Si estábamos destinados a ser, ya estaríamos juntos. Ve lo que quieras ver, pero ahora todo lo que veo es a él. Me sentaré y veré tu coche quemándose, con el fuego que iniciaste en mí, pero nunca volviste par impedirlo. Adelante y mira mi corazón arder, con el fuego que iniciaste en mí, pero nunca volviste para apagarlo.

Watch — Billie Eilish

James Potter

Dos días antes de las vacaciones de Navidad.

Lo único que sabía en ese momento es que estaba con Lily y de pronto sin previo aviso nos estábamos besando.

Horas antes

Estos últimos meses habían sido increíbles sin duda alguna, hicimos muchas bromas juntos, acompañamos a Remus en todas sus transformaciones y siendo nosotros animagos eran más llevadero para él. Peter siempre era el primero en entrar al Sauce para que después pudiéramos entrar nosotros y nos quedábamos en la Casa de los Gritos. Aunque todo eso había cambiado ese día en el que Sirius hizo lo que hizo. Lex y Remus se alejaron un poco del grupo, la relación de Sirius y Lex era bastante complicada así que esperaba que ella no sufriera, porque lo que menos quería era eso.

—¿Crees que todo vuelva a ser como antes? —pregunto Peter preocupado, a Peter no le gustaba estar en un bando y era uno de los primeros en querer que el grupo se uniera, pero las cosas no eran tan fáciles.

Lexi, Charlus y Remus fueron a la biblioteca para adelantar alguna que otra tarea y Sirius, Peter, Marlene, Dorcas, Mia, Brooke, Kath, Sam, Emily, Mary y yo estábamos sentados hablando de cómo serían nuestras vacaciones navideñas.

No sabía lo que pasaría en mis vacaciones, por obvias razones las pasaría con mi familia y tal vez viniera Sirius o incluso Lex. La verdad es que no sabía, pero al menos tendría a Mia y Charlus, este último era un poco tímido, pero era un muy buen hermano, aunque debía reconocer que éramos un poco competitivos cuando se trataban de partidos de Quidditch.

—Pero odio que no estén Remus y Lexi aquí con nosotros —bueno siendo sinceros siempre habíamos estado juntos y era raro todo esto.

—Bueno al menos mirándolo por el lado bueno, ellos ya no tendrán tareas —hablo un Peter bastante animado viendo a Mary con una sonrisa de enamorado. Sabíamos que Peter incluso solía animar un poco la situación. Aunque nadie sabía lo que había pasado en verdad.

—Concuerdo con Peter —habló Mary y este se puso más feliz.

—Creo que iré a por ellos, debemos aprovechar estos dos días al máximo antes de las vacaciones —me levanté y salí de la Sala Común corriendo hacia la biblioteca, al menos para que dejaran de preguntar los demás.

En el camino me encontré a Lily.

—Hola Lily —ella me miró con una sonrisa.

—Hola James, ¿cómo estás?

—Estoy bien, ¿y tú? —vi que tenía dos galletas y estaba un poco confundida.

—Un poco confundida, pero estoy bien, ¿quieres una? —me ofreció una y yo encantado la cogí y le di un mordisco al igual que ella lo hizo con la suya.

Me sentía demasiado raro, era como si mi mundo girara en torno a Lily, era como si ella fuera mi verdadero amor.

Lily me miró sonriente y se acercó a mí lentamente, algo demasiado pequeño en mí me decía que eso estaba mal, pero otra parte estaba feliz.

Ella acortó la distancia que había entre nosotros y me beso. Se sentía bien, pero no era lo mismo, esto no estaba bien, ella no era Lexi, es como si algo en mi cabeza se iluminará. Rápidamente, me separé de ella asustado y ella parecía estar en la misma situación que yo.

—Dios James, ¿qué hemos hecho? Esto está demasiado mal... Tú estás intentando salir con Lexi y a mí creo que me gusta Kyle, esto no está pasando —pare a Lily porque sinceramente yo también estaba nervioso por esto. Ese beso no tuvo que haber pasado.

—Tranquilízate Lily, debemos olvidarlo, al menos no había nadie —Lily miró hacia una parte y se puso pálida al instante.

Yo por instinto me di la vuelta y vi a Remus, Kyle, Snape, Charlus y a Regulus demasiado enfadados, pero sobre todo la vi a ella. La vi allí parada en medio de Remus y Charlus, con lágrimas en los ojos.

Quise acercarme, pero ella se dio la vuelta y corrió, por otro lado, quise hacer lo mismo, pero los chicos me lo impidieron.

—Maldito Potter —escupió Regulus con rabia.

—Lunático —este se acercó a mí y me golpeó. Jamás me esperé esto de él, pero me lo merecía, sin duda me lo merecía.

—¿Cómo pudiste hacerle esto? Pensé que estabas enamorado de ella...

—¡Y lo estoy! ¡La amo por Merlín! No sé qué me pasó, era como si por un momento ella no estuviera en mi mente... —me quedé en silencio y miré a Lily que estaba llorando.

—Kyle...

—No necesito que me digas nada —él no la miraba.

—Maldita sea Potter, te dije que no le hicieras daño... Ella no se merece eso, maldita sea. Ya bastante tengo con el idiota de mi hermano —Regulus estuvo a punto de golpearme si no fuera porque Snape lo estaba sujetado.

—No vale la pena Regulus.

