Y estaba corriendo muy lejos, ¿algún día desapareceré del mundo? Nadie lo sabe, nadie lo sabe. Estaba bailando bajo la lluvia, me sentí viva y no me puedo quejar. Pero ahora llévame a casa, llévame a casa a donde pertenezco, ya no puedo aguantar más.

Runaway — Aurora

14 de mayo de 1965

Hoy era un día muy especial, papá siempre me decía que este día solo sería para mí, me decía que este era su día favorito del año porque había llegado a su mundo.

Los días anteriores estuve muy apegada a Tyler porque a veces se ponía demasiado tímido y solo quería hablar conmigo, aunque ayer lo vi abrirse un poco con Matthew y también los vi disfrutando en el jardín mientras jugaban con una pelota entre risas.

Quería seguir durmiendo, pero alguien, mejor dicho, varios entraron a mi habitación. Decidí hacerme la dormida, porque tal vez así me dejarían un rato más durmiendo, pero me equivocaba.

Dos personas saltaron a cada lado de mí y me abrazaron.

—¡Feliz cumpleaños Lex! —reconocí la voz de Tyler y Matthew, automáticamente una sonrisa se formó en mi cara.

—Gracias chicos —les sonreí y me senté en la cama para ver a mis padres con una sonrisa, ¿por qué mamá no podía ser así siempre? Papá tenía un pequeño pastel con unas cuantas velas encendidas y mamá tenía en brazos a Lizzie.

—¡Feliz cumpleaños hija! —mamá se acercó y me dio un beso en la frente para después dejarle paso a mi padre que le dio a Matt con cuidado mi tarta. Papá con una sonrisa me abrazo muy fuerte y me susurro al oído.

—Feliz cumpleaños a la niña de mis ojos, mi más valioso tesoro. Espero que Merlín te dé mucha salud y que tu vida este llena de felicidad cariño. Recuerda que eres increíble y cuando seas mayor yo estaré ahí para verte ser una maravillosa mujer, siempre estaré orgulloso de ti. No importa lo que hagas yo siempre estaré a tu lado para iluminar tu camino, para ser ese hombro que necesites, para ser tu confidente. Siempre estaré a tu lado aun si ya no me necesitas en tu vida —estaba sin duda muy feliz de saber que tenía un padre como él, siempre estaba ahí para todos nosotros y hacia todo lo posible para que pudiéramos vivir en un mundo tranquilo sin ningún problema que nos atormentase.

—Muchas gracias papá —le abracé más fuerte y después de unos minutos nos separamos. Matt le dio la tarta de vuelta a papá y todos empezaron a cantarme el cumpleaños feliz. Ojalá todos los días fueran así de felices como lo eran los días de mi cumpleaños.

—Bueno creo que es momento de cambiarse cariño, toda la familia llega hoy y se quedaran unos días —mi madre me regalo una sonrisa y yo asentí emocionada, vería a tía Abby, tía Alina, tía Selene y un montón de personas más.

Todos menos mi madre salieron de la habitación y ella me ayudo un poco a prepararme, me coloco un bonito vestido blanco hasta las rodillas con flores de todos los colores y me hizo dos coletas.

—Ya estas lista —mamá recogió todo y me miro tal vez para asegurarse de que todo estuviera bien.

—Gracias Mamá —ella me regalo una sonrisa y juntas salimos de mi habitación para bajar al salón. A medida que íbamos llegando empece a escuchar unas voces muy familiares para mí, acelere el paso y al llegar vi a la tía Selene, a la tía Abigail, al tío Jackson y a los abuelos Jacob y Elizabeth.

—¡Abuelo Jacob! —corrí hacia él y este con una sonrisa me estrecho en sus brazos, mientras soltaba una pequeña carcajada.

—Pero si es mi princesa, ¿cómo está la niña de mis ojos? —el abuelo me miro detenidamente con una sonrisa.

—Estoy bien, ¿y tu abuelo?

—Estoy bien y ahora que te he visto estoy mucho mejor —le sonreí.

—¿Y qué hay de los tíos pendejos? ¿Acaso no existimos pequeña renacuaja? —miré a mi tío Jackson con una sonrisa y corrí hacia él para que él me tomara en brazos y diera vueltas conmigo, logrando que soltara algunas carcajadas.

—Oye Jackson, la pequeña princesa no es solo tuya —se acercó la tía Selene con una sonrisa y me arrebato de los brazos de Jackson.

—¡Oye! —Jack se quejó y la tía Abby soltó una gran carcajada.

—Cállate ofendido, esta pequeña es mía y de Abby, no compartimos con personas que tienen pinta de pirata.

