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oo.

Octubre- tres meses después de la batalla en Starcourt


-¡Turn around! Look at what you see...

-In her face... The mirror of your dreams...

-Rhymes that keep their secrets. Will unfold behind the clouds...

Lucas, Max y Kate se encontraban sentados en el piso de la casa de los Byers, empacando algunas cosas, mientras molestaban a Dustin mientras cantaban la canción que él chico había protagonizado con su novia hace unos tres meses atrás. Henderson los miraba con seriedad a unos metros de ellos.

-Espera, ¿cantamos bien esa parte? ¿Es "unfold behind the clouds" -le preguntó la pelirroja a su amigo, en forma de burla.

-Si, pero la están masacrado. ¿Podrían parar? -consultó serio.

-Entonces canta con nosotros, Pastelito -dijo Lucas gracioso.

-Si, anda pastelito -siguió la chica Buckley.

-Son tan graciosos que deberían ir al show de Carson -dijo con sarcasmo el de rulos.

-¿Podemos oír tu versión? -cuestiono Max.

-No.

-Por favooorr -insistió ahora Kate.

-¡No! De ninguna manera -corto Dustin. -Es única y exclusivamente para los oídos de Suzie.

Los tres primeros se miraron antes de seguir cantando "Never Ending Story" solo para burlarse un poco más. Aún que les parecía súper tierno lo que habían hecho Suzie y su novio, pero nunca lo dirían.

Unas pocas horas después todo estaban afuera despidiéndose de los Byers, quienes se irían a otro estado por seguridad de Once y comodidad de la matriarca de la familia.

Buckley abrazo a Will, mientras las lágrimas caían por las mejillas de ambos, era la primera vez que se separarían. De ser amigos de toda la vida, de vivir solo a unas cuantas calles. Ahora miles de kilómetros los separarían.

-Prométeme que llamaras.

-Siempre -prometió él mientras intentaba sonreír.

Abrazo a Joyce mientras ella besaba su cabeza, para la señora Byers, Kate fue la hija que no pudo tener, junto a Once, eran sus niñas. Las amaba mucho y le dolía tener que dejar a la niña Buckley.

-Cuídate, cariño -dijo mirándola con ojos vidriosos.

-Hare lo que pueda -soltó una pequeña risa mientras levantaba sus hombros y le daba un último abrazo.

Luego de abrazar a Jonathan y que él le dijera unas pequeñas palabras de como tenía que tener cuidado con los chicos, aún que él siempre supo que nunca le gustaron realmente, abrazo a Once y se paró junto a Max. Mientras la pelirroja abrazaba su brazo y apoyaba su cabeza en su hombro, miró el camión y el auto partir. Llevándose a su mejor amigo en el.

Unos minutos después de que la familia partiera, vio el auto de Steve acercarse junto a su hermana en el. Harrington estacionó al frente de ellos, descendió del auto para saludar a los niños mientras esperaba a que la pelirroja y castaña subieran al auto y así poder llevarlas a la casa de la última.

Las chicas subieron, cada una al lado de la ventanilla, miraban el paisaje que pasaba frente a ellas. Pensando en sus cabezas que pasaría, con todo con exactitud.

Después de dejar a las hermanas Buckley y a Mayfield en la casa de las primera, Steve partió a hacer sus cosas. Las chicas avanzaron en silencio hasta entrar al humilde pero cálido hogar de las hermanas. Sus padres no se encontraban en casa en ese momento, así que solo estaban ellas tres.

-Bueno, chicas -comenzó a hablar Robin, mientras se giraba para mirarlas. -Hare algo para comer, ¿quieren algo?

Max solo negó con la cabeza mientras que su hermana le decía: -No, gracias Rob. Estaremos en mi habitación -le avisó, antes de tomar la mano de la chica a su lado y dirigirse hacia allí.

-¡No hagas nada que yo no haría!

-¡Robin!

Al llegar a la habitación de Katerina, ella cerró la puerta cuando ambas ya se encontraban dentro y se dirigió a su cama, con Max detrás de ella en el proceso. Ninguna dijo nada al principio, solo se podía escuchar sus respiraciones. Pero si sus pensamientos se escucharán, sería un caos total.

"Crazy Little Thing Called Love" de Queen se reproducía en ese momento desde una pequeña radio que tenía la chica en su habitación.

Max levantó la vista para ver a la chica frente a ella, observo sus pecas, sus labios carnosos, luego miró su cabello, como esas pequeñas ondas la hacían ver tan hermosa "¿Qué me estás haciendo, Buckley?" pensó ella.

Kate, al sentir una mirada, miró a la pelirroja y preguntó insegura: -¿Quieres...? ¿Quieres hablar de lo que pasó? Hace un mes.

-Si, si -contesto un poco sorprendida por como sonó su voz al contestarle. No quería parecer desesperada.

-Lo siento.

-¿Por qué? -pregunto confundida Max.

-Por... besarte -dijo insegura. -Digo, no lo lamento. Pero... creo que debería hacerlo, pues no te pregunté antes y a mí me molestaría demasiado si no -comenzó a balbucear nerviosa.

