101. Adiós Hogwarts
Y otro muerde el polvo. Oh, ¿por qué no puedo conquistar el amor? Y podría haber pensado que éramos uno. Quería luchar esta guerra sin armas, y lo deseaba, lo deseaba tanto, pero había demasiadas banderas rojas. Ahora otro muerde el polvo, sí, seamos claros, no confiaré en nadie.
Elastic Heart — Sia
15 de junio de 1978
Sin duda alguna ya habíamos llegado al final del curso, ya no volveríamos a Hogwarts, ya no iría con los Merodeadores por todo los alrededores, ya no haríamos bromas, ya no vería a los profesores como lo hacía todos los días.
Ahora debíamos salir, trabajar y cuidar de nuestra pequeña familia, si hace tres años viniera alguien y me dijera todo esto, estaba segura de que me reiría en su cara. Nunca pensé que mi vida cambiaría tanto, pero a pesar de todo el dolor, los tenía a ellos, lo tenía a él.
Edgar cuando se enteró de que estaba embarazada casi le da algo, me acuerdo que James y yo quedamos con él en Hogsmeade. Aileen no podía venir por su seguridad, pero cuando acabáramos las clases iríamos con los Potter.
—¿Estás segura de que es buena idea? —estábamos caminando para ir a Las Tres Escobas, que es donde nos esperaba Edgar para darle la noticia.
En cambio, James no pudo esperar y se lo contó por carta a sus padres, sin duda Euphemia había llorado, dijo que podría tener la oportunidad de ver a sus nietos.
—No seas un miedoso Potter —le agarré de la mano porque él estaba muy nervioso.
—Ya claro, como para no estarlo... Estamos hablando de Edgar, mejor amigo de tu hermano y si él es igual a tu hermano, mi vida está acabada... Pero quedará en tu conciencia —volteé los ojos divertida.
—No seas tan exagerado Potter, no vas a morir, así que deja tu tontería y vámonos —al llegar vimos a lo lejos sentado a Edgar que estaba tomando una cerveza de mantequilla.
—Vale, iré a por nuestras bebidas —asentí y me acerqué a la mesa donde estaba Edgar, él al notar mi presencia se levantó feliz y me abrazó, menos mal que tenía el hechizo porque quería que fuera sorpresa.
—Dios Lexi, han pasado ya varios meses desde que no te vi... ¿Cómo estás? —nos separamos y él me ayudó a sentarme.
—Todo bien Edgar, ¿y tú? —hacía tiempo que no lo veía, solo nos mandábamos cartas porque el Ministerio lo tenía un poco ocupado.
—Bueno, sé que te enfadaras, pero me casé y estoy esperando a mi primer hijo —le mire sorprendida.
—¿Por qué no me lo dijiste? —James llegó con nuestras bebidas.
—Quería decírtelo en persona —James me entregó una taza de chocolate caliente y él una cerveza de mantequilla— Potter.
James tragó saliva mientras sonreía.
—Bones.
Edgar soltó una gran carcajada.
—Por Merlín dejemos las formalidades... Solo dime Edgar —James asintió.
—Nosotros también tenemos novedades —Edgar me miró confundido.
—Cuéntame.
Le enseñé el anillo y me levanté para quitar el hechizo, sin duda alguna Edgar estaba muy sorprendido.
—Potter, es mejor que corras —James asustado se levantó y se echó a correr fuera del local con un enfadado Edgar detrás de él.
Bueno, supongo que fue mejor de lo que esperaba.
Fue sin duda un buen recuerdo, aunque casi pierdo a mi futuro esposo y padre de mis hijos.
Ahora estaba en el Gran Comedor con las chicas, ya que este sería el último desayuno que tendríamos, sin duda echaría muchísimo de menos esto, pero sé que se vienen nuevos momentos que crearé con mi familia.
Marlene en nada debía dar a luz a su pequeño, así que Sirius estaba más alerta que nunca. A mí todavía me quedaba un poco, pero ya estaba demasiado ansiosa por darles la bienvenida.
Los chicos desde anoche andaban desaparecidos y sabía el motivo, la gran broma, que seguro le haría un pequeño infarto a Minnie.
—Es triste que este sea nuestro último año —habló Mary.
—Gracias a Hogwarts hice grandes amistades —hablo esta vez Lily.
—Yo sigo teniendo a mi hermana —me abrazó Marlene por los hombros con una sonrisa.
—Siempre vamos a estar juntas —continuó Dorcas.
—Siempre —finalicé yo.
—Exacto —dijo Tessa con una gran sonrisa.
—Somos una gran familia sin duda alguna —hablo Mia con una sonrisa a lo que todas asentimos, sin duda alguna éramos una gran familia.
De pronto empezó a sonar Rasputin de Boney M, ya sabía de quién se trataba, mire a las chicas y estas tenían una gran sonrisa en la cara, al igual que los demás alumnos.
Empezaron los fuegos artificiales, el confetti y sin previo aviso los chicos estaban vestidos con ropa tradicional de Rusia bailando encima de la mesa con la canción de fondo.
Todo el lugar se convirtió en una fiesta con música en el fondo, miré hacia la mesa de Slytherin y Regulus junto a Helena y Charlus se levantaron con una sonrisa y se dirigieron hacia nosotras. Los demás Slytherin pusieron una cara de desagrado, pero no me importaba en lo más mínimo.
Sin esperarlo, a todos los Slytherin se les puso la cara roja y llena de granos, también al levantarse les salieron una cola de cerdo a cada uno.
De pronto todo el Gran Comedor se llenó de risas, y a McGonagall casi le da algo al ver todo el panorama, pero detrás de ese terror supongo que estaba feliz y triste a la vez, sin duda alguna la iba a echar de menos.
Los chicos seguían bailando a la par de la música, y todos los alumnos también siguieron sus pasos y no paraban de aplaudirles, yo me acerqué a la Profesora McGonagall.
—Le echaré de menos Profesora McGonagall —ella me miró con una sonrisa.
—Yo también querida, ha sido todo un placer ser vuestra profesora y jefa de casa... Sin duda alguna me haréis mucha falta aquí.
—¿Puedo pedirle un favor?
—Claro que sí.
—Me gustaría que fuera la madrina de una de mis hijas —le dije con una sonrisa y a ella las lágrimas amenazaron con salirse.
—¿De verdad queréis que yo lo sea?
—Sí, James y yo lo hablamos... Usted siempre ha estado allí para nosotros en Hogwarts —ella sin decir nada más soltó algunas lágrimas y me abrazó.
—Querida, quiero que sepas que para mí eres como una hija y te he visto crecer durante todos estos años y quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti. Gracias por confiar en mi cielo y gracias por todos los lindos momentos que me habéis brindado.
—Gracias a usted profesora McGonagall, por querernos como si fuéramos sus hijos.
Al separarnos vi a James que me miraba con una sonrisa y yo se la correspondí.
Sin duda nos esperaba una nueva etapa juntos, así que la disfrutaría al máximo.
A donde vayas, te seguiré. Te estoy suplicando que tomes mi mano y derrumbes mis planes, ese es mi hombre. La vida era un sauce que terminó doblándose ante tu viento, con mi cabeza sobre la almohada pude sentirte entrando sigilosamente. Como si fueras una criatura mitológica, como si fueras un trofeo o un anillo de victoria, eras un premio por el que haría trampa para poder ganarlo.
Willow — Taylor Swift
NOTA DE AUTORA
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Espero que os haya gustado el capítulo, no olvides comentar y votar.
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es historias.wattpad_ también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #destinywattpad ❤
Os amo❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro