3. Siéntate con nosotros
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
(Jean de La Fontaine)
* * *
Ese viernes...
POV MAGNUS
Mis párpados se están cerrando. Simplemente no puedo evitarlo. No sé cómo las personas hacen para despertar temprano y aguantar sus días.
Yo. No. Puedo.
Si despierto temprano, estaré muriendo de sueño todo el día. Bostezando, con párpados pesados y una mente nublada a la que le cuesta concentrarse.
—¡MAGNUS BANE!
En grito me hace saltar y termino cayendo del sofá en el cual estaba recostado.
Ni siquiera intento levantarme, gimo lastimeramente y, desde aquí, miro a Camille. —¿Qué?
—No te entiendo. De verdad no te entiendo –la punta de sus zapatos rojos se acerca peligrosamente a mí y me hace rodar lejos–. No tienes nada qué hacer a esta hora y sigues apareciendo para no hacer más que dormir en tu sofá. Por Dios, llega a tu hora de entrada y duerme en tu cama como una persona normal.
—Es mi empresa. Déjame en paz.
Ella resopla y me patea suavemente. —Dime al menos qué pasa, jefe.
La miro y ni siquiera en mi cabeza esto suena bien "Hay un bebé, que me encontré el lunes en el metro cuando tuve que cambiar de vagón, y me mira como si quisiera decirme algo. Así que despierto horas antes de lo necesario, tomo el metro y después mando al chofer de la empresa por mi auto, sólo para encontrarme con él..."
"¡Ah! ¡Y esta mañana me sonrió y tomó mi mano, mientras su distraído padre refunfuñaba!"
¿No es fabuloso?
Es normal, ¿cierto?
NO.
—No pasa nada, Camille. Creo que tienes razón. Debo dejar de hacer esto. Creo que me iré a casa temprano. Te veo el lunes.
[Horas antes. Esa misma mañana]
POV MAX
"¡Mira, mira, papi! ¡Ahí! ¡Ahí está!"
Es el chico brillante y apenas subimos él levanta esos ojos bonitos de su libro y me mira.
—¡Max, por Dios! –papi me grita y me hace llorar cuando casi caemos.
Los ojos del chico brillante se abren demasiado cuando él y otras personas –ellos no me importan– se lanzan a ayudar a papi.
Mis labios todavía están temblando, no puedo evitarlo, cuando algunas personas recogen la bolsa donde papi guarda mis cosas y la otra que lleva a su trabajo, mientras el chico brillante y otra chica tienen sus manos sobre papi y lo llevan a un asiento libre.
El chico brillante me mira, parece asustado, y yo le sonrío entonces. Pobre, ¿por qué está asustado si fuimos nosotros los que casi caímos?
Lucho por sacar mis manos de las mantas –papi me envolvió muy apretado esta vez– y apenas alzanzo a tocar la suya antes de que papi me siente sobre él y me aleje del chico brillante.
Él me sonríe y me dice adiós antes de buscar donde sentarse.
Papi no vuelve a hablarme.
"¿Estás enojado, papi? Yo te quiero mucho, no quería molestarte."
POV ALEC
Puedo sentir mi cara arder.
Qué vergüenza. Casi caer en frente de toda esta gente.
Mi corazón todavía parece querer salirse de mi pecho. El miedo que sentí que literalmente detuvo mis latidos no fue por mi seguridad, fue por mi bebé.
¿Y si le hubiera pasado algo por mi torpeza?
Con la pañalera, el portafolios y el metro en movimiento, no hubiera podido evitar caer. De no ser por todas esas buenas personas que llegaron a ayudarme.
Ni siquiera pude mirarlas a los ojos por la vergüenza.
Sí, fue porque Max se movía tanto que, al intentar agarrarme de los pasamanos, perdí el equilibrio. Pero sigue siendo mi culpa.
Miro al bebé en mi regazo y sus ojitos azules tan abiertos y ese puchero me hacen sonreír finalmente.
—Es imposible enojarse contigo –dejo un beso en su frente y él se ríe, sus manitas tratando de alcanzarme–. No vuelvas a hacer eso, por favor, Max. Pudimos caer. Pudiste lastimarte...
Me mira con tanta atención que por un momento creo que me entiende, después el tintineo de lo que parecen ser pulseras chocando entre sí atraen su atención completamente y vuelve a rebotar sobre mí.
Suspiro y niego, y mejor reviso una ultima vez el tema de mi clase de hoy.
Después de la conversación con Camille...
POV MAGNUS
Ni siquiera me tomo la molestia de esperar a que mi auto llegue. El metro ya no parece tan mala idea, aunque no sea de madrugada y no veré al pequeño diablillo.
La conversación con Camille me ha dejado pensando que realmente estoy actuando raro e irracionalmente.
Hubiera querido saber esta mañana que sería el último día. Tal vez entonces –arriesgándome a que el gruñón padre me golpeara– le habría pedido dejarme sostener a su bebé sólo un momento.
Todavía me estoy riendo, de mí mismo, cuando las puertas se abren y subo al metro.
Mi mirada no se alza hasta que un chillido horrible atrae mi atención.
Y esto debe ser obra del destino.
Un muy despierto ojiazul está rebotando y chillando sobre su padre que lo mira tan sorprendido como yo.
Hay un asiento libre al lado de ellos.
Y bueno... ¿Qué mal puede hacer?
POV MAX
"¡AQUÍ! ¡AQUÍ! ¡AQUÍ!"
No puedo creerlo cuando las puertas se abren y su risa entra.
¡Es él!
—¡Max! –papi suena raro, pero yo no lo miro porque el chico brillante viene hacia nosotros.
¡Viene para acá!
"Hola. Hola. Tus ojos me gustan... Y tus uñas... Y esos aros de metal en tus manos..."
"Hola. Siéntate aquí con nosotros..."
"Papi, quita todas esas cosas y hazte a un lado, por favor..."
—Max, no entiendo por qué estás tan inquieto hoy. Por favor, compórtate.
Ay, mi papi nunca entiende nada.
CONTINUARÁ...
😂 ¿no aman a Max? 😻💙
¿Será que por fin Alec nota a Magnus?
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