[EXTRA: Primeros pasos y propuesta]

POV MAX

Magnus no está. Otra vez.

“¿Magus?” pregunto a papi cuando él toma nuestras cosas y me abraza.

Papi sonríe, no había sonreído mucho estos días, y besa mi frente antes de apretarme un poco. —Sí. Magus. ¡Ya vuelve hoy! Ya no tienes que extrañarlo y estar triste, mi bebé. Hoy vamos a verlo, ¡vamos a su casa!

Papi sacude algo brillante que tintinea mucho.

POV ALEC

Mi cara arde un poco –afortunadamente no está nadie, además de Max para notarlo– después de lo ridículo que me he puesto. ¡Mira que decir "Magus" y hablar como si estuviéramos muriendo por verlo! Sí sólo se ha ido unos días.

Ridículo extrañarlo tanto. Y aun así lo hago.

Max ha estado muy callado y llorando por todo este par de días, pero apenas menciono a Magnus se pone feliz y me termina arrebatando las llaves de su casa.

Se las presto un momento mientras salimos y esperamos un taxi. No tengo ganas de ir en metro, porque es raro imaginarnos ahí sin Magnus.

¡Soy tan ridículo de verdad! Sólo lo conocemos hace unos meses y ya no imagino nuestra vida sin él. Y se siente tan bien decir "nuestra", saber que él nos incluye siempre a ambos, que nunca tendría que dejar a mi hijo por él ni hacer elecciones.

¿Quién habría imaginado que yo encontraría el amor –yo, Alexander Lightwood, padre soltero y alguien muy insípido– y que éste amaría también a mi hijo?

Casi podría decir que ellos se quisieron primero.

Max vuelve a balbucear "Magus" algunas veces más en el camino. Y mis ansias y deseos de verlo van creciendo cada vez más. De nada sirve repetirme que han sido sólo dos días, me siento igual de desesperado que mi hijo.

No puedo evitar sentirme decepcionado cuando dan las nueve y Magnus no hay llegado. Mi estómago se revuelve con una mezcla de preocupación y tristeza. ¿Quizá se retrasó o tuvo algo más importante que hacer?

Incluso Max, que abandona sus juguetes y gatea hasta acurrucarse conmigo, parece haber perdido la emoción.

—Ya tienes sueño, ¿verdad? —Max hace pucheros y frota sus ojos, se queja con un “Magus” lloroso y triste antes de acurrucarse en mi pecho.

Lo último que recuerdo es decir “Yo también lo extraño”, antes de cerrar los ojos y abrazar con fuerza a mi hijo.

POV MAX

Ese sonido de nuevo me hace despertar. ¿Es papi otra vez con sus llaves?

Pero estás suenan diferente y más lejos.

Y entonces hay brillos. ¡Brillos! ¡Magnus!

Hay algo brillando en su oreja. Y yo me emociono. Y rio y grito por Magnus.

—Hola, Monstruo —Magnus se ríe también—, ¿me extrañaste?

Yo salto varias veces. Se siente como hormiguitas en mis piernas y algo en mi pancita, no puedo quedarme quieto. Quiero ir con Magnus.

Papi dice “Max”, “Max, no...”, pero es que Magnus está ahí y papi no ha abierto los ojos. Toco la carita de papi para que vea que Magnus ya llegó, pero cuando no lo hace, dejo de intentarlo y voy solo hacia él.

POV MAGNUS

¡Maldita suerte tengo! Muero por verlos, a mi hermoso novio de ojos de cielo y mi pequeño Monstruo, y el vuelo se retrasó y después había demasiado tráfico. Y, para colmo, mi celular se descarga y no tengo modo de decirle a Alexander que llegaré un poco tarde.

Casi estoy seguro que ya no estarán. Sé que Alexander tiene que trabajar mañana y Max debe estar ya dormido.

Abro la puerta cansado y resignado a que los veré hasta mañana. Un bostezo se me escapa y me digo que los ojos llorosos son por eso y no por la emoción que siento al verlos acurrucados cerca de mi sofá.

Max es el primero en notarme, Alexander sigue dormido, y gritar de emoción. Sus risas me tienen a mí sonriendo también y abriendo los brazos desde antes de llegar a ellos.

Max dice mi nombre varias veces y sus manitas insisten un poco en el rostro de Alexander, pero al final se rinde y baja de su regazo. Espero algo impaciente que gatee hacia mí y la sorpresa me congela cuando Max intenta ponerse de pie; sus piernas parecen no sostenerlo, inestables, y más porque no deja de moverse emocionado, pero logra dar un par de pasos tambaleantes antes de caer.

Alexander, que debió despertar mientras yo miraba atentamente a Max, salta cuando su hijo cae de sentón. Eso me saca de mi shock y voy asustado hacia ellos, casi esperando que Max llore asustado también o herido. Pero él sólo me ofrece sus bracitos, agitándolos impaciente. —¡Magus!

No puedo creerlo. Y mi voz y mi risa son temblorosas mientras el Monstruo se acurruca en mi pecho y lo siento tirar de mi nuevo pendiente. —Hola —digo, después de besar los labios de un Alexander todavía más sorprendido que yo que me pregunta con ojos enormes si Max ha dado sus primeros pasos justo ahora. Yo me encojo de hombros—. Si no lo había hecho antes, supongo que sí. Ha caminado por primera vez.

Esta vez no hay celos como por sus primeras palabras, estamos demasiado felices y cansados. Max no tarda en quedarse dormido en mis brazos y Alexander, que se ha recargado en mi hombro, bosteza también. Seguimos en el piso, donde ellos habían estado cuando yo llegué, sólo recargados en el sofá, demasiado agotados incluso para sentarnos sobre él como debería ser. Rodeo sus hombros con un brazo y Alexander frota su mejilla en mi hombro antes de estirarse y besar mi mejilla, balbucea algo como que ya es tarde y“Es hora de irme” o “Deberíamos irnos ya”, pero no puedo dejarlos ir.

Este viaje me ha servido para darme cuenta que ya no puedo vivir sin ellos. Creo que suspiro y Alexander está ya casi dormido sobre mí cuando lo digo: —Quédate aquí, quédate conmigo. Quédense.

Con todo lo que eso implica.

Alexander balbucea un “¿Sí?”, pero está tan dormido que no creo que realmente lo haya entendido.

Ya se lo pediré correctamente mañana cuando despierte.

* * *

Hooola 🙌 perdonen tardar 🙈

Ahí está el extra prometido y la propuesta de Magnus 😻

Quedan dos capítulos de esta primera parte. Uno será el final como tal y otro la historia de Alec y Ella, ¿cuál quieren primero?