10. ¡Feliz Navidad!
Y yo no soy la única que debías encontrar. No depende de ti, no depende de mí, cuando todo el mundo nos dice que podemos ser. ¿Y como podemos reescribir las estrellas? Diciendo que el mundo puede ser nuestro esta noche. Todo lo que quiero es volar contigo, todo lo que quiero es caer contigo.
Rewrite The Stars — James Arthur & Anne Marie
25 de diciembre de 1966
Hoy era Navidad por fin y Matthew había llegado hace unos días para pasar las Navidades con nosotros. Recuerdo que lo estuve esperando fuera con tía Abby que había venido a quedarse unos días con nosotros.
Papá y Mamá fueron a buscarlo mientras nosotras dos esperábamos junto a Tyler y Lizzie. Estaba muy nerviosa, ya que habían pasado unos meses y tenía muchas ganas de verlo por fin, estaba tan metida en mis pensamientos que note de pronto como mi tía me movía ligeramente.
—Mira quien esta enfrente —ella me regalo una sonrisa y yo vi confundida en la dirección que me decía para ver a Matthew hablando con Papá muy emocionado.
—¡Matthew! —él me miro con una sonrisa mientras yo corría hacia él tanto como mis piernas me lo permitieran.
—¡Lex! —él también corrió hacia mi dirección y cuando ya estuvimos lo bastante cerca él me tomo en brazos dándome vueltas haciendo que riera mientras lágrimas comenzaban a salir de mis ojos.
—Te he echado mucho de menos —susurré mientras lo abrazaba muy fuerte.
—Yo también enana —seguimos abrazados un buen rato hasta que él fue el primero en separarse y me limpio delicadamente las lágrimas— Mi hermana, mi responsabilidad.
—Mi hermano, mi responsabilidad —susurré.
—Siempre estaremos juntos pequeña, pase lo que pase tú serás la mujer que más ame en toda mi vida Lex. Siempre serás mi motivo para seguir luchando —susurro él con una sonrisa.
—¿Siempre?
—Siempre —sonreí.
—Niños vámonos a casa —hablo mi madre con una sonrisa y los dos asentimos, subimos al coche y en ningún momento Matt y yo nos separamos.
Recuerdo que ese día no dormimos casi nada porque me estuvo contando lo genial que era Hogwarts y todas las cosas nuevas que había hecho, los dos queríamos que fuera mi momento para ir. Matt me contó que hizo muchos amigos y había un en especial que Matt no paraba de hablarme de él. Se llamaba Edgar Bones, un niño que fue seleccionado en Hufflepuff, tenía la misma edad de Matt. Según mi hermano era muy divertido y amable, siempre sacaba sonrisas aun cuando no hubiera motivos.
Hace unos días había llegado para pasar las Navidades con nosotros, al igual que toda nuestra familia y los Potter.
—Cariño, ¿ya estas lista? —tía Abby entro con una sonrisa.
—Si, pero me ayudas con el pelo por favor —ella se acercó a mí con la misma sonrisa.
—Obvio que si mi pequeño tesoro —empezó a peinarme con delicadeza el pelo mientras yo jugaba con mis manos— ¿Todo bien cielo? —dejo de peinarme para mirarme un poco preocupada.
—Si —susurre.
—Puedes contarme ya lo sabes, tía Abby no te dirá nada malo —asentí.
—¿Crees que soy mala?
—Claro que no mi niña, eres la niña más maravillosa que conozco. Todo el mundo lo sabe, eres una niña divertida, simpática, amable... Eres un angelito que siempre está ahí cielo, eres la alegría de todos, al igual que la luz que ilumina nuestras vidas...
—¿Y si algún día soy mala?
—Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo que importa es qué parte decidimos potenciar. Y yo sé que tú sabrás tomar el camino correcto, además no estás sola. Nosotros estaremos ahí para ayudarte pase lo que pase.
—¿Siempre? —la miré con lágrimas en los ojos.
—Siempre —me abrazo mientras lloraba porque sabía que después sería complicado, porque no quería preocupar a nadie y sabía que tía Abby no diría nada y me comprendería.
—Lo siento tía Abby por llorar.
