Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Pure.

Después de pasar la tarde con Nam, había optado por encontrar alguna información de Dae Hye. Su amigo y él, en medio de una conversación profunda, habían pensado en que quizá tenía una oportunidad, a pesar de que en el pasado había quedado bastante dolido a causa de unos sucesos por una ex novia.

Lo había superado, luego de un exceso de tragos, varias peleas y berrinches hacia Yoon Gi y Nam Joon; indignado por el hecho y a regañadientes... Lo hizo. A veces eso le recordaba el abandono que muchas veces experimentó. Sin embargo, pasado era solo como se nombraba y no quedaba nada más que seguir adelante con su vida.

Eso haría con Dae Hye.

La chica tenía instagram, así que no tardo mucho en contactarla y obtuvo su número de inmediato por su parte. Decidió entonces invitarla a dar una vuelta entre las plazas de la ciudad y tomar algo rico.

—Gracias por invitarme de nuevo.— dijo la chica con una dulce sonrisa de labios rosados. Ho Seok ya no se sentía tan inquieto como la primera vez. Más bien estaba bastante interesado en conocerla. Escuchaba cada palabra de esa boca carnosa y sensual, que tanto deseaba besar. Observaba cada detalle de ella y prestaba la más mínima atención a sus palabras. Ya llevaban dos citas en esa semana. Se había percatado que en realidad no lo había ignorado en su segundo encuentro, si no que estaba apresurada y un tanto avergonzada por lo sucedido en la fiesta.

¿Tres citas son suficientes para dar otro beso?

Se cuestionó. Estuvo muy ansioso todo el tiempo, luego de las primeras citas. Se había tomado un descanso por las heridas adquiridas, incluyendo el hecho de que a veces le tocaba vigilar la residencia de los Park en Daegu, pues hubo un atentado en el hospital y debía ayudar. Se sentía demasiado exhausto con tanto ajetreo.

¿Estaba yendo demasiado rápido?

Moría por besarla de nuevo. De verdad que lo hacía.

—No hay de que.— dijo con una sonrisa, comiendo del plato frente a él.

—Aún no me has dado la oportunidad de pagarte el café.— dijo la chica, llevándose un trozo de carne a los labios.

Esos labios...

Ho Seok sacudió la cabeza un poco, volviendo en sí.

—Te dije que no había problema con eso. Fue un simple accidente.

—Pero yo quería pagarlo.— insistió y entonces hizo algo que partió el corazón del pelirrojo en mil pedazos, y de buena manera.
¡Oh, Dios! Ese puchero era el cielo. Quería acercarse y morder ese labio hasta dejarlo hinchado. ¿Cómo podía ser tan encantadora con él? Lo llevaba por los aires.

—Te dejare pagarlo, pero no ahora.— dijo esté volviendo la atención a la comida. Cuando alzó sus ojos notó el sonrojo de la chica, que tenía la vista en sus manos sobre el sorbete. No podía creer que había cometido el mismo error que con Nam Joon. O era que sus palabras se estaban volviendo extrañas, o todo el mundo tenía la mente pervertida. Apretó los ojos frustrado.

Eres un idiota. 
—Yo… Lo siento no quería decir...— Dae Hye, comprendió y luego quedaron un rato en silencio, hasta que el mayor pagó la cuenta y salieron del local. Se condujeron al estacionamiento de este, Ho Seok iba a buscar su vehículo para llevarla. Presionó el botón para quitar la seguridad de las puertas y le abrió cortés.

—Te llevo.— dijo el joven, dejando ver las esquinas de sus labios con unos encantadores hoyuelos y carraspeando para romper el muro de silencio entre ellos.

—No hace falta. Tengo que pasar por un lugar antes de llegar a casa.— dijo esta con una leve sonrisa. La pelirroja le respondió. —Muchas gracias por la cena. Estuvo deliciosa. Es muy agradable estar contigo.

—Gracias por aceptar.— expresó Ho Seok y sin aguantarlo más se condujo a los labios de la chica, impaciente. ¿Para qué negar que ya todas las formalidades eran demasiado entre ellos? Se gustaban y ese primer beso había creado un círculo entre ellos diferente. En esos instantes ni la cultura ni las reglas de la sociedad impedirían que ambos apreciaran el momento. Porque sus propios ojos dejaban ver en el otro lo que ambos sentían. Las mejillas de la chica se tornaron rosas, aunque sus ojos seguían anclados en los de él. Le tomó las mejillas y acortó un tanto más la distancia. La besó fue delicado, suave, sin ningún apuro; como el rose de una pluma.  Necesitaba recordar el sabor de esos labios. Necesitaba demostrarle que iba en serio. Que no estaba pensando en jugar con ella. Mostrar lo que las palabras atascadas en su garganta no decían. Que le encantaba.

Dae Hye se aferró a la chaqueta del chico con fuerza, quedando de puntitas, correspondiendo en toda regla, mientras que Ho Seok la aferraba ahora con una mano en las caderas.

Era un simple beso cargado de energía, pasión, anhelo y ansiedad. Un beso tan dulce como el algodón de azúcar, tan delicado como el aleteo de una mariposa. Dejando al mayor desear cada vez más de la persona contraria. Querer que ese contacto no tuviese fin. Ambos estaban sumidos en ese espacio, en la bruma del deseo mutuo y los sentimientos encontrados. Deleitándose, saboreándose, dándose la oportunidad de crear algo nuevo.

Dae Hye cortó el beso con lentitud, aún sosteniendo al pelirrojo. Se quedaron mirándose intensamente por unos minutos y entonces el momento que se cargó de una entrega inesperada y confusa para Ho Seok, se cortó. El mayor no perdió la oportunidad de hablarle a la chica.

—Me gustas, Dae Hye. Se que esto no tiene sentido, porque solo te he visto unas veces; pero es cierto. Me gustaría que salieras conmigo.

La chica lo miró ilusionada. Sus ojos iluminados lo decían todo. Lo contempló. Ese hombre era hermoso. No tenía palabras para describir lo que pasaba. Solo podía sentir como hormigas caminando en su estómago y su corazón latir con rapidez. Estaba emocionada. Aquel hombre la tenía perdidamente atraída hacía el, pero estaba cometiendo el peor error de su vida al aceptar que se estaba enamorando.

Ho Seok estaba esperando la respuesta. Dae Hye solo se mordía los labios, indecisa. Y él se quedaba fijo en ese lugar, babeando como un idiota; pensando que había actuado precipitadamente y asustado a la menor  

—Está bien.— dijo esta con un asentimiento y una leve sonrisa. Le soltó un inesperado pico en los labios del más alto y se fue sin esperar reacción por su parte. Quedando el pelirrojo como una estatua en medio de la acera con el corazón a millones de palpitaciones por segundo y un brillo en sus ojos de puro gozo.

.
.
.

.
.
.
No se pueden quejar. Tres caps en tan poco tiempo.

Cómo le llamaríamos a ellos: DaeSeok Seokhye o HoHye

Me gusta más el primero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro