Amo verte brillar en la noche como el diamante que eres. Estoy bien a un lado, esta bien. Solo abrazame en la oscuridad. Nadie tiene que saber lo que hacemos, llámame cuando estés aburrida. Porque vivo al final de la calle, así que quedamos cuando lo necesites. Todo lo que oigo es: Nada de siente mejor que esto.

Better — Khalid

Cuando llegamos bajamos del Expreso y Hagrid nos estaba esperando con una sonrisa.

—Hola Lexi —me saludó cuando ya estuve lo bastante cerca de él y mis amigos se colocaron detrás de mí. Después del pequeño susto no quisieron dejarme sola en ningún momento, de las chicas aún no sabíamos nada, pero estaba demasiado convencida de que estarían cerca.

—Hagrid —le regalé una pequeña sonrisa.

—¿Estáis listos? —nos miró a los cinco y nosotros asentimos con una sonrisa. Estaba demasiado emocionada, tenía demasiadas ganas de empezar, de estar con mis amigos, con mis primos y también con mis hermanos.

—Ir hacia los botes y subir —hicimos lo que él dijo y yo me senté entre medio de Remus y James. En otro bote un poco alejado de nosotros se encontraban las chicas con una sonrisa.

—Va a ser genial —Sirius estaba muy emocionado al igual que todos, lo mire con una sonrisa y asentí.

Cuando todos los alumnos de primero se colocaron en los botes, empezaron a conducir gracias a Hagrid.

Para cuando llegamos nos esperaba una señora mayor en las puertas del colegio, con una túnica larga negra, llevaba un sombrero del mismo color que su túnica. Su pelo estaba recogido en un moño, pero pude distinguir un poco de su color azabache, tenía los ojos verdes, era alta y delgada.

—Buenas noches, bienvenidos a todos a Hogwarts, soy la profesora McGonagall... En un momento pasarán a través de estas puertas, y se unirán a sus compañeros de clase —empezó a caminar y todos nosotros la seguimos. Llegamos a las puertas del Gran Salón, ¿cómo lo sabía? Había leído sobre Hogwarts antes de venir, ¿ya dije que amaba saber cosas nuevas y leer? Pues era cierto.

Las puertas se abrieron de par en par dejándonos ver las cuatro largas mesas que había y al frente una mesa donde estaba el profesor Dumbledore y los demás profesores.

Cuando llegamos al final del Salón, al frente había un taburete donde se encontraba el sombrero seleccionador y la profesora McGonagall se colocó cerca del taburete y cogió el sombrero.

Mire a la mesa de los leones y pude ver a Matthew y Tyler con otro chico más con una sonrisa mirándome, les salude disimuladamente y Matt sonrió aún más.

—La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estéis aquí, vuestras casas serán como vuestra familia en Hogwarts... Las cuatro casas son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Ahora pasaré lista y os sentaréis a que el Sombrero Seleccionador diga vuestra casa.

Estaba nerviosa, ¿y si al final no era Gryffindor? No quería ni pensarlo, James me dijo que no importaba en qué casa estuviera siempre estaría a mi lado y estaría orgulloso de mí, pero seguía teniendo miedo.

—Marlene McKinnon —¿en qué momento la profesora empezó a leer la lista? Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que la profesora McGonagall estaba pasando lista.

Marlene se acercó y se sentó, seguía igual que antes aunque había pequeños cambios, pero seguía siendo la chica segura de sí misma y mi mejor amiga. Ella me vio emocionada y me regalo una sonrisa.

—¡GRYFFINDOR! —el Sombrero Seleccionador grito y Marlene corrió feliz a sentarse en la mesa de los leones.

—¡Mary Macdonald! —una chica de cabello castaño oscuro, y ojos azules se sentó tímida y la profesora le colocó el Sombrero.

—¡GRYFFINDOR! —Mary se fue feliz corriendo hacia la mesa y se sentó mientras algunos alumnos la felicitaban.

—Dorcas Meadowes —la niña tenía el pelo castaño claro y los ojos azules. Se sentó y le colocaron el sombrero.

—¡GRYFFINDOR! —vaya las tres Gryffindor.

Dorcas se fue al lado de Mary y entablaron una conversación.

—Lily Evans —la niña pelirroja de ojos verdes se sentó con una gran sonrisa, era muy linda.

—¡GRYFFINDOR! —Lily corrió a la mesa y se sentó al lado de una chica que no reconocí.