—Ey, mírame —me agarro delicadamente la cara— No pidas perdón nunca por eso, somos humanos cielo no estamos hechos de piedra, así que si quieres llorar, llora Lex. Si quieres gritar, grita, pero jamás guardes tus lágrimas o como te sientas. Hasta las personas más fuertes se pueden derrumbar cielo.
—Pero llorar es de débiles...
—Eso es mentira. Llorar es de fuertes cielo, eso demuestra que después de todo tuviste el valor de llorar a pesar de todo, es de valientes porque demuestras que hasta la persona más fuerte puede llegar a romperse. Pero eso no significa que seas débil cariño. Lex eres una persona fuerte y eres joven. No sé lo que te está pasando, ni voy a obligarte a contármelo, solo quiero que sepas que cuando estés lista para abrirte a mí, yo estaré ahí para escucharte pase lo que pase.
—¿Me lo prometes?
—Te lo prometo —susurro mientras me volvía a abrazar.
—Te quiero mucho —susurré.
—Yo te quiero mucho más mi pequeña —estuvimos un rato más abrazadas en silencio, hasta que ella se separó y me miro con una sonrisa— Bueno cariño, ¿qué te parece si termino de peinarte? Todos ya están abajo —asentí con una sonrisa.
Tía Abby me había hecho una trenza con algunos mechones sueltos, llevaba un vestido rojo con un lazo pequeño en la espalda y en los pies llevaba unas bailarinas blancas.
—Estás hermosa cielo —yo le regalé una sonrisa en lo que me levantaba de la silla para poder salir con mi tía de la habitación.
—Gracias.
—Vamos los Potter también están y James se muere por verte —la miré emocionada mientras le daba la mano y juntas salimos de mi habitación para bajar las escaleras. Abajo se encontraba James jugando con sus manos— James querido, ¿todo bien?
James levantó su mirada y nos miró a las dos con una sonrisa. Estaba vestido con una camisa blanca y una americana negra al igual que sus pantalones.
—Todo bien, señora Stafford —le sonrió para luego mirarme a mí— Estás muy guapa Lex.
—Gracias —me sonrojé por su comentario haciendo que tía Abby riera.
—Sois demasiado adorables —miro a James con una sonrisa— Por favor dime Abigail o Abby como más te guste, señora Stafford es horrible —James asintió con una sonrisa y se acercó a mí para abrazarme.
Le abrace más fuerte mientras veía como tía Abby se iba con una sonrisa en su rostro, voltee los ojos y seguí abrazándolo.
—Feliz Navidad Lex —susurro.
—Feliz Navidad James —le dije de la misma manera.
De pronto una tos falsa nos interrumpió y miramos hacia la dirección de dicha tos para encontrarnos a Mia con una sonrisa.
—Buenas —James volteo los ojos.
—¿Qué quieres Mia?
—Mirar arriba mis niños —sonrío divertida y nosotros confundidos hicimos lo que ella nos había dicho.
Arriba de nuestras cabezas se encontraba un poco de muérdago y al instante sabía de qué se trataba esto, mire a Mia y ella me regalo una sonrisa divertida.
—¿En serio Mia? —le miro James mientras arqueo la ceja lo que hizo que Mia soltara una gran carcajada.
—No me miréis así, son las tradiciones y hay que cumplirlas —tanto James como yo volteamos los ojos y nos miramos.
—Lex... Si no quieres no pasa nada, ni que fuera un delito negarse... —estaba demasiado nervioso así que me acerque a él y le di un beso. Al separarnos los dos teníamos una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Veis como no fue para tanto? —inmediatamente me sonroje al recordar que Mia lo había visto todo.
—Si Matthew no lo mata, lo haremos nosotros —reconocí esa voz y al mirar vi que estaban mis primos Jade, Oliver, Andrew, Asher y Finn, Michael, por no decir que Tyler también estaba viéndonos con una sonrisa divertida.
—James, tuviste una buena vida, ojo dije buena no larga —fulminé con la mirada a Tyler mientras Jade le golpeaba— ¡Auch!
—Como le digáis algo a Matthew os las veréis conmigo —los chicos asintieron a la amenaza de Jade, haciendo que Mia, ella y yo soltáramos una gran carcajada.
