chico de cabello castaño ondulado, viendo llegar a toda velocidad en su bicicleta a su mejor amigo.

—Yo lo... —Jimin trago aire para poder hablar—. Lo-Lo siento, tuve que atender la caja hoy —bajo de su bicicleta y dejo en el suelo su bicicleta para luego acercase al castaño—. Solo fueron treinta minutos.

—Claro, ven acá tonto —Taehyung envolvió su brazo en el cuello del rubio de manera fraternal y le alborotó el cabello mientras mostraba su bonita sonrisa cuadrada—. Dime ¿pudiste preguntarle a chico de tus sueños quien era?.

Ambos tomaron asiento al borde del risco donde se encontraban, con un paisaje precioso frente a ellos, en unos segundos el sol comenzaría a ocultarse dando una vista preciosa, que ese par adoraba ver.

—Aún no —resopló Park—. Pero hoy fue Yoongi a verme a la cafetería.

—¿Y? ¿Le contaste sobre tus sueños? —Kim abrió sus ojos un poco de más.

—No, no claro que no, seguramente pensaría mal sobre eso —suspiro—. Hablamos sobre Seúl.

—¿Seúl?.

—Sip Seúl.

Jimin es por completo un chico de campo, no sabía mucho de tecnología y jamás había salido de su mágico Cheli-Taun, pero siempre deseo conocer la famosa Seúl, desde pequeño siempre creyó que algo lo llamaba allá, simplemente sentía que había algo esperándolo en aquella gran ciudad, y estaba dispuesto a investigar qué era.

—Yoongi y yo viajaremos la semana que viene porque él hará la prueba para entrar a la academia de música —menciono.

El cielo se había pintado de un color naranja y el sol ya estaba comenzando a ocultarse.

—Ahh ya veo... —Taehyung asintió mientras miraba el paisaje, pero de repente cayó en cuenta y miró a su amigo sorprendido—. ¿Dijiste viajaremos? ¿Irás a Seúl?.

Y así como Jimin, el sueño de Taehyung también era ir a aquella ciudad, pero lastimosamente por ser hijo de agricultores no tenia los recursos necesarios para ir.

—Si Tae, iré a finalmente a Seúl —el rubio sonrió de oreja a oreja con felicidad. Ambos se fundieron en un fuerte abrazo alegremente—. Aunque el problema es como se lo dire al abuelo.

Se separaron—. No te preocupes te ayudaré a idear algo —contesto su mejor amigo. Ambos soltaron un suspiro mientras miraban el sol caer, y las nubes pintarse de colores rosas y naranjas—. ¿Qué harás con lo de los sueños?.

—Ñe, que se pudran —Jimin se sorprendió y cubrió su boca por la grosería que había dicho—. No le digas a mi abuelo que dije una grosería.

Taehyung se rio con fuerza.

—Relájate, por dios tienes veinte años, puedes decir púdrete, jodete, mierda e incluso mostrar el dedo de en medio.

—Bien, entonces —arrugó su nariz y exclamó—. ¡Mierda! —soltó hacia el horizonte.

—¡Mierda! —Taehyung le siguió.

—¡Mierda!

—¡Mierda!

—¡Mierda!.

—Para, suficiente mierda por hoy —ambos rieron.

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