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76. Discusión con Walburga Black

Todo este tiempo que perdí esperando que entraras en razón. He estado todo el tiempo dándote oportunidades y todo lo que haces es decepcionarme. Y me ha llevado todo este tiempo... Pero te he descubierto y piensas que estaremos bien de nuevo, pero no está vez. 

You're Not Sorry — Taylor Swift


Sirius Black

Las vacaciones en la casa Black siempre eran un maldito infierno, no había ningún solo día en el que pudieras estar tranquilo, siempre había algo o alguien que te quitara la tranquilidad o la felicidad, en mi caso eran mis padres los que me quitaban las ganas de cualquier cosa.

—¿Sirius? —me giré para encontrarme apoyado en la puerta a mi hermano Regulus, últimamente no tenía muy buen aspecto y se le notaban unas enormes ojeras, al igual que a Helena.

—¿Qué ocurre? ¿Estás bien? —me levanté para acercarme a él.

—Si, no te preocupes... Solo quería estar contigo —se sentó en mi cama y se agarró las manos nervioso mientras tenía la cabeza agachada.

—Regulus, ¿qué ocurre? ¿Y Helena? —me senté a su lado.

—No me abandonarás, ¿verdad? Helena está durmiendo —me miró con lágrimas en sus ojos.

—Claro que no, por favor Regulus cuéntamelo —él me abrazó y comenzó a sollozar, estaba muy preocupado por mis hermanos, muy pocas veces los veía o mejor dicho me demostraban como de verdad se sentían.

Aunque tuviéramos nuestras diferencias siempre los cuidaría y los amaría porque eran mis hermanos y por ellos haría cualquier cosa sin importar nada.

—Lo siento Sirius, pero cuando lo sepas estarás muy decepcionado de mí y no quiero eso —lo abrace más fuerte.

—Sé que no os lo digo muchas veces, pero sentía que ya lo sabíais... Solo quiero que sepas que yo siempre estaré orgulloso de vosotros, no importa lo que hagáis siempre me tendréis a vuestro lado.

—Mentira, después de esto ya no me querrás ni ver mi cara.

—No digas eso Regulus —él se levantó de golpe de la cama y se levantó la manga de la camisa, revelando en su brazo izquierdo lo único que temía y que quería evitar que le sucediera.

La Marca Tenebrosa.

—Regulus... —le había fallado.

—Te lo dije... Sé que te he decepcionado, pero mamá y papá dijeron que era por una buena causa y además seríamos más importantes en este estatus entre los mortífagos. No deje que a Helena se la pusieran porque sé que le afectaría más —maldita sea, estaba harto de mis padres.

—A la mierda con eso... Regulus ellos no son los buenos, ellos solo quieren la destrucción y si te unes a ellos... Nos destruirán a todos, ¿te obligaron? —me levanté de la cama y lo miré con lágrimas en los ojos.

—No me obligaron, fue mi decisión.

—Regulus, ¿sabes el lío en el que te has metido? —comenzó a dar vueltas por toda la habitación.

—Lo sé, ¿vale? Pero alguien tenía que enorgullecer a nuestros padres, ya que tú fracasaste en el intento.

—No me vengas con esa tontería, esa nunca es la solución... Tú no eres como ellos, tú tienes elección, puedes cambiar.

—¡No puedo! —se paró y me miró enfadado con lágrimas en sus ojos.

—Si puedes maldita sea —sin previo aviso él salió de mi cuarto y lo único que escuche fue el portazo que dio al entrar en su habitación.

Enfadado decidí que ya era hora de encarar a mis padres, así que decidido y enfadado salí de mi cuarto y baje hasta la sala de estar donde se encontraba mi madre sentada con esa expresión fría mientras leía el Profeta.

Estaba seguro de que mi padre estaba en alguna misión de mortífagos o alguna estupidez de ese estilo.

—¿Por qué le haces esto a Regulus? Es solo un niño —mi madre despejo la mirada del Profeta y me miró con indiferencia.

