77. James el patoso
Cariño, estoy bailando en la oscuridad contigo entre mis brazos, descalzos sobre la hierba. Escuchando nuestra canción favorita, cuando te vi en ese vestido luciendo tan hermosa. No merezco esto, cariño, luces perfecta esta noche.
Perfect — Ed Sheeran
Alexandra Stafford
Después de disfrutar de la piscina, los padres de James se fueron a una cita, cortesía del señor Potter porque quería hacerle algo bonito a Euphemia, ellos dos eran perfectos el uno para el otro. Me encantaba verlos tan felices, era algo bonito ver como todos los días Fleamont le traía flores, la llevaba a paseos... Amaba tanto la relación que tenían, tal vez a mí también en algún futuro me gustaría eso.
Charlus y Mia nos habían avisado de que no irían a casa, ya que dormirían en casa de Kath, así que solo estaríamos James y yo en casa.
Euphemia al principio se negó porque no quería dejarnos solos, pero la convencimos de que no había problema y que podían irse sin ningún problema, así que al final accedió.
Cuando se fueron James y yo nos sentamos en el sofá de la sala.
—No es tan tarde, así que dormir no es una opción —voltee los ojos divertida por lo que había dicho que no tenía nada de sentido. Eran las nueve de la noche y yo la verdad estaba un poco cansada por el motivo de que estuvimos toda la tarde jugando en la piscina. No sabía como es que él podía tener tanta energía.
—James, yo siendo sincera estoy cansada —le dije y él se limitó a mirarme divertido. A veces esa mirada me daba miedo porque es como si planeara algo.
—Oh Lexi, últimamente eres un poco aburrida — enarqué una ceja ofendida.
—¿Perdona? Yo no soy una aburrida... No es mi culpa el que tenga sueño porque a alguien le encantó la idea de hacer carreras.
—No es mi culpa que tengas poca resistencia mujer —le di un golpe en el brazo— ¡Auch! Te pareces a Marlene.
—Y tú a Sirius... Los dos tenéis como un tablero en la frente que dice "Pegarme" —él volteó los ojos y se levantó.
—Que sepas que no me has ofendido pero, ¿qué tal si hacemos la cena?
—¿Tú cocinas? —le dije divertida sin poder creerlo.
—Te dices llamar mi hermosa novia, ¿y no lo sabes? —colocó su mano en el pecho y se hizo el sorprendido— Sinceramente no sé si quitarte el título o dejártelo porque estoy de buenas.
—Escúchame señor sensible, quiero que muevas tu lindo trasero hasta la cocina —me miró enarcando una ceja divertido.
—Vaya Lexi qué traviesa eres, no pensé jamás que tú verías mi trasero... ¿Así que lindo? Déjame decirte que no te discuto eso —voltee los ojos divertida mientras entrábamos a la cocina.
—Olvida lo que dije y vamos a cocinar —y como presentí, en todo el momento que estuvimos cocinando una pizza, él me decía lo sorprendido que estaba de que le dijera eso, claro que esos tonos de sorpresa tenían mucha diversión. A veces era un idiota, pero así lo quería.
—Oh James, como si tú no vieras los traseros de los demás.
—Lexi, la mayoría de las veces no tengo gafas y no veo nada, ¿cómo crees que puedo ver los traseros de los demás? Además, no soy un maldito idiota que mira traseros y por último si tuviera que ver traseros vería solo el tuyo, pero no lo hago porque soy un caballero —me gustaba James, sin duda alguna. Momentos con él son los que me hacían querer pasar toda mi vida junto a él.
—Entonces Marlene me está llevando al lado oscuro —él asintió.
—Tendré que tener una conversación con esa chica —mientras amasaba la masa de la pizza, yo, en cambio, estaba sentada viéndolo y me gustaba la vista. Me gustaba ver su cara de concentración y como se le arrugaba un poco la nariz en algunas ocasiones.
No me cansaría de verlo nunca.
—Sé que soy atractivo, pero si sigues viéndome así, al final me desgastaré y ya no tendrás James en el futuro, pero siempre puedo regalarte una foto —me guiño el ojo.
—Uy, entonces dejó de hacerlo, aunque es un poco imposible porque te ves muy bien, pero me arriesgaré porque en el futuro necesito un James en mi vida, así que me conformo con la foto.
—Entonces en un futuro serás una Potter y tendremos muchos niños —yo estaba segura de que quería eso.
—Si —sonreí con una gran sonrisa.
—Lexi... —me sonrió— Gracias por hacerme mejor persona cada día.
—James... Gracias por existir y ser el mejor hombre del mundo —coloco los ingredientes con una sonrisa y me encantaba verle esa sonrisa.
Me gustaba James y no quería que cambiara nunca porque así era él y aunque a veces cometía errores, todos lo hacíamos. Todos éramos seres humanos y a veces de los errores se aprende y James era un claro ejemplo de ello.
—¿Me amas aunque sea un miope? —le mire sonriente porque ya había puesto la pizza en el horno y estaba enfrente mío con una sonrisa.
—Claro, eso te hace James el patoso —los dos soltamos una carcajada.
—Pero admítelo me amas siendo así.
—Claro que te amo como eres, no seas estúpido... Te amo aunque a veces me desesperes y me hagas repetirte mil veces que te pongas las malditas gafas —él soltó una pequeña carcajada.
—El problema es que a mí no me gustan.
—Pues a mí si, así que déjate de tonterías —después de un rato sacamos la pizza y empezamos a comer entre bromas de James.
Al terminar yo me ofrecí a limpiar y aunque fue complicado convencer a James, lo conseguí. Así que cuando acabamos, juntos fuimos a su cuarto.
—Dormiré contigo que lo sepas —a veces tenía pesadillas, pero cuando dormía con él ya no existían y dormía demasiado bien.
—Obvio amor —juntos nos tumbamos en la cama y apagamos las luces.
James me abrazó por detrás y me sentí protegida, sabía que lo único que necesitaba era a él.
—James, ¿estás durmiendo? —susurré.
—No, solo estoy descansando los ojos —él y su pésimo sentido del sarcasmo.
—Es que por culpa tuya, ya no puedo dormir —sentí como él se movía para dejarme moverme a mí y vernos en la oscuridad.
—Mujer, siempre es culpa mía —solté una pequeña carcajada.
—Sí.
—Venga Lexi, qué tal si descansamos un poco porque ahora tú me has pegado el sueño y quiero dormir.
—Solo porque soy buena te dejaré dormir —le sonreí a pesar de estar a oscuras.
—Te lo agradezco, ahora ven aquí y déjame abrazarte —me acerque más a él y él me abrazó y yo pude sentir sus latidos.
Pero justo cuando iba a dormirme, se escuchó un ruido.
Pero si te gusta causar problemas en habitaciones de hotel, y si te gusta tener pequeñas citas secretas. Si te gusta hacer cosas que sabes que no deberíamos hacer, cariño, soy perfecto. Cariño, soy perfecto para ti. Y si te gusta conducir a medianoche con las ventanillas bajadas. Y si te gusta ir a los lugares que ni siquiera podemos pronunciar. Si te gusta hacer lo que has estado soñando, cariño, soy perfecto. Cariño, soy perfecto para ti.
Perfect — One Direction
NOTA DE AUTORA
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