—Severus Snape —el niño de pelo negro y ojos marrones, tenía una expresión seria a la hora de sentarse.

—¡SLYTHERIN! —el niño formó una pequeña sonrisa y se fue orgulloso a la mesa de las serpientes.

—Jane Riddle —abrí los ojos sorprendida mientras miraba a Matt y Tyler que tenían la misma expresión que yo aunque Matt estaba más sorprendido que todos nosotros. La niña se parecía a mí, tenía los ojos claros y el pelo castaño.

—¡SLYTHERIN! —Jane se fue a sentar en la mesa de las serpientes con una sonrisa.

Mire en la mesa de los leones y Sam, Brooke y Kath ya estaban ahí, ¿en qué momento? Tal vez fue cuando yo estaba en mi mundo.

—James Potter —mi mejor amigo me regaló una sonrisa antes de ir orgulloso a sentarse en la silla.

—¡GRYFFINDOR! —estaba muy feliz por él, sabía que estaría en esa casa, porque tenía todas las cualidades para ser de Gryffindor. Él nos sonrió una última vez y se sentó al lado de Lily y entablo una conversación con ella.

—Mia Potter —Mia a paso decidido se sentó en la silla con una sonrisa y la profesora le coloco el Sombrero, estaba convencida de que seria Gryffindor.

—¡GRYFFINDOR! —Mia emocionada se sentó al lado de Kath, se abrazaron y tanto Brooke, Sam, Marlene, Kath y Mia me miraron emocionadas con una sonrisa.

—Sirius Black —mi amigo camino igual que James, tan orgulloso y tan elegante como lo había conocido hace unas horas en el tren.

—¡GRYFFINDOR! —Sirius saltó de la silla tan contento para correr al lado de James. Al llegar junto a él chocaron los puños y empezaron a hablar de algo que no pude descifrar.

—Peter Pettigrew —mi nuevo amigo caminó con pasos temblorosos hacia el taburete y se sentó.

—¡GRYFFINDOR! —Peter corrió feliz hacia Sirius y James. Y ahora solo quedábamos Remus y yo.

—Remus Lupin —él me miró y me regaló una pequeña sonrisa y me apretó un poco la mano antes de irse a sentarse para que le dijeran la casa.

—¡GRYFFINDOR! —Remus me miró sonriente y se fue a sentarse y no alejó su vista de mí en ningún momento.

—Alexandra Stafford —me acerqué temblorosa a la silla y la profesora McGonagall me regaló una sonrisa antes de ponerme el Sombrero. Mire a mis hermanos y Matt no dejo de sonreir incluso pude entender que me decía que estuviera tranquila.

De repente se empezó a escuchar una voz, que solo pude escuchar yo o eso creía.

—Que tenemos aquí... Eres una Stafford y eres muy poderosa... Eres justa, leal, paciente... Toda una Hufflepuff... También eres creativa, inteligente y erudita... Podrías estar en Ravenclaw... También ambiciosa, astuta y tienes una gran determinación como una verdadera Slytherin... Pero también eres valiente, fuerte, atrevida y caballerosa igual que una Gryffindor... Eres la única que tiene todas las cualidades de las cuatro casas... Eres la elegida, nunca me tocó a alguien como tú... ¿Dónde debería ponerte? Si es verdad lo que estoy viendo, la Leyenda podría cumplirse —mire hacia mi hermano un poco preocupada y él quiso levantarse para venir, pero el chico y Tyler no lo dejaron, supongo que el Sombrero noto algo— ¿Sabes? Creo que te pondré en...

—¡GRYFFINDOR! —la profesora me quito el sombrero un poco preocupada, ¿habrá escuchado todo? Me levanté de la silla y miré detrás de mí y vi a Dumbledore que me sonreía. Mientras todos los de mi nueva casa aplaudían y silbaban porque tenían a un nuevo miembro.

—Querida, ¿estás bien? —McGonagall me susurró para que nadie escuchara, miré un momento a mis amigos y ellos me miraban preocupados, al igual que mis hermanos.

—No lo sé profesora —le contesté un poco nerviosa.

—Mira hagamos una cosa, ve a sentarte con los de tu casa y cuando acabe la cena espérame. Iremos juntas a tomar un poco de té y si quieres podemos hablar del porqué de la tardanza del Sombrero —me regalo una sonrisa y yo asentí antes de ir con los chicos.

