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final






Baekhyun era algo así como la desgracia de la familia.

Normalmente los genes son quienes actúan al favor de las personas. Ayudan a identificar a cada individuo como parte de una familia sanguínea con rasgos similares y otras cosas que te hacen perteneciente de algún lugar. No obstante, a él la genética le tendió una mala jugada. Una muy mala. Baekhyun tiene dos familias: sus padres y su hermano; y la familia lobuna.

Oh, más bien es más como la desgracia de las dos familias.

Porque Baekhyun no es un lobo. No tiene ni una gota oficial que indique que es parte de la manada de lobos.

Hubo muchos intentos de explicar lo sucedido. Lo primero que investigaron, por lo que le contaron, era que su padre comenzó una buena entrevista a su madre por si ella se había atrevido a engañarlo con otro hombre —ya que ella es un ser humano común y corriente— sin embargo, todas estas sospechas se fueron por el barranco ya que Baekhyun tenía prácticamente el mismo rostro que su padre sólo que muchos años más joven. Las pruebas de sangre indicaron que era su hijo completamente y aunque sus padres tuvieron una intensa pelea sobre confianza y amor, eso realmente no resolvió el problema.

Otra investigación fue sobre si era algún tipo de anticristo o algo así. O si por casualidad se equivocaron de bebe en el hospital —denegada por lo mismo de la cara y análisis de sangre— muchos de los de la manada querían abrirlo para ver si no era algún extraño enemigo disfrazado de bebé pero todo se fue un poco al extremo. A fin de cuentas, su madre contactó con un doctor especializado en el tema y éste le explicó con figuritas y palabras fáciles que la genética de Baekhyun dio un giro inesperado. Solamente le sucedía a una persona entre un millón. En pocas palabras, ambos genes humanos fueron pasados hacia Baekhyun en vez de ser uno humano y uno lobuno.

Ese es el por qué se tiene a un pequeño Baekhyun de cinco años viendo a su hermano de doce corriendo en su modo lobuno por el bosque detrás de su casa junto con sus amigos mientras que él está pelando papas junto con su madre. A los ocho años, Baekhyun quiso jugar con los demás niños de su edad, pero ellos preferían divertirse corriendo y persiguiendo animales en el bosque que jugar a la pelota como humanos, con lo que Baekhyun sufrió una pequeña depresión y soledad al quedarse solo en casa.

Por suerte, cuando cumplió nueve años, el regalo de su madre fue algo así como una vitamina meramente efectiva para su tristeza. Era un gorro de color gris plata con orejas estilo lobo y unos pequeños guantes que simulaban ser patas y garras. Baekhyun jamás fue más que feliz, utilizándolas y sintiéndose finalmente, después de varios años, como parte de la familia. Aunque no fue capaz de correr tan rápido como sus amigos o ponerse en cuatro o incluso atrapar animales con la boca, Baekhyun tuvo más seguridad al salir al bosque a correr con los demás niños de su pueblo.

¡Woo, Woo, Woo!

—Baek, sabes que no tienes que hablar así —su amigo llamado Luhan, un alfa dos años mayor, le había dicho mientras arrojaban rocas al río—. No es como si nosotros hiciéramos ese sonido al hablar como lobos. Tenemos nuestros gestos para entendernos, ¿sí?

Baekhyun frunció los labios y se dejó caer a un lado de Luhan.

—Pero yo no los entiendo —su dedo comenzó a dibujar en la tierra del suelo—. Ustedes pueden saber lo que piensa el otro con una mirada y yo no sé sobre eso. Quiero saberlo también.

—¡Eso es porque Sehun y yo somos pareja! —Luhan colocó una mano en su hombro e intentó reconfortarlo con una deslumbrante sonrisa—. Incluso nosotros siendo muy jóvenes descubrimos que lo somos, ¡por eso es tan fácil comunicarnos entre nosotros! Cuando encuentres a tu pareja, incluso si no eres un lobo, podrás hacerlo de igual manera.

Baekhyun estuvo un poco dudoso, pero de todas maneras sonrió hacia su amigo y asintió hacia él.

Lastimosamente, como Baekhyun no era un lobo en regla, no tenía ninguna capacidad para saber lo que sucedía en ese mundo lobuno. Esa cosa sobre saber quién es tu pareja quedaba fuera de sus límites de conocimientos y más con su corta edad de ahora diez años. No obstante, cuando tres nuevas familias de lobos llegaron a su pueblo, Baekhyun pudo sentir ese golpeteo en su pecho cuando miró a uno de los chicos nuevos. Casi se había aferrado fuertemente a la falda de su madre para esconder su vergüenza ante aquel niño bonito quien estaba igualmente incómodo a un lado de su hermana.

—¡Un gusto conocerlos, somos la familia Park! —el padre de familia sonrió hacia ellos—. Nos estaremos mudando al pueblo. Junto con nosotros vienen las familias Do y Kim.

—Es genial tener más personas por aquí cerca —es lo que el padre de Baekhyun había respondido mientras estrechaban sus manos—. Realmente nos faltaban algunos miembros en nuestro clan. ¡Bienvenidos!

—Ellos son mis hijos, Chanyeol de diez años y Yoora de doce —el señor Park los señaló—. Ambos alfas. Yoora parece tener un rango especial, de hecho venimos al pueblo para descubrirlo. Espero nos ayuden con sus conocimientos.

El padre de Baekhyun iba a responder de inmediato, pero por un momento pareció olvidar el pequeño tema de Baekhyun. Sin embargo, simplemente negó con la cabeza e hizo que sus dos hijos se acercaran hacia el frente para presentarlos. Baekhyun vestía con su gorro y guantes, desde ese momento podía ver las extrañas expresiones de la familia Park.

—Él es Baekboom mi hijo mayor de diecisiete años y es un alfa igualmente —tocó el hombro de Baekhyun y suspiró—. Y él es Baekhyun, mi hijo de diez años y él es... un Beta. Un humano común y corriente, aunque, bueno —su padre rió con ternura hacia él y se agachó para llegar a su altura— a él realmente le gustaría ser un lobo. Saluda.

Baekhyun apretó sus labios y se inclinó hacia ellos.

¡Woo!

Yoora soltó una pequeña risita risueña mientras codeaba a su hermano.

—Oh, ¿no es lindo?

Baekhyun por alguna extraña razón esperó con ansias la respuesta de Chanyeol, pero éste parecía un poco aturdido mientras que sus fosas nasales se expandían y cerraban constantemente. Sus puños apretados a los costados y sus ojos sin parpadear. Por un momento pareció intranquilo y no parecía del todo feliz y emotivo como los demás Park al ver al pequeño Baekhyun y su ambición por ser un lobo.

—Oh —Yoora se detuvo un momento mientras parecía leer la situación. Luego, sus ojos se abrieron—. ¡Oh! ¡Puedo olerlo! ¡Ustedes-!

—Veamos qué tan grande es mi habitación —Chanyeol interrumpió a su hermana mientras la tomaba por el brazo y se la llevaba con él. Baekhyun vio cómo ellos hablaron con la mirada—. Acompáñame.

Baekhyun mentiría si no dijera que no se decepcionó un poco por la nula reacción de Chanyeol, pero eso no fue suficiente para detenerlo. Se autoproclamó guía de Chanyeol, presentándole a sus amigos y los lugares especiales a donde iba. Primero creyó que Chanyeol sería uno de los tipos desagradables y a los que debería temer, pero resultó ser alguien amigable —más con los demás que con él— pero a fin de cuentas el más alto se había integrado bien con ellos.

Todavía recuerda cuando tuvo un arranque de valor y le dijo a Chanyeol que le quería, que estaba enamorado de él. Actualmente se reiría de su confesión un tanto apresurada, pero recuerda que en ese momento su corazón revoloteaba con un gran apuro y la verdad no era del tipo de personas que podían guardar sentimientos un tanto profundos como esos. No supo si fue bueno o malo, pero la contestación de Chanyeol fue —como no es sorpresa— nula. No le dijo nada, simplemente lo miró y suspiró con un encogimiento de hombros y siguió caminando hablando sobre una serie de TV que veían durante la tarde.

Con el paso de las semanas, su ambición sobre ser un lobo creció más y más en el momento que veían cómo Chanyeol se convertía y jugaba con los otros. Su pelaje era de color rojizo casi cayéndole al vino, nunca había visto ese tipo de color y fue demasiado fascinante. Sus ojos azules como el mar eran tan hermosos que casi se sintió hipnotizado ante ellos. Baekhyun realmente, realmente se esforzó mucho para llegar a ser tan rápido, fuerte y certero como un lobo.