—Ha hecho lo correcto, algo que deberías hacer tú también... ¿No crees que ya nos has defraudado bastante? —se levanta y me mira enfadada— Primero eres seleccionado en Gryffindor y luego te haces amigo de traidores de la sangre, de sangres sucias y de mestizos... Hazme un favor y sigue los pasos de tus hermanos y únete a nosotros y solo entonces ganarás un poco de mi cariño.

—¡NO QUIERO TU MALDITO CARIÑO! ¿SABES POR QUÉ? PORQUE ESTÁS MUERTA POR DENTRO Y SOLO SIGUES A LA GENTE EQUIVOCADA... SIEMPRE NOS HAS HECHO LA VIDA IMPOSIBLE A REGULUS, HELENA Y A MÍ... Y AHORA HAS ARRASTRADO A LOS MELLIZOS EN ESTE POZO DONDE ES POCO PROBABLE SALIR... SI TANTO NOS QUIERES, ¿POR QUÉ NO NOS DEJAS VIVIR?

Mi madre se acercó a mí furiosa y me dio una bofetada.

—TÚ NO ERES NADIE PARA JUZGARME, MALDITO NIÑO INSOLENTE... YO SOY TU MALDITA MADRE Y ME VAS A OBEDECER AL IGUAL QUE LO HICIERON TUS HERMANOS.

—TE ODIO DEMASIADO.

—EL SENTIMIENTO ES MUTUO.

—NO TE CONSIDERO MI MADRE.

—PUES SIENTO DESILUSIONARTE PERO SOY TU MADRE Y HARÁS LO QUE YO TE DIGA.

—NO TÚ PERDISTE EL PRIVILEGIO DE SER MI MADRE, LA ÚNICA MADRE QUE PUEDO CONSIDERAR ES EUPHEMIA, PORQUE ELLA SI ES UNA MADRE INCREÍBLE QUE SIEMPRE HA PENSADO EN EL BIENESTAR DE LOS DEMÁS.

—NO ME HABLES DE ESA MUJER —estaba cansado de ella.

—NO TE DESEO LA MUERTE PORQUE ERES MI MADRE BIOLÓGICA, PERO ESPERO QUE CUANDO ABRAS LOS OJOS VEAS LOS ERRORES GRAVES QUE HAS COMETIDO —me di la vuelta y salí de la Sala, pero antes de salir del todo escuche el grito de mi madre.

—NO ME DES LA ESPALDA Y VUELVE AQUÍ.

Rápidamente, salí de esa casa y por desgracia estaba lloviendo y era muy tarde. Empecé a correr con un destino en mente.

Al llegar abrí la puerta y me quedé en la sala. De pronto alguien apareció por el pasillo y vi a James un poco desorientado, estaba seguro de que estaba durmiendo y yo lo había despertado.

—¿Canuto? —se colocó las gafas y me miró sorprendido.

—Siento molestarte a esta hora y siento aparecerme con estas pintas, pero no sabía a quién más acudir —y sin previo aviso volví a llorar.

James se acercó a mí y me abrazó, él siempre estuvo allí para mí, era como un hermano para mí y sabía siempre que hacer o qué decir en cualquier caso.

Y en este caso estuvo conmigo allí abrazándome sin importar mis pintas o las horas y no me preguntó sobre lo que había pasado porque me conocía muy bien y sabía que a veces solo necesitaba un abrazo.



Me enseñaste el coraje de las estrellas antes de irte. Como la luz continua interminablemente incluso después de la muerte. Con tu último aliento explicaste el infinito. Lo extraño y hermoso que es tan solo existir. No pude evitar pedirte que lo dijeras todo otra vez, intenté escribirlo, pero nunca pude encontrar un bolígrafo. Daría lo que fuera por escucharte decirlo una vez más, qué el universo fue creado solo para ser visto por mis ojos.

Saturn — Sleeping At Last








NOTA DE AUTORA

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Me dolió Sirius y quiero deciros que ya las cosas empezarán a complicarse bastante a partir de sexto.

Espero que os haya gustado el capítulo, no olvides comentar y votar.

Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es historias.wattpad_ también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #destinywattpad ❤

Os amo❤


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