-¡Kate! -la freno la pelirroja. -Esta bien, no tienes que disculparte -aclaró con una sonrisa tímida, mientras tomaba la mano de la chica Buckley.

-¿Está bien?

-Si, porque también quería besarte -confeso con una pequeño sonrojo.

Katerina sintió como si el tiempo se parar al escuchar esas palabras salir de su boca. Sus labios estaba entreabiertos, un pequeño suspiro salió de ellos. Dirigió la mirada a sus manos entrelazadas sobre su cama para luego mirar a la pelirroja frente a ella.

Mientras comenzaba a sonreír con picardía, preguntó: -¿Y te molestaría si te beso otra vez?

Mayfield habrío un poco los ojos, sorprendida, y luego negó lentamente: -Por supuesto que no.

Aceptando la afirmación de ella, Kate comenzó a acercarse hasta que sus respiraciones lograron mezclarse, podía admirar bien sus ojos azules, junto a esas pequeñas pecas que decoraban su rostro. Levantó con lentitud su mano libre para colocarla en la mejilla de la pelirroja, ella se inclinó ante su suave tacto.

Ambas estaban nerviosas mientras se miraban con un poco de deseo e intensidad. Un poco impaciente, Max terminó la distancia entre sus bocas y beso sus labios con lentitud y se separó.

Abrieron sus ojos para sonreírse y que está vez Katerina besara los suaves labios de la chica que le gustaba. Comenzando un beso un poco caluroso, Max se inclinó hacia atrás, llevando a Buckley junto a ella, en la cama.

Kate se sentó a horcadas, mientras que la otra acariciaba su cintura por debajo de su blusa. Soltando un pequeño suspiró, se separó de ella y la miró a los ojos: -Sabes, me gustas Max y mucho. Y de seguro ya te habías dado cuenta porque soy muy obvia. Pero...

-Pero... -la ánimo a seguir.

-¿Quisieras ser mi novia? -pregunto con temor, pero no lo demostró.

La pelirroja la beso de nuevo mientras hacia que sus cuerpos girasen y ahora ella terminara arriba de Kate. Asintió con la cabeza: -Si, si quiero ser tu novia, Kate.
Sintiendo como cada parte de sus células se llenaban de felicidad se volvieron a besar, deseando que todo estuviera así de bien, siempre.

Pero sabemos que eso no pasará.


Febrero- cuatro meses después.


Las relación entre Maxine Mayfield y Katerina Buckley era la mejor de todas, si la hicieran publica todos desearían tener algo como ellas, pero eso solo sucedió por cuatro meses y medio. Hace dos semanas atrás las cosas habían empezado a desmoronarse.

Max había comenzado a desmoronarse.

Intento ayudarla pero sin asfixiarla con su presencia o preguntas, quería que su novia se sintiera bien estando con ella y no como cuando salían a caminar y recibían miradas de pena, por la muerte de Billy.

Hace solo tres semanas atrás Kate pasaba por Max junto a Steve y Robin, quienes eran los únicos que sabían de su relación, sin contar a Mike, Dustin y Lucas. Los dos mayores dejaban a las chicas en la secundaria de Hawkins para ellos después dirigiese a su nuevo trabajo.

Almorzaban juntas en la azotea de la escuela, era el único lugar en el que podían besarse y acariciarse sin que nadie sospechara nada.

Algunas noches Max solía ir a la casa de ella y veían películas hasta tarde, dormían abrazadas o subían al techo y miraban las estrellas, compartiendo silencios cómodos.

Pero ahora, Max empezó a tomar el autobús escolar, solo a veces almorzaba con Kate y ya no existían las noches de películas o dormir abrazadas. Solían mirar las estrellas, pero no juntas, cada una desde sus hogares las admiraban y deseaban volver el tiempo. Parecían dos extrañas de no ser porque aún había una chispa de emoción entre ellas. No todo se había derrumbado. O eso pensó Kate hasta esa tarde.

-¡Katty! -escucho el grito de su hermana desde la cocina.

-¿Qué? -le devolvió el grito, mientras caminaba hasta su puerta de su habitación y la abría.

-¡Max está aquí!

Katerina abrió los ojos sorprendida de lo que escuchó y solo para confirmar de que no estaba escuchando mal, preguntó de nuevo: -¡¿Qué?!

-¿Acaso estás sorda? -consulto sarcástica Robin, mientras subía con rapidez las escaleras hacia su hermana menor y comenzaba a susurrar: -Dije que tu novia está aquí. Entonces, ¿Podrías bajar a recibirla?

Antes de que terminara de hablar, Kate ya se encontraba abajando las escales rápidamente, al entrar a su sala de estar, paró en seco al ver a la pelirroja sentada en su sillón. Max, al ver que su novia se encontraba a solo unos pasos de distancia, se levantó del sillón y la saludó con un poco de incomodidad.

-Max -soltó un suspiro, hacia tiempo que no la veía por su casa.

-Hey, Kat -saludo de regresó. -¿Crees que podamos hablar? En privado. -terminó de aclarar al ver a la hermana de la castaña desde la cocina, mirándolas con poco disimulo.

