Últimamente he estado, he estado perdiendo el sueño. Soñando con las cosas que podríamos ser, pero nena, he estado, he estado rezando mucho. Dije: "no más contar dólares". Estaremos contando estrellas. Sí, estaremos contando estrellas.

Counting Stars — One Republic

1 de Agosto de 1971

Hoy mi familia y los Potter iríamos al Callejon Diagon a comprarnos todo lo necesario para nuestro primer año en Hogwarts. La verdad es que estaba demasiado nerviosa por ir, pero también estaba emocionada porque por fin podría ver la Estación incluso lo más importante que era Hogwarts.

Los días siguientes a las cartas James y yo estuvimos hablando de lo que haríamos los primeros días, aún me acuerdo de uno de esos momentos.

—Vale, sugiero que los primeros días busquemos amigos —lo mire un poco indignada, cabe destacar que yo era una chica no muy sociable.

—¿Por qué? O sea tenemos a Emily, Mia, Kath, Sam, Brooke y a Marlene... Por no decir que Tyler estoy segura de que se nos unirá.

—Lex, sé que te cuesta socializar, pero lo haremos poco a poco y juntos, te lo prometo.

—¿Y si llega alguien mejor que yo y me dejas de lado? —él soltó una gran carcajada haciendo que yo lo mirara demasiado confundida.

—¿En serio crees que te cambiaría? Estás loca si piensas así —lo mire indignada—, pero así de loca te amo.

—¿Me dijiste loca? —James sonrió inocente.

—Tal vez.

—Eres idiota —James se acercó a mí.

—Me amas —negué— ¿A no? Pues te presento a señor cosquillas —lo mire divertida y empece a correr lejos de él— ¡Igualmente te pillaré mujer!

—¡Tal vez si! ¡Tal vez no! —seguí corriendo hasta que James sin ningún esfuerzo me atrapo y me empezó a hacer cosquillas— ¡James para! —intente soltarme mientras reía, pero era imposible— ¡Bien me rindo!

—¡Ja! Te gane —voltee los ojos y le di un golpe en el brazo— ¡Auch!

—Por gracioso —James me miro divertido—, quita esa cara. ¿A sí que tendré que socializar? —James asintió— Bien.

—Será divertido Lex, además ni que nadie cambiara al otro, yo sé que siempre voy a estar a tu lado.

—¿Me lo prometes? —susurré y él se acercó a mí para abrazarme.

—Te lo prometo Solecito, nadie jamás podrá ocupar tu hermoso lugar, además ya viste que soy una pulga pegada a ti. Ni aunque vengan cien personas a mi vida, ninguna se compara a mi hermoso Solecito.

—Te quiero muchísimo James —susurré abrazándole más fuerte.

—Yo te quiero muchísimo más Lex, siempre estaremos juntos. Además, somos Lex y James contra el mundo, nadie ni nada podrá con nosotros —sonreí.

—James y Lex contra el mundo, ¿siempre y para siempre? —lo mire.

—Siempre y para siempre —asentí— Además, ¿qué haría yo sin ti? Seguro que estaría perdido.

—No lo creo —James me tapo la boca.

—Calla anda —solté una pequeña risa y James aparto su mano para verme con una sonrisa— Amo demasiado verte sonreír, haría lo que fuera para verte sonreír toda la vida.

—¿En serio?

—Obvio que si, verte sonreír es una de mis cosas favoritas —me sonroje, solo él sabía como hacer que me sonrojara tan rápido—. Igual que verte sonrojada —lo golpee— ¡Auch! Ni que mintiera mujer.

—Calladito estás más guapo James —él me miro divertido.

—Estoy guapo de todas las maneras —volteé los ojos.

Esos momentos junto a él valían oro, agradecía enormemente tenerlo en mi vida.

—Lex, ¿estas lista? —estaba sentada en mi cama preparada para irnos y vi a Matthew con una sonrisa apoyado en el marco de la puerta.

—Si —sonreí demasiado emocionada mientras me levantaba y me acercaba a él para abrazarlo.

—Yo también te amo demasiado hermanita —susurro él.

—Yo más —susurré yo con una pequeña sonrisa. Por fin podría ir a Hogwarts con Tyler y con él.

—Este año te enseñaré un poco Hogwarts para que no andes tan perdida, ¿vale? —asentí—. Bien pequeño rayo de luz de mi vida, ¿estas lista para comprar tus cosas?

—Si —le dije emocionada, Matt me sonrió y agarro mi mano con cuidado para bajar. Como siempre los demás ya estaban listos para irnos.

