Creo que deberías descansar un poco, para ese entonces sabía que te amaba, pero tú nunca lo supiste. Porque yo me lo tome con calma, cuando estaba asustado de dejarme llevar. Sé que te necesitaba, pero nunca lo demostré. Pero quiero estar contigo hasta que seamos viejos y canosos. Solo di que no te darás por vencida.

Say You Won't Let Go — James Arthur

26 de marzo de 1976

James Potter

Semanas de martirio, semanas donde lo único en lo que podía pensar era en ella, en su sonrisa, en su risa, en su manera para hacernos sentir bien, lo único que veía en las pocas horas de sueño que tenía eran sus ojos, era como ver el mismísimo cielo.

Semanas donde cada vez que intentaba acercarme a ella, ella simplemente desaparecía. Me sentía horrible, me sentía sin ganas y estaba seguro de que era culpa mía, ella ya no me amaba y yo la amaba más cada día.

Hace unas semanas los chicos me encontraron mal y desde ese día, ellos intentaron hacer cualquier cosa para hacerme sentir bien y aunque no lo conseguían yo estaba muy agradecido de tenerlos a mi lado, al igual que a mis hermanos que no me dejaron ni un momento solo.

Lo supe hace años, supe que ella sería la única que podría entrar a mi corazón y la única que tendría el privilegio de rompérmelo y aun así yo estaría feliz por ello, porque también sabía que ella sería la única capaz de arreglarlo.

Solo quería respuestas, necesitaba que me dijera sus razones, porque ella no era así, esa no era mi Lexi, algo había pasado para que cambiara tan repentinamente.

Desde el ataque en el que le arrebataron a su madre y a su hermana, ella cambió y se alejó de todos. Estaba seguro de que lo hacía para protegernos, ella era así, siempre ponía a los demás por encima, siempre pensaba en los demás antes que en ella.

Lex se alejó para protegernos, eso es lo que quería Voldemort después de todo, quería que ella acabara sola para poder atacarla a su antojo, pero yo no iba a permitir que ella luchara esta guerra sola.

Los entrenamientos de Quidditch iban de mal en peor, no podía centrarme en ellos y cada entrenamiento me despistaba tanto que acababa con algún golpe. Minerva y todo el mundo notaba que yo no era el mismo, ella me hacía ser yo mismo, a ella no le importaba mi carácter, no le importaba nada. Me quería por cómo era, aún teniendo millones de defectos, ella amaba cada uno de ellos, al igual que yo la amaba con todas sus virtudes y con sus defectos.

En estos momentos estaba en el campo de Quidditch, pensando en el cambio drástico que dio mi vida, estaba solo, estaba dolido y solo ella con su sonrisa podría arreglarme.

—James —levante la mirada para encontrarme con la profesora McGonagall.

—Profesora... —volví mi vista hacia el campo, note como ella se sentaba a mi lado.

—Desahógate cariño —lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, esto dolía como el infierno, no quería llorar con Minnie delante, ya había llorado delante de ella y no quería, pero era inevitable.

—Es mi culpa —escondí mi cara entre mis manos.

—Nada de esto es tu culpa querido... Tú no tienes la culpa de nada, a veces existen obstáculos que hay que superar. James no todo puede ser de colores felices, todo el mundo puede tener días buenos y días malos, pero créeme que tú no tienes la culpa de nada. Remus ya me contó todo lo que pasó, así que debes luchar por lo que quieres James, no puedes estar llorando y golpeando cualquier cosa que se te ponga enfrente... Ha pasado algo que os ha separado, pero eso no implica que no puedas seguir luchando si de verdad la amas —sentí su mano en mi espalda.

Quite mis manos y la mire.

—¿Cómo voy a luchar por algo que quiero si esa persona ya no me quiere en su vida?

—No debería decir esto, pero alguien debe dar el primer paso y ninguno de los dos lo está dando sinceramente... Sé que te estás preguntado por el comportamiento Lexi, pero primero quiero que sepas que ella también está igual que tú... Llora todas las noches y si la has visto últimamente no come mucho y se le notan las ojeras —asentí porque eso era verdad, Kyle iba al comedor para coger comida para llevársela a ella y a lo lejos la veía horrible, los dos estábamos horribles.

—Yo no sé qué más hacer Minnie, solo quiero saber sus razones, porque esta no es mi Lexi.

—James, no me corresponde decirte esto, pero lo haré... Porque todo el mundo os quiere de vuelta... Lexi, os está protegiendo —la miré sin poder creerlo, después todo tuvo sentido, en cierta manera ya lo sabía.

Lexi siempre quería lo mejor para los demás antes que su propia felicidad.

—Ella tiene miedo de que las personas importantes de su vida mueran por su culpa, viste lo que le pasó a su madre y a su hermana, ella se culpa por ello... Por esa razón ella os alejo, porque de esa manera vosotros estáis a salvo... Además, piénsalo querido, ella aunque no esté a vuestro lado, estuvo protegiéndoos desde lejos... ¿Te acuerdas que hace unos días casi te caes de la escoba en el entrenamiento? —asentí—. Ella estuvo desde lejos salvándote del golpe, ella ha estado allí, ella se encarga de cuidaros a todos.

—Tengo que hablar con ella —me levante.

—Ahora ella está en mi aula, haciendo una poción para Remus, ve antes de que se vaya —ella me sonrió y yo corrí hacia el aula de Transformaciones, iba chocando con todo el mundo, pero no me importaba quería llegar con ella.

Qué estúpido fui al no darme cuenta antes de que ella se había alejado para protegernos, sabía que lo hacía por eso y yo como estúpido no hice nada. Se suponía que yo la conocía mejor que nadie y no me pude dar cuenta de eso, mejor dicho me di cuenta demasiado tarde.

Al llegar la vi tan concentrada que no quería molestarla, pero verla allí hizo que mi corazón latiera más rápido y que de mi boca se formará una gran sonrisa. Estaba decidido a todo lo que le iba a decir.

Era la chica más preciosa del mundo y estaba muy agradecido de tenerla a mi lado, aunque tuviéramos nuestras peleas siempre volvería a ella, porque el amor que sentía por ella era lo más fuerte que podía existir.

Verla tan cerca después de tanto tiempo era un regalo para mí, sin duda la amaba más que a cualquier persona y ella lo sabía.

Haría cualquier cosa para verla feliz.

Quiero bailar contigo ahora mismo y tú luces más bella que nunca. Y yo juro que cada día te verás mejor, de alguna manera, me haces sentir así... Estoy muy enamorado de ti y espero que sepas cariño, tu amor vale más que el oro. Hemos llegado tan lejos amor, mira como hemos crecido y quiero quedarme contigo hasta que seamos viejos y canosos. Solo di que no te darás por vencida.

Say You Won't Let Go — James Arthur

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