—Si no nos mató ahora Jade, lo hará Matthew cuando sepa que no hicimos nada para impedirlo... ¡Ni novia tuve! ¡Me niego a morir tan joven! —exagero Michael, de pronto Matthew apareció demasiado confundido junto a Edgar.
—¿Quién ya se está dando por muerto? —Michael y Tyler pegaron un pequeño saltito acompañado de un grito que nos hizo reír a todos.
—¿Sabes una cosa Michael? Ya lo hizo Matt con ese susto —le dijo Tyler mientras Michael asentía.
—Exagerados —Matt volteo los ojos divertido, mientras Tyler y Michael lo miraban demasiado ofendidos.
—Tu abuela —le dijo Tyler a lo que Michael se golpeó la frente con su mano.
—Es la misma que la tuya genio.
—Cierto.
—Solo pedí primos normales, pero ya veo que eso es imposible —todos menos Mia y James miramos ofendidos a Finn.
—Yo soy tu hermano —le reclamo Michael más que ofendido, pobre de él.
—¿Y?
—Me dueles.
—¿Me importa? —Finn le miro divertido.
—Una mierda —contesto Matt, haciendo que todos soltáramos una gran carcajada.
—Menudo vocabulario tienes Matt —le dijo Edgar divertido.
Edgar era un chico muy amigable, tenía el pelo castaño oscuro, los ojos claros y tenía la misma estatura que Matt. Siempre sabía como hacerte reír y me alegraba demasiado de que Matt lo tuviera en su vida.
—Lo sé lo sé —Ed lo golpeo levemente en el hombro mientras reía.
—Maldito idiota.
—Me amas —mi hermano mayor soltó una gran carcajada.
—Ahora casaros... Digo besaros, después sois novios, luego os casáis y tenéis seis hijos. Mientras vivís en una granja —Tyler a veces podía llegar a ser demasiado idiota, pero hacía reír aun cuando tú no querías hacerlo.
—A mí no me importa, pero Matthew tiene otros planes —Matt lo golpeo en el brazo mientras le dedicaba una mala mirada.
—Espera... ¿Encontraste a alguien? —Tyler y yo lo miramos demasiado sorprendidos. ¿Matthew ya tenía novia tan pronto? Sinceramente, odiaba la idea de eso.
—No... Es complicado —Matt se puso nervioso y yo estaba procesando la información.
—Se llama Amelia Jennings, tiene la misma edad que nosotros y es de Ravenclaw. Lo que pasa que ni la hora le da a tu hermano —Matt lo volvió a golpear— ¡Auch!
—¿Podrías callarte? —Matt hablo entre dientes y yo no sabía como tomarme toda esa información. Sabía que algún día mi hermano se enamoraría, pero no pensé que tan rápido.
—Pero ni que hubiera mentido.
Sin que nadie se diera cuenta subí las escaleras, pero James no lo paso por desapercibido. Él me agarro de la mano y juntos fuimos a mi cuarto.
Al entrar yo me alejé un poco de James, mientras él cerraba la puerta con cuidado y me miraba, en cambio, yo baje la mirada.
—Lex, ¿qué ocurre? —sentí como levantaba delicadamente mi rostro para verlo.
—No lo sé —susurré.
—Es por la chica, ¿verdad? —asentí— Lex, ni le da la hora a tu hermano. Además, para Matt siempre serás la primera y no te cambiaría por nada en el mundo. ¿Y sabes una cosa más? Yo tampoco lo haría. Mamá, Mia y tú sois las mujeres más importantes de mi vida y a ti solecito no te cambiaría por nadie ni nada del mundo.
—¿No?
—Obvio que no solecito, siempre vas a estar a mi lado y yo igual, ya te lo dije nada ni nadie nos va a separar —me regalo una sonrisa.
—Pero y sí... —me agarro delicadamente de la cara.
—Pero nada Lex, nada ni nadie va a lograr apartarme de ti, eres lo más importante que tengo y sé que estarás en mi vida siempre, al igual que yo estaré en la tuya. Además, ya tengo un poco nuestro futuro —lo mire sorprendida—. Ni que fuera tan malo —soltó una pequeña risa.
—No es eso, solo que no pensé que harías eso.