—Mi pequeña princesa irá a Hogwarts —papá sonrió emocionado al igual que mamá— No puedo creer que ya tengas once años, aún me acuerdo cuando Matt te tomo en brazos por primera vez y mira ahora, ya irás a Hogwarts. Yo sé que estos años vas a crecer demasiado rápido —me acerque a papá con una sonrisa y lo abrace muy fuerte. Papá me tomo en brazos y me abrazo más fuerte, amaba demasiado a papá. Sin papá o Matt mi vida no sería igual, ellos eran mis héroes.

—Papá, siempre voy a ser tu princesa, ¿verdad? —lo miré.

—Obvio que si, aunque tengas ochenta años, tú siempre serás mi pequeña princesa, aun cuando te cases y tengas tu vida, papá estará ahí, todos lo estaremos. Pase lo que pase siempre estaremos juntos mi niña hermosa, no vamos a dejarte nunca sola Lex, siempre nos tendrás a tu lado apoyándote y ayudándote en todo —asentí y lo seguí abrazando.

—Papá tiene razón, no te dejaremos nunca —vi de reojo a Matt con una sonrisa haciéndome caricias en el brazo.

—Vamos niños, estoy demasiado ansioso por compraros las cosas —mamá se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.

—Querido, no sé quién está más emocionado, si ellos o tú —Matt, Emily, Tyler y yo miramos divertidos a papá.

—Shhhh... Andando tropa Stafford —los niños asentimos con una sonrisa y salimos todos de casa.

Al salir nos encontramos a los Potter y obviamente James y yo corrimos hacia el otro para darnos un fuerte abrazo.

—¿Lista? —susurro él con una sonrisa.

—Siempre —murmuré yo.

—Lexi se viene con nosotros —dijo Mia con una sonrisa.

—Mia, mujer... No puedes decidir eso —hablo Euphemia con una sonrisa.

—Lex, ¿vas con ellos? —me pregunto papá con una sonrisa y yo asentí.

—Bien gran familia, andando al Callejón Diagon —dijo Fleamont con una gran sonrisa.

—Papá, ¿por qué no vamos mejor con polvos flu? —le pregunto Matt, y a mi cabeza se vino ese momento donde casi perdemos a Tyler para siempre.

—Porque te recuerdo que la última vez que fuimos con ellos, Tyler acabo en otro sitio donde no debía y estuvimos un día entero buscándolo —solté una risa.

—Oh vamos solo fue una vez papá —Tyler se había indignado falsamente, porque sabíamos que a él también le hacía demasiada gracia.

—Me niego a ir con polvos flu después de tu inconveniente —Tyler le saco la lengua y subió al coche haciendo que todos riéramos.

Mi familia subió al coche y yo subí con los Potter a su coche, como siempre James estaba en medio de Mia y de mí. En todo el camino estuvimos hablando y riendo por las ocurrencias de Fleamont.

Al llegar los tres salimos y esperamos a que los señores Potter también salieran, mis padres junto a mis hermanos también llegaron.

—Vale, vamos a organizarnos... ¿Vamos primero a por vuestras varitas? —los tres asentimos emocionados y fuimos juntos hasta la tienda de varitas, llamada Ollivanders.

Al llegar entramos y Ollivander ya nos estaba esperando con una pequeña sonrisa.

—Ya pensé que no vendríais, señorita Potter y señor Potter, ¿serían tan amables de acercaros para ver vuestras varitas? —Mia y James se acercaron a él con una sonrisa. Primero fue el turno de Mia, tuvo unos pequeños problemas, pero a la segunda varita logro encontrar la suya.

—Interesante, esta varita mide 28 cm, madera de Carpe. Las varitas de carpe se adaptan más rápido que cualquier otra al estilo de magia de su dueño, y quedará tan personalizada en tan poco tiempo, que cualquier otro tendrá serias dificultades en usarlas incluso para el más simple de los conjuros... Por lo que veo tiene un núcleo de pelo de cola de Unicornio... El pelo de unicornio generalmente produce la magia más consistente, y es la menos susceptible a fluctuaciones y bloqueos. Son bastante fieles estas varitas con este núcleo, y normalmente permanecen fuertemente unidas a su primer dueño, sin importarle si es o no una bruja o mago exitoso... Cabe destacar que es bastante flexible —Mia estaba muy feliz y emocionada de tener esa varita, era hermosa, tenía algunos detalles incrustados y era perfecta para ella. Mia fue con sus padres emocionada enseñándoles la varita.

—Es hermosa —dijo ella y sus padres asintieron con una sonrisa.

James, en cambio, a la tercera encontró su varita o mejor dicho su varita lo encontró a él.

