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14. Miedo.

—Jimin perdóname por favor —lo primero que hizo Yoongi fue ponerse de rodillas e implorar por su perdón—. Fui un completo idiota, no debí hacerlo, no sabes cuanto me arrepiento, haré lo que tú me pidas pero te lo pido... no me dejes.

Jimin lo miró con un rostro inexpresivo, aunque dentro de él su corazón se encogía y retenía con fuerza las ganas de llorar, y también de insultaron con todas sus fuerzas, pero no se rebajaría a ese nivel.

—Levántate, no hagamos esto aquí, hablemos adentro. —replicó y entró a la habitación.

Yoongi se levantó y también entro cerrando la puerta, muy nervioso por lo que pasaría, la expresión que le mostró Jimin lo asusto de verdad, podía comprender su enojo pero realmente no quería perderlo.

—Jimin yo...

—¡Cállate! —vociferó el rubio lo miró con seriedad y frialdad. El nunca se mostró así, siempre fue un chico realmente dulce y alegre, y eso era lo que más lo asustaba, conocer un lado de Jimin al que temía—. Incluso en este momento sigues comportándote egoísta, no te reconozco Yoongi ¡dime quien eres en realidad!.

—Soy la misma persona que conoces, soy la persona a quien amas, soy la persona que te ama Jimin —el pálido intento tomar su mano pero Park la jalo bruscamente.

—¿Qué me ama dices? —frunció el ceño—. ¿Cuanto es tu amor cuando me vendes por un puesto en una academia? Anda quiero escucharte ¿realmente me amas? Porque yo no lo creo, el amor no solo conlleva a besarme, abrazarme o querer tener relaciones, sino cuidar sanamente de tu pareja, a quien se supone que amas.

Yoongi se quedó sin que responder, simplemente bajo la cabeza.

—¿Cuando te volviste tan egoísta? ¿Tan avaricioso? ¿Tan mentiroso Yoongi? —sus ojos picaron y se formó un nudo en su garganta—. Ya no eres el mismo chico soñador del que me enamore —una lagrima escurrió por la mejilla del rubio—. Ahora solo piensas en ti y sabia que esto iba a pasar.

—¿Qué? —subió la mirada con el ceño fruncido.

—Sabía que ibas a preferir tu música antes que a mi, y puedo comprenderlo es tu sueño, pero... nunca pensé que para lograrlo debía ser acosta de venderme a mi —limpio la lágrima y mostró fortaleza—. ¡¿Sabes como me hiciste sentir?! ¡Me hiciste sentir pequeño, insignificante, que verdaderamente no me amas!.

—No, no es así... yo realmente te amo, eres el amor de mi vida, eres la persona más importante que tengo, créeme amor, te amo como a nada en este mundo —contesto con un hueco en el estómago, mirándolo directamente a los ojos—. Seré alguien mejor por ti.

—¿Estás seguro?... porque después de lo que sucedió hoy... la verdad no se si creerte Yoongi.

—No digas eso, me lastimas.

—¿Así? ¿Quien lastimó primero a quien? —soltó un prologando suspiro continuando con la retención de sus lágrimas—. Quiero que me dejes solo, en este momento no quiero verte, quiero pensar bien las cosas —dijo y entonces camino, pero Min lo detuvo sujetando su mano.

—¡Jimin! —se miraron—. ¿Qué es lo que vas a pensar? ¿Me abandonaras? ¡Dímelo ahora joder! ¡Dime si me dejarás! —sus ojos se nublaron por las lágrimas.

—¡No lo se! —jaló su mano y bufó—. Por eso necesito que te alejes de mi, déjame pensarlo en mi soledad, ahora lo último que quiero es seguir viendo tu rostro.

—Pero amor... tú... ¿acaso dejaste de amarme? —afligido preguntó como mucho miedo a lo que respondería.

Y el silencio que guardo fue mucho peor, sus ojos no le decía nada tampoco, era como si hubieran perdido aquella conexión que compartían.

—Está conversación se terminó —contesto con firmeza y entonces se retiró a su habitación en silencio, dejando a su novio con un nudo en la garganta y unas cuantas lagrimas derramado por sus mejillas.

Jimin cerró la puerta y finalmente pudo soltarse a llorar, sentía un horrible dolor en pecho, en su corazón, en sus sentimientos... era horrible ver como la hermosa relación que había mantenido durante un año se estaba derrumbado con solo un par de días, le dolía darse cuenta que realmente no conoce a la persona que ama, y también sentía culpa por haberse besado con ese hombre a quien lleva conociendo por dos días.

Le había sido infiel a su novio porque... aparte de haberlo besando, le gusto y continuo pensando en ese momento, en lo ameno que fue abrazarlo, en lo bien que se sintió besarlo. También, algo le llamaba la atención de aquel pintor, desde que lo vio por primera vez sintió algo extraño pues cuando miró sus grandes ojos oscuro e incluso cuando pudo percibir su olor se sentía familiar, como si ya lo conociera de alguna forma. Nunca lo había visto, a menos no fuera de los sueños, y aún esos sueños siguen siendo un misterio que quiere solucionar.

Aunque por el momento debía decidir si continuar con la relación que se ha convertido incierta con Yoongi, o volver a su pueblo y dejarlo cumplir su sueños sin el.

La mañana fue bastante incómoda, aún Jimin se negaba a dirigirle la palabra o si quiera mirarlo, y mientras tanto Yoongi lo busca con intenciones de obtener su perdón y recuperar su amor, si es que aún había. Desayunaron separados, había un silencio ensordecedor en el lugar y aún era extraño ver a Jimin tan serio y tan frío ya que siempre fue alguien muy alegre, amable y sobre todo dulce, te brindaba una sonrisa y su voz era angelical, realmente se arrepentían por haber despertado este lado oscuro de el.

—Jimin ¿podemos seguir hablando? —habló el pálido acercándose con lentitud hacia el rubio quien simplemente se dedicó a continuar comiendo su desayuno lo cual consistía en un sándwich con jugo de naranja—. No me gusta este ambiente, me siento mal, quiero que estemos como antes, quiero poderte abrazar de nuevo, quiero que me hables y me mires —se acercó más hasta posicionarse a su lado—. Quiero que me sonrías, quiero que... me beses —intento tocar su mano.

—¡Por dios! —Jimin azoto sus puños contra la mesa haciendo un estruendo—. Maldición ni siquiera puedo desayunar tranquilo —bufo—. Por lo qué veo tendré que irme para sentirme tranquilo. —se levanto dispuesto a irse pero Min lo detuvo.

—¡No! No te vayas —tomó su brazo y le miró con un rostro afligido—. Basta con esto, solo me torturas, dime de una vez ¿cuáles son tus sentimientos? ¿qué es lo que piensas?.

—¡Para Min Yoongi! —jaló su brazo bruscamente y habla con la voz agitada—. Ayer fui muy claro con lo que quería, dame espacio, con esto solo estás logrando... ¡me asfixias!.

Yoongi estaba roto luego de todas su palabras, creía que podría apaciguar las aguas pero se equivocó totalmente y al no obtener el triunfo que esperaba se desesperó y enojo por ello.

—¡Pues estoy harto! —objeto—. ¡Dime de una maldita ves si me dejarás!, ¿eso es lo que quieres? ¡Anda hazlo! No puedo soportar que actúes de esta manera, jamás lo habías hecho, antes no eras...

—¡Tu lo haz dicho, antes de que me vendieras yo era diferente! —continuó Jimin—. ¿No ves la gravedad de todo esto? Tú quieres que las cosas se soluciones y vuelvan hacer como antes fácilmente pero estás equivocado, me heriste, me rompiste y cuando rompes algo e intentas reconstruirlo de nuevo obviamente no queda igual.

—Tu... —gruñó y apretó su puño con fuerza—. ¿Acaso me engañaste? Fue con ese maldito pintor ¿cierto?.

El rubio guardó silencio y pensó por un segundo fugazmente en el beso que se había dado con Jungkook.

—Lo sabia.

—¡Tu no sabes nada! ¡Solo cierra la boca de una vez y déjame solo! —vociferó con cierta desesperación.

—¿Solo para que? ¿Para que me seas infiel con ese creído pintor de quinta? —le miró de una manera terrorífica, Park tembló, Yoongi se acercó y lo tomó del cuello sin mucha fuerza.

—Yoongi suéltame por favor, no hagas esto, solo lograrás que...

—¿Qué que? Aún haga lo que haga me terminaras dejando, te creí tan puro pero al parecer yo no fui el único que cambio en este viaje, ambos estamos viendo partes que no conocíamos del otro —ejerció más fuerza en su mano, Jimin sujeto está intentado quitarla.

—Ya basta, déjame ir por favor —sus ojos se llenaron de lágrimas lleno de miedo.

—Lo último que creí que fueras era una sucia y repugnante prosti- —sus palabras fueron interrumpidas al escuchar que tocaron la puerta de la habitación—. ¿Hay alguien allí?.

Espero, aún no soltaba a Jimin del cuello lo tenía bien sujetado, segundos después contesto una voz reconocida... la voz de Jeon Jungkook.

—¡Hola! ¿Aquí es la habitación de Min Yoongi y Park Jimin?.

Yoongi soltó del cuello a su novio y lo lazo al suelo.

—Quédate aquí y cuidado con ir a llorarle —le amenazo y entonces atendió la puerta, el rostro del pintor se mostró resplandeciente al abrir la puerta, y notó que entre sus manos traía un gran oso de peluche—. Hola ¿se te ofrece algo?.

—Oh eres tú Min —hizo una mueca de lado Jungkook.

—Si, soy yo, Jeon —contesto el pálido fríamente—. ¿A quien más esperabas?.

—A Jimin ¿está?.

—No ahora no.

—Ajá —observó bien al músico, analizó todo en el y encontró su respiración agitada y las venas de su cuello expuestas, rasgos de aparente fuerte discusión—. No te creo, déjame verlo.

—¿Qué te deje verlo? ¿Que insinúas? ¿Que lo tengo preso?.

—Mmh tal vez —encogió los hombros.

Min río entre dientes y luego le lanzó una mirada asesina a Jungkook.

—Ya vete quieres, suficiente daño haz hecho ya a mi relación ¿qué más buscas? —se acercó a el buscando seguramente otra pelea—. Entiéndelo idiota, Jimin es mi novio y jamás saldrá contigo, jamás me dejara por un hombre que acaba de conocer hace dos días.

—¿Qué insinúas? ¿Que quiero robármelo? —enarcó una ceja.

—Así es, así que te quiero fuera de nuestras vidas.

—Lo siendo Min, pero nunca voy a entrar por una puerta que está cerrada ¿estás seguro que aquella puerta a la que le tienes tanta confianza está completamente cerrada? Aquí la burla eres tú, amigo —sonrió.

—No me llames amigo hijo de perra ¡¿qué diablos buscas, maldición?! —lo empujó con fuerza, el pintor intentó controlar sus instintos de golpearlo—. ¡No te creas demasiado solo por ser famoso! ¡Eres un jodido mediocre! ¡Tu arte se ira a la mierda igual que tú en un tiempo!.

Y cuando Yoongi estaba apunto de lanzar el primer golpe una voz los detuvo detrás de él, era la voz de Jimin quien sabias que tenía cierto poder aún en el.

—¡Yoongi basta! —le dijo, se acercó hasta ellos  y se colocó en medio—. No lo lastimes —pidió y ante esto el pálido se sorprendió—. Porque si lo haces en este mismo momento terminamos y me largo de regreso al pueblo.

Min se asustó, quedó sorprendido tal vez por la firmeza en sus palabras o por la manera en que defendía a quien era casi un desconocido.

O tal vez no.

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