Las cosas que hice solo para poder llamarte mía. Las cosas que hiciste, bueno, espero haber sido tu crimen favorito. Me usaste como una coartada, yo te hacía promesas mientras tú traicionabas mi confianza y te defendí ante todos mis amigos. Y ahora cada vez que escucho una sirena, me pregunto si estás cerca. Porque sabes que volvería a hacerlo todo de nuevo.

Favorite Crime — Olivia Rodrigo

2 de agosto de 1971

Tom Riddle

Tener a mi cargo tres niños no era nada fácil a decir verdad. Era demasiado complicado y más cuando debía solucionar algunos problemas y ellos se metían donde no les llamaban.

Jane, Agnes y William eran mis hijos, mis niños que haría cualquier cosa por ellos, pero había veces que los quería lejos de mí, en especial a William, ya que últimamente amaba desobedecerme.

—Señor —suspiré frustrado, ¿es que jamás tendría un momento de paz?

—¿Y ahora que demonios paso? —le reclame demasiado enfadado, necesitaba tranquilidad para poder pensar todos los pasos que iba a dar, pero creo que hoy no sería el día.

—William intento escaparse de la mansión —me levanté demasiado enfadado.

—Una cosa demasiado sencilla os pedí, ¿y qué hacéis? Fracasáis —lo apunté con la varita y vi en sus ojos el miedo que sentía en estos momentos. Era algo demasiado satisfactorio ver como una persona podía estar tan aterrada por perder su inútil vida.

—Lo siento mucho mi señor —murmuro con voz rota asustado y yo sonreí.

—¿Crees que un lo siento lo arregla todo?

—Señor, hice todo lo que pude, pero el niño...

—Me canse —murmure la maldición haciendo que él cayera sin vida en el suelo, con los ojos abiertos aterrados.

Sabía que la Maldición Asesina no dolía, era una muerte rápida e indolora. Mire por última vez el cuerpo y salí de mi oficina demasiado enfadando.

Vi a dos seguidores de los míos y me acerque a ellos, cuando me vieron note una pizca de miedo en sus ojos, ellos me respetaban y así debía ser siempre.

—Deshaceros del cuerpo, está en mi oficina —les dije con voz firme y ellos asintieron rápidamente para ir a paso apresurado hacia mi oficina.

Yo, en cambio, seguí caminando hasta ir a la Sala donde mi a Agnes y Jane hablando con William.

—William, por favor no desafíes a papá —vi a Jane con lágrimas en los ojos, de los tres ella era la más sensible y no era nada malo porque solo era una niña, pero pronto debería cambiar su manera de actuar porque yo no tenía hijos débiles. Eso se veía con Agnes que estaba empezando a tener mis mismos rasgos e incluso mis expresiones o mi manera de ver las cosas.

—¿Quieres que te castigue? Ya viste la última vez como te dejo, ¿es que nunca aprendes que con papá no se juega?

—Solo quiero... —rompió en llanto haciendo que Jane lo abrazara fuerte y Agnes lo mirara con una pizca de tristeza.

—Por favor William, no hagas esto. No quiero que papá te castigue —ellos eran mi debilidad junto a mi otra niña que no estaba con nosotros. Solo quería que fueran fuertes y que no demostraran a la gente lo débiles que eran. Nacieron para ser líderes, no para algo menos.

—No me gusta estar aquí...

—Papá hizo todo lo posible para que tuvieras todo lo que quisieras, no seas un maldito desagradecido llorón —William seguía llorando mientras Jane lo abrazaba.

—No quiero estar aquí —susurro él con la voz rota.

—Eres un desagradecido —Agnes levanto la mano para golpearlo y yo caminé hacia ellos.

—Agnes —la miré demasiado serio consiguiendo que ella tragara saliva nerviosa y bajara la mano— ¿Quién te dio permiso para pegarlo? Porque estoy muy seguro que yo no.

—Lo siento —ella bajo la mirada y William se limpió las lágrimas rápidamente. Me acerque a él y lo tome en brazos.

—¿Qué te ocurre? —lo miré y él no me miro, sabía que me tenía miedo— Papá no te va a hacer nada, cuéntame que te ocurre William.

—Quiero irme de aquí —suspiré.

—Will, tal vez a veces no sea un buen padre, pero te prometo que voy a protegerte siempre. Además, si vas fuera estarás en peligro y no es lo que quiero. Tus hermanas y tú son lo más importante que tengo —lo abrace fuerte.

—¿Podre ir a Hogwarts con Jane? —negué, sabía que él lo único que quería era verla, como lo habíamos hecho años a tras, pero no podía permitirlo.

—Ya lo hemos hablado William, no puedes ir a Hogwarts con tu hermana. Te quedarás con Agnes en casa.