—Veamos —Ollivander agarro la varita—. Esta varita mide 28,5 cm, su estructura está hecha de madera de caoba. El árbol de caoba simboliza fuerza, seguridad, protección y practicidad. También cabe destacar que esta varita señor Potter tal vez refleje su carácter y por eso la varita lo eligió —James era una persona demasiado protectora, tal vez por eso la varita lo escogió a él— Su núcleo es de fibra de corazón de Dragón... Los nervios de corazón de dragón producen las varitas de mayor poder, y con la capacidad para realizar los hechizos más extravagantes. Las varitas de dragón tienden a aprender con más rapidez que los otros tipos... Es flexible y perfecta para Transformaciones, es una excelente varita señor Potter, al igual que la de su hermana.

James sonrió y se acercó a mí para darme un beso en la mejilla, fue hasta sus padres para enseñarles la varita. Ahora mismo me encontraba demasiado nerviosa.

—Señorita Stafford, acérquese. Creí que nunca tendría el privilegio de tenerla —lo mire un poco confundida, pero me acerque hasta él que tenía una varita preparada para mí—. Veamos —me la extendió y la agité, pero por desgracia demasiadas cajas de varitas cayeron al suelo— Más bien no —Ollivander fue a buscar otra y la saco de la caja—. Prueba esta —me la entrego y volví a hacer lo mismo que antes, pero esta vez un jarrón exploto en pedazos—. No, no, definitivamente esa no... —deje rápidamente la varita en la mesa con cuidado— No importa —él fue a buscar otra y yo mire a mis padres preocupada.

—Tranquila cariño, no eres ni la primera ni la última en hacer eso —me dijo papá con una sonrisa y yo asentí poco convencida.

—Es posible —miré a Ollivander acercándose con una caja de una varita, la saco y se acercó a mí para entregármela. Cuando la tuve en mi mano sentí como un súbito de calor en los dedos, como si la varita ya me hubiera elegido y sabía perfectamente que esta varita sería la mía—. Curioso, muy curioso.

—Disculpe señor Ollivander pero, ¿qué es lo curioso? —lo mire confundida.

—Recuerdo cada varita que he vendido señorita Stafford y resuelta que la cola de Fénix, cuya pluma contiene tu varita, dio otras dos plumas, solo dos más. Es curioso que estuvieras destinada a esta varita, ya que su hermana la tiene una persona que hizo horribles cosas señorita Stafford.

—¿A quién perteneció la otra? —vi a mis hermanos, Mia y James confundidos y luego dirigí mi vista un momento a mis padres que me miraban demasiado preocupados.

—Nunca pronunciamos su nombre, la varita escoge a su mago o bruja señorita Stafford. Nunca está del todo claro del porqué, pero lo que si está claro es que podemos esperar grandes cosas de ti. Al fin y al cabo el que no debe ser nombrado hizo grandes cosas, terribles si, pero grandiosas —sabía de quién hablaba supongo que a veces espiar a papá era un poco malo, pero sabía que hablaba de Tom Riddle, mejor conocido como Lord Voldemort.

Yo no sabía que decir era demasiada información, papá se acercó a Ollivander para pagarle la varita al igual que Fleamont. Euphemia me agarro de la mano para sacarme fuera con los demás.

—Cariño, ¿estás bien? —asentí, minutos después salió mi padre junto a Fleamont y papá se acercó a mí.

—Lex cielo, tú no te preocupes de nada, mientras papá este aquí nada malo te pasara —asentí, luego fuimos a comer algo. Estuvimos hablando de cualquier cosa, pero yo no les preste atención, no entendía por qué el señor Ollivander había dicho que esperaban grandes cosas de mí. Solo era una bruja mediocre, aún no podía creer que compartiera núcleo con Voldemort.

Después de comer Euphemia y Mamá fueron a comprar nuestros libros junto a Matt y Tyler. James se acercó a mí un poco preocupado y me abrazo.

—Mientras yo este aquí nadie podrá lastimarte Lex —susurro él y yo solo lo abrace más fuerte—, te quiero muchísimo Lex.

—Yo también te quiero demasiado James —murmuré mientras lo seguía abrazando y aguantando las ganas de llorar. Tenía once años y solo podía pensar en lo que me podría esperar estando en Hogwarts o simplemente a lo largo de los años y era algo aterrador saber que el mundo esperaba mucho de mí.

Tenía mucho miedo, porque solo era una niña débil, sin valentía que simplemente guardaba todo y sinceramente no sabía que hacer con toda la información.

Debo irme, ¿debo dejarlo ir? Pero no puedo, es como si estuviera parada en el fondo de un hoyo con una pala en mi mano. Soy demasiado buena para fingir, soy demasiado buena para hacer que parezca que no quiero a nadie más. Incluso empecé a engañarme, soy demasiado buena.

Faking It — Sasha Sloan

NOTA DE AUTORA

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