Matt fue el primero en levantarse y acercarse a mí preocupado.

—¿Qué ocurre pequeña? —me susurro mientras caminábamos hacia Tyler.

—El Sombrero dijo que tenía todas las cualidades de cada casa y que era demasiado poderosa pero Matt, ¿cómo voy a ser poderosa? Dijo también que tal vez la Leyenda se cumpla —Matt me abrazo.

—Tú tranquila y disfruta el momento Lex, no debes preocuparte por nada mientras Tyler, Alexander, Andrew, Asher, Oliver, Michael, Finn, Edgar y yo nada te pasara —asentí con una pequeña sonrisa mientras nos sentábamos.

—¿Quién es Alexander? —Matt me regalo una pequeña sonrisa.

—Hola pequeña —giré la mirada para verlo, tenía los ojos claros y el pelo castaño. Al igual que la chica que acabo en a Slytherin, él también se parecía mucho a mí.

—Hola —susurré.

—Es algo raro, pero Alexander es nuestro hermano —miré a Tyler.

—Que tacto idiota —le dijo Matt viéndolo mal y Alexander soltó una pequeña risa.

—No lo entiendo.

—Es un poco complicado Lex, pero si es nuestro hermano, va a tercer año y bueno como ya ves es de Gryffindor —hablo Matt con una sonrisa.

—Wow otro hermano —susurré— ¿Y por qué no vino con nosotros en todo este tiempo?

—Es complicado porque pasaron cosas que dificultaron eso —me dijo Alexander con una pequeña sonrisa.

—¿Y ahora vendrás con nosotros? —le pregunte.

—Si tú quieres si, a mí me gustaría, de esta forma podríamos conocernos y saber del otro —asentí con una sonrisa—. Pues listo, iré a casa —lo abrace algo que hizo que se sorprendiera, pero después de unos segundos me correspondió el abrazo.

—Es bueno tener un nuevo hermano mayor —susurré.

—Es bueno tener una hermana pequeña a la que cuidar y estar siempre para ella —susurro él—Pase lo que pase siempre estaré ahí para ti, no importa la hora o el lugar siempre estaré ahí.

—Gracias Alex —susurré.

—Bien a comer gente —Matt volteo los ojos y Alex miro a Tyler divertido mientras me abrazaba por los hombros.

Yo miré la comida con una mueca, se me había cerrado el estómago, bueno siempre me pasaba eso tal vez mi madre tuviera algo que ver en eso. Porque siempre me daba raciones más pequeñas y en los castigos solía decirme que no debía comer tanto porque me vería fea y gorda. Yo no quería llevarle la contraria porque sabía que la que iba a perder era yo, y no queria sufrir más.

Mamá estaba cambiando pero tenia miedo de que en algun momento volviera a lo mismo, tenia miedo de quedarme a solas con ella porque creia que volveria a castigarme como solia hacerlo. Confiaba en mamá, no la odiaba, ¿como iba a odiarla? Tal vez tuviera motivos suficientes para hacerlo pero no podia, por mucho que lo intentara siempre seria mi madre pasara lo que pasara.

Yo miré la comida con una mueca, se me había cerrado el estómago, bueno siempre me pasaba eso tal vez mi madre tuviera algo que ver en eso. Porque siempre me daba raciones más pequeñas y en los castigos solía decirme que no debía comer tanto porque me vería fea y gorda. Yo no quería llevarle la contraria porque sabía que la que iba a perder era yo, y no quería sufrir más.

Mamá estaba cambiando, pero tenía miedo de que en algún momento volviera a lo mismo, tenía miedo de quedarme a solas con ella porque creía que volvería a castigarme como solía hacerlo. Confiaba en mamá, no la odiaba, ¿cómo iba a hacerlo? Tal vez tuviera motivos suficientes para odiarla, pero no podía, por mucho que lo intentara siempre sería mi madre pasara lo que pasara.

Me haces sentir nervioso, tienes esa mirada en sus ojos. Oh, me haces sentir débil, ¿Por qué me haces sentir así? Y tu puedes quebrarme. No, nadie me romperá como tú. Oh, puedes hacerme pedazos. Oh, nadie me hará pedazos como tú. Cuando estás en la penumbra, no te puedo ver y vas a vivir solo la mitad de tu vida, porque solo me darás la mitad a mí.

Half Light — BANNERS

NOTA DE AUTORA

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