—Es injusto, Jane y tú estaréis en Hogwarts —se acercó a mi oído—. Agnes es mala, siempre me pega cuando no estás —me aleje de las niñas para poder hablar con él tranquilamente. Es cierto que William era complicado, pero jamás me mentiría. Él era un niño tranquilo, comprensivo y siempre te decía la verdad, incluso aunque doliera. Así que si él decía eso, era porque era cierto y tendría que tener una seria conversación con Agnes al respecto.

—¿Estás seguro?

—Yo no mentiría papá —susurro él con lágrimas en los ojos.

—Bien, hablaré con Agnes —él negó rápidamente.

—No papá, si hablas con ella sabrá que yo te conté cosas y no quiero que sea peor —susurro y yo con cuidado le quite las lágrimas de los ojos.

—Bien, papá buscará una solución para el problema, lo único que te pido es que no llores campeón. Los Riddle nunca lloramos Will, recuérdalo. Somos personas fuertes, valientes, decididas y capaces de hacer grandes cosas —él asintió y yo lo estreché entre mis brazos mientras él lloraba en silencio, lo conocía bastante bien y sabía que él intentaba por todos los medios ser fuerte y no demostrarle a nadie que era débil. Era un orgullo para mí, el verlo de esta manera, estaba convencido de que él sería capaz de grandes cosas.

—Lo siento mucho papá.

—No tienes que disculparte por nada mi niño, papá lo arreglara todo y siempre puedo venir a verte cada vez que me necesites.

—Si papá —asintió y me siguió abrazando muy fuerte.

Haría cualquier cosa por ellos, por verles felices. Ese era mi gran objetivo, verlos bien y cumpliendo todo lo que se propusieran.

—Ahora vamos hijo a descansar un rato, ¿vale?

—¿Te quedarás? —susurro abrazándome.

—Claro que si campeón —camine hasta su habitación y una vez ahí lo acosté con cuidado en la cama mientras yo me acostaba a su lado abrazándolo.

—¿La verás? —sabía a quién se refería, por una de esas razones William no podía ir a Hogwarts, porque sabía como era él y lo quería a mi lado.

—No lo sé pequeño, pero si la veo ya le diré algo de tu parte —al menos de esta forma William dejaría un poco el tema de querer ir a Hogwarts

—Si, por favor —asentí y empece a hacerle caricias en el pelo para que se durmiera, él se parecía a ella, a su madre.

Su madre y yo nos conocimos en Hogwarts, ella era unos años más pequeña que yo, pero cuando la vi sabía que ella cambiaría mi vida y lo hizo.

Por ella iba a ser capaz de todo, le hubiera dado el mundo si quisiera, pero con los años ella se fue alejando de mí. No lo entendía, los dos nos amábamos y ella hizo que mi corazón frío comenzara a latir con fuerza por ella.

Ella no me quería, lo único que sabía de ella es que después de separarnos se casó. Pensé que yo sería el hombre con quien compartiría su vida, pero no.

La amaba y lo seguía haciendo, era horrible ver como la persona que más amabas, la única persona que serías capaz de todo por ella, se iba con otra persona a ser feliz.

Luego nos volvimos a encontrar y me soltó que tenía hijos, no me lo podía creer, yo quería también todo con ella, pero ella ya era feliz.

Pasaron cosas entre nosotros haciendo que tuviéramos tres niños hermosos, yo los quería a mi lado, pero ella no quería que sus hijos se acercaran a un monstruo como yo. Así que le demostré de todo lo que era capaz y me lleve a William y Jane conmigo.

Unos meses después había conocido a su hermana, era tan obediente y bueno, ella me entendía. Era obvio que no la amaba tanto como a su hermana, pero de ahí llego Agnes, mi hija hermosa.

Pero no todo era lindo, Adele había cambiado demasiado. Además, tenía a sus padres que me odiaban, lo que hizo que ellos se la llevaran estando embarazada de mi hija.

Después de meses la encontré, organice el ataque para que mataran a sus padres, pero a ella no. Pero los idiotas que puse para que llevaran a cabo el plan la mataron. Al llegar al lugar, la vi en el suelo tirada sin vida.

Sabía que debía hacer cualquier cosa para mantener con vida a Agnes, hasta que al menos pudiera nacer. Así que con magia oscura logramos que Agnes siguiera creciendo en el vientre de su madre hasta que nació.

Adele fue enterrada cerca de la mansión, hice un lugar especial para ella, porque gracias a ella tenía a mi hermosa hija, así que se merecía como poco eso.

Mire a William y este ya estaba durmiendo abrazado a mí, sonreí porque amaba ver a mis hijos dormir, era una paz enorme.

Daría todo lo que fuera por ellos.

Todavía recuerdo esa tarde, cuando te sentaste a mi lado. Viste a través de mi corazón, a través de mi vacío. Y me dijiste que escuchara, "¿qué me has hecho?" Dijiste, "¿qué has hecho?" "Algunas veces quiero superarte" "Quiero seguir adelante" Nunca olvidaré lo que tuvimos esa noche, estabas sosteniendo mis dos manos.

Like I Funeral — Erik Jonasson

NOTA DE AUTORA

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