POV MAX

Hoy no vamos con todas las otras personas. Magnus me deja en esta pequeña silla, ¡y me da una de sus pulseras!

¡Es de colores y brilla si la muevo mucho!

Papi va cerca de Magnus. Quiero enseñarle mi pulsera. Es mía, Magnus me la dio.

—¿Por qué? —papi pregunta—. ¿Por qué me agradeces?

Magnus me mira y yo muevo mi pulsera para que vea que estoy feliz y me gusta mucho. —¡Magus!

Magnus sonríe muy bonito y dice bajito “Monstruo”, luego mira a papi: —Por darme esto, Alexander.

Papi se mueve hacia él, su mano tras el cuello de Magnus y lo jala. Sus caras muy cerca.

POV MAGNUS

No puedo negar que me sorprende cuando Alexander prácticamente me empuja hacia él y junta nuestros labios.

Suspiro antes de derretirme contra él. Es tan dulce y suave su movimiento, cómo lleva el beso simplemente frotando. Tan perfecto, ¿cómo he vivido toda mi vida sin esto, sin ellos?

El claxon de un auto detrás de nosotros nos hace separarnos sobresaltados.

Alexander está ruborizado y evita mi mirada.

Todavía estoy sonriendo cuando acarició su mandíbula, tomándome mi tiempo antes de avanzar de nuevo, enloqueciendo al otro conductor.

Miro hacia el asiento trasero donde Max sigue girando la pulsera entre sus manitas traviesas. Chilla feliz cuando me mira antes de gritarle a Alexander un “¡Papá!”

Alexander me mira entonces: —Gracias a ti.

POV ALEC

Dejamos a Max en la guardería y, después de que Esperanza nos molestara e interrogara antes de dejarnos ir, Magnus me lleva a mí a mi trabajo.

—Gracias por traernos hoy.

Su mano, sobre mi rodilla, me detiene antes de que pueda abrir para salir.

Hay electricidad corriendo por mi pierna ahora, mariposas comienzan a revolotear en mi estómago. —No tienes que abrirme —lo digo porque supongo que eso es lo que quiere—, no lo espero y realmente haces mucho por mí que demostra más que un gesto como abrirme la puerta del auto.

La mano de Magnus sube un par de centímetros y después baja y, Dios, mi cuerpo empieza a arder.

Él me sonríe. —Gracias por aclararlo. Aunque si te abro la puerta es porque quiero hacerlo y no porque lo esperes o para impresionarte. Pero, en realidad, yo esperaba...

Se acerca y es evidente lo que espera.

—M-mag-nus —giro mi rostro, así que sus labios chocan contra mi mejilla, y miro nervioso a mi alrededor—, estamos frente a mi trabajo, podrían verme...

La mano de Magnus gira lentamente mi rostro de nuevo hacia él, pero se echa para atrás, no me presiona mientras acaricia mi mandíbula nuevamente. —Vidrios polarizados, pero si no quieres está bien —su mano cae, él aún me sonríe—, ten buen día, Alexander. Novio —su sonrisa aún más amplia.

Susurro un “Gracias”, dividido entre el alivio porque no me presiona y la decepción.

Mi mano se detiene a punto de abrir y suspiro vencido. Me vuelvo hacia él y, tan infantil, sólo cierro los ojos y espero.

Su risa llega antes que el beso.

—Así está mejor. Buen día, Garbancito.

Y eso es tan inesperado que ni siquiera puedo decirle que no me llame así cuando él ya se ha ido.

Pero lo haré. Porque no, definitivamente eso no. “Garbancito” no.

* * *

Hola aquí 😌

No iba a actualizar hoy, pero aunque sea cortito ❤