Kate solo asintió y comenzó a caminar de vuelta a su habitación, con Max detrás de ella. Cerró la puerta y se camino hacia su pequeño escritorio y se apoyo en el para mirarla después.

-¿De qué quieres hablar? -la miró inquisivamente, mientras inclinaba ligeramente su cabeza hacia un lado.

Maxine se aclaró la garganta y camino hasta ella, tomó su mano y las guío hacia una especia de sillón justo debajo de la ventana.

Kate la miró con una sonrisa, mientras que Max solo la esquivó. La sonrisa de la primera decayó un poco al ver cómo su novia se encontraba.

-Kate...

-¿Si? -inquirió, mientras jugaba con sus dedos, dándose pequeños pellizcos de vez en cuando, demostrando que estaba nerviosa.

La pelirroja, al ver las manos de la chica que creía que era el amor de su vida, tomo sus suaves manos y las atrajo a su regazo acariciándola con cariño.

-Últimamente estuve pensado -comenzó con su voz un poco nerviosa. -Tu necesitas a alguien mejor. Alguien que pueda aprovechar esa luz que hay dentro de ti.

-Max... -dijo con voz temblorosa. Mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse al saber para donde se dirigía la conversación.

-Pero no soy esa persona. Y nunca lo seré. -siguió Mayfield, aunque no quisiera seguir, no estaba totalmente segura pero ella creía que sería lo mejor. Comenzaba desmoronarse y los recuerdos de la muerte de Billy empezaban a atormentarla por las noches. No quería que Kate viera como se rompía, ni arrastrarla a todo su drama.

-No, no hagas esto -su voz comenzó a quebrarse, se paró y comenzó a caminar nerviosa por el lugar.

-Lo siento...

El silencio inundó todo el ambiente, volviéndolo un poco tenso para ambas, ninguna quería que todo terminará. Pero por un segundo Kate pensó que sería lo mejor para Max. De seguro solo necesita espacio y tiempo para ella sola. "Ella aún me quiere" pensó Buckley.

Ahora mismo estaba dándole la espalda a su novia o exnovia, no estaba muy segura. Limpio con rapidez las lágrimas que habían mojado sus mejillas y respiro hondo, antes de darse media vuelta y mirar a la ojiazul.

Max miró expectante a la castaña, deseando que eso no estuviera pasando, pero pasaba y era lo mejor para ambas.

-Esta bien -dijo Kate, mientras asentía ligeramente.

-¿Qué? -su voz salió débil. Preguntándose porque ella simplemente había dicho eso.

-Esta bien -comenzó a explicarse con una pequeña sonrisa falsa. -Tal vez solo necesitamos un poco de tiempo y todo mejorará, Max.

La anterior nombrada soltó un suspiro mientras cerraba sus ojos y se masajeaba el entrecejo. Miró a la chica frente a ella, tenía los ojos brillantes por las lágrimas que habían caído y las mejillas un poco rosadas, al igual que la punta de su nariz.

-Kate... estoy intentan terminar contigo -dijo un poco agobiada.

-Lo se, y está bien -asintió un poco.

-¿Cómo que está bien?

-Porque puedo esperar -dijo con cariño, y se sentó a su lado para mirarla a los ojos.
-No puedo hacer que me esperes, no voy a hacer eso -declaro con los ojos cristalizados.

-No tienes que hacerlo, rojita. Sé que algún día podemos estar juntas.

Se miraron por unos momentos antes de abrazarse con fuerza, Max tenía las manos alrededor de la cintura de Kate, mientras que ella alrededor de sus hombros. Sollozaban, pensando cuánto tiempo les tomaría mejorar personalmente. Deseando que solo fueran unos pocos días, pero no sería así... o tal vez si.

La pelirroja se separó de ella, tomó su rostro entre sus manos y dejo un pequeño y suave beso en su boca, dejando en claro todo el cariño que sentía por ella. Luego se levantó y se dirigió a la puerta, tomo el picaporte y se giró para mirar a la dulce chica que lloraba bajo su ventana.

-Adiós, Kate -se despidió mientras salía de la habitación y se dirigía a la salida de la casa.

Robin, quién se encontraba en la sala, vio salir a Max con rapidez. Se levantó del sofá y miró por la ventana como la pelirroja se detenía en la calle y parecía que lloraba. Al ver eso, subió a la pieza de su hermanita y tocó la puerta.

-¿Katty, puedo pasar? -pregunto suavemente, esperando un respuesta de ella.

Al escuchar como le decía que si, se adentro en la habitación y se detuvo al ver las mejillas rojas y empapadas por lágrimas de su hermana. Sollozaba mientras abrazaba sus rodillas.

-Kate... -Robin se acercó a su hermana y se sentó frente a ella. -¿Qué sucedió?

-Terminamos -aclaró con su voz temblorosa, miró a su hermana y más lágrimas brotaron de sus ojos.

La mayor la atrajo con rapidez a un reconfortante abrazo, paso su mano por la espalda de su hermanita y dejo que llorara todo que quisiera.

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