15. La herida y su cura.
—Jungkook deberías irte, este no es un buen momento —hablo Jimin mirándolo de reojo, aún con miedo, al pelinegro.
Este enseguida frunció el ceño para luego mirar al músico con cierto enojo, pues pudo divisar marcas rojas al rededor del cuello del rubio, una clara señal de un posible abuso físico.
Eso causó que la sangre le hirviera ¿como era posible que ese hombre, además de vender, abusara de su novio? ¿No se supone que debes amar y respetar a tu pareja?, se podía notar que el no tenía idea de esas dos importantes cosas en una relación.
—¿Estás bien Jimin? —le pregunto volviendo a mirarlo—. Porque yo creo que no.
—Estoy bien —respondió Park con cierto fastidio, la situación era difícil y su presencia solo lograba hacerla peor—. Por favor, debes de irte ahora, no te preocupes.
Sus miradas conectaron por un minuto, y fue como si Jimin con la mirada le rogara que se fuera, advirtiéndole al mismo tiempo que de lo contrario sucedería algo muy malo.
Jeon cedió.
—Está bien, yo solo venía a darte esto, es tuyo —le tendió el gran oso de peluche que llevaba en las manos, el rubio lo tomó—. Ve con cuidado ¿si? Puedes llamarme si algo está mal no importa la hora.
—Lárgate ya —bramó Yoongi—. Mi novio no necesita nada de ti, y no necesita tener cuidado, yo lo protegeré.
—Si claro, si esta es tu manera de proteger entonces por supuesto qué necesita de alguien más —dijo y ambos se dedicaron una mirada mortífera—. Hasta luego Jimin.
Finalmente Jungkook se fue no muy tranquilo, pero lo hizo solo por que Jimin se lo pidió. Enseguida Yoongi sujeto del brazo a Jimin metiéndolo nuevamente a la recámara y lazo la puerta cerrándola de un portazo.
La pelea entonces continuó, y ahora con más intensidad.
—¡¿Qué demonios fue eso?! —gritó el pálido, el rubio abrazo con fuerza su oso de peluche temiendo—. ¡Dímelo ya Jimin! ¿Qué diablos tienes con ese idiota? ¿Están saliendo a mis espaldas?.
—¿Qué?.
—¿Lo haz besado? ¡¿Acaso... te entregaste a el?! —los ojos de Min se pusieron rojos.
—¡No, claro que no! —contesto, ocultado solo una pequeña mentira, un beso—. ¡Estás enfermo! ¿Como te atreves a pensar de esa manera de mi?.
—¡Tu te lo haz ganado! —dio unos cuantos pasos hasta acortar sus distancias—. Tú dices que no me reconoces, pero yo tampoco a ti ¿donde quedo ese chico lindo, inocente y casto del que me enamore?.
Jimin frunció el ceño enojado.
—¿Qué estás insinuado Yoongi?.
—¡Qué te haz convertido en una despreciable puta!.
Resonó con fuerza, la bofetada que le propició Jimin a Yoongi dejó una marca roja con la forma de su mano en la piel pálida de su mejilla, logrando voltearle el rostro y también desatar aún más su furia.
—¿Tu acabas de...? —gruño y entonces se abalanzó, no sobre el rubio, sino sobre el oso de peluche que llevaba en las manos—. Dame esa maldita cosa —se lo arranco de las manos al estar Jimin tan aferrado a él.
—¡Yoongi devuélvemelo, por favor! —pidió sintiendo un nudo en la garganta.
—¿Así que esto te importa tanto? ¿Es así? Bueno, entonces yo también pisaré los que te importa como tú lo hiciste menospreciando mi sueño.
A continuación el pálido se dirigió rápidamente a la pequeña cocina, Jimin lo persiguió. Yoongi busco algo en los cajones, y entonces cuando Park vio el cuchillo que su novio traía en la mano sintió una horrible presión el pecho.
—Yoongi ¿qué estás pensando hacer? —preguntó con miedo.
El músico estaba como lunático.
—Estoy cansado de todo esta basura, todo iba tan bien, si acepto qué tal vez la pude haber cagado pero incluso me arrodillé pidiéndote perdón ¡¿acaso eso no es suficiente?! —vociferó.
—Tranquilo, hablemos dejemos de discutir, solo... solo dame mi oso Yoongi ¿quieres?, te lo pido —sus ojos se llenaron de lagrimas repentinamente.
—¡¿Por qué te importa tanto?! ¿Es por que te lo dio ese idiota? ¡El fue el quien destruyó lo nuestro! ¿Por qué debería conservar algo del hombre que nos separó de esta manera? ¡Me niego!.
Y entonces comenzó a acuchillar al oso, desgarrando su tela y automáticamente sacándole todo el relleno, le cortó las extremidades y destruido lo lanzó al suelo para pisarlo y escupirle. Jimin lloro, rogó para que se detuviera pero fue ignorado y torturado por su novio quien no se detuvo hasta ver al oso completamente destruido en el suelo, al igual que su novio.
—¿Por qué haces esto? —el rubio tomó entre sus manos los restos de su oso sin dejar de llorar desconsoladamente—. ¿Por qué me haces daño? Eres un monstruo —le miró con una expresión de total desprecio—. Y para tu información, no fue Jungkook quien destruyó nuestra relación, fuiste tú.
Junto todo lo que pudo quedar del oso, se levantó y se fue a la habitación.
Todo quedó como siempre, incluso peor, los actos sucedidos habían logrando qué tal vez ya no hubiera reparación de los daños, ya no existía la relación que una vez tuvieron pues ya no se reconocían, inclusive se temían uno más que el otro.
Jimin lloro el resto del día con la tela y el relleno de lo que una vez fue un oso en sus manos.
Su corazón estaba roto, se sentía desilusionado, un tanto confundido y también ciertamente enojado, solo quería escapar de ese infierno, no se sentía seguro, le temía a su novio, a quien se supone y debería amar pero luego de lo que había sucedido ese día... no sabía si sería capaz de verlo si quiera de frente.
Muy tarde por la noche se levantó finalmente de la cama, no escucho ruido alguno en la sala, cuando salió ya no estaba Yoongi así que rápidamente se dirigió al teléfono y marcó un número.
¿Hola? ¿Quien es?.
Se escuchó la voz de Jungkook, Jimin le había marcado en busca de confort o como había dicho el de protección, pero por alguna razón se arrepintió y estaba apunto de colgar.
¿Jimin? ¿Jimin eres tú?.
Entonces se puso nuevamente el teléfono en la oreja y contesto.
Hola Jungkook —su voz salió ronca y gangosa por haber llorado.
¿Estás bien? ¿Haz estado llorando, cierto? ¿Qué sucede? Háblame.
Yo... yo tomé una decisión sobre lo del baile.
Dime.
Acepto, me gustaría ir contigo a ese baile —sonrió un poco y comenzó a jugar con el cordón del teléfono nervioso—. Pero no se que ponerme para ese tipo de ocasiones.
No te preocupes por eso. Oye, me preocupas ¿qué pasó? Quiero saber si estas bien, dime si estás bien.
Es... —Jimin tragó saliva al sentir que las lágrimas regresaban—. Es difícil Jungkook, realmente no quiero, no quiero hablar sobre ello —mordió su labio inferior.
Entiendo... dime si puedo ayudarte en algo ¿hay algo?.
Hace frío, quiero una taza de té, con leche.
No puedo servirte el té por teléfono, ¿quieres venir? Hay una recámara de huéspedes, haré que la limpien para ti, solo si así lo quieres tú.
No quiero causarte más problemas.
No lo haces, solo quiero ayudarte, y lo hago con todo gusto ¿no te lo dije? Quiero llegar a conocerte mejor, quiero que... seamos más cercanos Jimin.
El rubio sonrió.
Llevaré una pijama y mi cepillo de dientes.
[...]
—La primavera es muy hermosa ¿no lo crees? Es una de mis estaciones favoritas, los árboles de cerezo son rosas y muy lindos, las calles de Seúl son tranquilas, pero hace bastante frío y aveces suele llover —menciono Jungkook, ambos con una taza de té caliente entre sus manos para lograr calentarlas.
—Me gusta como la describes —Jimin bebió de su té.
Jeon pudo notar sus ojitos hinchados y rojos, señal de que había estado llorando por horas, y las marcas que había visto en la mañana ya se habían tornado moradas. Se sentía triste, triste de como ver un ser tan indefenso y bueno como Jimin sufría tales situaciones y abusos.
Min Yoongi no se merecía a Jimin.
—¿Estás cansado? —le preguntó con una voz suave.
—Un poco, si. El té es muy tranquilizante —sonrió pequeñamente.
—Me alegro, espero duermas tranquílame esta noche, mañana podemos ir a escoger algo para que uses en el baile ¿quieres?.
—No no, no dejare que me compres ropa de ninguna manera, yo traje no es necesario.
—¿Acaso tienes rompa de gala en tu maleta? —enarcó una ceja con una sonrisa, el rubio pareció confundido, Jungkook sonrió con cierta ternura—. Lo sabía, no te preocupes no es nada, es para que puedas verte bien pero incluso en un saco de papas te verías hermoso.
Lo miró directamente a los ojos, Jimin abrió los suyos un poco de más y se ruborizó con el repentino halago, luego suavemente Jungkook tocó su mano haciendo que su piel se erizara.
—Debes ir a dormir, vamos te llevaré a tu habitación —se levantó, pero Park lo detuvo sosteniendo su mano, luego se levantó quedando muy cerca—. ¿Qué pasa?.
—Quiero agradecerte por todo, eres alguien muy amable y atento, en esta ciudad me siento perdido pero tú siempre se estás allí rescatándome aunque no me conozcas del todo —le brindo una sonrisa cálida.
—No me agradezcas nada, tu eres también una persona hermosa y completamente encantadora, desde que te conocí sentí un flechazo hacia ti —confesó sorprendiendo al contrario—. Quiero ser más cercano a ti, pero no de una forma amistosa.
—Pero Jungkook nosotros...
—Ya lo se, no nos conocemos lo suficientemente pero, bueno, no sé si esto suene raro pero...
—Siento como si ya te conociera —ambos dijeron al unísono y se miraron sorprendidos.
—Yo-Yo también siento lo mismo, es algo muy extraño, pero no sé si es porque me trasmites confianza o por... algo más profundo.
—Quiero llegar a conocerte mejor, porque tú... —suspiro tranquilizando su respiración—. Tú me atraes mucho, y quiero que nos demos el tiempo para seguir conociéndonos hasta que sintamos la suficiente confianza para...
—¿Y Yoongi? E-El es mi novio aún —objeto Park.
—Dime algo Jimin —relamió sus labios—. ¿Tu lo amas aún?.
—No me preguntes eso ahora, estoy confundido y no se que pensar —contesto desviando la mirada.
—¿Eso significa que también te confunde lo que acabo de confesarte? ¿Que me siento atraído a ti?, mírame —tomó su mentón con sus dedos y alzo su rostro para que lo volviera a mirar—. No quiero obligarte a nada, tampoco espero nada, así que no debes sentirte confundido por eso.
—No lo estoy —lo miro a los ojos—. Con eso no, por que también quiero conocerte y yo... en realidad yo... —aclaró su garganta—. Yo aún sigo pensando en el beso que nos dimos.
—Pensé que era el único —inquirió—. No puedo dejar de pensar en cómo me permitiste besar tus labios, ¿tu que sientes al respecto? ¿Te sientes culpable?.
—En cierta parte —dijo.
—¿Por tu novio? —preguntó, el rubio asintió—. ¿Y la otra parte?.
—Me gusto —espeto sin más.
—¿Volverías hacerlo?.
Su contacto visual se hizo más profundo de repente.
—¿Tu volverías hacerlo?.
—Yo estaría encantado.
—¿Entonces por que aún no lo has hecho?.
—¿Puedo?.
—No debes pedir siempre per... —Jimin fue callado por los labios de Jungkook sobre los suyos.
Se besaron con suavidad y dulzura, de manera tranquila y un poco apasionada al colocar Jeon sus manos en la cintura del rubio, y este enrollando sus brazos en el cuello del azabache, pegaron sus cuerpos y enseguida sintieron calidez en sus corazones.
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