—Respétame, ¿no ves que soy hermoso? A todo el mundo les encanta mi estilo con el pelo medianamente largo. Que tú no tengas buenos gustos no es mi problema —le contesto él divertido— Además a Lex le encanta mi estilo, ¿a que si? —me miro él con una sonrisa y yo asentí riendo.

—¡Lex! ¡Eso es traición! —me dijo la tía Selene con una expresión divertida en su rostro.

—Que traición ni que traición, la niña solo está diciendo la verdad, que vosotras seáis unas aburridas no es nuestro problema —el tío Jack me guiño el ojo divertido y yo le devolví el gesto.

—Darme a la pequeña, yo también quiero abrazarla —la tía Selene me entrego con la tía Abby y yo la abracé con todas mis fuerzas— Te he echado mucho de menos mi niña hermosa —me susurró mientras me estrechaba más fuerte en sus brazos.

—Aquí señoras y señores vemos como Abigail es la favorita de Lex —dijo el tío Jackson mientras colocaba su mano en el pecho ofendido.

—Tú eres mi favorito tío Jackson —le dijo Matt mientras se acercaba al tío Jack con una sonrisa. Nuestro tío le sonrió y lo tomo en brazos mientras lo abrazaba.

—Al menos tú me amas.

—Menudo mellizo más dramático me cargo —suspiro tía Selene.

—¡Me dueles Selene de la Rosa! —grito Jack dramáticamente.

—No lo conozco —dijo mi padre.

—No lo conocemos querrás decir —de pronto apareció el tío Edward junto a su esposa Charlotte y su hijo Oliver, o sea mi primo.

—¡Oliver! —bajé de los brazos de mi tía para ir corriendo con él.

—¡Lex! —los dos nos abrazamos muy fuerte, sin duda alguna lo había echado demasiado de menos.

—Te he echado de menos Oliver —nos separamos y justo alguien llamaba a la puerta.

—Voy yo —mi madre hablo mientras se dirigía hacia la puerta.

—Yo también te he echado mucho de menos, por cierto, feliz cumpleaños Lex —me dijo con una sonrisa.

—Gracias Ollie —a si le decía yo. Tanto Oliver, como Jade y yo teníamos apodos un poco horrendos o eso nos decíamos los tres.

—No es nada Lee —como decía el mío era horrendo, pero tampoco es que me importara, me lo había puesto él después de estar casi dos horas pensando. Recuerdo que Jade en ese entonces casi nos quiso matar por estar dos horas por un apodo.

—¿Dónde está la hermosa cumpleañera? —reconocí esa voz y me gire para ver como Mia venía hacia mí con una sonrisa— Feliz cumpleaños a mi hermosa amiga —me abrazo y yo le correspondí el abrazo con una sonrisa.

—Muchas gracias Mia —le susurré, después nos separamos y Ollie se acercó.

—Buenos días bella dama, soy Oliver Stafford, primo de la hermosa Lex — miré a James y este suspiro aliviado o eso creí entender. Simplemente no sabía por qué lo hacía, pero no me importo porque me acerque a él con una sonrisa y él lo noto porque también me sonrió.

—Mia Potter, melliza del idiota sonriente —sabía que estaba señalando a James.

James acortó las distancias y me abrazo muy fuerte. Por mi parte le correspondí de la misma manera.

—Feliz cumpleaños solecito —solté una pequeña carcajada por el apodo que me acababa de poner.

—Gracias idiota —le contesté yo con una sonrisa.

—Cuando lo dices tú es mejor —susurro mientras soltaba una suave carcajada.

—Tú me dices solecito y es bonito, pero yo te digo idiota y me hace sentir mal.

—Sé que no lo dices con mala intención así que me gusta que tú me lo digas —me dijo con una sonrisa— Además es buen apodo —volvió a reír.

—Si tú lo dices —reí con él y nos separamos.

—Niños, ¿por qué no vais fuera al jardín a jugar en lo que llega el resto? —asentimos a la pregunta de mi padre y todos fuimos fuera.

James me agarro de la mano y quedamos un poco alejados del resto, yo le miré confundida por lo que estaba haciendo.

—Lex, ¿sabes por qué te puse solecito? —negué. La verdad es que me gustaría saberlo, porque de tantos apodos, él escogió ese para mí.

—No, pero me gustaría saberlo.

—Porque el sol ilumina todo a su paso, es lo más importante que tienen los planetas y tú eso eres para mí, eres la persona que con una sonrisa ilumina todo a su paso y eres muy importante para mí —me sonroje, porque nunca pensé que alguien me diría algo así y siendo sincera tampoco me lo esperaba viniendo de James.