Pero todo se destruyó cuando Chanyeol le soltó la verdad como una abofeteada.

"¡Tú nunca serás un lobo de verdad!"

Y lo sabía. Eso, entre todas las cosas del mundo, era lo que más sabía. Baekhyun no entendió por qué Chanyeol le dijo eso en ese entonces, si era porque estaba de malas ese día o si tenía algún otro problema y los constantes manoseos de Baekhyun solamente fueron la gota que derramó el vaso. No sabe si realmente Chanyeol lo odiaba o no o si lamentó haber dicho eso o no. Pero no cambió nada, lo dicho dicho estaba y por eso decidió —rogó, lloró a sus padres— que lo dejaran irse a la ciudad con su tía Jihyo para convertirse en un humano común y corriente.

No quiso saber sobre lobos nunca más.


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—Y entonces, por tu triste pasado, terminaste odiando todo lo relacionado con los lobos y ahora decidiste irte por el ámbito felino.

Baekhyun se quitó la gran cabeza de la botarga que tenía puesta dejándola a un lado de la mesa en donde estaba sentado. Sentía el sudor chorrear por su cabello y el asco llegó a él con demasiada rapidez. Con movimientos rápidos tomó algunas servilletas del lugar mientras se limpiaba el rostro y miró a su amigo con un suspiro.

—No me refería a eso —Baekhyun gimió al sentir que por más que se limpiaba todo el sudor no se iba.

Zitao sorbió un poco más de su refrescante bebida lo cual sólo tentaba a Baekhyun.

—Pero si estás trabajando para mí y yo soy de la familia de los tigres —su amigo ladeó la cabeza y se cruzó de piernas—. Trabajas en mi tienda de comida china desde hace más de cuatro años, el dueño es mi novio quien es igualmente un tigre, el cajero es una hiena y los repartidores son todos leones. Y —señaló su horrible disfraz— tu trabajo es bailar fuera de la tienda con un traje del gatito de la suerte para atraer clientes.

—Yo no elegí estar rodeado de gatos —gimió, queriéndose quitar ya ese traje—. ¡Sólo resultó así! ¡Yah, Taehyung, ¿no vas a traerme una bebida?! —gritó hacia el chico detrás de la caja registradora.

El chico en cuestión de segundos se perdió detrás del mostrador preparando una limonada. Un minuto después, la dejó sobre la mesa en donde estaban sentados. Tras un par de sorbos intensos de la bebida, Baekhyun dejó caer su cabeza contra la mesa. Estaba completamente cansado y sus ojos iban a cerrarse en cualquier momento. Definitivamente trabajar para Zitao nunca fue su primera opción, pero después de graduarse de la preparatoria realmente no tenía dinero suficiente para asistir a la universidad en Seúl por lo que tuvo que seguir con su trabajo de medio tiempo.

—No manches la mesa, maldita sea —Zitao golpeó su cabeza para levantarlo.

—¡Soy tu Hyung! —se quejó.

—Soy tu jefe.

Baekhyun cayó de nuevo y no pudo hacer más que tragarse sus palabras. Ya fue despedido dos veces y no quería volver a rogar que lo contrataran. Sinceramente Baekhyun jamás creyó que su gloriosa vida en Seúl iba a terminar con él trabajando en un ya espantoso restaurante de comida china y mucho menos estar rodeado de una familia gatuna disfrazada de la civilización.

Todavía recuerda cuando no comprendía el por qué se sentía tan incómodo en su trabajo hasta que un día se encontró con un tigre en la cocina y su grito fue tan fuerte como para desmayarse por algunas horas. Se le fue explicado con sumo cuidado el por qué Yifan y Zitao decidieron dejar su lugar de origen para buscar una vida común y corriente. Baekhyun se identificó con ellos, compartió su pasado y llegaron a un acuerdo de paz. De todas maneras, no es como si Baekhyun tuviera algo de lobo en él.

—¿Pero hasta cuándo me vas a obligar a ser la mascota? —le preguntó a Zitao.

—Es tu castigo por hacer todo un show hace una semana.

—En mi defensa ese gordo me acosó sexualmente mientras le servía su comida.

—Eso no quita el hecho de que le hayas echado encima toda la carne agridulce que estaba, por cierto, ardiendo. Tuvo que ir al hospital y nosotros tuvimos que pagarlo.

Baekyun bufó, dando otro sorbo a su bebida.

—Ah, pero si el acoso hubiera sido hacia a ti Yifan lo hubiera hecho pedacitos y lo serviría como nueva comida especial del día, ¿no?

—Es por eso que me mantengo detrás de la barra —contestó con indiferencia—. Pero ya, dejemos de hablar de esto que aún me enojo cuando recuerdo la cuenta del hospital. Por ahora, dime, ¿qué harás con respecto a la boda de tu hermano? No puedes simplemente faltar, Baekhyun, incluso si eso significa tener que ir a tu pueblo y enfrentar a toda esa jauría de perros.

—Lobos —corrigió.

—Da igual, tú nos dices gatos, no nos metamos en discriminación racial.

—Ah, no lo sé —deslizó su cuerpo sobre la mesa y sacó de su mochila la invitación de bodas de su hermano—. ¿Puedo fingir mi muerte o algo? Prefiero mil veces ponerme este estúpido traje caluroso y bailar la macarena a volver a enfrentar a toda esa manada peluda.

—Deberías ir —Baekhyun ladeó su cabeza cuando miró cómo el gran Wu Yifan entraba por la puerta y llegaba a la mesa en donde estaban sentados. Le dio un beso en la frente a Zitao y éste simplemente sonrió—. También dijiste que tu madre ha estado un poco enferma, ¿no? Qué mejor que ir a visitarla y darle el honor de ver a su hijo después de nueve años. Eso es bastante tiempo Baekhyun.

Yifan siempre tenía la habilidad de tocar lo más delicado de Baekhyun. Sí, su madre hace poco tuvo un problema con una piedra en el riñón y había estado en cama por la cirugía. Lo bueno era que ya estaba estable, pero el dolor seguía un poco presente y a Baekhyun se le ablandaba el corazón cada que lo recordaba.

—Tienes que conseguir que ese chico quien te rompió el corazón te vea y diga 'Wow, de lo que me perdí'.

—¿Qué es lo que exactamente perdió? —Yifan mordió un pedazo de pan que había en la mesa—. ¿Sus deudas? ¿Esa pancita de bebé?

Baekhyun gruñó hacia él y ambos chicos lo miraron con ojos sorprendidos.

—Oh, puedes gruñir —Zitao achicó los ojos hacia él y se acercó—. Siento que por más que intentas dejar en el pasado tu lado lobuno más lo incrementas.

—No puedo incrementarlo porque nunca lo tuve —suspiró—. Lo odio tanto. Cada que veo a Jacob o la serie de Teen Wolf quiero romper la televisión en dos. Incluso no me gustan los perros. Vine a Seúl para olvidarme de todo eso, ¿por qué debería volver a ese lugar?

—¿No dijiste que te encantaba? Que incluso tenías un gorrito o algo así-

—Yifan —Zitao regañó a su novio y colocó una mano en su rodilla para que se detuviera, mínimamente, en ese asunto en particular.

Baekhyun sintió la tristeza de nuevo. Desearía tanto tener una máquina del tiempo o una amnesia para borrar ese recuerdo. Actualmente solamente era una pequeña piedra en su camino que, cuando lo recordaba, quería azotar su cabeza contra cualquier cosa mientras se recordaba lo estúpido que era cuando niño. Un iluso e ignorante niño con un sueño claramente imposible.

Zitao leyó sus ojos y respiró hondo mientras que su aura maternal salió de improvisto tomando una mano de Baekhyun para darle un tipo de apoyo.

—Creo que deberías ir —dijo con firmeza—. No para demostrarle a la gente que has crecido o para ver de nuevo a ese chico, pero, si lo haces, ¿no se arreglarían las cosas? Tal vez puedas hablar con él y cerrar ese círculo que te atormenta. Si el tipo es un idiota y aún no hace nada, mal por él, que te valga. Esas son cosas secundarias, sin embargo. Ve por tu hermano, ve por tu madre. Estoy seguro de que estarán más que felices de verte allí.

Baekhyun se apachurró en el asiento. Zitao tenía esa mirada, la mirada con la que no podías negarte. El menor había recibido muchos trabajos hechos por Baekhyun solamente por esa hipnotizante mirada.

—¿Me vas a pagar la semana que estaré fuera?

—Claro —Zitao sonrió.

Baekhyun suspiró de nuevo y miró la invitación. El nombre de su hermano con letras doradas junto con el de la novia a quien no conocía de nada. Probablemente llegó al pueblo una vez que él se había ido. Enlazando miradas nuevamente con los chicos chinos, Baekhyun no tuvo más opción que asentir.