—Por ella si vale la pena —se parecía a Sirius a la hora de defenderla.

—¿Por qué lo hiciste? —Remus me miró decepcionado y, sin embargo, solo me importaba encontrarla, necesitaba ir con ella. Sentía como algo dentro de mí se rompía cada vez más, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

—No lo sé.

—Espera, las galletas que me diste Severus, ¿les pusiste algo? —Snape estaba demasiado confundido por la pregunta de Lily.

—No claro que no, es más, yo no las hice... Espera, ¿qué pasó?

—Comimos las galletas y no sé si James se sintió igual, pero yo me sentí como si el mundo se parara y solo existiera James... —la interrumpí.

—Me pasó lo mismo —esas galletas tenían algo.

—Maldito Lucius —Snape comenzó a dar vueltas mientras se agarraba del pelo.

—Sev, ¿qué pasó? —Lily se acercó a él.

—Lucius me dio esas galletas, estoy seguro de que llevaban Amortentia, pero él muy idiota lo hizo mal, porque eso debía durar más tiempo —maldito Lucius.

—¿Estás seguro Snape?

—Si Regulus —por Merlín, tenía que encontrarla.

—Tenemos que encontrarla, ahora no es que esté muy segura —Remus tenía razón últimamente ella no estaba muy bien por el tema de Voldemort.

Estuvimos buscándola y nos encontramos con los chicos, no les dijimos nada de lo que había pasado, solo les pedimos que nos ayudaran o eso les pidió Remus, la verdad es que se lo agradecía demasiado, no quería otro golpe aunque me lo merecía por estúpido.

Estuvimos todo el día buscándola, incluso Minnie nos ayudó, ella estaba demasiado preocupada por ella.

—Niños, tengo un mal presentimiento —todos la miramos asustados.

—Minnie, ¿estás bien? —Sirius se acercó a ella preocupado, ya que ella colocó su mano en el corazón y tenía una cara de angustia.

—Estoy bien, no os preocupéis.

—Ya es la hora de la cena, ¿qué tal si vamos a comer algo y luego seguimos buscando? ¿O tal vez ella esté allí? —la idea de Mary podía ser buena, pero yo necesitaba encontrarla y no creo que comer me ayudara mucho.

—La señorita Mary tiene razón, vayamos —todos a regañadientes asentimos y fuimos al Gran Comedor.

Minnie se acercó a Dumbledore y estaba seguro de que le estaba contando todo, en cambio, Snape, Charlus y Regulus se sentaron con nosotros a petición de las chicas y Remus. Sirius últimamente se llevaba bien con su hermano así que eso era un gran punto a favor.

Estuve casi toda la cena jugando con la comida y mirando las puertas por si ella aparecía, pero nada.

De pronto las puertas se abrieron y todos dirigimos las miradas esperanzados pensando que era ella, pero, en cambio, allí se encontraba mi padre y el padre de Remus.

—Señor Potter, señor Lupin... Bienvenidos —tenían mala cara, estaban demasiado mal. En cambio, miré a Dumbledore y este no tenía expresión alguna y estaba de pie. Los demás profesores estaban preocupados, pero la que más lo estaba era Minnie que también se levantó.

—Profesor Dumbledore, le importaría regalarnos un poco de su tiempo a solas —hablo primero mi padre retocándose las gafas y también el pelo revoltoso que nos caracterizaba a los Potter.

—Señor Potter, estoy seguro de que puede decirlo delante de ellos, deben saber lo que se avecina —¿cómo podía decir eso?

—Solo son críos, no es necesario que deban saber todo, deben disfrutar de su infancia sin ninguna preocupación —esta vez habló el padre de Remus.

—Lo sé, pero a veces debemos saber a lo que nos enfrentamos... Señor Filch, ¿se puede llevar a los niños de primero, segundo, tercero y cuarto a sus respectivas Salas? —Filch asintió y todos los niños se levantaron confundidos y asustados.

—Dumbledore, es mejor que lo hablemos en privado.

—Los chicos que quedan aquí son lo bastante mayores para saber que allí fuera se puede avecinar una guerra.

—Fleamont, díselo ya, no podremos cambiar su opinión nunca.

—Hace una hora más o menos ocurrió un ataque en la casa de seguridad de los Stafford, allí es donde se refugiaban, pero alguien supo su localización y Voldemort fue hacia allí —todos estábamos demasiado asustados.

—¿Quiénes estaban allí?

—Roxane, Elizabeth y... Alexandra —rápidamente nos levantamos asustados de nuestros asientos y pudimos ver a Minnie con lágrimas en los ojos y con la mano tapándose la boca.

No, ella no podía estar muerta, esto solo era un mal sueño.

Mire a los chicos y estaban demasiado mal, Remus estaba demasiado pálido, las chicas, en cambio, tenían lágrimas en los ojos. Andrew abrazaba a Mia preocupado. Tyler estaba pálido al igual que Jane, Asher, Jade, Oliver, Finn y Michael.

—Eso no es todo, Fleamont continua.

—Hubo muertes.

Tuviste mi corazón en tus manos, pero jugaste con sus latidos. Arroja tu alma a través de cada puerta abierta, cuenta los agradecimientos que necesitas para encontrar lo que buscas. Convierto mi dolor en oro valioso, me pagas con la misma moneda y cosechas lo que siembras. 

Rolling in the Deep — Adele

NOTA DE AUTORA

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