—James... Eso es muy bonito de tu parte, muchas gracias. Tú también eres muy importante para mí.

—Hagamos una promesa los dos —asentí con una sonrisa— Alexandra Madeline Stafford, prometo protegerte de todo lo malo, estar ahí cuando me necesites, estar ahí para levantarte por si te caes. Estaré ahí para recordarte lo increíble que eres, te haré siempre reír y limpiaré tus lágrimas y siempre te querré aunque tomemos caminos separados, aunque eso no ocurrirá porque nunca te dejaré sola.

—James Fleamont Potter, te prometo que siempre estaré ahí para ti en las buenas y en las malas, estaré ahí para apoyarte en todo, estaré para sacarte sonrisas, estaré ahí cuando sientas que quieres rendirte. Te protegeré y te querré siempre.

—Lex, pensé en algo... Es una promesa que podemos decirla siempre que queramos —lo mire dándole a entender que continuara— Yo digo te quise o puedes decirlo tú, luego el otro dice te quiero, el otro te querré y para terminar el otro dirá por siempre —cinco años y nosotros estábamos haciendo promesas, pero no me importo porque estaba segura de que él siempre estaría a mi lado.

—Es hermoso —le contesté con una sonrisa, él me devolvió la sonrisa y volvió a hablar.

—Te quise.

—Te quiero.

—Te querré.

—Por siempre — terminé yo con una sonrisa.

—Esta será nuestra promesa Lex, recuerda que siempre seremos tú y yo contra el mundo sin importar nada.

—Tú y yo contra el mundo James —los dos sonreímos y de pronto llegaron mis hermanos.

—Vostros dos, ¿qué estáis haciendo? —hablo mi hermano Matt serio, en cambio Tyler aguantaba la risa y yo voltee los ojos.

—James me contó algo y por eso mismo nos retrasamos.

—¿Qué te contó? —a punto de golpearle estaba.

—Nada que te interese, ahora vamos a jugar —Tyler soltó una carcajada haciendo que Matthew lo mirara mal, pero eso no le impidió seguir riéndose de él.

—Deja de reírte idiota —Tyler le saco la lengua.

—Mejor cállate, Lex te acaba de callar y tu cara fue demasiado graciosa, además si quiero reírme de ti me rio porque tengo derecho a reírme.

—Idiota —se alejó de ahí y nosotros lo seguimos mientras soltábamos una carcajada.

Después de un rato jugando aparecieron Marlene y Katherine, no sabía como mamá o papá lo habían logrado, pero estaba muy feliz de que ellas estuvieran en mi cumpleaños.

—¡Katherine! —Mia fue corriendo a abrazar a Kath mientras que yo iba corriendo hacia Marlene.

—¡Marlene!

—¡Lex! —grito ella emocionada y las dos nos abrazamos muy fuerte.

—¡Mia! —Kath y Mia también se fundieron en un fuerte abrazo.

—¡James! —grito mi hermano Tyler.

—¡Tyler! —grito James siguiéndole el juego.

—¡Burro! —todos miramos confundidos a Matt por esa aportación, como decía, él podía ser un gran idiota.

—Sin comentarios —le dijo Tyler mirando raro a Matt.

—En mi defensa... —Tyler lo interrumpió.

—No tienes defensa.

—Cállate.

—No me da la gana idiota —Tyler comenzó a correr lejos de Matt y este comenzó a perseguirlo.

—¡NIÑOS VAMOS DENTRO! —grito mi madre, ya sabía por qué era, así que todos corrimos dentro y llegamos a la sala donde nos esperaban todos. Me senté y James se colocó detrás de mí a mi lado derecho y Matt en el otro lado.

Todos con unas enormes sonrisas empezaron a cantarme el cumpleaños feliz, cuando acabaron mire a mi padre y este tenía la cámara mientras me sonreí.

—¡Vamos Lex pide un deseo! —me dijo tía Alina con una sonrisa.

Cerré los ojos y con una sonrisa soplé las velas, deseando que todos los días fueran como hoy, lleno de felicidad con las personas que más quería en el mundo. Deseando que James y yo fuéramos mejores amigos para siempre y que nada malo ocurriera.

Nunca apartaremos nuestros corazones, tú y yo. Seré tu amigo toda mi vida, si pierdo mi camino, estaré bien. Porque nunca me dejas ir, nunca me dejas ir.

Be Your Friend — Vigiland & Alexander Tidebrink

NOTA DE AUTORA

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