Una semana de paga gratis, ¿qué podía salir mal?


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Todo podía salir mal.

Primero que nada, cuando le comentó a la tía Jihyo que sí iría a la boda de su hermano ésta se había alegrado tanto que prácticamente se lo comunicó a todo el maldito pueblo. Baekhyun, claramente, la había intentado detener a toda costa y más cuando escuchó un 'Ah, señora Park, un gusto comunicarme con usted. Verá, solamente llamaba para decirle que finalmente nuestro querido Baekhyunnie accedió a volver al pueblo.' Prácticamente la correteó por todo su apartamento hasta que Jihyo decidió transformarse en lobo y apresarlo bajo ella mientras lo lamía sin descaro alguno.

Después de eso, su tía le obligó a ir por un montón de tiendas de ropa para encontrar un traje perfecto para la boda de su hermano. Fueron treinta, treinta conjuntos diferentes hasta que Jihyo terminó escogiendo el segundo que se probó en el día. Luego de eso, Jihyo personalmente eligió toda la ropa para su viaje de una semana al pueblo incluyendo calzoncillos y calcetines porque 'Baekhyun, tienes que ir con estilo'. Lo siguiente fue ese mismo día, en la estación de trenes, cuando compraron el boleto para ir a su pueblo, Jihyo tuvo que seducir al vendedor ya que eran un poco demasiado pobres —por comprar un traje excesivamente caro— para que le dieran el boleto dos por uno.

Lo consiguió, treinta minutos después, cuando se había metido con el tipo ese a un cuarto. Baekhyun no quiso saber qué pasó allí.

—Quita esa cara —su tía le riñó después de dos horas de viaje. Estaban uno frente al otro—. Tienes que llegar con la sonrisa más deslumbrante que pueda salir de tu cuerpo.

—Mis sonrisas se esfumaron cuando me vendiste al viejo del mercado.

—Era eso o no comer por un mes, ¿qué querías, eh?

Baekhyun aún se asquea ese desagradable recuerdo.

Sin más que decir sobre el tema, simplemente prefirió mirar por la ventana. Se estaban acercando a Busan y su pueblo se encontraba a unos kilómetros dentro del bosque del estado. Obviamente el tren no llegaba hacia allí, por lo que tenían que caminar hacia allí. Miró su reloj en la muñeca dándose cuenta de que eran ya las once de la mañana y estaban a pocos minutos de llegar. Pudo ver la gran vegetación desde su lugar y casi olió ese olor particular que tenía el bosque. Habían pasado nueve años, ¿cuánto habrá cambiado el lugar?

—Estamos aquí —miró a su tía quien ya estaba de pie con el par de maletas en sus manos—. Vamos, Baek. Tenemos que caminar al inicio del bosque para poder convertirme sin que la gente me vea, apresúrate.

Siguió a su tía a pie. La estación no quedaba muy lejos del bosque por lo que pudo contar tal vez algunos quince minutos de caminata. Cuando dejó de tocar cemento y hubo tierra y pasto en su lugar, Baekhyun sintió su cuerpo temblar. Repentinamente todo fue tan familiar y una sensación de añoranza cruzó su cuerpo. Con lo que lograba ver desde su lugar, el bosque seguía igual que hace más de nueve años —tal vez un poco más enriquecido en flora— y el verde era el color predominante dejándoles un vista hermosa.

—Ya está —su tía se detuvo y dejó las maletas en el suelo. Baekhyun miró cómo era que de una de ellas sacaba una cadena un tanto larga y se la tendió a Baekhyun con una sonrisa—. ¿Recuerdas el camino desde aquí al pueblo?

Baekhyun asintió.

—Bien, te irás caminando.

—¡¿Qué?! —Baekhyun le dio la vuelta a Jihyo para poder verla bien—. ¡Son alrededor de quince kilómetros!

—Es tu culpa por no poder convertirte en un lobo —le sacó la lengua, sin embargo, cuando Baekhyun no se quejó más, Jihyo casi se golpea a sí misma por decir aquello—. No te creas —colocó a una mano en su hombro—. Tal vez vendré por ti, aunque puedes adelantarte si quieres. No puedo llevarte en mi lomo junto con las maletas, de por sí ya eres un poco pesado para mí. Llevaré primero éstas y mandaré a alguien por ti en caso de que esté cansada, ¿sí? Tengo treinta y seis años, no veinte, así que ya estoy un poco vieja.

Baekhyun hizo un mohín con los labios. ¿Realmente solamente iba a dejarlo? Incluso para un lobo sería por lo menos un recorrido un tanto largo.

—Ya, deja de quejarte y átame las maletas con la cadena. Si me haces daño te muerdo.

Jihyo se transformó un minuto después. Su tía tenía el pelaje color café claro y sus ojos verdes, casi del mismo color que el verde del bosque. Baekhyun hizo lo que le pidió: ató la cadena sobre su lomo de una manera suave pero firme y colocó ambas maletas en cada uno de los lados. Éstas no estaban demasiado pesadas, por suerte solamente había ropa, lo demás iba en la mochila que cargaba Baekhyun, pero aún así era un peso de más por lo que eso solamente haría que su tía se tardara.

Cuando todo estuvo listo, su tía aulló de una manera de agradecimiento y ella lo miró esperando por una respuesta.

—Con cuidado —le dijo, sin embargo, su tía bajó sus orejas y movió su cabeza en espera de otra cosa. Baekhyun maldijo por debajo e iba a no hacerlo, pero cuando su tía le mostró los colmillos terminó por rodar los ojos y ceder—. Woo.

Su tía, satisfecha, asintió sin más y comenzó a correr adentrándose por el sendero del bosque.

Baekhyun simplemente miró hacia el frente, luego a los lados y terminó por comenzar a caminar. Iba por lo menos adelantarse un poco para que cuando ella volviera no fuera demasiado trabajo. El bosque era algo así como el patio de juegos de Baekhyun en su infancia, sabía cada rincón del lugar y no había posibilidades de que se perdiera. Incluso después de tantos años, todo parecía seguir en su lugar como si nada hubiera pasado.

Se adentró mucho más, encontrándose con uno que otro arroyo. Recuerda que los había llamado para orientarse mejor, todos tenían nombres de colores y seguían allí. Baekhyun sonrió y cerró sus ojos un momento para sentir la brisa moviendo su ropa. Los buenos recuerdos llegaron, sus amigos corriendo con gran velocidad a través de los árboles o él trepado en el lomo de su hermano sintiendo el aire chocar contra su rostro. Lo bueno llegó a él y por primera vez en el día pensó que tal vez no fue una mala idea después de todo.

De un momento a otro sus pies comenzaron a correr, como si eso fuera una forma de decirle a su cuerpo que pertenecía a ese lugar, como intentado hacer que recordara que de allí venía. Era como magia, sus pies sintiendo el pasto debajo, los desniveles del suelo y saltando troncos caídos. Sus ojos cerrados, manos extendidas hacia los lados e incluso así no cayó nunca, sus instintos eran muy leves pero daban frutos cuando de sensaciones hablaba. Si había un árbol cerca —incluso con los ojos cerrados— podía esquivarlo sin ningún problema.

Escuchó a las aves volar y tararea en el cielo y finalmente se dio cuenta que ya se encontraba en un lugar abiertos donde solían entrenar los lobos más adultos. Soltó una risa satisfactoria y corrió con mucha fuerza y felicidad como si realmente fuera un lobo en ese momento.

Sonreía estúpidamente y todo se sentía tan real hasta que escuchó algo trotar hacia él y, antes de poder esquivarlo, un venado pasó a su lado de tal modo que sus pies titubearon y cayó de lleno al suelo. Su cuerpo se quedó tendido, y estaba por levantarse, hasta que una imagen sumamente asombrosa inundó su vista. Aún desde el suelo, Baekhyun divisó el momento exacto en que una manada —unos cuatro o cinco— lobos lo saltaron para seguir al venado.

Wow.

Fue como en cámara lenta, sus suaves pelajes acariciando casi su rostro, sus cuerpos grandes y fornidos. Pelajes de diferentes colores. Baekhyun casi ahogó un grito y se levantó con rapidez para mirar la increíble escena de caza. Su cabello se movió en dirección hacia ellos, era como si incluso el viento se hubiera retardado por la gran velocidad a la que iban. Iban en una línea específica, una V. Por un segundo Baekhyun creyó ver cómo uno de los lobos miraba hacia atrás cruzando sus miradas y Baekhyun sintió un fuerte espasmo dentro de él, algo fugaz chocó contra su estómago casi haciendo que se doblara no por dolor, sino un continuo cosquilleo.