—Pues claro que lo hice. Mira te lo voy a contar para que tú también lo sepas solecito —los dos nos sentamos en mi cama— Primero seguiremos disfrutando de nuestros años antes de ir a Hogwarts. Luego a los dos nos llegará la carta para ir e iremos juntos a comprar nuestros materiales al igual que a escoger nuestra varita. Aunque mejor dicho la varita nos escogería. Después de eso iremos a la estación juntos y al llegar los dos seremos Gryffindor, aunque da igual de que casa seamos, sé que siempre estaremos juntos. Disfrutaremos nuestros años de Hogwarts al máximo y al salir los dos entrenaremos para ser Aurores y estaremos juntos.
—¿Juntos? —lo miré con lágrimas en los ojos.
—Juntos solecito —me sonrió y me atrajo hacia él para abrazarlo. Lo abracé fuerte temiendo que todo esto no fuera verdad.
Era una niña eso estaba claro, pero James Potter había cambiado mi vida de una manera increíble. A veces me preguntaba que había hecho para merecerlo, o sea algo bueno había hecho para tener a una persona tan maravillosa como él.
—Te quiero idiota.
—Yo te quiero mucho más solecito —sonreí y nos separamos para que él con delicadeza me quitara las lágrimas.
Alguien llamo a la puerta y los dos nos levantamos.
—¿Si? —la persona que estaba ahí abrió la puerta y vimos a mi prima Jade.
—¿Todo bien? —tanto James como yo asentimos— Tía Abby dijo que fuera a buscaros para la comida.
—Cierto —hablo James.
—Yo no tengo hambre —susurré, no quería que mamá después me dijera algo.
—Un poco solecito —me miro James con un pequeño puchero.
—Pero —susurre, sinceramente no estaba en mis planes comer algo.
—Hazlo por nosotros y por Matt —hablo Jade mientras me regalaba una pequeña sonrisa.
—Bien —susurre y tanto James como Jade empezaron a hacer un baile raro emocionado mientras yo soltaba una pequeña risa al verlos.
—Ahora vamos señorita —James me dio la mano y yo encantada le di la mía. Los dos junto a Jade bajamos hasta la sala enorme gracias a un hechizo de mamá.
—Amo cuando toda la familia se une de esta manera —asentí con una sonrisa mientras veía a todos charlas mientras mamá, tía Sophia y tía Abby ponían toda la comida en la mesa.
—¿Te sientas a mi lado? —le susurré a James y este asintió con una sonrisa.
Todos nos sentamos en la mesa y James se puso a mi lado izquierdo y Jade en el lado derecho, vi como Matt me veía con una pequeña sonrisa que le devolví. No estaba para nada enfadada con él, simplemente pensar en que alguien llegaría a su vida me ponía un poco mal, porque no quería que le hicieran daño.
Toda la comida nos la pasamos riendo, ya sean por los dramas de Michael y Tyler, o algún chiste de papá y el padre de James, mis tíos tampoco se quedaban atrás. Para mi Navidad era la mejor porque estábamos todos juntos y hacía que olvidara todo por un día. Además, la anterior Navidad se había convertido en mi favorita porque tenía a James a mi lado.
Aunque supongo que al paso que íbamos está sería mi Navidad favorita porque aunque fuera una niña inmadura había besado a James y él me había hecho feliz, siempre lo hacía.
James Potter tenía esa manera de hacerte bien no importaba de que forma y esperaba que jamás se fuera de mi vida, él le daba color a mi triste vida.
Lo miré de reojo como hablaba con mis primos de Quidditch, como su mirada cambiaba y se le iluminaban los ojos, esperaba verlo cumplir todos sus sueños porque se lo merecía más que nadie.
James Potter era la mejor persona que había conocido en el mundo y lo quería demasiado, siempre sería así.
Incluso cuando sé que ha pasado una eternidad, todavía puedo sentir el giro. Duele cuando lo recuerdo y no quiero volver a sentirlo nunca más. No sé si lo entiendes, porque no sé cómo expresar lo agradecida que estoy. Siempre estabas conmigo cuando era doloroso, sí que entiendes. No quiero perder el control.
Control — Zoe Wees
NOTA DE AUTORA
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Espero que os haya gustado el capítulo, no olvides comentar y votar.
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es historias.wattpad_ también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #destinywattpad ❤
Os amo❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro