Dime lo que quieres escuchar, algo que iluminará tus oídos. Estoy cansado de toda la insinceridad, así que voy a revelar todos mis secretos. Esta vez, no necesito otra mentira perfecta, no me importa si los críticos se ponen en fila. Voy a revelar todos mis secretos.

Secrets — OneRepublic

Después de hablarlo con Dumbledore, James y yo decidimos vivir en otra parte, los Merodeadores ya sabían la situación. Ahora nos teníamos que separar para mantenernos todos a salvo.

Hace unos días Dumbledore nos había dicho de un encantamiento, El encantamiento Fidelio, era un encantamiento muy complejo, se usaba para ocultar un secreto en el alma de un individuo; aquel mago o bruja cuya alma albergará el secreto era conocido como el Guardián del secreto. El lugar cuya ubicación haya sido protegida por este hechizo se vuelve invisible, intangible, inmarcable e insonoro.

Así que decidimos mudarnos a una bonita casa en Godric's Hollow, sin duda era un buen lugar para esconderse, Aileen y las gemelas estaban muy felices. Max y Timmy irían a vivir con los Potter, porque ellos debían volver a Hogwarts y en nuestra situación era imposible que vivieran con nosotros. Obvio que nos llevamos a Niko, no podía dejarlo con nadie, además era demasiado especial para mí y prefería que estuviera conmigo.

Hace unos días hablamos con Sirius para que fuera el Guardián del secreto y este aceptó sin ninguna duda.

Ahora se encontraban James y él fuera de la casa haciendo el encantamiento, jamás pensé que llegaría hasta este punto, nunca me imaginé que esto podría pasarnos a nosotros. Estaba viéndolos por la ventana y últimamente James estaba muy cansado y me sentía mal que tuviera que cargar con tanto.

Cuando acabaron entraron y se sentaron en el sofá.

—Creo que lo mejor es que solo muy pocas personas sepan de esta localización, no quiero que os pase nada... Pero Remus y yo os protegeremos.

—¿Sabes algo de Peter?

—Su madre está cada día peor —se me hacía muy raro el comportamiento de Peter últimamente y no quería sacar conclusiones precipitadas, no quería pensar que él pudiera ser el traidor.

Hace una semana hubo una Reunión de la Orden diciendo que podía haber un traidor que estuviera proporcionando información a Voldemort y últimamente Peter no iba casi a las reuniones y siempre sacaba una excusa para irse.

Quería creerle, pero en estos tiempos, solo podía confiar en pocas personas, pero creo que me estaba volviendo loca porque nuestro Peter no podría traicionarnos, así que me saque esa idea de la cabeza.

Últimamente las cosas se estaban poniendo feas en el grupo, ya que Sirius pensaba que el traidor podría ser Remus, pero con un golpe en la nuca de parte mío, se le quitó esa estúpida idea.

—No puedo creer que ahora tenga que esconderme con mi familia, ojalá acabe esto pronto —James cerró un poco los ojos y Sirius tenía una mirada triste.

—Papá —Aileen se acercó corriendo hacia James con una hoja y él abrió los ojos y sonrió para después cogerla en brazos y ponerla en sus piernas.

—¿Qué pasa cielo?

—Mira lo que he hecho —le enseño el dibujo donde salíamos todos nosotros y James tenía un bebé en brazos, al igual que yo.

—Pero mira que obra de arte ha hecho mi niña, vamos a pegarlo en algún sitio —James se levantó con ella en brazos y se fueron.

—Lexi, ¿estás bien?

—No, no quiero vivir así, no quiero que vosotros viváis así... Merecéis ser felices todos —él se levantó y se sentó a mi lado.

—Escúchame, saldremos de esta juntos... Somos una familia Lexi, así que porque no mejor te acompaño a tu cuarto y descansas un poco, te irá muy bien... Además, debes relajarte porque llevas dos bebés y estresarte no les hace bien.

Una vez allí me tumbé en la cama y él me arropo.

—Descansa Lexi —cerré los ojos y caí rendida.

Estaba en un lugar muy conocido, hacía tiempo que no estaba por aquí.

—Querida —me di la vuelta para encontrarme con Godric Gryffindor.

—Hace tiempo que no te veo y por lo que veo esta visita es porque quieres decirme algo.

—Estás en lo cierto, aunque también echo de menos conversar contigo... Quiero hablarte sobre tus dones... En especial uno que es de protección.

—¿El de protección a cualquier hechizo? —él asintió.

—Te acuerdas que te dije que tú ponías dar tu don a la gente que quisieras, pero que cada vez que lo ibas dando tú te quedabas sin él —ese era el problema de este don. Asentí.

—Pero, ¿Por qué me estás diciendo esto ahora?

—Tus hijos gracias a este don están protegidos cuando están en tu vientre, claro que una vez fuera dejan de estarlo, pero cuando están en tu vientre están protegidos de cualquier hechizo que te lancen. Aunque tú ya no tuvieras el don, ellos allí dentro si lo seguirían teniendo hasta que nacieran.

—Pero hay un hechizo especial para mí que puedo hacer que quede en ellos una vez que hayan nacido —él asintió.

—Lexi, eres muy poderosa... Sin duda una maga extraordinaria, pero cuídate porque como ya has visto las cosas se están poniendo muy pero muy feas.

—Lo sé... Pero, ¿Cómo sé que ya no tengo el don?

—Una parte de ti lo sentirá, no te preocupes —asentí— Lexi, lucha por tu familia, lucha por el Mundo Mágico y gana... Demuéstrales a todos de lo que eres capaz y nunca te rindas, algún día cuando seas una anciana y tengas que pasar a mejor vida, aquí estaré para recibirte a ti y a tu familia.

—¿Ellos están aquí? —él sabía a lo que me refería.

—Si están un poco más alejados de aquí —asentí.

De pronto escuché que alguien me llamaba a lo lejos.

—¡LEXI! —me giré y vi a Matthew corriendo hacia mí yo automáticamente también lo hice y cuando estuve lo bastante cerca y con lágrimas en los ojos lo abracé.

—Matthew.

—Mi hermanita hermosa... Estoy tan feliz por ti... Gracias por cuidar de Aileen.

—Te echo muchísimo de menos y a William también.

—Nosotros también, pero siempre hemos estado a tu lado... Estoy muy orgulloso de todo lo que has logrado, así que ve allí y patea todos los traseros posibles, demuéstrales de lo que es capaz un Stafford.

—¿Y si ya no puedo más? —le pregunte mientras dejaba las lágrimas caer. Él me regalo una sonrisa mientras me acariciaba la mejilla.

—Puedes con todo mi pequeña luchadora, eres mi hermana y no sabes lo orgulloso que estoy de ti. Siento mucho haberme ido así y dejarte sola, no tenía opción.

—Matt, te necesito —susurré.

—Siempre estaré para ti pase lo que pase, aunque no me veas aquí estoy para protegerte de todo lo malo.

—¿Cuándo nos volveremos a ver? 

—Bueno, espero que no muy pronto, quiero que vivas tu vida sin importar nada, sé feliz, te prometo que pronto todo acabara. Solo sigue luchando con todas tus fuerzas.

—Te quiero muchísimo —susurré.

—Yo también... Mi hermana, mi responsabilidad —sonreí un poco.

—Mi hermano, mi responsabilidad.

Matthew tenía razón, ellos habían sacrificado para que tuviera esta oportunidad de vivir y yo lucharía por la familia que me quedaba, lucharía con todas mis fuerzas para que al fin todos fuéramos felices.

Amar puede doler, el amor puede doler a veces, pero es lo único que sé. Cuando se pone difícil, sabes, a veces se puede poner difícil. Es lo único que nos hace sentir vivos, guardamos este amor en una fotografía. Hicimos estos recuerdos para nosotros mismos, donde nuestros ojos nunca se cierran. Nuestros corazones nunca se rompen, y el tiempo está congelado para siempre. Así que puedes llevarme, dentro del bolsillo de tus jeans rasgados. Sostenerme cerca hasta que nuestros ojos se encuentren, y jamás estarás sola, espera a que vuelva a casa.

Photograph — Ed Sheeran

NOTA DE AUTORA

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