Bad
La miró serio dándose cuenta de tantas cosas. Esa era la razón por la que siempre tenía algo por hacer. Lo que veía ante sus ojos respondía a todo. Tantas veces que dijo que debía irse era para cumplir con su trabajo. Era sólo una excusa para ocultarle la verdad. Ella era una Assasin y ahora no sabía que pensar o que decir.
Miró a la chica en la cama y acarició una de sus mejillas, entristecido ¿Qué podía hacer ahora? Sentía una dolorosa opresión en su pecho, recordando las palabras de Nam Joon. Se había arriesgado, había apoyado solo a sus sentimientos y no a la lógica. Ahora estaba en un encierro. Esa mujer parecía haberlo engañado de la peor manera en la que cualquiera podría hacerlo. Era un iluso de primera.
Y pensar que crea que sentía atracción por dos personas diferentes. Y quizá lo eran. Dos mujeres encantadoras en el mismo cuerpo arropándolo. ¿Cuál de las dos era la verdadera Dae Hye? ¿Enserio lo quiso, o sólo era un juguete? Un juguete que le encantaba ser atormentado y cautivado por sus deseos. Que había sido usado para sus objetivos.
Sentía como si estaban metiendo el dedo profundo en la llaga. Ya no podía hacer más si ella era una arpía con doble vida no sabría que hacer. Porque una parte de él se sentía decepcionado y la otra continuaba enamorado. ¿Que podía hacer?
Las pestañas de la chica aletearon sobre sus mejillas, abriéndose luego para encontrar la mirada dolida del pelirrojo, que había separado sus manos de ella ese preciso momento. Lo observaba con una nota de desconcierto. Se incorporó. Dae Hye empezó a sentir que su corazón latía a toda velocidad en su pecho y llevó sus dedos directo a su rostro para comprobar que todo estuviese bien. Sin embargo, no lo estaba. El antifaz no se encontraba allí y sus ojos se quedaron fijos en Ho Seok. Su cabeza emitió otra punzada dolorosa, y empezó a pedirle que se fuera de allí o mataría al que recién había descubierto su identidad.
Los labios de Ho Seok se apretaron, observando a la chica que le gustaba tener una especie de batalla interna.
—Dae Hye...— empezó a decir. Quería hablarle, quería preguntarle sobre las dudas que estaban empezado a surgir en su cabeza. Esta lo ignoro y trató de salir de la habitación. —Espera, tenemos que hablar. Tienes que explicarme cómo es que...— la pelirroja le lanzó un golpe en la quijada, haciendo que este retrocediera un poco, pero no fue suficiente. —¿Porqué no me hablaste de esto?— continuó el mayor con una mano en la cara y la otra sosteniendo a la chica. Dae Hye agitó su brazo para quitárselo de encima y salió a toda prisa del lugar.
Al menos la idea de que la había perdido estaba grabada en su cuerpo por todos lados. Desilusionado, quebrantado... Tantas malas noticias terminarían haciéndolo caer en depresión. Inhaló y exhaló fuerte, observando la habitación desordenada y escuchó cómo la puerta principal era abierta nuevamente.
Jackson apareció jadeado y con las manos sobre las rodillas.
—Esa mujer es el demonio mismo. Se me escapó de las manos.— expresó y miró a su amigo que parecía haber sido atropellado por un auto, tendido en el suelo. —¿Cómo la dejaste escapar?
Ho Seok no dijo nada y se rindió cansado en el suelo. Su jefe le mataría. Eso lo tenía seguro. Pero ya no le interesaba lo que recibirá a cambio por ese error.
Dae Hye era una asesina. Lo había engañado como a un idiota, pero aún la amaba.
¿Cómo se puede competir ante eso?
***
La mujer cayó al suelo con brusquedad, mientras el hombre le tomaba del cabello y hacía que lo mirara.
—¿Estás escuchando bien lo que acabas de decir? Pusiste tú identidad en riesgo y uno de los pertenecientes al Clan Park te descubrió. ¿Cómo puedes haber cometido tan grave error, Dae Hye?
—Lo siento... Yo... No pude evitar que sucediera.— expresó está con los ojos acuosos, a punto de romper en llanto.
—¿Crees que esta falta será pasada por alto?— dijo el hombre soltándola y señalando a uno de sus hombres para que la sostuviera. La chica sabía lo que se avecinaba. La tomaron de los brazos y la llevaron a un rincón. La pelirroja se removía en el agarre del fornido, sollozando.
—Por favor, no me hagas esto...— suplicó con lágrimas en los ojos, mientras que el hombre mantenía una mirada imperceptible. El mayor tomó el látigo en sus manos. Necesitaba terminar con todo esa misma noche, porque esa parte de Dae Hye lo único que hacía era causar problemas y los trabajos eran incompletos.
Bufó molesto, lanzando el primer golpe con la extensión de su brazo. El traje de la muchacha se rasgó. Los gritos de dolor causaban que el hombre quisiera más golpearla. Necesitaba como fuera llevarla allí a ese lugar en el que se olvidara de si misma y de su pasada vida, creando la máquina que deseaba.
Cuando vió que la chica se desmayó en los brazos de uno de sus hombres, brotando de su espalda sangre a borbotones, dejó caer el látigo. Indicó que la llevarán para ser curada y que se percatara si no estaba convulsionando.
Se sentó en uno de los sofás del gran salón y se tomó una botella completa de licor pensando.
Debía investigar quien era ese sujeto que la descubrió. Necesitaba desharía de él antes de que las cosas se pusieran feas. Quizá Key tendría idea.
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Que pasará en lo adelante?
No te pierdas el próximo capituló.
ㅋㅋㅋ
PD: La chica de la foto no es como la tengo en mi cabeza exactamente pero se asemeja aunque sin el flequillo y cabello más largo. Es solo una idea peor la pueden imaginar como deseen.
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