Sin realmente pensárselo dos veces, Baekhyun corrió hacia ellos, obviamente no podía alcanzarlos, pero mínimamente tenía una gran visión de ellos en ese espacio abierto antes de que entraran de nuevo en lo profundo del bosque. Nuevamente, el mismo lobo con pelaje rojizo pareció voltear su cabeza mientras corría, sin embargo, para sorpresa de todo el mundo, éste terminó estampándose contra un árbol en donde empezaba nuevamente el bosque.

Los otros lobos no se detuvieron, aullaron simplemente siguiendo su cacería, no obstante, el lobo herido se quedó un momento en su lugar, gimiendo por debajo como si estuviera lamentándose. Baekhyun aún estaba lejos de alcanzarlo, sus piernas seguían moviéndose y por un momento quiso reírse. ¿Cómo es que ese lobo llegó a estamparse contra un árbol?

Sintió el cansancio en su cuerpo, podía decir que llevaba ya un buen tiempo corriendo, por lo que detuvo su paso aún sin quitar la mirada del lobo echó ovillo. Respiró con dificultad intentado recobrar el aire perdido y se sostuvo de sus rodillas.

—¿Qué es esto? —murmuró para sí—. Qué extraño.

Un tiempo después, el lobo volvió a sostenerse en cuatro patas y sacudió su pelaje. Pareció pensar un poco sobre lo que había sucedido, miró primero hacia el árbol, luego hacia delante por donde se habían ido sus compañeros y finalmente miró hacia atrás directamente hacía la cansada figura de Baekhyun. El lobo se movió un poco hacia su dirección y Baekhyun juntó el entrecejo cuando el lobo dio pequeños pasos hacia él. Aún estaban a unos posibles cien metros de distancia, pero por un momento Baekhyun sintió que debería retroceder y más cuando el lobo comenzó a trotar hacia él.

—Maldición —Baekhyun comenzó a correr hacia atrás, tropezándose un par de veces hasta que logró estabilizarse y correr como si su vida dependiera de ello—. Mierda, mierda. ¡¿Qué no era un puto lobo de la manada?! —porque si ese lobo en realidad era un lobo y no de su manada, sería su fin.

Sus pasos obviamente eran demasiado cortos a comparación del lobo, por lo que cuando volvió a mirar hacia atrás estaba a menos de veinte metros de distancia. Se lamentó en el momento que volteó hacia atrás ya que tropezó con una rama salida del suelo y terminó de nuevo tirado. Se volteó hacia el lobo, quien ya estaba cerca y comenzó a arrastrarse hacia atrás sin apartar la mirada del otro. Baekhyun ya no tuvo escape cuando su espalda chocó contra un tronco quedándose sin lugar a dónde moverse.

Sin embargo, cuando estaba por cerrar los ojos y aceptar su fin, el lobo se abalanzó más cerca de él y repentinamente se convirtió, dejando a un lado su figura lobuna, demostrando así a un chico alto con un golpe en la frente y a Baekhyun no le tomó más de cinco segundos para reconocerlo.

Se miraron por un largo rato, Baekhyun con la boca abierta delante de la —desnuda— figura de Chanyeol.

Chanyeol.

Porque debía ser él. Es él. Su pelaje rojizo y sus ojos azules nunca los olvidaría por nada del mundo porque eso era, en su infancia, lo más hermoso que había visto nunca. No obstante ahora era ya todo un adulto, tanto en su forma lobo como en ser humano. Su boca se había secado por tantas razones, incluso se quedó inmóvil pero pudo respirar al darse cuenta de que, mínimamente, no estaba en peligro.

—T-Tu frente está sangrando —fue lo que pudo decir.

¿Qué se le dice al chico quien destruyó tus sueños lobunos y te rompió el corazón hace nueve años? ¿No debería estar maldiciéndolo en su lugar? Pero es que está guapo, su mente racionalizó. No puedes gritarle a un chico tan guapo. Negó con la cabeza, deshaciéndose de esos pensamientos y tratando de mantener su mirada fija en el rostro de Chanyeol quien, por cierto, o parecía aún sorprendido de verlo allí o ese golpe sí que le había afectado.

—¿Qué haces aquí?

Su voz se había hecho sumamente grave. Baekhyun logró ver cómo era que Chanyeol aún tenía esa mirada que solamente le dirigía a él, como si realmente le despreciara. Chanyeol respiró con fuerza, pasándose la mano por el pelo que terminó en un jadeo por el dolor en su frente.

—¿Qué hago aquí? —miró hacia abajo como si es césped fuera muy interesante—. Mi hermano va a casarse, obviamente tengo que estar aquí.

—Vuelve.

—¿Eh? —Baekhyun levantó la mirada de nuevo.

—Vuelve a Seúl.

Baekhyun se levantó de su lugar y sacudió su ropa. Su rostro se transformó en uno completamente indignado. ¿Que volviera? ¿Cómo se atrevía a pedirle eso? Chanyeol lo miraba con seriedad, ignorando completamente la sangre que salía de su frente, pero en sus ojos había un toque más como de advertencia retenida. No obstante, a Baekhyun no le importó realmente. ¿Qué si el chico estaba guapo? ¿Qué si aún sentía algo por él? De todos modos era un idiota, un grandísimo idiota.

—No quiero —se cruzó de brazos. Chanyeol gruñó—. ¿Vas a obligarme?

—Solamente vuelve.

—¿Por qué debería? No es tu asunto de todos modos.

Chanyeol soltó un sonoro suspiro mientras apretaba una y otra vez su puño. Baekhyun vio su cuerpo un poco rojo completamente, tal vez por las secuelas de su pelaje, incluso su rostro no se veía cómodo. Ni siquiera se atrevía a mirar a Baekhyun a la cara.

—Te has vuelto más testarudo —Chanyeol cerró los ojos.

—Sí, ya no lloro por nada —contestó—. ¿Qué? ¿Debería darte mi mochila para que la tires al lodo y rompas mi corazón de nuevo?

Oh, se le salió. Chanyeol miró hacia él y hubo un pequeño cambio. Casi minúsculo. Las comisuras de sus labios se vinieron abajo por un micro segundo y sus ojos cambiaron a unos alerta y avergonzados. Tragó saliva, ignorando de nuevo el rostro de Baekhyun.

—Sobre eso —parecía como si el alto se estuviera armando de valor o algo—. Lo siento.

Baekhyun levantó una ceja y alejó su rostro para mirarlo bien.

—No la acepto.

Chanyeol miró de nuevo hacia él.

—No hay sinceridad en tu disculpa —Baekhyun aclaró— no la suficiente.

—Entonces vete.

Baekhyun sintió su cuerpo hervir en furia. ¿Ese chico tenía cambios repentinos de ánimo o qué?

—¡No me iré-! —se detuvo cuando miró cómo algo en la parte posterior de la cintura de Chanyeol reaccionaba—. Oh, eso se movió.

—¿Qué?

—Tu... —Baekhyun sintió su rostro arder—. Oh Dios, se está moviendo. Está saltando como pescadito fuera del agua, auxilio —chilló.

Chanyeol miró su entrepierna y efectivamente estaba moviéndose y, humanamente, el chico se avergonzó de sobremanera al punto de taparse la zona y maldecir sonoramente. Baekhyun había perdido lo que estaba por reprocharle por esa repentina acción e intentó entender lo que estaba sucediendo cuando escuchó un molesto grito venir de Chanyeol.

—¡Ves lo que provocas! —lo apuntó como si hubiera cometido un asesinato—. ¡Por eso quiero que te vayas!

Baekhyun movió su boca sin saber qué decir.

—Y-Yo por qué-

—¡Desde que éramos niños siempre fuiste mi problema! ¡Volviéndome loco! ¡Ah, te odio! —Chanyeol perdió toda su faceta de hombre adulto cuando comenzó a señalarlo como un niño pequeño—. ¡Vete!

—¡Yah! ¡¿Quién fue el insensible de mierda quien me trató como un idiota?!

—¡Era porque decías 'Woo' 'Woo' cada tres segundos en mi oído! ¡No pude soportarlo más!

—¡Pensé que te agradaba! ¡¿Cómo iba a saber que lo odiabas si no decías nada?! —debatió mientras golpeaba el suelo—. ¡Y mi gorrito! ¡Mi presiado gorrito! ¿Dónde lo dejaste, eh? ¡¿Allí tirado junto con mi corazón hecho pedazos?!

—Ese es el puto problema, me agradabas más de la cuenta —siseó Chanyeol en un tono bajo.

—Imbécil, ni siquiera puedes hacerte responsable de nada. No te das cuenta.

Chanyeol no respondió ante eso, ni siquiera tuvo oportunidad, ya que repentinamente un trío de lobos apareció por el bosque corriendo hacia ellos. Los tres se transformaron —finalmente con algo de ropa— y casi cayeron al suelo, llenos de risas mientras apuntaba a Chanyeol.

—¡Te golpeaste contra un árbol!

—¡¿Quién se golpea con un árbol en estos tiempos?!

—¡Pobre árbol!

Baekhyun miró al trío cómico e intentó identificarlos hasta que uno de ellos pudo abrir los ojos sin recordar la trágica-cómica escena y miró hacia él. Inmediatamente el rubio detuvo sus risas y abrió los ojos mientras corría hacia Baekhyun y le daba un fogoso abrazo.

—¡No puede ser! —el chico brincó junto con él—. ¡Baekhyun! ¡Baekhyun, ¿eres tú?!

Le costó un poco identificarlo, pero nunca olvidaría ese olor que tenía Luhan. Correspondió el abrazo con fuerza.

—Así es, Lu.

—Oh, ¿Baekhyun? —miró hacia el frente y pudo distinguir que era Sehun y un chico más que no conocía—. Wow, ha pasado un tiempo. Escuché de Jihyo que vendrías, pero no esperaba encontrarte de este modo —se rió.

Baekhyun frunció el ceño. Ah, su tía, en serio. No le sorprendería si llegara al pueblo y hubiera un cartel dándole la bienvenida. Se separó de Luhan y sonrió hacia los otros dos chicos. Un segundo después, Luhan pareció leer la tensión entre Chanyeol y Baekhyun y carraspeó mientras asentía entre ellos.

—Aaah, ya veo —Luhan apunto hacia lo que Chanyeol ocultaba. Colocó las manos en sus caderas—. ¿Qué esperabas Chanyeol? Apenas vuelves a ver a tu pareja después de nueve años, ¿cómo crees que tu pene no va a reaccionar? Hasta me sorprende toda tu voluntad de no aventártele encima y frotarte contra él tan pronto lo viste.

El mundo de Baekhyun se detuvo en ese preciso segundo. Chanyeol solamente le dijo un 'Cállate' y simplemente no podía creerlo.

—¡¿Pareja?!


---

—Sí, es verdad, eres la pareja de Chanyeol.

Baekhyun casi cae al suelo cuando Yoora —una de las más altas en la jerarquía— le reafirmó ese hecho. Estaban dentro de la casa de Yoora, en su oficina y realmente aún no se creía que estaba de vuelta en su pueblo. Con todo el escándalo de hace rato terminó por montarse sobre Luhan quien lo llevó hacia el escondido lugar. Durante todo el trayecto miró lo más que pudo a Chanyeol sin creerse que en realidad él fuera esa dichosa pareja.

Y, bueno, durante el camino Chanyeol se volvió a estampar contra otros dos árboles y un ciervo que iba pasando por el lugar. Baekhyun creyó, egoístamente, que probablemente era porque le estaba mirando demasiado y eso lo ponía de algún modo un poco incómodo y le distraía. Y la verdad eso lo rectificó cuando el más alto se recuperó de los golpes, se transformó en el pueblo y le gritó un '¡Deja de verme que me distraes!'. Baekhyun ante eso sonrió con malicia hacia él y levantó sus cejas un par de veces para tentarlo un poco.

Era algo divertido.

Pero no. No, no debía serlo. No.

—Debe haber algún error —Baekhyun se cruzó de brazos incapaz de aceptarlo.

—No lo hay, Baekhyun —Yoora le dijo. Realmente ella había crecido hermosamente—. Desde que son pequeños pude saberlo, además, soy la hermana de Chanyeol. Sé por todo el sufrimiento y depresión que ha estado sintiendo desde que te perdió —le tendió un vistazo al alto quien simplemente desvió la mirada con molestia—, aunque no lo acepte.

—Pero... —no supo qué decir. ¿Cómo salía de esa? ¿Se puede salir?

—No hay mucho más que hacer —Luhan llegó por detrás— más que aceptarlo y ceder ante la unión.

—¡Pero yo no siento nada!

—Claro, porque eres más humano que lobo —Yoora tomó un poco de su bebida—, pero aún tienes ese algo, Baekhyun. No es como si simplemente pudieras pasar de Chanyeol como si nada, debes sentir algo. Y sí, puedes rechazarlo porque tú no lo necesitas tanto como él te necesita a ti.

Baekhyun se mordió los labios. Bien, no puede mentirse. Claro que siente algo desde pequeño, pero no es como si con eso fuera a correr hacia los brazos de Chanyeol y perdonarlo. Ese idiota le rompió sus sueños de ser un lobo aún y cuando él mismo sabía que era imposible. Ni siquiera está seguro si podría volver a tratarlo como un amigo o siquiera persona.

—Es tu decisión, Baekhyun —la mujer prosiguió—. Chanyeol no puede obligarte a nada así que no te preocupes. Por nuestra parte no habrá presión y, aunque lo más efectivo para nuestra manada sea que nuestros alfas estén bien en todos los aspectos, el bien de nuestro querido Chanyeollie depende de ti —sonrió.

¿Eso no es presión? Baekhyun se preguntó en el momento que había salido de la casa de Yoora.

Prefirió dejar de un lado a ese grupo de lobos un poco y decidió irse directo a casa. El pueblo había crecido un poco, pero los caminos seguían siendo los mismos. Su casa era común y corriente, no muy diferente a las otras. Cuando encontró el número 065 respiró hondo ya que, claramente, no había estado en casa en años y todo parecía ser tan nuevo.

Iba a tocar la puerta, pero ésta se abrió antes de cualquier movimiento.

—¿Baekhyun? —sintió un vuelco en su corazón cuando miró a su padre con una gran sonrisa—. ¡Pude olerte desde hace metros! —dijo, mientras salía por la puerta y lo abrazaba con ganas.

Baekhyun se dejó abrazar y envolverse en el aroma de su padre.

—Ew —su padre lo separó con suavidad mientras fruncía la nariz—. Hueles a felino, ¿por qué?

—Es una larga historia.

Baekhyun pasó a su casa encontrándose finalmente con toda la familia. Su madre claro que corrió hacia él como si fuera un lobo hambriento —lo que es irónico ya que ella es una humana— y casi lo asfixia mientras le repetía una y otra vez que hablar por Skype no era suficiente y que sí, ya se estaba recuperando de su dolor. Su hermano fue el segundo en abrazarlo, diciéndole lo grande que estaba y lo orgulloso que estaba de él por haber aceptado venir a su boda. Al fin conocía a la novia de su hermano, era una chica llamada Seohyun quien era muy agradable y al parecer una Omega. Por otro lado, su tía Jihyo se disculpó ya que olvidó ir a recogerlo y Baekhyun le dio una apuñalada con su mano y, obviamente, ésta se lo devolvió el doble de dolorosa.

Toda su familia estaba feliz con su regreso, los preparativos para la boda ya casi listos —que sería dentro de cinco días— y todo agudamente organizado. Se le obligó a comer en familia, contar cómo le iba en la escuela y mentir sobre su estadía en la Universidad.

—¿Y cómo va eso de la vida normal? —su hermano le preguntó cuando acabaron de comer—. ¿Te acostumbraste a una vida sin lobos y cambia-formas?

No puedo decir eso, ladeó su rostro pensando en toda la familia felina con la que trabaja.

—Bueno, puedo vivir fácilmente sin ello —respondió en su lugar.

—¿Estás seguro? —su madre lo miró con un toque de preocupación—. Hace tiempo te gustaba mucho. Hasta la fecha no termino de entender por qué simplemente lo dejaste todo, hijo.

Baekhyun suspiró y se limpio la boca con la servilleta. Cuando sucedió lo de Chanyeol no le dijo a nadie —del pueblo— sobre ese suceso, realmente no quería empeorar la cosa si se metían a regañar a Chanyeol o lo que fuera. Está seguro de que sus padres se desubicaron demasiado con su repentina decisión.

—Sólo... —jugó con lo que le quedaba en el plato—. Sólo sucedió. Perdí completamente el interés.

Sus padres no indagaron más.


---

Tuvieron que pasar tres días para que se volviera a encontrar con Chanyeol.

Durante todo ese tiempo Baekhyun pensó y pensó sobre lo que Yoora le dijo. En realidad, se supone que no hay nada en qué pensar porque no siente nada —tan intenso— por Chanyeol. Él es un ser humano común por lo que no importa con quién esté, ese lazo que Chanyeol tiene con él no le afectará por lo menos físicamente.

Se encontró con Chanyeol muy temprano en la mañana, eran apenas las seis cuando había salido para visitar el mercado del pueblo cuando el cuerpo de Chanyeol casi choca con él a fuera de su casa. Se miraron durante unos segundos con intensidad, Baekhyun con una mueca de disgusto y Chanyeol simplemente le hacía fuchi con la mirada. Caminaron a la par —ya que iban al mismo lugar— pero ni una palabra se cruzó entre ellos. Sin embargo, Baekhyun podía sentir la fuerte aura del alto sobre él. Casi sentía cómo el cuerpo de Chanyeol respondía involuntariamente a su cercanía y casi se infartó cuando vio la posibilidad de que el otro estuviera en celo.

¿Eso sería posible? Baekhyun no conocía mucho sobre eso, bueno, si el celo era parecido entre los felinos y lobunos entonces sí que lo sabía, por Dios, había tenido a Zitao restregándose contra su pierna durante las horas laborales que Yifan se encontraba ocupado. Era un genuino dolor en el trasero. Miró con un poco de curiosidad, ¿cuáles eran las señales de alguien en celo?

—¿Qué? —Chanyeol le preguntó cuando capturó su mirada.

—Nada.

Siguieron su camino en silencio, pero el cerebro de Baekhyun siguió trabajando. Entonces, si ese chico está en celo, ¿significaba que él estaba en peligro? ¿Iba a llevárselo a una esquina? ¿A los baños? Llevó su mano a la boca y comenzó a morderse las uñas.

—Yah —se detuvo cuando escuchó la voz de Chanyeol—. ¿Qué ocurre contigo?

—¿De qué estás hablando?

—Estás inquieto y tus uñas están desapareciendo —señaló con la cabeza sus manos—. ¿En qué estás pensando? —se cruzó de brazos y lo miró más analíticamente.

—¿Qué? —se quejó, sin embargo su cuerpo se inhibió cuando Chanyeol se agachaba cerca de él.

Era como un maldito imán, por alguna razón su cuerpo quería responder y chocar contra el polo opuesto de Chanyeol. Es decir, ni siquiera se movió, su cuerpo decidió quedarse en su lugar y ver qué sucedía. Los ojos de Chanyeol se posaron imprevistamente en sus labios y no se detenía. No se detenía, no se detenía y no se detenía. Baekhyun no se movía.

—Vete —susurró Chanyeol a unos pocos centímetros de su rostro—. Por favor, vete.

Pero Baekhyun no se fue —tal vez su mente sí, pero su cuerpo no— y se quedó, porque la curiosidad le ganó y quería tentar terreno y saber lo que el otro era capaz de hacer. Si realmente podría reprimir todos sus instintos, si realmente el desprecio que le tenía a Baekhyun era más fuerte que el deseo que corría por su cuerpo. Baekhyun estaba curioso de ver cómo era que el gran Chanyeol podía lidiar con eso.

Baekhyun abrió su boca para decir algo, pero eso solamente provocó que sus labios chocaran contra los de Chanyeol por error y ahí mismo sintió algo pesado cayendo en su estómago así como el cambio en los ojos de Chanyeol. Por suerte —y volviendo en sí— Baekhyun pudo mover su rostro antes de que Chanyeol se atreviera a profundizar el beso.

Los labios de Chanyeol terminaron sobre su oreja, las manos en sus hombros y la respiración acelerada. Se quedó nuevamente quieto.

—Mierda —Chanyeol soltó en su oído—. Te deseo tan mal.

—¡V-Voy a comprar un poco de cebollas!

Baekhyun logró deshacer el agarre y prácticamente caminó por debajo del cuerpo de Chanyeol, y sus piernas se movieron velozmente fuera de su alcance. Realmente no estaba pensando en comprar cebollas, de hecho ni siquiera ya recuerda a qué venía al mercado, solamente logró escabullirse por un pasillo con botes de basura. Se mantuvo de pie allí, con el rostro medio enrojecido y su corazón latiendo con fuerza.

—Se volvió loco —susurró—. ¿En qué estabas pensando Byun Baekhyun? Debiste correr en el momento en que te cruzaste con él por primera vez —gimió, cayendo de cuclillas al suelo. Su cuerpo ardía como el infierno.

—¿Las cebollas del basurero están buenas?

Su cuerpo brincó del susto cuando escuchó la voz y levantó la mirada. Ahí estaba de nuevo, Park Chanyeol envuelto en una camiseta de manga larga recargado contra la pared como si no le hubiera dicho que lo deseaba hace unos minutos.

—Estoy tomando un descanso —se excusó.

Mhm, sí, como sea —el alto se despegó de la pared y carraspeó—. Si acabaste con tus compras del basurero ven conmigo, hay algunas cosas de las que tengo que hablar contigo. También debo darte algo.

Me va a dar, Baekhyun hiperventiló en su mente. Me va a dar duro.

—¿Hablar de qué?

—Bueno. Hay unas cuentas cosas.

Baekhyun pensó otra posible excusa para su escape perfecto.

—¡Luhan! —gritó de repente, incluso Chanyeol se sorprendió—. Quedé con Luhan para ir al... ir al bosque y cazar algunos conejos.

—Pero tú estabas en contra de hacer eso cuando estabas pequeño.

Baekhyun se enderezó en su lugar.

—Bueno, ya estoy más grande —miró todo el lugar buscando más palabras— puedo lidiar con ver a un conejo muerto si es para alimentar a los lobos.

—Luhan está ocupado.

—S-Sí, lo sé, por eso nos encontraremos en-

—Quiero decir que, en serio, está ocupado. En otras palabras, su celo inició ayer y se ha llevado a Sehun a algún lugar fuera del pueblo, así que, o él te mintió o tú me estás mintiendo a mí. Me voy más por la segunda.

Baekhyun soltó todo el aire que pudo para calmarse. Cuando volvió a mirar de nuevo a Chanyeol, éste tenía una media sonrisa en el rostro por haberlo pillado en su mentira y él simplemente bufó, saliendo del pequeño lugar empujando con fuerza el hombro del alto.

Aunque Baekhyun no quería aceptar ir con Chanyeol a donde sea que le pedía, el otro parecía no aceptar un no por respuesta. Baekhyun hizo demasiado tiempo, de hecho un poco excesivo, prácticamente revisó que cada verdura o fruta que metiera en su canasta de compra estuviera complemente bien, sin golpes, manchas o alguna abertura. Miró cada puesto sin pasarse ninguno y le hizo un montón de preguntas a la gente de allí y, aun así, Chanyeol siempre se mantuvo detrás de él como un perro guardián.

—Entonces me llevaré medio kilo de arroz —Baekhyun le pidió a la señora de uno de los puestos.

La mujer de mediana edad le tendía la bolsa con el arroz y después procedió a hacerles miraditas a ambos mientras que Baekhyun buscaba el dinero para pagar. Cuando le tendió el billete, la señora prácticamente agarró la muñeca de Baekhyun y lo atrajo hacia ella. Chanyeol gruñó desde atrás, pero Baekhyun no pudo percatarse tanto de eso cuando la señora comenzó a hablar.

—Ustedes hacen una asombrosa pareja —le susurró con una risilla—. Oh, sólo mira cómo se pone a sacar humo por la nariz incluso cuando una vieja como yo se te acerca. Te ha de celar mucho, ah, cuídalo bien, quedan pocos así —Baekhyun sonrió falsa y retorcidamente. No iba a parar a detenerse y explicar la extraña relación que tenía con el otro.

—Sí, bueno, gracias —contestó mientras guardaba el cambio y continuaba con su caminata.


---

Baekhyun casi le quería echar encima todas sus comprar a Chanyeol por ser una pegatina y no separársele en todo el maldito camino. De seis de la mañana a doce de la tarde, Chanyeol estuvo detrás de él durante seis horas y no se apartó en ningún momento. Ahora ya habían llegado a casa de Baekhyun y éste se preguntaba cuándo era que el otro iba a desprenderse de él.

—Iré al baño y dejaré las compras —se volteó hacia él en un modo robótico—. Luego, hasta que salga, hablaremos de lo que tengamos que hablar o lo que sea —mintió, no iba a salir para nada.

—Bien —respondió el otro y se metió las manos en los bolsillos—. Primero iré a mi casa por algo y ya vuelvo.

Baekhyun asintió sin gracia y entró a su casa. Dejó las comprar innecesarias sobre la mesa de la cocina y se encontró poco después con sus padres y hermano vistiéndose formalmente. El menor de los Byun tomó una manzana, le dio una mordida y los miró de arriba hacia abajo.

