¿Cómo podría dejarte caer sola mientras estoy borracho con otra persona? Si caemos, entonces caemos juntos. Dirán que pudiste hacer cualquier cosa, dirán que fui inteligente. Si caemos, entonces caemos juntos. Nos saldremos con la nuestra, vamos a demostrarles que somos mejores.

Paris — The Chainsmokers

27 de julio de 1969

Bueno, hoy no era para nada un día bueno y era porque Marlene se mudaba lejos de aquí por unos temas que ninguna sabía.

Aun recuerdo perfectamente el día que me lo dijo, las dos lloramos es verdad. Supongo que fue algo difícil de asimilar porque éramos muy unidas y eso todo el mundo lo sabía.

—Te prometo que no voy a olvidarte, además en dos años nos veremos en Hogwarts y te prometo que seré una garrapata pegada a ti al igual que tú conmigo.

—¿Y si no recibo la carta? —Marlene me agarro de los hombros.

—Claro que la recibirás, eres la maga más talentosa que conozco —la mire— Eres una niña maravillosa y sé muy bien que irás a Hogwarts y estaremos juntas haciendo de las nuestras con el idiota de James —asentí con una pequeña sonrisa.

—¿Me prometes que seguiremos siendo mejores amigas?

—Obvio Lexi, tú de mí no te librarás tan fácilmente —me regalo una sonrisa.

—Ni tú de mí.

—Más te vale Madeline porque como me dejes, te perseguiré hasta el fin de los tiempos —solté una pequeña risa.

—Está bien Leila —las dos soltamos una gran carcajada.

—Odio mi segundo nombre.

—Odiamos.

—El tuyo si es lindo mujer —negué—. Que mujer más terca por Merlín —reí.

—Gracias —voltee los ojos divertida.

—De nada Lexi Lexi —volví a soltar una pequeña risa.

—Te voy a echar muchísimo de menos Marls —susurré.

—Yo también Lex, no tienes ni idea de la falta que me harás estos dos años... —me acerque a ella y la abrace con todas las fuerzas posibles, como si tuviera miedo de perderla y no verla nunca más.

—Lo mismo te digo, no sé que haría sin ti en mi vida.

—Obviamente, morirte de aburrimiento —solté una pequeña risa, ella siempre sabía como hacerme reír.

—Seguro que si Marls.

—Al igual que yo, ¿qué haré ahora yo sin mi compañera de aventuras? Aunque tú evitas que se salgan de control.

—Bueno, pero tampoco puedo impedir todas tus locuras.

—Por eso te amo demasiado hermana.

Los McKinnon y los Stafford fueron relativamente unidos, digamos que su padre y el mío junto al señor Potter y una persona más que desconozco el nombre, eran muy amigos. Al igual que la madre de Marls, mi madre y la madre de James. Y que puedo deciros de los hijos, Matt se llevaba muy bien con Henry, el hijo mayor de los McKinnon, era un chico muy amigable y siempre sabía como hacerte reír. Tyler y Max también eran muy unidos, supongo que los dos tenían muchas cosas en común. Luego estaba Lizzie y Anne que eran las pequeñas y se entendían perfectamente se parecían a Marlene y a mí.

Cada Stafford tenía a su McKinnon por lo que había entendido con los años y estaba demasiado feliz de tener a Marlene a mi lado.

—Además, sé que no te libraras de mí, porque cada McKinnon necesita a su Stafford y yo necesito de mi mejor amiga siempre.

—¿Y si? —ella me tapo la boca.

—Nada, siempre será así. Lex y Marls siempre juntas luchando contra todo —asentí y ella me abrazo muy fuerte— Pase lo que pase siempre seremos mejores amigas Lex.

—¿Siempre?

—Siempre —volví a asentir con lágrimas en los ojos.

—No quiero que te vayas —susurre.

—Ni yo, pero si le vemos el lado bueno, en dos años estaremos juntas en Hogwarts y señorita seré una garrapata pegada a ti. Incluso te meteré en la maleta para llevarte conmigo en las vacaciones de invierno y si se puede en las de verano también —la mire con una sonrisa.

—Te quiero mucho Marls.

—Yo te quiero mucho más Lexi —me miro con una sonrisa.

—Marls, quiero decir una cosa —ella me miro confundida.

—¿Qué ocurre?

—Quiero decirte que tú eres más que mi mejor amiga y mi compañera de juegos. Tú eres mi familia Marls, siempre será así —las dos teníamos los ojos cristalizados.

—Y tú la mía Lex —nos volvimos a abrazar lo más fuerte posible, como si tuviéramos miedo de perder a la otra.

Marls era la mejor amiga que todo el mundo quería tener, siempre sabía como sacarte una sonrisa o simplemente como hacerte sentir bien. Ese era su increíble don, saber como hacer que una persona estuviera bien, la amaba demasiado y saber que la tendría siempre a mi lado era algo increíble.

—Te prometo que estos dos años se pasarán volando y nos veremos en Hogwarts —asentí y nos seguimos abrazando.

Recuerdo que después de este día, Marls y yo nos la pasábamos juntas, a veces iba yo a su casa, otras veces venía ella y siempre hacíamos algo divertido junto a James.

Hoy Marlene y su familia se iban a Edimburgo, ya que su padre encontró un buen empleo ahí, así que ellos se irían, pero eso no significaba que Marls o yo no nos mandáramos cartas siempre que pudiéramos. Además, como ella dijo nos veríamos en Hogwarts, solo faltaban dos años y sabía que en compañía de James, Mia y Niko se pasaría demasiado rápido.

La familia McKinnon había venido ayer a pasar todo el día y a dormir a nuestra casa a petición de Marlene y Max. Lograron convencer a sus padres con ayuda de papá, así que ayer llegaron y junto a los Potter pasamos todo el día riendo y disfrutando del día.

James, Mia, Marlene y yo dormimos en mi cuarto. Fue algo complicado, pero nada que un poco de magia no arreglara, papá logro que hubiera dos colchones para Mia y James, ya que Marlene quería dormir conmigo.

Pero recuerdo que horas antes me había despertado por culpa de una pesadilla y fui con James.

Me acerqué a él con cuidado de no despertar a Marlene o a Mia y lo moví un poco.

—¿Si? —me dijo el somnoliento y con los ojos cerrados.

—James, ¿puedo dormir contigo? —él abrió los ojos y me miro.

—¿Otra pesadilla? —susurro y yo solo me limité a asentir. James me regalo una pequeña sonrisa y me dejo un hueco a su lado— Ven Solecito —asentí y me acosté a su lado abrazándolo fuerte al igual que él a mí mientras me dejaba pequeñas caricias en el pelo— Todo está bien, solo fue un mal sueño y yo estoy aquí.

—¿Y si algún día ya no estas?

—Es demasiado complicado que tú te libres de mí tan fácilmente.

—Estás muy convencido de ello —lo miré.

—Obvio, lo siento señorita, pero eres demasiado importante para a mí, así que no te dejaré ir tan fácilmente.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo —me abrazo más fuerte y yo sonreí mientras cerraba los ojos para volver a dormir— Buenas noches Solecito —susurro él dejándome un beso en la frente.

—Buenas noches idiota —susurré y me dormí con una pequeña sonrisa en la cara y abrazada a él.

Horas después la primera que se despertó fui yo, pero no quería moverme para no despertar a James que me estaba abrazando. Era lindo ver a James dormir, solía hacer algunos pequeños pucheros.

—Sé que soy lindo —dijo él con los ojos cerrados lo que hizo que yo me sonrojara y le diera la espalda— Venga ya Solecito, no me des la espalda —me abrazo y yo sonreí.

—Lo que tú digas señorito —los dos soltamos una pequeña risa y nos levantamos.

—¿Las dejamos durmiendo un rato más? —asentí y cada uno se fue al baño. Al salir James me estaba esperando con una sonrisa.

—Bajemos.

—Si señorita —asentí sonriendo y los dos bajamos con dirección a la cocina. Al llegar los adultos ya estaban despiertos tomando su café y hablando.

—Wow, que madrugadores —nos dijo Melissa con una sonrisa.

—Yo quería seguir durmiendo, pero la señorita no me dejo —lo miré indignada y le di un golpe en el brazo— ¡Auch! —los adultos soltaron una carcajada.

—Eres un mentiroso James.

—Idiota si, pero mentiroso nunca señorita —voltee los ojos y me senté en la mesa— Solecito no te enfades —James se sentó a mi lado, me dio un beso en la mejilla y me abrazo por los hombros haciendo que sonriera.

—¡Buenos días hermosa familia! —se escuchó la voz de Tyler y unos segundos después apareció en la cocina seguido de Matthew, Marlene, Mia y los hermanos de Marlene.

—¿Estás creando tu propio ejército? —le pregunto papá demasiado divertido.

—¿Por qué lo dices? —Papá negó divertido.

—Déjalo anda —la tropa se sentó y todos empezamos a desayunar entre risas y anécdotas de los mayores cuando estaban en Hogwarts.

Al terminar los McKinnon subieron para prepararse en lo que nosotros esperábamos abajo. No quería que se fueran, pero era lo mejor supongo o eso quería creer.

Un rato después todos bajaron y los adultos se despidieron, yo no quería hacerlo ahora, me estaba doliendo demasiado toda esa situación. Todos salimos y empezaron a subir al coche. Mire a Marlene y ella me miro a mí para después fundirnos en un fuerte abrazo.

—Cuídate mucho Lex —susurro ella, las dos estábamos aguantando las ganas de llorar.

—Tú igual Marls —susurré.

Estuvimos unos segundos más hasta que ya era hora de separarse. Marls me miro con los ojos cristalizados y entro al coche. James se acercó a mí y me abrazo por los hombros, sabía que en cualquier momento rompería en llanto, él me conocía demasiado bien.

El coche empezó a alejarse y yo rompí en llanto.

—Solecito, no llores. Te prometo que en dos años la veremos y siempre podéis mandaros cartas.

—No es lo mismo —susurré.

—Lo sé, pero la volverás a ver. Ya lo verás —asentí y James siguió abrazándome.

Sería difícil sin ella, pero sabía que en dos años la volvería a ver y haríamos muchas cosas en compañía de James y de los demás.

Porque si, lo decimos y terminamos, sé que... No debería decir eso, me sigue importando, pero me sigue importando. E incluso cuando te vayas, espero que sepas que... Estaré ahí, estaré ahí, estaré ahí para ti.

For you — Why Don't We

NOTA DE AUTORA

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