13. Sentimientos.
La culpabilidad lo estaba carcomiendo.
Yoongi se repetía múltiples veces en su cabeza que era un completo imbecil, un desleal, un mentiroso ¿como pudo haber sido capaz dar a su novio a cambio de un puesto en una academia de música? El mismo podía trabajar duro para ganarse ese puesto, pero lamentablemente prefirió irse por el camino fácil, fue consumido y cegado por la avaricia y por su ego.
No podía rebobinar el tiempo, tampoco podía regresar y simplemente terminar con todo, no sería capaz de ver a los ojos a Jimin, le aterraba volver a verlo, no sabía qué tipo de actitud tomaría, pero aceptaría cualquiera, inclusive si... decidida dejarlo lo comprendería, después de todo cada acto tiene sus consecuencias y cada acción lleva a una reacción.
Ya no había vuelta atrás, ahora se encontraba esperando el llamado de la secretaria del director de la academia para atender su cita, ¿estaba nervioso? Claro, ¿se arrepentiría? Tal vez.
—¿Min Yoongi? —la voz de la mujer lo sacó de sus pensamientos, este le miró con los ojos bien abiertos al tiempo que se levantaba de golpe—. El profesor lo espera en su oficina, por favor, venga conmigo.
—Cla-Claro —tragó saliva y comenzó a caminar detrás de la mujer.
En dirección hacia la oficina del susodicho fue como dar un pequeño recorrido a las instalaciones. Había enormes salones, algunos con paredes de cristal, donde se podían ver alumnos trabajando con instrumentos o con su voz, y otros con paredes normales suponiendo que eran aprueba de sonido, se escuchaba música por doquier, todo el mundo allí tenía talento y fue bastante intimidante.
Finalmente una sonrisa apareció en su rostro ¿realmente lo había logrado? ¿Podría tener la oportunidad de ser uno de ellos? Aunque... ¿acosta de que? ¿De vender a la persona que según él ama? El pensamiento lo seguirá atormentando.
—Es aquí, pase —la dama abrió la puerta dándole paso para que entrara, el chico de piel pálida hizo una corta reverencia y entonces se adentró al lugar, con las manos sudadas y el pulso agitado, miedoso.
—Min Yoongi ¿cierto? —la voz ronca de un hombre llamó su atención, este estaba parado a lado de la ventana, le miró con una sonrisa manteniendo las manos en su espalda.
—Señor —rápidamente se inclinó reverenciando—. Soy Min Yoongi es un verdadero placer.
El hombre río entre dientes y se acercó al joven músico.
—Tranquilo chico, no muerdo —dio unos cuantos pasos hasta el—. Jungkook es alguien bastante importante para mi, lo conocí cuando era muy joven y entró en este mundo del arte, fui a muchas de su exhibiciones y me asombraba su talento como pintor, también posee una voz hermosa, lástima que es tímido en realidad.
Yoongi lo miró.
—Y es por el que hoy estás aquí, él te recomendó especialmente, me dijo que "tienes talento" —entorno sus ojos haciendo comillas con los dedos—. A mi me encanta el talento, así que espero y realmente lo tengas. —sonrió, Yoongi trago saliva nervioso—. ¿Qué instrumento tocas?.
—E-El piano señor —contesto.
—Bien, muéstrame algo entonces, es todo tuyo —apunto con su mano el piano de cola que se encontraba a un extremo de ellos, el hombre tomó asiento en la silla de su escritorio.
—¿Ahora? —Yoongi se sorprendió y asustó.
—Pues claro ¿si no como pensabas que ibas a audicionar para mi? Anda, toca algo para mi lo que más te guste —sonrío y coloco suma atención.
—Si, por supuesto.
Yoongi se sentó en el bancó frente a las teclas del piano, pasó su dedos por la madera oscura de este y levemente también por las teclas, sintiéndolo, conectándose, ya que un músico siempre debe estar conectado con su instrumento, de lo contrario será un completo desastre. Entonces, comenzó a controlar sus sentidos, tranquilizó su respiración, se deshizo poco a poco del nerviosismo, pensó en una balada, dejó los dedos sobre las teclas, dio un ligero suspiro y dio comienzo.
El sonido suave y un poco agudo inundó la sala, era una balada tranquila con un toque de melancolía y emoción, el profesor reconocí al instante la balada sabiendo muy bien que lo que tocaba era "Ala de Joep Beving". Además de escuchar, también observó al individuo y noto que sentía la música, que expresaba los sentimientos de la balada, que trasmitía corporalmente los mismos.
Tocó la pieza sin ningún error, sin dudas el chico era bastante bueno, pero debía seguir probándolo, así que de repente el hombre lo detuvo.
—¡Basta! Ahora tócame algo de Blues —le pidió, el chico acato y toco lo que se le pidió de inmediato—. Tango —ordenó, el lo hizo—. Rock and Roll —nuevamente y sin ningún problema paso a otro estilo—. Pop —acató sin chistar—. Orquestal —y nuevamente lo hizo a la perfección, el hombre paró y el chico terminó agitado y con los dedos un poco adoloridos, cambios tan repentinos y con diferentes tipos de estilos cada uno con su tipo de armonía era difícil.
El hombre sonrió y se acercó a él.
—Debo aceptar que Jungkook estaba en lo cierto, tienes cierto talento, que por supuesto debemos pulir y preparar. Tengo una última prueba para ti antes de entrar a la academia, todos mis estudiantes han pasado por ella.
—¿Sus estudiantes?.
—Si, mis estudiantes, todos aquellos que llegaba sorprenderme y que me empujan a darles personalmente mi guía, son algo así como la élite de la academia —explico, Yoongi no podía creerlo—. Tú eres uno de ellos, te lo ganaste, aprovéchalo muy pocos logran sorprenderme como tú —le palmeo el hombre gentilmente.
—¿Cual es la prueba señor? —preguntó nervioso.
—¿Haz tocado para un público que no sean tus amigos o familia? —el chico ladeó la cabeza negando—. Perfecto, esa será tu prueba entonces, tocar para un público. Habrá un pequeño "baile" y vendrán todo tipo de artistas, músicos, bailarines, cantantes, actores, pintores etcétera, y tu junto a una orquesta tocaras para ellos ¿estás listo?.
—Pero señor yo...
—Está hecho, haz tu prueba correctamente y estarás dentro ¿bien?, ya puedes retirarte, no te olvides de practicar, adiós joven Min Yoongi —le sonrío por última vez y luego le indico la salida.
Yoongi aún estaba analizando lo que acaba de suceder y lo que sucedería, ahora debía dar un concierto para múltiples personas importantes de la farándula como prueba para entrar a la academia de música de sus sueños y el profesor que siempre deseo tener lo estaría observando.
Debía trabajar muy duro, esta vez debía dar lo mejor de sí.
Pero... aún seguía pensando en Jimin, en lo que le había hecho, aún seguía pensando que era un ser humano despreciable, pero estaba dispuesto a arreglarlo y hacer lo que fuera para recuperar a su amado, porque gracias a él está alcanzando sus sueños y es la única persona que siempre lo apoyó y estuvo allí cuando lo necesitaba, incluso ahora con aquel acto tan bajo.
El día terminaría pronto, solo esperaba que los sentimientos que Jimin tiene por el no cambiaran, no quería perderlo, también se esforzaría para que no se fuera de su lado.
El silencio dentro del auto en el transcurso del viaje hacia el hotel donde se hospedaba Jimin era incómodo y ensordecedor ya que luego del repentino beso, ambos se encontraban sumamente avergonzados, no eran capaces de hablarse o si quiera mirarse, pues aquel corto contacto entre sus labios los llevó a construir sentimientos raros e inciertos.
Raros porque la sensación que sintieron fue bastante extraña, e inciertos porque aún no estaban completamente seguros de que sentir el uno por el otro, era muy pronto, demasiado para desarrollar sentimientos románticos, podrían ser incluso sexuales, pero no románticos, ni siquiera se conocen ¿como podía suceder tan rápido?.
Solo dos personas que llevan un tiempo de conocerse personalmente podrían comenzar a tener sentimientos románticos reales, ellos no llevan ni dos días... ¿o es que acaso ya se conocían? Y no solo en los sueños.
—Habrá un baile —rompió el hielo Jeon sin quitar la mirada del camino—. Me invitaron y puedo llevar un acompañante, me preguntaba si querías ir conmigo —dijo y casi tartamudeo por el nerviosismo—. Es la próxima semana.
—Yo... bueno, no lo se —contesto sin mirarlo aún, observando todo por su ventana—. La ciudad es preciosa, amo aquí pero... —suspiro con pesadez—. Lo que sucedió con Yoongi...
—No te vayas por el —agregó Jungkook rápidamente—. Por favor no lo hagas, si la ciudad tanto te gusta no debes dejarla por algo así.
—Lo que me hizo me hirió mucho, ni siquiera sé si quiero regresar al hotel y verlo.
—¿Quieres que te lleve a otro hotel? No te preocupes puedo pagarlo yo, o ¿quieres... volver a mi casa? —aclaró su garganta, paró en un alto y entonces lo miró—. Solo no quiero que te vayas tan rápido, me gustaría seguir conociéndote Jimin.
El rubio también volteó a verlo y entonces contuvieron contacto visual.
—A mi... también me gustaría, siento mucha curiosidad. —mordió su labio inferior nervioso—... pero... bueno yo... no debería, tengo un novio...
—Un novio que te engaño y vendió, tu mismo acabas de decir que...
—Se lo que dije, pero creo que podemos resolverlo, Yoongi puede explicarme las cosas, y está bien no me iré, intentaré arreglar todo con el, así que por favor llévame a mi hotel —pidió.
El semáforo se puso en verde y volvieron arrancar.
—Está bien. ¿Puedes pensar al menos lo del baile? Yo realmente quiero seguir conociéndote más afondo, tú también me causas mucha curiosidad. —confesó con las mejillas calientes.
—Lo pensaré, pero no estoy muy seguro. —contesto Jimin jugando con sus dedos.
Luego de unos cuantos minutos aún en silencio llegaron al hotel, Jungkook se aparcó fuera de la puerta y apagó el auto.
—Gracias por tráeme —dijo Jimin—. Te agradezco todo, de verdad —lo miro a los ojos y le brindo una sonrisa—. Te prometo que consideraré lo del baile, porque suena suena divertido y jamás he ido a uno.
—Te gustará —Jungkook también sonrió, levanto lentamente su mano y rozo delicadamente sus dedos por la cara del rubio—. Espero que digas que si.
La piel de Jimin se puso de gallina y sus cachetes ardieron.
—Debería irme ahora —se alejó, abrió la puerta y salió del auto—. Adiós Jungkook.
—Hasta luego Jimin.
El susodicho cerró la puerta y camino hacia la puerta de su hotel, pero antes de entrar se detuvo en el marco mirando hacia atrás al auto del pintor, su cuerpo vibró, por alguna razón quería regresar con el ¿pero por qué? ¿Por qué siente eso? Era algo inexplicable y extraño, así que lo olvido y entró a la edificación.
Tomó el elevador, presionó el botón con el número de su piso, las puertas se cerraron, su corazón se comprimía en su pecho y se ponía cada vez más nervioso a medida que el elevador subía, no sabía que pasaría cuando viera de nuevo a Yoongi.
Cuando finalmente las puertas se abrieron, Jimin salió del elevador, camino hacia la puerta de su habitación, no tenía la tarjeta para entrar entonces... tomó aire y luego lo exhaló, tomó un momento para pensarlo ¿estaba listo para afrontar lo que viniera?, no lo sabía, pero debía ser fuerte así que tocó la puerta, espero unos segundos y entonces esta se abrió mostrando el rostro de su novio.
—Jimin —habló Min.
—Hola Yoongi.
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