—¿A dónde van?

Su padre levantó la vista hacia él y sonrió con un toque de amargura.

—Oh, hoy es el aniversario de la muerte del líder Park —Baekhyun no logró morder la manzana de nuevo, su boca se quedó a mitad del camino. Su padre pareció darse cuenta de su confusión y prosiguió—. Ah, lo siento, no lo sabías, ¿verdad?

—Cariño, tenemos que irnos —su madre tocó el hombro de su esposo—. Ah, llévate el paraguas que lloverá.

—Sí —su padre sonrió hacia ella—. Puedes alcanzarnos un poco después si así lo quieres, de todos modos la tía Jihyo se quedará, no se siente muy bien. Volveremos en la noche.

Baekhyun no supo cómo reaccionar ante eso. ¿El líder Park? Sus ojos lucieron un poco perdidos, incluso él mismo se perdió dado a que no se dio cuenta cuando su tía ingresó a la cocina rascándose el estómago y mirándolo curiosamente.

—Hey, retardado —Jihyo golpeó su frente.

—Ay —Baekhyun chilló—. ¡Eso dolió!

—El que madruga Dios lo ayuda.

—No creo que ese sea un dicho correcto en esta situación. Y, también, ¿mentiste sobre sentirte enferma?

—No soy una persona a quien le gusta eso de recordar muertos —se encogió en hombros—. Ya, bueno, como sea. ¿En qué estabas pensando? —Jihyo agarró una de las manzanas y se dejó caer en el sillón de la sala.

Baekhyun se removió un poco en su lugar. Por algún motivo su cuerpo no se sintió bien.

—Hablando de eso... sobre el señor Park... ¿sabes cómo murió?

Jihyo pasó la mirada de su revista a Baekhyun quien estaba sentado en uno de los taburetes de la barra que dividía la cocina de la sala. La chica volvió a morder la manzana y simplemente suspiró.

—No sé la historia completa —dijo con la boca llena—, pero lo que sí sé fue que al parecer se metió en el bosque muy entrada la noche a buscar a Chanyeol. El chico había escapado o algo así y pues al señor Park no le fue nada bien cuando se encontró con la manada del sur.

Baekhyun abrió los ojos.

—Pero, ¿por qué Chanyeol escaparía al bosque? ¿Pelearían?

—Nadie lo sabe en específico —Jihyo frunció los labios y pareció que puso a trabajar su cerebro—. ¡Oh! Ahora que lo pienso, ¿fue el mismo día que te fuiste? Creo que lo recuerdo solamente porque es cuando llegaste a mí.

—¿Qué?

—Sí —su tía asintió mientras le daba otra mordida a su manzana—. Chanyeol escapó ese mismo día, lo sé. Tu madre me lo contó... ¿Baekhyun?

El chico se había echado a correr escaleras arriba. Cuando entró en su cuarto se encerró de inmediato, brincó hacia su cama y abrazó una almohada. Espera. Espera. Un montón de posibilidades surcaron su mente en ese momento. ¿Chanyeol escapando el mismo día que él se fue sin decirle a nadie más que a su familia? ¿Acaso...? ¿Acaso lo que estaba pensando sería posible?

Un flechazo de culpabilidad atravesó su cuerpo y sus ojos se aguadaron. No, no. Eso no era seguro, no podía estar pensando esa clase de cosas así como así, no había nada definido aún.

¿Baekhyun? —su tía golpeó la puerta varios minutos después—. ¿Baek? ¿Estás despierto?

—¿Qué?

Esto es un poco extraño, pero Chanyeol está afuera y pregunta por ti. Realmente no soy de dejar pasar a la gente así como así, ¿qué le digo?

—¡No le abras! —le pidió.

Bien, como quieras.

Baekhyun volvió a hundirse en su hoyo de pensamientos. Ni siquiera sabía si podía enfrentar a Chanyeol con lo que acababa de descubrir. Era como si la barrera en su corazón se hubiera caído por completo, sacando a relucir espontáneamente todo lo que alguna vez sintió hace nueve años. La felicidad, los sonrojos, el titubeo, todo llegó como una tormenta sobre él. Sin embargo, no quería volver a caer. Normalmente él era un iluso y se emocionaba de más cuando las cosas eran de otro modo. Se dejaba guiar demasiado fácil por sus emociones sin tener en cuenta el contexto real y eso le preocupaba.

—Ni siquiera deberías emocionarte, estúpido —se recriminó—. No es algo de estar orgulloso de todos modos.

¿Baekhyun? —volvió a escuchar desde el pasillo.

—¡¿Qué?!

Ya está lloviendo, y fuerte —le comunicó Jihyo—. ¿Realmente vas a dejar al chico allí afuera? No tiene paraguas y no planea irse hasta que lo recibas.

—¡Que no le abras!

No le voy a abrir, viejo gruñón. Solo te estoy avisando.

Baekhyun se retorció en su cama y se dignó a intentar mirar por su ventana. Desde allí podía verse la entrada. Se arrastró fuera de la cama y camino lentamente como si Chanyeol realmente pudiera escucharlo. Levantó con sumo cuidado su cabeza por sobre la ventana y solamente dejó que sus ojos salieran por ella. Definitivamente estaba lloviendo fuerte y, por supuesto, ese chico estaba parado justo debajo de la lluvia —había un techo en la cochera, pero Chanyeol parecía querer hacerse el dramático y esperar bajo la lluvia— y tenía algo guardado debajo de su camisa.

No podía verle la cara ya que su cabello lo tapaba, pero no se movía para nada. Volvió a morderse las uñas, no quería salir ni recibirlo por su propia cobardía. Si sus sospechas eran ciertas, ¿cómo podría encararlo?


--

Baekhyun —Jihyo de nuevo—. Han pasado tres horas y sigue allí, ¿realmente no vas a abrirle?

Baekhyun estaba debajo de su cama, como si eso fuera capaz de protegerlo de toda su ansiedad acumulada.

—¡No le abras!


--

Baekhyun, han sido cinco horas. Le ofrecí un paraguas pero no lo aceptó. ¿Qué procede?

Ahora estaba debajo de su escritorio, dibujando malos garabatos en la madera con lo que quedaban de sus uñas. Su cuerpo hecho un ovillo y el remordimiento comiéndoselo vivo.

—¡No le abras!


--

Baekhyun, ya oscureció —Jihyo suspiró desde el otro lado—. El chico no ha comido ni bebido nada, no se mueve. Deberías ver si sigue vivo. ¿Eh?

Baekhyun se había quedado haciendo varios crucigramas y sudokus para matar el tiempo y relajarse, pero no ayudaron en nada.

—¡No le abras!


--

Baekhyun-

—¡No le abras!

—Ya me abrió —finalmente oyó la voz de Chanyeol a través de su puerta y al parecer el cerrojo de ella no fue suficiente para un enojado y mojado Chanyeol un poco tembloroso por el frío.

Jihyo se recargó en el marco de la puerta y se encogió en hombros. A la chica no le importó las maldiciones saliendo de la boca de Baekhyun y simplemente cerró la puerta delante de ella dejándolos a los dos solos en la habitación.

Apenas y pudo levantar la mirada hacia Chanyeol quien tenía algo así como un espasmo en su labio superior ya que parecía levantarse para mostrar los dientes varias veces seguidas. O, tal vez, simplemente era para demostrar lo enojado y fastidiado que estaba por la terquedad de Baekhyun sobre huir y esconderse de él.

—Dijiste que entrarías y luego saldrías.

—Mentí —confesó.

—Obviamente —Chanyeol soltó un grito gutural—. Estoy tan molesto contigo.

Baekhyun se quedó en silencio sobre su cama. Comenzó a jugar con sus dedos, incapaz de hacer algo más.

—¿Por qué no estás en lo de tu padre?

Baekhyun había levantado un poco la mirada y logró ver a Chanyeol detrás de su flequillo. No parecía del todo sorprendido con la pregunta, pero sí levemente afectado. El alto se sacudió a sí mismo haciendo que las gotas de agua bañaran toda la habitación de Baekhyun hasta quedarse un poco más seco. Chanyeol caminó hacia delante, sus botas rechinando y sentándose en el borde de la cama con los brazos cruzados.

—Porque un cierto chico no me abrió —replicó— y tenía que esperar a que me dejara entrar para decirle y darle algo. Se supone que después de aquí me iría al aniversario, pero no, mi maldita pareja destinada prefiere freírme el cerebro con sus arranques de adolescente perturbado.

Baekhyun apenas lo miró con el rabillo del ojo. Era realmente difícil preguntar algunas cosas, ni siquiera pudo defenderse ante el apodo y Chanyeol se dio cuenta de eso ya que lo miró con las cejas alzadas por la nula respuesta.

—¿Qué?

—¿Qué de qué?

—Algo te está molestando —Chanyeol lo miró a los ojos— y no es mi presencia, por lo menos no completamente. Y ni siquiera te atrevas a mentirme que malditamente te conozco más de lo que desearía.

—Yo... quería... preguntar...te...al-

—Ni que fueras Stevie, vamos, por favor.

—Esa vez, cuando tú escapaste de casa y ocurrió lo de tu padre —su garganta casi se atora con su propia saliva—. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué... ir al bosque de noche cuando eres un niño, siendo tan peligroso?

Chanyeol escuchó atentamente, pero Baekhyun sabía que el otro quería todo menos esa pregunta. Baekhyun entendía que esa clase de recuerdos desagradables siempre estaban de más recordarlos, pero tenía que saberlo. No podría vivir del todo bien sabiendo que podría haber sido su culpa la muerte de alguien.

—No, esto... —Chanyeol volteó a un lado, luego hacia el otro sin motivo aparente. Simplemente terminó suspirando y moviéndose el cabello mojado—. Solamente yo sentí —parecía ser muy difícil—. Pude sentir cómo era que te ibas del pueblo ese día y yo... a mí, por, ya sabes, la cuestión del compañero, me dolió, así que... intenté alcanzarte pero...

El alto soltó un fuerte suspiro. Baekhyun no necesitó más, lo entendió.

—Puedes odiarme —dijo Baekhyun un momento después—. Debido a mí pasó todo eso.

—Ah, realmente quiero hacerlo —Chanyeol dijo en un intento de sonar divertido, como si sonriendo todo se volviera menos pesado y complicado—. Yo... intenté odiarte y dije que te odiaba, pero por más que lo intente... supongo que no es posible. La atracción siempre gana —terminó con eso mirándolo a los ojos.

El cuerpo de Chanyeol tembló.

—Pero ya, a lo que vine —Chanyeol se había vuelto un niño pequeño, como antes. El Chanyeol de diez años quien era agradable la mayor parte del tiempo. Su cuerpo se volteó hacia Baekhyun y se obligó a sí mismo a mantener el contacto visual—. Yo lamento lo que dije hace nueve años —ahora sí había sinceridad en su mirada— estaba tan enojado porque no me explicaba por qué querías ser un lobo cuando, en realidad, estabas bien así. Escuchar tu voz hablando sobre cualquier cosa o incluso cantando, supongo que extrañé eso cuando de repente empezaste a solamente decir 'Woo' a todo lo que te decía o preguntaba. Extrañaba tu voz.

Baekhyun se mordió los labios. Eso había sonado tan torpe y vergonzoso.

—Además, a los diez años mi cuerpo era como, ya sabes, contigo, eh... —ladeó su cabeza con incomodidad—. Era como si quisiera encerrarte en una lata y no dejarte salir para conservarte por siempre, ¿algo así? Pero entonces te fuiste y yo... no quería que regresaras porque... ah, no lo sé. No sabía qué hacer entonces, entré en pánico cuando te vi en el bosque, pensé que estaba alucinando.

—Y esto —Baekhyun le interrumpió suavemente—, ¿es algo así como una confesión?

Chanyeol desvió la mirada avergonzadamente. Ah, ¿dónde quedó el aventado y descuidado sin vergüenza?

—Bueno, eres la persona con la que mi cuerpo reacciona con un gran deseo sexual, supongo que debería llevarme por lo menos bien contigo.

Baekhyun soltó una pequeña risilla.

—Tiene sentido —asintió con la cabeza.

—Ah —de un momento a otro Chanyeol comenzó a buscar algo bajo su camiseta y lo sacó. Los ojos de Baekhyun se abrieron a ver lo que era—. Lo resguardé de la lluvia, la verdad no sé de qué esté hecho y si el agua puede dañarlo. Sí, esto era lo que quería darte.

Baekhyun estiró las manos hacia el objeto y sintió la suavidad bajo sus dedos.

—¿Mi gorrito? —Chanyeol asintió—. ¿Lo guardaste todo este tiempo?

—Era especial, ¿no? Con él te sentía como parte de la manada y te convertías en un lobo. No podía simplemente dejarlo tirado allí. Intenté devolvértelo, pero ya sabes todo lo que sucedió.

Asintió. Realmente se veía más pequeño de lo que recordaba. Sin pensarlo demasiado, se lo colocó en la cabeza. Le quedaba más pequeño que antes, pero mínimamente entraba en su cabeza. Estiró las dos agarraderas hacia abajo y las ató bajo su barbilla.

—¿Qué tal? —le preguntó a Chanyeol—. ¿Cómo me queda? ¿Chanyeol?

El alto pareció quedarse sin palabras por un momento. Sin previo aviso, Chanyeol se acercó hacia él y lo besó suavemente. Baekhyun sintió la calidez bajo sus labios y, aunque antes haya besado a un par de personas durante la preparatoria, realmente jamás había sentido algo tan suave y caluroso ser transmitido por todo su cuerpo.

—Supongo —murmuró Chanyeol cuando se separaron—, que esto debió haber sido lo que debí hacer en ese entonces, ¿verdad?

Baekhyun medio sonrió hacia él y suspiró. Caer tan rápido no era su plan pero, ¿qué era lo que podía él hacer contra el instinto dentro de ellos? Como Chanyeol había dicho antes, por más que se intente evitar la sensación sigue allí. No desaparecerá.

—¿Cómo es que alguien puede pasar del odio al amor tan rápido?

—Porque estamos destinados.

Baekhyun no pudo evitar sonreír ante eso. Con que el destino, ¿eh?

—Lamento lo de tu padre —le dijo mientras se acomodaba en la cama para lograr estar un poco más cerca de él.

—Está bien. Han sido nueve años, ya lo he superado. Aunque aún lo veo un poco injusto, ¿por qué he de superar la muerte de mi padre pero no te supero a ti?

Baekhyun se dejó caer sobre su propio cuerpo sintiendo un gran peso menos de encima. Tocó deliberadamente el torso de Chanyeol detrás de la tela y claramente sintió cómo fue que lo pezones del alto se endurecieron con tan solo un pequeño toque. Debe estar realmente frustrado.

—Bueno —Baekhyun metió su mano debajo de la camisa de Chanyeol para seguir acariciando y éste sostuvo la respiración—. El destino es una perra, ¿no lo crees? Aunque, bueno —tentó más— todavía podemos empezar como amigos.

Chanyeol gimió en desacuerdo.

—¿Qué tal mejor amigos que se besan? —propuso el más alto mientras inclinaba su cuerpo hacia abajo haciendo que Baekhyun cayera de espaldas sobre el colchón—. ¿Mhm?

Baekhyun rodó los ojos.

—Va, pero nada de manos en mis pantalones.

—¿Por ahora?

Por ahora.


---

Baekhyun decidió tentar su suerte y dejarse llevar por la brisa. Sus manos estiradas hacia los lados, mientras apenas podía sostenerse con sus piernas para no caer del lomo de Chanyeol mientras que este corría por la gran flora del bosque. El aire chocando de nuevo contra su rostro y lo único que necesitaba era imaginarse a sí mismo corriendo, como si realmente fuera él quien estuviera dándole marcha a ese recorrido.

La boda de su hermano había sido una fiesta espectacular y Baekhyun después de eso decidió quedar un no-tan-corto tiempo en su pueblo natal.

Sonrió en el momento que abrió los ojos, encontrándose con el otro trío de lobos que iban detrás de Chanyeol y aulló de pura emoción. Los lobos aullaron igualmente en respuesta y Baekhyun se rió al sentirse con un gran jinete. Sin embargo, él se autonominaba un lobo, alguien parte del clan.

Tal vez no podía transformarse, ¿pero qué más necesitaba si tenía su gorrito con orejitas y guantes —que ya no le quedan— en forma de lobo? Oh, vamos, nadie podría encontrar la diferencia entre él y los demás. Las orejas lo cubrían todo.

Baekhyun volvió a asegurarse sobre Chanyeol y lo abrazó suavemente por el cuello mientras le acariciaba y besaba su hermoso pelaje. Definitivamente podría dormir sobre él por toda la eternidad.

—¡Aaaah! —Baekhyun respiró aire fresco—. ¡Me pregunto si Zitao estará enojado por los cuatro meses de retraso que llevo! —Baekhyun sintió cómo era que Chanyeol se movió debajo de él y lo tomó como una respuesta—. ¡Verdad, a quién le importa! ¡Woo!


FIN

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